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Lucas 18

Parábola de la viuda insistente

1 Jesús contó una parábola a sus discípulos para mostrarles que debían orar siempre, sin desanimarse.

2 Les dijo: «Había en cierto pueblo un juez que no tenía temor de Dios ni consideración por nadie.

3 En el mismo pueblo había una viuda que insistía en pedirle: “Hazme justicia contra mi adversario”.

4 Durante algún tiempo él se negó, pero por fin concluyó: “Aunque no temo a Dios ni tengo consideración por nadie,

5 como esta viuda no deja de molestarme, voy a tener que hacerle justicia, no sea que con sus visitas me haga la vida imposible”».

6 Continuó el Señor: «Tened en cuenta lo que dijo el juez injusto.

7 ¿Acaso Dios no hará justicia a sus escogidos, que claman a él día y noche? ¿Se tardará mucho en responderles?

8 Os digo que sí les hará justicia, y sin demora. No obstante, cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará fe en la tierra?»

Parábola del fariseo y del recaudador de impuestos

9 A algunos que, confiando en sí mismos, se creían justos y despreciaban a los demás, Jesús les contó esta parábola:

10 «Dos hombres subieron altemploa orar; uno erafariseo, y el otro,recaudador de impuestos.

11 El fariseo se puso a orar consigo mismo: “Oh Dios, te doy gracias porque no soy como otros hombres —ladrones, malhechores, adúlteros— ni mucho menos como ese recaudador de impuestos.

12 Ayuno dos veces a la semana y doy la décima parte de todo lo que recibo”.

13 En cambio, el recaudador de impuestos, que se había quedado a cierta distancia, ni siquiera se atrevía a alzar la vista al cielo, sino que se golpeaba el pecho y decía: “¡Oh Dios, ten compasión de mí, que soy pecador!”

14 »Os digo que este, y no aquel, volvió a su casajustificadoante Dios. Pues todo el que a sí mismo se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido».

Jesús y los niños

15 También le llevaban niños pequeños a Jesús para que los tocara. Al ver esto, los discípulos reprendían a quienes los llevaban.

16 Pero Jesús llamó a los niños y dijo: «Dejad que los niños vengan a mí, y no se lo impidáis, porque el reino de Dios es de quienes son como ellos.

17 Os aseguro que el que no reciba el reino de Dios como un niño de ninguna manera entrará en él».

El dirigente rico

18 Cierto dirigente le preguntó:

―Maestro bueno, ¿qué tengo que hacer para heredar la vida eterna?

19 ―¿Por qué me llamas bueno? —respondió Jesús—. Nadie es bueno sino solo Dios.

20 Ya sabes los mandamientos: “No cometas adulterio, no mates, no robes, no presentes falso testimonio, honra a tu padre y a tu madre”.

21 ―Todo eso lo he cumplido desde que era joven —dijo el hombre.

22 Al oír esto, Jesús añadió:

―Todavía te falta una cosa: vende todo lo que tienes y repártelo entre los pobres, y tendrás tesoro en el cielo. Luego ven y sígueme.

23 Cuando el hombre oyó esto, se entristeció mucho, pues era muy rico.

24 Al verlo tan afligido, Jesús comentó:

―¡Qué difícil es para los ricos entrar en el reino de Dios!

25 En realidad, le resulta más fácil a un camello pasar por el ojo de una aguja que a un rico entrar en el reino de Dios.

26 Los que lo oyeron preguntaron:

―Entonces, ¿quién podrá salvarse?

27 ―Lo que es imposible para los hombres es posible para Dios —aclaró Jesús.

28 ―Mira —le dijo Pedro—, nosotros hemos dejado todo lo que teníamos para seguirte.

29 ―Os aseguro —respondió Jesús— que todo el que por causa del reino de Dios haya dejado casa, esposa, hermanos, padres o hijos

30 recibirá mucho más en este tiempo; y en la edad venidera, la vida eterna.

Jesús predice de nuevo su muerte

31 Entonces Jesús tomó aparte a los doce y les dijo: «Ahora vamos rumbo a Jerusalén, donde se cumplirá todo lo que escribieron los profetas acerca del Hijo del hombre.

32 En efecto, será entregado a losgentiles. Se burlarán de él, lo insultarán, le escupirán;

33 y, después de azotarlo, lo matarán. Pero al tercer día resucitará».

34 Los discípulos no entendieron nada de esto. Les era incomprensible, pues no captaban el sentido de lo que les hablaba.

Un mendigo ciego recibe la vista

35 Sucedió que al acercarse Jesús a Jericó, estaba un ciego sentado junto al camino pidiendo limosna.

36 Cuando oyó a la multitud que pasaba, preguntó qué sucedía.

37 ―Jesús de Nazaret está pasando por aquí —le respondieron.

38 ―¡Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí! —gritó el ciego.

39 Los que iban delante lo reprendían para que se callara, pero él se puso a gritar aún más fuerte:

―¡Hijo de David, ten compasión de mí!

40 Jesús se detuvo y mandó que se lo trajeran. Cuando el ciego se acercó, le preguntó Jesús:

41 ―¿Qué quieres que haga por ti?

―Señor, quiero ver.

42 ―¡Recibe la vista! —le dijo Jesús—. Tu fe te hasanado.

43 Al instante recobró la vista. Entonces, glorificando a Dios, comenzó a seguir a Jesús, y todos los que lo vieron daban alabanza a Dios.

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Lucas 19

Zaqueo, el recaudador de impuestos

1 Jesús llegó a Jericó y comenzó a atravesar la ciudad.

2 Resulta que había allí un hombre llamado Zaqueo, jefe de losrecaudadores de impuestos, que era muy rico.

3 Estaba tratando de ver quién era Jesús, pero la multitud se lo impedía, pues era de baja estatura.

4 Por eso se adelantó corriendo y se subió a un árbol sicómoro para poder verlo, ya que Jesús iba a pasar por allí.

5 Llegando al lugar, Jesús miró hacia arriba y le dijo:

―Zaqueo, baja en seguida. Voy a quedarme hoy en tu casa.

6 Así que se apresuró a bajar y, muy contento, recibió a Jesús en su casa.

7 Al ver esto, todos empezaron a murmurar: «Ha ido a hospedarse con unpecador».

8 Pero Zaqueo dijo resueltamente:

―Mira, Señor: Ahora mismo voy a dar a los pobres la mitad de mis bienes y, si en algo he defraudado a alguien, le devolveré cuatro veces la cantidad que sea.

9 ―Hoy ha llegado la salvación a esta casa —le dijo Jesús—, ya que este también es hijo de Abraham.

10 Porque el Hijo del hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido.

Parábola del dinero

11 Como la gente lo escuchaba, pasó a contarles una parábola, porque estaba cerca de Jerusalén y la gente pensaba que el reino de Dios iba a manifestarse en cualquier momento.

12 Así que les dijo: «Un hombre de la nobleza se fue a un país lejano para ser coronado rey y luego regresar.

13 Llamó a diez de sussiervosy entregó a cada cual una buena cantidad de dinero.Les instruyó: “Haced negocio con este dinero hasta que yo vuelva”.

14 Pero sus súbditos lo odiaban y mandaron tras él una delegación a decir: “No queremos a este por rey”.

15 »A pesar de todo, fue nombrado rey. Cuando regresó a su país, mandó llamar a los siervos a quienes había entregado el dinero, para enterarse de lo que habían ganado.

16 Se presentó el primero y dijo: “Señor, tu dineroha producido diez veces más”.

17 “¡Hiciste bien, siervo bueno! —le respondió el rey—. Puesto que has sido fiel en tan poca cosa, te doy el gobierno de diez ciudades”.

18 Se presentó el segundo y dijo: “Señor, tu dinero ha producido cinco veces más”.

19 El rey le respondió: “A ti te pongo sobre cinco ciudades”.

20 »Llegó otro siervo y dijo: “Señor, aquí tienes tu dinero; lo he tenido guardado, envuelto en un pañuelo.

21 Es que te tenía miedo, porque eres un hombre muy exigente: tomas lo que no depositaste y cosechas lo que no sembraste”.

22 El rey le contestó: “Siervo malo, con tus propias palabras te voy a juzgar. ¿Así que sabías que soy muy exigente, que tomo lo que no deposité y cosecho lo que no sembré?

23 Entonces, ¿por qué no pusiste mi dinero en el banco, para que al regresar pudiera reclamar los intereses?”

24 Dijo luego a los presentes: “Quitadle el dinero y dádselo al que recibió diez veces más”.

25 “Señor —protestaron—, ¡él ya tiene diez veces más!”

26 El rey contestó: “Os aseguro que a todo el que tiene, se le dará más, pero al que no tiene, se le quitará hasta lo que tiene.

27 Pero, en cuanto a esos enemigos míos que no me querían por rey, traedlos aquí y matadlos delante de mí”».

La entrada triunfal

28 Dicho esto, Jesús siguió adelante, subiendo hacia Jerusalén.

29 Cuando se acercó a Betfagué y a Betania, junto al monte llamado de los Olivos, envió a dos de sus discípulos con este encargo:

30 «Id a la aldea que está enfrente y, al entrar en ella, encontraréis atado un burrito en el que nadie se ha montado. Desatadlo y traedlo aquí.

31 Y, si alguien os pregunta: “¿Por qué lo desatáis?”, decidle: “El Señor lo necesita”».

32 Fueron y lo encontraron tal como él les había dicho.

33 Cuando estaban desatando el burrito, los dueños les preguntaron:

―¿Por qué desatáis el burrito?

34 ―El Señor lo necesita —contestaron.

35 Se lo llevaron, pues, a Jesús. Luego pusieron sus mantos encima del burrito y ayudaron a Jesús a montarse.

36 A medida que avanzaba, la gente tendía sus mantos sobre el camino.

37 Al acercarse él a la bajada del monte de los Olivos, todos los discípulos se entusiasmaron y comenzaron a alabar a Dios por tantos milagros que habían visto. Gritaban:

38 ―¡Bendito el Rey que viene en el nombre del Señor!

―¡Paz en el cielo y gloria en las alturas!

39 Algunos de losfariseosque estaban entre la gente reclamaron a Jesús:

―¡Maestro, reprende a tus discípulos!

40 Pero él respondió:

―Os aseguro que, si ellos se callan, gritarán las piedras.

Jesús en el templo

41 Cuando se acercaba a Jerusalén, Jesús vio la ciudad y lloró por ella.

42 Dijo:

―¡Cómo quisiera que hoy supieras lo que te puede traer paz! Pero eso ahora está oculto a tus ojos.

43 Te sobrevendrán días en que tus enemigos levantarán un muro y te rodearán, y te encerrarán por todos lados.

44 Te derribarán a ti y a tus hijos dentro de tus murallas. No dejarán ni una piedra sobre otra, porque no reconociste el tiempo en que Dios vino a salvarte.

45 Luego entró en eltemploy comenzó a echar de allí a los que estaban vendiendo.

46 «Escrito está —les dijo—: “Mi casa será casa de oración”;pero vosotros la habéis convertido en “cueva de ladrones”».

47 Todos los días enseñaba en el templo, y los jefes de los sacerdotes, losmaestros de la leyy los dirigentes del pueblo procuraban matarlo.

48 Sin embargo, no encontraban la manera de hacerlo, porque todo el pueblo lo escuchaba con gran interés.

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Lucas 20

La autoridad de Jesús puesta en duda

1 Un día, mientras Jesús enseñaba al pueblo en eltemploy les predicaba elevangelio, se le acercaron los jefes de los sacerdotes y losmaestros de la ley, junto con losancianos.

2 ―Dinos con qué autoridad haces esto —lo interrogaron—. ¿Quién te dio esa autoridad?

3 ―Yo también voy a haceros una pregunta —replicó él—. Decidme:

4 El bautismo de Juan, ¿procedía del cielo o de la tierra?

5 Ellos, pues, lo discutieron entre sí: «Si respondemos: “Del cielo”, nos dirá: “¿Por qué no le creísteis?”

6 Pero, si decimos: “De la tierra”, todo el pueblo nos apedreará, porque están convencidos de que Juan era un profeta».

Así que le respondieron:

7 ―No sabemos de dónde era.

8 ―Pues yo tampoco os voy a decir con qué autoridad hago esto.

Parábola de los labradores malvados

9 Pasó luego a contarle a la gente esta parábola:

―Un hombre plantó un viñedo, se lo arrendó a unos labradores y se fue de viaje por largo tiempo.

10 Llegada la cosecha, mandó unsiervoa los labradores para que le dieran parte de la cosecha. Pero los labradores lo golpearon y lo despidieron con las manos vacías.

11 Envió otro siervo, pero también a este lo golpearon, lo humillaron y lo despidieron con las manos vacías.

12 Entonces envió un tercero, pero aun a este lo hirieron y lo expulsaron.

13 »Entonces pensó el dueño del viñedo: “¿Qué voy a hacer? Enviaré a mi hijo amado; seguro que a él sí lo respetarán”.

14 Pero, cuando lo vieron los labradores, dialogaron entre ellos. “Este es el heredero —dijeron—. Matémoslo, y la herencia será nuestra”.

15 Así que lo arrojaron fuera del viñedo y lo mataron.

»¿Qué les hará el dueño?

16 Volverá, acabará con esos labradores y dará el viñedo a otros».

Al oír esto, la gente exclamó:

―¡Dios no lo quiera!

17 Mirándolos fijamente, Jesús les dijo:

―Entonces, ¿qué significa esto que está escrito:

»“La piedra que desecharon los constructores

ha llegado a ser la piedra angular”?

18 Todo el que caiga sobre esa piedra quedará despedazado y, si ella cae sobre alguien, lo hará polvo».

19 Los maestros de la ley y los jefes de los sacerdotes, cayendo en la cuenta de que la parábola iba dirigida contra ellos, buscaron la manera de echarle mano en aquel mismo momento. Pero temían al pueblo.

El pago de impuestos al césar

20 Entonces, para acecharlo, enviaron espías que fingían ser gente honorable. Pensaban atrapar a Jesús en algo que él dijera, y así poder entregarlo a la jurisdicción del gobernador.

21 ―Maestro —dijeron los espías—, sabemos que lo que dices y enseñas es correcto. No juzgas por las apariencias, sino que de verdad enseñas el camino de Dios.

22 ¿Nos está permitido pagar impuestos alcésaro no?

23 Pero Jesús, dándose cuenta de sus malas intenciones, replicó:

24 ―Mostradme una moneda romana.¿De quién son esta imagen y esta inscripción?

―Del césar —contestaron.

25 ―Entonces dadle al césar lo que es del césar, y a Dios lo que es de Dios.

26 No pudieron atraparlo en lo que decía en público. Así que, admirados de su respuesta, se callaron.

La resurrección y el matrimonio

27 Luego, algunos de los saduceos, que decían que no hay resurrección, se acercaron a Jesús y le plantearon un problema:

28 ―Maestro, Moisés nos enseñó en sus escritos que, si un hombre muere y deja a la viuda sin hijos, el hermano de ese hombre tiene que casarse con la viuda para que su hermano tenga descendencia.

29 Pues bien, había siete hermanos. El primero se casó y murió sin dejar hijos.

30 Entonces el segundo

31 y el tercero se casaron con ella, y así sucesivamente murieron los siete sin dejar hijos.

32 Por último, murió también la mujer.

33 Ahora bien, en la resurrección, ¿de cuál será esposa esta mujer, ya que los siete estuvieron casados con ella?

34 ―La gente de este mundo se casa y se da en casamiento —les contestó Jesús—.

35 Pero en cuanto a los que sean dignos de tomar parte en el mundo venidero por la resurrección: esos no se casarán ni serán dados en casamiento,

36 ni tampoco podrán morir, pues serán como los ángeles. Son hijos de Dios porque toman parte en la resurrección.

37 Pero que los muertos resucitan lo dio a entender Moisés mismo en el pasaje sobre la zarza, pues llama al Señor “el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob”.

38 Él no es Dios de muertos, sino de vivos; en efecto, para él todos ellos viven.

39 Algunos de losmaestros de la leyle respondieron:

―¡Bien dicho, Maestro!

40 Y ya no se atrevieron a hacerle más preguntas.

¿De quién es hijo el Cristo?

41 Pero Jesús les preguntó:

―¿Cómo es que dicen que elCristoes el hijo de David?

42 David mismo declara en el libro de los Salmos:

»“Dijo el Señor a mi Señor:

‘Siéntate a miderecha,

43 hasta que ponga a tus enemigos

por estrado de tus pies’ ”.

44 David lo llama “Señor”. ¿Cómo puede entonces ser su hijo?»

45 Mientras todo el pueblo lo escuchaba, Jesús dijo a sus discípulos:

46 ―Cuidaos de losmaestros de la ley. Les gusta pasearse con ropas ostentosas y les encanta que los saluden en las plazas, y ocupar el primer puesto en las sinagogas y los lugares de honor en los banquetes.

47 Devoran los bienes de las viudas y a la vez hacen largas plegarias para impresionar a los demás. Estos recibirán peor castigo.

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Lucas 21

La ofrenda de la viuda

1 Jesús se detuvo a observar y vio a los ricos que echaban sus ofrendas en el arca deltemplo.

2 También vio a una viuda pobre que echaba dos moneditas de poco valor.

3 ―Os aseguro —dijo— que esta viuda pobre ha echado más que todos los demás.

4 Todos ellos dieron sus ofrendas de lo que les sobraba; pero ella, de su pobreza, echó todo lo que tenía para su sustento.

Señales del fin del mundo

5 Algunos de sus discípulos comentaban acerca deltemplo, de cómo estaba adornado con hermosas piedras y con ofrendas dedicadas a Dios. Pero Jesús dijo:

6 ―En cuanto a todo esto que veis, llegará el día en que no quedará piedra sobre piedra; todo será derribado.

7 ―Maestro —le preguntaron—, ¿cuándo sucederá eso, y cuál será la señal de que está a punto de suceder?

8 ―Tened cuidado; no os dejéis engañar —les advirtió Jesús—. Vendrán muchos que usando mi nombre dirán: “Yo soy”, y: “El tiempo está cerca”. No los sigáis.

9 Cuando oigáis de guerras y de revoluciones, no os asustéis. Es necesario que eso suceda primero, pero el fin no vendrá en seguida.

10 »Se levantará nación contra nación y reino contra reino —continuó—.

11 Habrá grandes terremotos, hambre y epidemias por todas partes, cosas espantosas y grandes señales del cielo.

12 »Pero antes de todo esto os echarán mano y os perseguirán. Os entregarán a las sinagogas y a las cárceles, y por causa de mi nombre os llevarán ante reyes y gobernadores.

13 De esta manera tendréis oportunidad de dar testimonio ante ellos.

14 Pero tened en cuenta que no hay por qué preparar una defensa de antemano,

15 pues yo mismo os daré tal elocuencia y sabiduría para responder que ningún adversario podrá resistiros ni contradeciros.

16 Seréis traicionados aun por vuestros padres, hermanos, parientes y amigos, y a algunos de vosotros se le dará muerte.

17 Todo el mundo os odiará por causa de mi nombre.

18 Pero no se perderá ni un solo cabello de vuestra cabeza.

19 Si os mantenéis firmes, os salvaréis.

20 »Ahora bien, cuando veáis Jerusalén rodeada de ejércitos, sabed que su desolación ya está cerca.

21 Entonces los que estén en Judea huyan a las montañas, los que estén en la ciudad salgan de ella, y los que estén en el campo no entren en la ciudad.

22 Ese será el tiempo del juicio cuando se cumplirá todo lo que está escrito.

23 ¡Ay de las que estén embarazadas o amamantando en aquellos días! Porque habrá gran aflicción en la tierra, y castigo contra este pueblo.

24 Caerán a filo de espada y los llevarán cautivos a todas las naciones. Losgentilespisotearán Jerusalén, hasta que se cumplan los tiempos señalados para ellos.

25 »Habrá señales en el sol, la luna y las estrellas. En la tierra, las naciones estarán angustiadas y perplejas por el bramido y la agitación del mar.

26 Se desmayarán de terror los hombres, temerosos por lo que va a sucederle al mundo, porque los cuerpos celestes serán sacudidos.

27 Entonces verán al Hijo del hombre venir en una nube con poder y gran gloria.

28 Cuando comiencen a suceder estas cosas, cobrad ánimo y levantad la cabeza, porque se acerca vuestra redención».

29 Jesús también les propuso esta comparación:

―Fijaos en la higuera y en los demás árboles.

30 Cuando brotan las hojas, sabéis por vosotros mismos que el verano está cerca.

31 Igualmente, cuando veáis que suceden estas cosas, sabed que el reino de Dios está cerca.

32 »Os aseguro que no pasará esta generación hasta que todas estas cosas sucedan.

33 El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras jamás pasarán.

34 »Tened cuidado, no sea que se os endurezca el corazón por el vicio, la embriaguez y las preocupaciones de esta vida. De otra manera, aquel día caerá de improviso sobre vosotros,

35 pues vendrá como una trampa sobre todos los habitantes de la tierra.

36 Estad siempre vigilantes, y orad para que podáis escapar de todo lo que está por suceder, y presentaros delante del Hijo del hombre».

37 De día Jesús enseñaba en el templo, pero salía a pasar la noche en el monte llamado de los Olivos,

38 y toda la gente madrugaba para ir al templo a oírlo.

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Lucas 22

Judas acuerda traicionar a Jesús

1 Se aproximaba la fiesta de los Panes sin levadura, llamada la Pascua.

2 Los jefes de los sacerdotes y losmaestros de la leybuscaban algún modo de acabar con Jesús, porque temían al pueblo.

3 Entonces entró Satanás en Judas, uno de los doce, al que llamaban Iscariote.

4 Este fue a los jefes de los sacerdotes y a los capitanes deltemplopara tratar con ellos cómo les entregaría a Jesús.

5 Ellos se alegraron y acordaron darle dinero.

6 Él aceptó, y comenzó a buscar una oportunidad para entregarles a Jesús cuando no hubiera gente.

La última cena

7 Cuando llegó el día de la fiesta de los Panes sin levadura, en que debía sacrificarse el cordero de la Pascua,

8 Jesús envió a Pedro y a Juan, diciéndoles:

―Id y haced los preparativos para que comamos la Pascua.

9 ―¿Dónde quieres que la preparemos? —le preguntaron.

10 ―Mirad —contestó él—: al entrar en la ciudad os saldrá al encuentro un hombre que lleva un cántaro de agua. Seguidlo hasta la casa en que entre,

11 y decid al dueño de la casa: “El Maestro pregunta: ¿Dónde está la sala en la que voy a comer la Pascua con mis discípulos?”

12 Él os mostrará en la planta alta una sala amplia y amueblada. Preparad allí la cena.

13 Ellos se fueron y encontraron todo tal como les había dicho Jesús. Así que prepararon la Pascua.

14 Cuando llegó la hora, Jesús y sus apóstoles sesentarona la mesa.

15 Entonces les dijo:

―He tenido muchísimos deseos de comer esta Pascua con vosotros antes de padecer,

16 pues os digo que no volveré a comerla hasta que tenga su pleno cumplimiento en el reino de Dios.

17 Luego tomó la copa, dio gracias y dijo:

―Tomad esto y repartidlo entre vosotros.

18 Os digo que no volveré a beber del fruto de la vid hasta que venga el reino de Dios.

19 También tomó pan y, después de dar gracias, lo partió, se lo dio y dijo:

―Este pan es mi cuerpo, entregado por vosotros; haced esto en memoria de mí.

20 De la misma manera tomó la copa después de la cena, y dijo:

―Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que es derramada por vosotros.

21 Pero sabed que la mano del que va a traicionarme está con la mía, sobre la mesa.

22 A la verdad el Hijo del hombre se irá según está decretado, pero ¡ay de aquel que lo traiciona!

23 Entonces comenzaron a preguntarse unos a otros quién de ellos haría esto.

24 Tuvieron además un altercado sobre cuál de ellos sería el más importante.

25 Jesús les dijo:

―Los reyes de lasnacionesoprimen a sus súbditos, y los que ejercen autoridad sobre ellos se llaman a sí mismos benefactores.

26 No sea así entre vosotros. Al contrario, el mayor debe comportarse como el menor, y el que manda como el que sirve.

27 Porque, ¿quién es más importante, el que está a la mesa o el que sirve? ¿No lo es el que está sentado a la mesa? Sin embargo, yo estoy entre vosotros como uno que sirve.

28 Ahora bien, vosotros sois los que habéis estado siempre a mi lado en mispruebas.

29 Por eso, yo mismo os concedo un reino, así como mi Padre me lo concedió a mí,

30 para que comáis y bebáis a mi mesa en mi reino, y os sentéis en tronos para juzgar a las doce tribus de Israel.

31 »Simón, Simón, mira que Satanás ha pedido zarandearos como si fuerais trigo.

32 Pero yo he orado por ti, para que no falle tu fe. Y tú, cuando te hayas vuelto a mí, fortalece a tus hermanos».

33 ―Señor —respondió Pedro—, estoy dispuesto a ir contigo tanto a la cárcel como a la muerte.

34 ―Pedro, te digo que hoy mismo, antes de que cante el gallo, tres veces negarás que me conoces.

35 Luego Jesús dijo a todos:

―Cuando os envié sin monedero ni bolsa ni sandalias, ¿acaso os faltó algo?

―Nada —respondieron.

36 ―Ahora, en cambio, el que tenga un monedero, que lo lleve; así mismo el que tenga una bolsa. Y el que nada tenga, que venda su manto y compre una espada.

37 Porque os digo que tiene que cumplirse en mí aquello que está escrito: “Y fue contado entre los transgresores”.En efecto, lo que se ha escrito de mí se está cumpliendo.

38 ―Mira, Señor —le señalaron los discípulos—, aquí hay dos espadas.

―¡Basta! —les contestó.

Jesús ora en el monte de los Olivos

39 Jesús salió de la ciudad y, como de costumbre, se dirigió al monte de los Olivos, y sus discípulos lo siguieron.

40 Cuando llegaron al lugar, les dijo: «Orad para no caer ententación».

41 Entonces se separó de ellos a una buena distancia,se arrodilló y empezó a orar:

42 «Padre, si quieres, no me hagas beber este trago amargo;pero no se cumpla mi voluntad, sino la tuya».

43 Entonces se le apareció un ángel del cielo para fortalecerlo.

44 Pero, como estaba angustiado, se puso a orar con más fervor, y su sudor era como gotas de sangre que caían a tierra.

45 Cuando terminó de orar y volvió a los discípulos, los encontró dormidos, agotados por la tristeza.

46 «¿Por qué estáis durmiendo? —les exhortó—. Levantaos y orad para no caer en tentación».

Arresto de Jesús

47 Todavía estaba hablando Jesús cuando se apareció una turba, y al frente iba uno de los doce, el que se llamaba Judas. Este se acercó a Jesús para besarlo,

48 pero Jesús le preguntó:

―Judas, ¿con un beso traicionas al Hijo del hombre?

49 Los discípulos que lo rodeaban, al darse cuenta de lo que pasaba, dijeron:

―Señor, ¿atacamos con la espada?

50 Y uno de ellos hirió al siervo del sumo sacerdote, cortándole la oreja derecha.

51 ―¡Dejadlos! —ordenó Jesús.

Entonces tocó la oreja al hombre, y lo sanó.

52 Luego dijo a los jefes de los sacerdotes, a los capitanes deltemploy a losancianos, que habían venido a prenderlo:

―¿Acaso soy un bandido,para que vengáis contra mí con espadas y palos?

53 Todos los días estaba con vosotros en el templo, y no os atrevisteis a ponerme las manos encima. Pero ya ha llegado vuestra hora, cuando reinan las tinieblas.

Pedro niega a Jesús

54 Prendieron entonces a Jesús y lo llevaron a la casa del sumo sacerdote. Pedro los seguía de lejos.

55 Pero luego, cuando encendieron una fogata en medio del patio y se sentaron alrededor, Pedro se les unió.

56 Una criada lo vio allí sentado a la lumbre, lo miró detenidamente y dijo:

―Este estaba con él.

57 Pero él lo negó.

―Muchacha, yo no lo conozco.

58 Poco después lo vio otro y afirmó:

―Tú también eres uno de ellos.

―¡No, hombre, no lo soy! —contestó Pedro.

59 Como una hora más tarde, otro lo acusó:

―Seguro que este estaba con él; pues también es galileo.

60 ―¡Hombre, no sé de qué estás hablando! —replicó Pedro.

En el mismo momento en que dijo eso, cantó el gallo.

61 El Señor se volvió y miró directamente a Pedro. Entonces Pedro se acordó de lo que el Señor le había dicho: «Hoy mismo, antes de que el gallo cante, me negarás tres veces».

62 Y saliendo de allí, lloró amargamente.

Los soldados se burlan de Jesús

63 Los hombres que vigilaban a Jesús comenzaron a burlarse de él y a golpearlo.

64 Le vendaron los ojos, y le increpaban:

―¡Adivina quién te pegó!

65 Y le lanzaban muchos otros insultos.

Jesús ante Pilato y Herodes

66 Al amanecer, se reunieron losancianosdel pueblo, tanto los jefes de los sacerdotes como losmaestros de la ley, e hicieron comparecer a Jesús ante elConsejo.

67 ―Si eres elCristo, dínoslo —le exigieron.

Jesús les contestó:

―Si os lo dijera, no me creeríais

68 y, si os hiciera preguntas, no me contestaríais.

69 Pero de ahora en adelante el Hijo del hombre estará sentado a laderechadel Dios Todopoderoso.

70 ―¿Eres tú, entonces, el Hijo de Dios? —le preguntaron a una voz.

―Vosotros mismos lo decís.

71 ―¿Para qué necesitamos más testimonios? —resolvieron—. Acabamos de oírlo de sus propios labios.

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Lucas 23

1 Así que la asamblea en pleno se levantó, y lo llevaron a Pilato.

2 Y comenzaron la acusación con estas palabras:

―Hemos descubierto a este hombre agitando a nuestra nación. Se opone al pago de impuestos alemperadory afirma que él es elCristo, un rey.

3 Así que Pilato preguntó a Jesús:

―¿Eres tú el rey de los judíos?

―Tú mismo lo dices —respondió.

4 Entonces Pilato declaró a los jefes de los sacerdotes y a la multitud:

―No encuentro que este hombre sea culpable de nada.

5 Pero ellos insistían:

―Con sus enseñanzas agita al pueblo por toda Judea.Comenzó en Galilea y ha llegado hasta aquí.

6 Al oír esto, Pilato preguntó si el hombre era galileo.

7 Cuando se enteró de que pertenecía a la jurisdicción de Herodes, se lo mandó a él, ya que en aquellos días también Herodes estaba en Jerusalén.

8 Al ver a Jesús, Herodes se puso muy contento; hacía tiempo que quería verlo por lo que oía acerca de él, y esperaba presenciar algún milagro que hiciera Jesús.

9 Lo acosó con muchas preguntas, pero Jesús no le contestaba nada.

10 Allí estaban también los jefes de los sacerdotes y losmaestros de la ley, acusándolo con vehemencia.

11 Entonces Herodes y sus soldados, con desprecio y burlas, le pusieron un manto lujoso y lo mandaron de vuelta a Pilato.

12 Anteriormente, Herodes y Pilato no se llevaban bien, pero ese mismo día se hicieron amigos.

13 Pilato entonces reunió a los jefes de los sacerdotes, a los gobernantes y al pueblo,

14 y les dijo:

―Me habéis traído a este hombre acusado de fomentar la rebelión entre el pueblo, pero resulta que lo he interrogado delante de vosotros sin encontrar que sea culpable de lo que lo acusáis.

15 Y es claro que tampoco Herodes lo ha juzgado culpable, puesto que nos lo devolvió. Como podéis ver, no ha cometido ningún delito que merezca la muerte,

16 así que le daré una paliza y después lo soltaré.

18 Pero todos gritaron a una voz:

―¡Llévate a ese! ¡Suéltanos a Barrabás!

19 A Barrabás lo habían metido en la cárcel por una insurrección en la ciudad, y por homicidio.

20 Pilato, como quería soltar a Jesús, apeló al pueblo otra vez,

21 pero ellos se pusieron a gritar:

―¡Crucifícalo! ¡Crucifícalo!

22 Por tercera vez les habló:

―Pero ¿qué crimen ha cometido este hombre? No encuentro que él sea culpable de nada que merezca la pena de muerte, así que le daré una paliza y después lo soltaré.

23 Pero a grandes voces ellos siguieron insistiendo en que lo crucificara, y con sus gritos se impusieron.

24 Por fin Pilato decidió concederles su demanda:

25 soltó al hombre que le pedían, el que por insurrección y homicidio había sido echado en la cárcel, y dejó que hicieran con Jesús lo que quisieran.

La crucifixión

26 Cuando se lo llevaban, echaron mano de un tal Simón de Cirene, que volvía del campo, y le cargaron la cruz para que la llevara detrás de Jesús.

27 Lo seguía mucha gente del pueblo, incluso mujeres que se golpeaban el pecho, lamentándose por él.

28 Jesús se volvió hacia ellas y les dijo:

―Hijas de Jerusalén, no lloréis por mí; llorad más bien por vosotras y por vuestros hijos.

29 Mirad, va a llegar el tiempo en que se dirá: “¡Dichosaslas estériles, que nunca dieron a luz ni amamantaron!”

30 Entonces

»“dirán a las montañas: ‘¡Caed sobre nosotros!’,

y a las colinas: ‘¡Cubridnos!’ ”

31 Porque, si esto se hace cuando el árbol está verde, ¿qué no sucederá cuando esté seco?»

32 También llevaban con él a otros dos, ambos criminales, para ser ejecutados.

33 Cuando llegaron al lugar llamado la Calavera, lo crucificaron allí, junto con los criminales, uno a su derecha y otro a su izquierda.

34 ―Padre —dijo Jesús—, perdónalos, porque no saben lo que hacen.

Mientras tanto, echaban suertes para repartirse entre sí la ropa de Jesús.

35 La gente, por su parte, se quedó allí observando, y aun los gobernantes estaban burlándose de él.

―Salvó a otros —decían—; que se salve a sí mismo si es elCristode Dios, el Escogido.

36 También los soldados se acercaron para burlarse de él. Le ofrecieron vinagre

37 y le dijeron:

―Si eres el rey de los judíos, sálvate a ti mismo.

38 Resulta que había sobre él un letrero, que decía: «Este es el Rey de los judíos».

39 Uno de los criminales allí colgados empezó a insultarlo:

―¿No eres tú el Cristo? ¡Sálvate a ti mismo y a nosotros!

40 Pero el otro criminal lo reprendió:

―¿Ni siquiera temor de Dios tienes, aunque sufres la misma condena?

41 En nuestro caso, el castigo es justo, pues sufrimos lo que merecen nuestros delitos; este, en cambio, no ha hecho nada malo.

42 Luego dijo:

―Jesús, acuérdate de mí cuando vengas en tu reino.

43 ―Te aseguro que hoy estarás conmigo en el paraíso —le contestó Jesús.

Muerte de Jesús

44 Desde el mediodía y hasta la media tardetoda la tierra quedó sumida en la oscuridad,

45 pues el sol se ocultó. Y la cortina delsantuariodel templo se rasgó en dos.

46 Entonces Jesús exclamó con fuerza:

―¡Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu!

Y al decir esto, expiró.

47 El centurión, al ver lo que había sucedido, alabó a Dios y dijo:

―Verdaderamente este hombre era justo.

48 Entonces los que se habían reunido para presenciar aquel espectáculo, al ver lo ocurrido, se fueron de allí golpeándose el pecho.

49 Pero todos los conocidos de Jesús, incluso las mujeres que lo habían seguido desde Galilea, se quedaron mirando desde lejos.

Sepultura de Jesús

50 Había un hombre bueno y justo llamado José, miembro delConsejo,

51 que no había estado de acuerdo con la decisión ni con la conducta de ellos. Era natural de un pueblo de Judea llamado Arimatea, y esperaba el reino de Dios.

52 Este se presentó ante Pilato y le pidió el cuerpo de Jesús.

53 Después de bajarlo, lo envolvió en una sábana de lino y lo puso en un sepulcro cavado en la roca, en el que todavía no se había sepultado a nadie.

54 Era el día de preparación para elsábado, que estaba a punto de comenzar.

55 Las mujeres que habían acompañado a Jesús desde Galilea siguieron a José para ver el sepulcro y cómo colocaban el cuerpo.

56 Luego volvieron a casa y prepararon especias aromáticas y perfumes. Entonces descansaron el sábado, conforme al mandamiento.

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Lucas 24

La resurrección

1 El primer día de la semana, muy de mañana, las mujeres fueron al sepulcro, llevando las especias aromáticas que habían preparado.

2 Encontraron que había sido quitada la piedra que cubría el sepulcro

3 y, al entrar, no hallaron el cuerpo del Señor Jesús.

4 Mientras se preguntaban qué habría pasado, se les presentaron dos hombres con ropas resplandecientes.

5 Asustadas, se postraron sobre su rostro, pero ellos les dijeron:

―¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive?

6 No está aquí; ¡ha resucitado! Acordaos de lo que os dijo cuando todavía estaba con vosotros en Galilea:

7 “El Hijo del hombre tiene que ser entregado en manos de hombrespecadores, y ser crucificado, pero al tercer día resucitará”.

8 Entonces ellas se acordaron de las palabras de Jesús.

9 Al regresar del sepulcro, les contaron todas estas cosas a los once y a todos los demás.

10 Las mujeres eran María Magdalena, Juana, María la madre deJacoboy las demás que las acompañaban.

11 Pero a los discípulos el relato les pareció una tontería, así que no las creyeron.

12 Pedro, sin embargo, salió corriendo al sepulcro. Se asomó y vio solo las vendas de lino. Luego volvió a su casa, extrañado de lo que había sucedido.

De camino a Emaús

13 Aquel mismo día dos de ellos se dirigían a un pueblo llamado Emaús, a unos once kilómetrosde Jerusalén.

14 Iban conversando sobre todo lo que había acontecido.

15 Sucedió que, mientras hablaban y discutían, Jesús mismo se acercó y comenzó a caminar con ellos;

16 pero no lo reconocieron, pues sus ojos estaban velados.

17 ―¿Qué venís discutiendo por el camino? —les preguntó.

Se detuvieron, cabizbajos;

18 y uno de ellos, llamado Cleofás, le dijo:

―¿Eres tú el único peregrino en Jerusalén que no se ha enterado de todo lo que ha pasado recientemente?

19 ―¿Qué es lo que ha pasado? —les preguntó.

―Lo de Jesús de Nazaret. Era un profeta, poderoso en obras y en palabras delante de Dios y de todo el pueblo.

20 Los jefes de los sacerdotes y nuestros gobernantes lo entregaron para ser condenado a muerte, y lo crucificaron;

21 pero nosotros abrigábamos la esperanza de que era él quien redimiría a Israel. Es más, ya hace tres días que sucedió todo esto.

22 También algunas mujeres de nuestro grupo nos dejaron asombrados. Esta mañana, muy temprano, fueron al sepulcro,

23 pero no hallaron su cuerpo. Cuando volvieron, nos contaron que se les habían aparecido unos ángeles, quienes les dijeron que él está vivo.

24 Algunos de nuestros compañeros fueron después al sepulcro y lo encontraron tal como habían dicho las mujeres, pero a él no lo vieron.

25 ―¡Qué torpes sois —les dijo—, y qué tardos de corazón para creer todo lo que han dicho los profetas!

26 ¿Acaso no tenía que sufrir elCristoestas cosas antes de entrar en su gloria?

27 Entonces, comenzando por Moisés y por todos los profetas, les explicó lo que se refería a él en todas las Escrituras.

28 Al acercarse al pueblo adonde se dirigían, Jesús hizo como que iba más lejos.

29 Pero ellos insistieron:

―Quédate con nosotros, que está atardeciendo; ya es casi de noche.

Así que entró para quedarse con ellos.

30 Luego, estando con ellos a la mesa, tomó el pan, lo bendijo, lo partió y se lo dio.

31 Entonces se les abrieron los ojos y lo reconocieron, pero él desapareció.

32 Se decían el uno al otro:

―¿No ardía nuestro corazón mientras conversaba con nosotros en el camino y nos explicaba las Escrituras?

33 Al instante se pusieron en camino y regresaron a Jerusalén. Allí encontraron a los once y a los que estaban reunidos con ellos.

34 «¡Es cierto! —decían—. El Señor ha resucitado y se le ha aparecido a Simón».

35 Los dos, por su parte, contaron lo que les había sucedido en el camino, y cómo habían reconocido a Jesús cuando partió el pan.

Jesús se aparece a los discípulos

36 Todavía estaban ellos hablando acerca de esto, cuando Jesús mismo se puso en medio de ellos y les dijo:

―Paz a vosotros.

37 Aterrorizados, creyeron que veían a un espíritu.

38 ―¿Por qué os asustáis tanto? —les preguntó—. ¿Por qué dudáis?

39 Mirad mis manos y mis pies. ¡Soy yo mismo! Tocadme y ved; un espíritu no tiene carne ni huesos, como veis que tengo yo.

40 Dicho esto, les mostró las manos y los pies.

41 Como ellos no acababan de creerlo a causa de la alegría y del asombro, les preguntó:

―¿Tenéis aquí algo de comer?

42 Le dieron un pedazo de pescado asado,

43 así que lo tomó y se lo comió delante de ellos. Luego les dijo:

44 ―Cuando todavía estaba yo con vosotros, os decía que tenía que cumplirse todo lo que está escrito acerca de mí en la ley de Moisés, en los profetas y en los salmos.

45 Entonces les abrió el entendimiento para que comprendieran las Escrituras.

46 ―Esto es lo que está escrito —les explicó—: que elCristopadecerá yresucitaráal tercer día,

47 y en su nombre se predicarán elarrepentimientoy el perdón de pecados a todas lasnaciones, comenzando por Jerusalén.

48 Vosotros sois testigos de estas cosas.

49 Ahora voy a enviaros lo que ha prometido mi Padre; pero quedaos en la ciudad hasta que seáis revestidos del poder de lo alto.

La ascensión

50 Después los llevó Jesús hasta Betania; allí alzó las manos y los bendijo.

51 Sucedió que, mientras los bendecía, se alejó de ellos y fue llevado al cielo.

52 Ellos, entonces, lo adoraron y luego regresaron a Jerusalén con gran alegría.

53 Y estaban continuamente en eltemplo, alabando a Dios.

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Juan 1

El Verbo se hizo hombre

1 En el principio ya existía elVerbo,

y el Verbo estaba con Dios,

y el Verbo era Dios.

2 Él estaba con Dios en el principio.

3 Por medio de él todas las cosas fueron creadas;

sin él, nada de lo creado llegó a existir.

4 En él estaba la vida,

y la vida era la luz de lahumanidad.

5 Esta luz resplandece en las tinieblas,

y las tinieblas no han podido extinguirla.

6 Vino un hombre llamado Juan. Dios lo envió

7 como testigo para dar testimonio de la luz, a fin de que por medio de él todos creyeran.

8 Juan no era la luz, sino que vino para dar testimonio de la luz.

9 Esa luz verdadera, la que alumbra a todoser humano, venía a este mundo.

10 El que era la luz ya estaba en el mundo, y el mundo fue creado por medio de él, pero el mundo no lo reconoció.

11 Vino a lo que era suyo, pero los suyos no lo recibieron.

12 Mas a cuantos lo recibieron, a los que creen en su nombre, les dio el derecho de ser hijos de Dios.

13 Estos no nacen de la sangre, ni por deseosnaturales, ni por voluntad humana, sino que nacen de Dios.

14 Y el Verbo se hizo hombre y habitóentre nosotros. Y hemos contemplado su gloria, la gloria que corresponde al Hijounigénitodel Padre, lleno de gracia y de verdad.

15 Juan dio testimonio de él, y a voz en grito proclamó: «Este es aquel de quien yo decía: “El que viene después de mí es superior a mí, porque existía antes que yo”».

16 De su plenitud todos hemos recibido gracia sobre gracia,

17 pues la ley fue dada por medio de Moisés, mientras que la gracia y la verdad nos han llegado por medio deJesucristo.

18 A Dios nadie lo ha visto nunca; el Hijo unigénito, quien es Diosy que vive en unión íntima con el Padre, nos lo ha dado a conocer.

Juan el Bautista niega ser el Cristo

19 Este es el testimonio de Juan cuando los judíos de Jerusalén enviaron sacerdotes y levitas a preguntarle quién era.

20 No se negó a declararlo, sino que confesó con franqueza:

―Yo no soy elCristo.

21 ―¿Quién eres entonces? —le preguntaron—. ¿Acaso eres Elías?

―No lo soy.

―¿Eres el profeta?

―No lo soy.

22 ―¿Entonces quién eres? ¡Tenemos que llevar una respuesta a los que nos enviaron! ¿Qué dices de ti mismo?

23 ―Yo soy la voz del que grita en el desierto: “Enderezad el camino del Señor”—respondió Juan, con las palabras del profeta Isaías.

24 Algunos que habían sido enviados por losfariseos

25 lo interrogaron:

―Pues, si no eres el Cristo ni Elías ni el profeta, ¿por qué bautizas?

26 ―Yo bautizo conagua, pero entre vosotros hay alguien a quien no conocéis,

27 y que viene detrás de mí, al cual yo no soy digno ni siquiera de desatarle la correa de las sandalias.

28 Todo esto sucedió en Betania, al otro lado del río Jordán, donde Juan estaba bautizando.

Jesús, el Cordero de Dios

29 Al día siguiente Juan vio a Jesús que se acercaba a él, y dijo: «¡Aquí tenéis al Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo!

30 De este hablaba yo cuando dije: “Detrás de mí viene un hombre que es superior a mí, porque existía antes que yo”.

31 Yo ni siquiera lo conocía, pero, para que él se revelara al pueblo de Israel, vine bautizando con agua».

32 Juan declaró: «Vi al Espíritu descender del cielo como una paloma y permanecer sobre él.

33 Yo mismo no lo conocía, pero el que me envió a bautizar con agua me dijo: “Aquel sobre quien veas que el Espíritu desciende y permanece es el que bautiza con el Espíritu Santo”.

34 Yo lo he visto y por eso testifico que este es el Hijo de Dios».

Los primeros discípulos de Jesús

35 Al día siguiente Juan estaba de nuevo allí, con dos de sus discípulos.

36 Al ver a Jesús que pasaba por ahí, dijo:

―¡Aquí tenéis al Cordero de Dios!

37 Cuando los dos discípulos le oyeron decir esto, siguieron a Jesús.

38 Jesús se volvió y, al ver que lo seguían, les preguntó:

―¿Qué buscáis?

―Rabí, ¿dónde te hospedas? (Rabí significa: Maestro).

39 ―Venid a ver —les contestó Jesús.

Ellos fueron, pues, y vieron dónde se hospedaba, y aquel mismo día se quedaron con él. Eran como las cuatro de la tarde.

40 Andrés, hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que, al oír a Juan, habían seguido a Jesús.

41 Andrés encontró primero a su hermano Simón, y le dijo:

―Hemos encontrado al Mesías (es decir, elCristo).

42 Luego lo llevó a Jesús, quien, mirándolo fijamente, le dijo:

―Tú eres Simón, hijo de Juan. Serás llamadoCefas(es decir, Pedro).

Jesús llama a Felipe y a Natanael

43 Al día siguiente, Jesús decidió salir hacia Galilea. Se encontró con Felipe, y lo llamó:

―Sígueme.

44 Felipe era del pueblo de Betsaida, lo mismo que Andrés y Pedro.

45 Felipe buscó a Natanael y le dijo:

―Hemos encontrado a Jesús de Nazaret, el hijo de José, aquel de quien escribió Moisés en la ley, y de quien escribieron los profetas.

46 ―¡De Nazaret! —replicó Natanael—. ¿Acaso de allí puede salir algo bueno?

―Ven a ver —le contestó Felipe.

47 Cuando Jesús vio que Natanael se le acercaba, comentó:

―Aquí tenéis un verdadero israelita, en quien no hay falsedad.

48 ―¿De qué me conoces? —le preguntó Natanael.

―Antes de que Felipe te llamara, cuando aún estabas bajo la higuera, ya te había visto.

49 ―Rabí, ¡tú eres el Hijo de Dios! ¡Tú eres el Rey de Israel! —declaró Natanael.

50 ―¿Lo crees porque te dije que te vi cuando estabas debajo de la higuera? ¡Vas a ver aun cosas más grandes que estas!

Y añadió:

51 ―Ciertamente os aseguro que veréis el cielo abierto, y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre.

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Juan 2

Jesús cambia el agua en vino

1 Al tercer día se celebró una boda en Caná de Galilea, y la madre de Jesús se encontraba allí.

2 También habían sido invitados a la boda Jesús y sus discípulos.

3 Cuando el vino se acabó, la madre de Jesús le dijo:

―Ya no tienen vino.

4 ―Mujer, ¿eso qué tiene que ver conmigo? —respondió Jesús—. Todavía no ha llegado mi hora.

5 Su madre dijo a los sirvientes:

―Haced lo que él os ordene.

6 Había allí seis tinajas de piedra, de las que usan los judíos en sus ceremonias depurificación. En cada una cabían unos cien litros.

7 Jesús dijo a los sirvientes:

―Llenad las tinajas de agua.

Y los sirvientes las llenaron hasta el borde.

8 ―Ahora sacad un poco y llevadlo al encargado del banquete —les dijo Jesús.

Así lo hicieron.

9 El encargado del banquete probó el agua convertida en vino sin saber de dónde había salido, aunque sí lo sabían los sirvientes que habían sacado el agua. Entonces llamó aparte al novio

10 y le dijo:

―Todos sirven primero el mejor vino y, cuando los invitados ya han bebido mucho, entonces sirven el más barato; pero tú has guardado el mejor vino hasta ahora.

11 Esta, la primera de sus señales, la hizo Jesús en Caná de Galilea. Así reveló su gloria, y sus discípulos creyeron en él.

12 Después de esto, Jesús bajó a Capernaún con su madre, sus hermanos y sus discípulos, y se quedaron allí unos días.

Jesús purifica el templo

13 Cuando se aproximaba la Pascua de los judíos, subió Jesús a Jerusalén.

14 Y en eltemplohalló a los que vendían bueyes, ovejas y palomas, e instalados en sus mesas a los que cambiaban dinero.

15 Entonces, haciendo un látigo de cuerdas, echó a todos del templo, juntamente con sus ovejas y sus bueyes; regó por el suelo las monedas de los que cambiaban dinero y derribó sus mesas.

16 A los que vendían las palomas les dijo:

―¡Sacad esto de aquí! ¿Cómo os atrevéis a convertir la casa de mi Padre en un mercado?

17 Sus discípulos se acordaron de que está escrito: «El celo por tu casa me consumirá».

18 Entonces los judíos reaccionaron, preguntándole:

―¿Qué señal puedes mostrarnos para actuar de esta manera?

19 ―Destruid este templo —respondió Jesús—, y lo levantaré de nuevo en tres días.

20 ―Tardaron cuarenta y seis años en construir este templo, ¿y tú vas a levantarlo en tres días?

21 Pero el templo al que se refería era su propio cuerpo.

22 Así pues, cuando selevantó de entre los muertos, sus discípulos se acordaron de lo que había dicho, y creyeron en la Escritura y en las palabras de Jesús.

23 Mientras estaba en Jerusalén, durante la fiesta de la Pascua, muchos creyeron en su nombre al ver las señales que hacía.

24 En cambio, Jesús no les creía, porque los conocía a todos;

25 no necesitaba que nadie le informara nadaacerca de los demás, pues él conocía el interior delser humano.

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Juan 3

Jesús enseña a Nicodemo

1 Había entre losfariseosun dirigente de los judíos llamado Nicodemo.

2 Este fue de noche a visitar a Jesús.

―Rabí —le dijo—, sabemos que eres un maestro que ha venido de parte de Dios, porque nadie podría hacer las señales que tú haces si Dios no estuviera con él.

3 ―De veras te aseguro que quien no nazca de nuevono puede ver el reino de Dios —dijo Jesús.

4 ―¿Cómo puede uno nacer de nuevo siendo ya viejo? —preguntó Nicodemo—. ¿Acaso puede entrar por segunda vez en el vientre de su madre y volver a nacer?

5 ―Yo te aseguro que quien no nazca de agua y del Espíritu no puede entrar en el reino de Dios —respondió Jesús—.

6 Lo que nace del cuerpo es cuerpo; lo que nace del Espíritu es espíritu.

7 No te sorprendas de que te haya dicho: “Tenéis que nacer de nuevo”.

8 El viento sopla por donde quiere, y lo oyes silbar, aunque ignoras de dónde viene y a dónde va. Lo mismo pasa con todo el que nace del Espíritu.

9 Nicodemo replicó:

―¿Cómo es posible que esto suceda?

10 ―Tú eres maestro de Israel, ¿y no entiendes estas cosas? —respondió Jesús—.

11 Te aseguro que hablamos de lo que sabemos y damos testimonio de lo que hemos visto personalmente, pero vosotros no aceptáis nuestro testimonio.

12 Si os he hablado de las cosas terrenales, y no creéis, ¿entonces cómo vais a creer si os hablo de las celestiales?

13 Nadie ha subido jamás al cielo sino el que descendió del cielo, el Hijo del hombre.

Jesús y el amor del Padre

14 »Como levantó Moisés la serpiente en el desierto, así también tiene que ser levantado el Hijo del hombre,

15 para que todo el que crea en él tenga vida eterna.

16 »Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijounigénito, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna.

17 Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para salvarlo por medio de él.

18 El que cree en él no es condenado, pero el que no cree ya está condenado por no haber creído en el nombre del Hijo unigénito de Dios.

19 Esta es la causa de la condenación: que la luz vino al mundo, pero lahumanidadprefirió las tinieblas a la luz, porque sus hechos eran perversos.

20 Pues todo el que hace lo malo aborrece la luz, y no se acerca a ella por temor a que sus obras queden al descubierto.

21 En cambio, el que practica la verdad se acerca a la luz, para que se vea claramente que ha hecho sus obras en obediencia a Dios.

Testimonio de Juan el Bautista acerca de Jesús

22 Después de esto, Jesús fue con sus discípulos a la región de Judea. Allí pasó algún tiempo con ellos, y bautizaba.

23 También Juan estaba bautizando en Enón, cerca de Salín, porque allí había mucha agua. Así que la gente iba para ser bautizada.

24 (Esto sucedió antes de que encarcelaran a Juan).

25 Se entabló entonces una discusión entre los discípulos de Juan y un judíoen torno a los ritos depurificación.

26 Aquellos fueron a ver a Juan y le dijeron:

―Rabí, fíjate, el que estaba contigo al otro lado del Jordán, y de quien tú diste testimonio, ahora está bautizando, y todos acuden a él.

27 ―Nadie puede recibir nada a menos que Dios se lo conceda —respondió Juan—.

28 Vosotros sois testigos de que dije: “Yo no soy elCristo, sino que he sido enviado delante de él”.

29 El que tiene a la novia es el novio. Pero el amigo del novio, que está a su lado y lo escucha, se llena de alegría cuando oye la voz del novio. Esa es la alegría que me inunda.

30 A él le toca crecer, y a mí, menguar.

El que viene del cielo

31 »El que viene de arriba está por encima de todos; el que es de la tierra es terrenal y de lo terrenal habla. El que viene del cielo está por encima de todos

32 y da testimonio de lo que ha visto y oído, pero nadie recibe su testimonio.

33 El que lo recibe certifica que Dios es veraz.

34 El enviado de Dios comunica el mensaje divino, pues Dios mismo le da su Espíritu sin restricción.

35 El Padre ama al Hijo, y ha puesto todo en sus manos.

36 El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rechaza al Hijo no sabrá lo que es esa vida, sino que permanecerá bajo el castigo de Dios».