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2 Crónicas 34

Josías, rey de Judá

1 Josías tenía ocho años cuando ascendió al trono, y reinó en Jerusalén treinta y un años.

2 Josías hizo lo que agrada alSeñor, pues siguió el buen ejemplo de su antepasado David; no se desvió de él en el más mínimo detalle.

3 En el año octavo de su reinado, siendo aún muy joven, Josías comenzó a buscar al Dios de su antepasado David. En el año duodécimo empezó apurificara Judá y a Jerusalén, quitando lossantuarios paganos, las imágenes de la diosaAserá, y los ídolos y las imágenes de metal fundido.

4 En su presencia fueron destruidos los altares de losbaalesy los altares sobre los que se quemaba incienso; también fueron despedazadas las imágenes para el culto a Aserá, y los ídolos y las imágenes de metal fundido fueron reducidos a polvo, el cual fue esparcido sobre las tumbas de los que les habían ofrecido sacrificios.

5 Quemó sobre los altares los huesos de los sacerdotes, purificando así a Judá y a Jerusalén.

6 Lo mismo hizo en las ciudades de Manasés, Efraín, Simeón y Neftalí, y en sus alrededores.

7 En toda la región de Israel destruyó los altares, redujo a polvo los ídolos y las imágenes de la diosa Aserá, y derribó los altares para quemar incienso. Luego regresó a Jerusalén.

8 En el año dieciocho de su reinado, después de haber purificado el país y el templo, Josías envió a Safán hijo de Asalías y a Maseías, gobernador de la ciudad, junto con el secretario Joa hijo de Joacaz, a que repararan el templo delSeñorsu Dios.

9 Estos se presentaron ante el sumo sacerdote Jilquías y le entregaron el dinero que había sido recaudado en el templo de Dios, y que los levitas porteros habían recibido de los habitantes de Manasés y Efraín, y de todo el resto de Israel, Judá y Benjamín, y de los habitantes de Jerusalén.

10 Luego entregaron el dinero a los que supervisaban la restauración del templo, y estos se lo dieron a los trabajadores que estaban reparando y restaurando el templo delSeñor.

11 También les dieron dinero a los carpinteros y albañiles, a fin de que compraran piedras de cantera y madera para las vigas de los edificios que los reyes de Judá habían dejado deteriorar.

12 Estos hombres realizaban su trabajo con honradez. Los que estaban al frente de ellos eran los levitas Yajat y Abdías, descendientes de Merari, y Zacarías y Mesulán, descendientes de Coat. Los levitas, que eran hábiles en tocar instrumentos de música,

13 eran los jefes de los cargadores y de todos los que trabajaban en la obra, fuera cual fuera su tarea. Entre los levitas había cronistas, oficiales y porteros.

Hallazgo del libro de la ley

14 Al sacar el dinero recaudado en el templo delSeñor, el sacerdote Jilquías encontró el libro de laley delSeñor, dada por medio de Moisés.

15 Jilquías le dijo al cronista Safán: «He encontrado el libro de la ley en el templo delSeñor». Entonces se lo entregó,

16 y Safán se lo llevó al rey. Le dijo:

―Tus siervos están haciendo todo cuanto se les ha encargado.

17 Han recogido el dineroque estaba en el templo delSeñor, y se lo han entregado a los supervisores y a los trabajadores.

18 En sus funciones de cronista, Safán también informó al rey que el sumo sacerdote Jilquías le había entregado un libro, el cual leyó en presencia del rey.

19 Cuando el rey oyó las palabras de la ley, se rasgó las vestiduras en señal de duelo

20 y dio esta orden a Jilquías, a Ajicán hijo de Safán, a Abdón hijo de Micaías, al cronista Safán y a Asaías, su ministro personal:

21 ―Con respecto a lo que dice este libro que se ha encontrado, id a consultar alSeñorpor mí y por el remanente de Israel y de Judá. Sin duda que la gran ira delSeñorse ha derramado contra nosotros porque nuestros antepasados no tuvieron en cuenta su palabra, ni actuaron según lo que está escrito en este libro.

22 Jilquías y los demás comisionados del rey fueron a consultar a la profetisa Huldá, que vivía en el barrio nuevo de Jerusalén. Huldá era la esposa de Salún, el encargado del vestuario, quien era hijo de Ticváy nieto de Jarjás.

23 Huldá les contestó: «Así dice elSeñor, Dios de Israel: “Decidle al que os ha enviado

24 que yo, elSeñor, les advierto: ‘Voy a enviar una desgracia sobre este lugar y sus habitantes, y haré que se cumplan todas las maldiciones que están escritas en el libro que se ha leído ante el rey de Judá.

25 Ellos me han abandonado; han quemado incienso a otros dioses, y con todos sus ídoloshan provocado mi furor. Por eso arde mi ira contra este lugar, y no se apagará’.

26 Pero al rey de Judá, que os envió para consultarme, decidle que yo, elSeñor, Dios de Israel, digo en cuanto a las palabras que él ha oído:

27 ‘Como te has conmovido y humillado ante mí al escuchar lo que he anunciado contra este lugar y sus habitantes, y te has rasgado las vestiduras y has llorado en mi presencia, yo te he escuchado. Yo, elSeñor, lo afirmo.

28 Por lo tanto, te reuniré con tus antepasados, y serás sepultado enpaz. Tus ojos no verán la desgracia que voy a enviar sobre este lugar y sobre sus habitantes’ ”».

Así que ellos regresaron para informar al rey.

Renovación del pacto

29 Entonces el rey mandó convocar a todos losancianosde Judá y Jerusalén.

30 Acompañado de todos los habitantes de Judá y de Jerusalén, de los sacerdotes, de los levitas y, en fin, de la nación entera, desde el más grande hasta el más pequeño, el rey subió al templo delSeñory, en presencia de ellos, leyó todo lo que dice el libro delpactoque fue hallado en el templo delSeñor.

31 Después se puso de pie, junto a la columna del rey, y ante elSeñorrenovó el pacto. Se comprometió a seguir alSeñory a poner en práctica, de todocorazóny con toda elalma, sus mandamientos, preceptos y decretos, cumpliendo así las palabras del pacto escritas en este libro.

32 Después hizo que todos los que se encontraban en Jerusalén y en Benjamín confirmaran el pacto. Y así los habitantes de Jerusalén actuaron según el pacto del Dios de sus antepasados.

33 Josías suprimió todas las costumbres detestables que había en todo el territorio de los israelitas, e hizo que todos los que se hallaban en Israel adoraran alSeñorsu Dios. Mientras Josías vivió, no abandonaron alSeñor, Dios de sus antepasados.

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2 Crónicas 35

Celebración de la Pascua

1 Josías celebró en Jerusalén la Pascua delSeñor. El día catorce del mes primero celebraron la Pascua.

2 Josías asignó las funciones a los sacerdotes y los animó a dedicarse al servicio del templo delSeñor.

3 A los levitas, que eran los encargados de enseñar a los israelitas y que estaban consagrados alSeñor, les dijo: «Poned el arca sagrada en el templo que construyó Salomón hijo de David, rey de Israel, para que ya no tengáis que llevarla sobre los hombros. Servid alSeñorvuestro Dios y a su pueblo Israel.

4 Organizaos en turnos, según vuestras familias patriarcales, de acuerdo con las instrucciones que dejaron por escrito David, rey de Israel, y su hijo Salomón.

5 Ocupad vuestros puestos en el santuario, conforme a las familias patriarcales de vuestros hermanos israelitas, de manera que a cada grupo de familias del pueblo corresponda un grupo de levitas.

6 Celebrad la Pascua, consagraos y preparadlo todo para vuestros hermanos, y cumplid con lo que elSeñorordenó por medio de Moisés».

7 De sus propios bienes, Josías obsequió a todo el pueblo allí presente unos treinta mil corderos y cabritos y tres mil bueyes, para que celebraran la Pascua.

8 También los jefes hicieron sus donativos para el pueblo y para los sacerdotes y levitas. Por su parte, Jilquías, Zacarías y Jehiel, oficiales del templo de Dios, entregaron a los sacerdotes dos mil seiscientos animales de ganado menor y trescientos bueyes, para celebrar la Pascua.

9 Conanías y sus hermanos Semaías y Natanael, y Jasabías, Jeyel y Josabad, jefes de los levitas, entregaron a los levitas cinco mil animales de ganado menor y quinientos bueyes.

10 Una vez preparada la ceremonia, los sacerdotes ocuparon sus puestos, y los levitas se organizaron según sus turnos, conforme a la orden del rey.

11 Al sacrificar los animales para la Pascua, los sacerdotes rociaban la sangre y los levitas desollaban los animales.

12 Luego entregaban a cada familia patriarcal del pueblo la porción que esta debía ofrecerle alSeñor, como está escrito en el libro de Moisés. Lo mismo hicieron con los bueyes.

13 Después asaron los animales para la Pascua, conforme al mandamiento; además, cocieron las otras ofrendas en ollas, calderos y sartenes, y las repartieron rápidamente entre toda la gente.

14 Luego prepararon la Pascua para ellos mismos y para los sacerdotes descendientes de Aarón. Los levitas tuvieron que prepararla para ellos mismos y para los sacerdotes porque estos estuvieron ocupados hasta la noche ofreciendo losholocaustosy la grasa.

15 Los cantores descendientes de Asaf ocuparon sus puestos, de acuerdo con lo que habían dispuesto David, Asaf, Hemán y Jedutún, vidente del rey. También los porteros permanecieron en sus respectivas puertas, y no tuvieron que abandonar sus puestos de servicio, pues sus compañeros levitas les prepararon la Pascua.

16 Así se organizó aquel día el servicio delSeñorpara celebrar la Pascua y ofrecer los holocaustos en el altar delSeñor, tal como lo había ordenado el rey Josías.

17 En aquella ocasión, los israelitas allí presentes celebraron durante siete días la fiesta de la Pascua y la de los Panes sin levadura.

18 Desde la época del profeta Samuel no se había celebrado una Pascua semejante, y ninguno de los reyes había celebrado una Pascua así, como lo hizo Josías con los sacerdotes y levitas, con los habitantes de Judá y de Israel allí presentes, y con los de Jerusalén.

19 Esta Pascua se celebró en el año dieciocho del reinado de Josías.

Muerte de Josías

20 Tiempo después de que Josías terminó la restauración del templo, Necao, rey de Egipto, salió a presentar batalla en Carquemis, ciudad que está junto al río Éufrates, pero Josías le salió al paso.

21 Necao envió mensajeros a decirle: «No te entrometas, rey de Judá. Hoy no vengo a luchar contra ti, sino contra la nación que me hace la guerra. Dios, que está de mi parte, me ha ordenado que me apresure. Así que no interfieras con Dios, para que él no te destruya».

22 Josías no hizo caso a la advertencia que Dios le dio por medio de Necao; al contrario, en vez de retirarse, se disfrazó y fue a la llanura de Meguido para pelear contra Necao.

23 Como los arqueros le dispararon, el rey Josías les dijo a sus siervos: «Sacadme de aquí, porque estoy gravemente herido».

24 Sus siervos lo sacaron del carro en que estaba y lo trasladaron a otro carro, y lo llevaron a Jerusalén. Allí murió, y fue sepultado en el panteón de sus antepasados. Y todo Judá y todo Jerusalén hicieron duelo por él.

25 Jeremías compuso un lamento por la muerte de Josías; además, hasta este día todos los cantores y las cantoras aluden a Josías en sus cantos fúnebres. Estos cantos, que se han hecho populares en Israel, forman parte de las Lamentaciones.

26 Los demás acontecimientos del reinado de Josías, sus actos piadosos acordes con laley delSeñor,

27 y sus hechos, desde el primero hasta el último, están escritos en el libro de los reyes de Israel y de Judá.

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2 Crónicas 36

Joacaz, rey de Judá

1 Entonces el pueblo tomó a Joacaz hijo de Josías y lo proclamó rey en Jerusalén, en lugar de su padre.

2 Joacaz tenía veintitrés años cuando ascendió al trono, y reinó en Jerusalén tres meses.

3 Sin embargo, el rey de Egipto lo quitó del trono para que no reinara en Jerusalén, y le impuso al país un tributo de cien barras de plata y una barrade oro.

4 Luego hizo reinar sobre Judá y Jerusalén a Eliaquín, hermano de Joacaz, y le dio el nombre de Joacim. En cuanto a Joacaz, Necao se lo llevó a Egipto.

Joacim, rey de Judá

5 Joacim tenía veinticinco años cuando ascendió al trono, y reinó en Jerusalén once años, pero hizo lo que ofende alSeñorsu Dios.

6 Por eso Nabucodonosor, rey de Babilonia, marchó contra Joacim y lo llevó a Babilonia sujeto con cadenas de bronce.

7 Además, Nabucodonosor se llevó a Babilonia los utensilios del templo delSeñory los puso en su templo en Babilonia.

8 Los demás acontecimientos del reinado de Joacim, y sus pecados y todo cuanto le sucedió, están escritos en el libro de los reyes de Israel y de Judá. Y su hijo Joaquín le sucedió en el trono.

Joaquín, rey de Judá

9 Joaquín tenía dieciochoaños cuando ascendió al trono, y reinó en Jerusalén tres meses y diez días, pero hizo lo que ofende alSeñor.

10 Por eso, a comienzos del año el rey Nabucodonosor mandó que lo llevaran a Babilonia, junto con los utensilios más valiosos del templo delSeñor, e hizo reinar sobre Judá y Jerusalén a Sedequías, pariente de Joaquín.

Sedequías, rey de Judá

11 Sedequías tenía veintiún años cuando ascendió al trono, y reinó en Jerusalén once años,

12 pero hizo lo que ofende alSeñorsu Dios. No se humilló ante el profeta Jeremías, que hablaba ennombredelSeñor,

13 y además se rebeló contra el rey Nabucodonosor, a quien había jurado lealtad. Sedequías fue terco y, en su obstinación, no quiso volverse alSeñor, Dios de Israel.

14 También los jefes de los sacerdotes y el pueblo aumentaron su maldad, pues siguieron las prácticas detestables de los países vecinos ycontaminaronel templo que elSeñorhabía consagrado para sí en Jerusalén.

15 Por amor a su pueblo y al lugar donde habita, elSeñor, Dios de sus antepasados, con frecuencia les enviaba advertencias por medio de sus mensajeros.

16 Pero ellos se burlaban de los mensajeros de Dios, tenían en poco sus palabras, y se mofaban de sus profetas. Por fin, elSeñordesató su ira contra el pueblo, y ya no hubo remedio.

La caída de Jerusalén

17 Entonces elSeñorenvió contra ellos al rey de losbabilonios, quien dentro del mismo templo mató a espada a los jóvenes, y no tuvo compasión de jóvenes ni de doncellas, ni de adultos ni de ancianos. A todos se los entregó Dios en sus manos.

18 Todos los utensilios del templo de Dios, grandes y pequeños, más los tesoros del templo y los del rey y de sus oficiales, fueron llevados a Babilonia.

19 Incendiaron el templo de Dios, derribaron la muralla de Jerusalén, prendieron fuego a sus palacios y destruyeron todos los objetos de valor que allí había.

20 A los que se salvaron de la muerte, el rey se los llevó a Babilonia, y fueron esclavos suyos y de sus hijos hasta el establecimiento del reino persa.

21 De este modo se cumplió la palabra que elSeñorhabía pronunciado por medio de Jeremías. La tierra disfrutó de su descanso sabático todo el tiempo que estuvo desolada, hasta que se cumplieron setenta años.

Decreto de Ciro

22 En cumplimiento de la palabra delSeñor, dada por medio del profeta Jeremías, en el primer año del reinado de Ciro, rey de Persia, elSeñorpuso en elcorazóndel rey que promulgara un decreto por todo el reino; y así lo hizo. En forma oral y por escrito, el rey promulgó lo siguiente:

23 «Esto es lo que decreta Ciro, rey de Persia:

»ElSeñor, Dios del cielo, que me ha dado todos los reinos de la tierra, me ha encargado también que le construya un templo en la ciudad de Jerusalén, en Judá. Por tanto, cualquiera que pertenezca a ese pueblo, que se vaya, y que elSeñorsu Dios lo acompañe».

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Esdras 1

Decreto de Ciro

1 En el primer año del reinado de Ciro, rey de Persia, elSeñordispuso el corazón del rey para que este promulgara un decreto en todo su reino y así se cumpliera la palabra delSeñorpor medio del profeta Jeremías. Tanto oralmente como por escrito, el rey decretó lo siguiente:

2 «Esto es lo que ordena Ciro, rey de Persia:

»ElSeñor, Dios del cielo, que me ha dado todos los reinos de la tierra, me ha encargado que le construya un templo en la ciudad de Jerusalén, que está en Judá.

3 Por tanto, cualquiera que pertenezca a Judá, vaya a Jerusalén a construir el templo delSeñor, Dios de Israel, el Dios que habita en Jerusalén; y que Dios lo acompañe.

4 También ordeno que los habitantes de cada lugar donde haya judíos sobrevivientes los ayuden dándoles plata y oro, bienes y ganado, y ofrendas voluntarias para el templo de Dios en Jerusalén».

El regreso de los judíos

5 Entonces los jefes de familia de Benjamín y de Judá, junto con los sacerdotes y levitas, es decir, con todos aquellos en cuyo corazón Dios puso el deseo de construir el templo, se dispusieron a ir a Jerusalén.

6 Todos sus vecinos los ayudaron con plata y oro, bienes y ganado, objetos valiosos y todo tipo de ofrendas voluntarias.

7 Además, el rey Ciro hizo sacar los utensilios que Nabucodonosor se había llevado del templo delSeñoren Jerusalén y había depositado en el templo de su dios.

8 Ciro los entregó a su tesorero Mitrídates, el cual los contó y se los pasó a Sesbasar, jefe de Judá.

9 El inventario de dichos utensilios fue el siguiente:

tazones de oro 30
tazones de plata 1.000
cuchillos 29
10 tazas de oro 30
tazas de plata 410
objetos diversos 1.000

11 En total fueron cinco mil cuatrocientos los utensilios de oro y de plata. Todos estos objetos los llevó Sesbasar a Jerusalén cuando a los deportados se les permitió regresar de Babilonia.

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Esdras 2

Lista de los que regresaron

1 La siguiente es la lista de la gente de la provincia que Nabucodonosor, rey de Babilonia, había llevado cautiva a Babilonia, y a la que se le permitió regresar a Jerusalén y a Judá. Cada uno volvió a su propia población

2 en compañía de Zorobabel, Jesúa, Nehemías, Seraías, Relaías, Mardoqueo, Bilsán, Mispar, Bigvay, Rejún y Baná.

Esta es la lista de los israelitas que regresaron:

3 de Parós 2.172
4 de Sefatías 372
5 de Araj 775
6 de Pajat Moab, es decir, de Jesúa y Joab 2.812
7 de Elam 1.254
8 de Zatú 945
9 de Zacay 760
10 de Baní 642
11 de Bebay 623
12 de Azgad 1.222
13 de Adonicán 666
14 de Bigvay 2.056
15 de Adín 454
16 de Ater, es decir, de Ezequías 98
17 de Bezay 323
18 de Jorá 112
19 de Jasún 223
20 de Guibar 95
21 de Belén 123
22 de Netofa 56
23 de Anatot 128
24 de Azmávet 42
25 de Quiriat Yearín, Cafira y Berot 743
26 de Ramá y Gueba 621
27 de Micmás 122
28 de Betel y de Hai 223
29 de Nebo 52
30 de Magbís 156
31 del otro Elam 1.254
32 de Jarín 320
33 de Lod, Jadid y Ono 725
34 de Jericó 345
35 de Sená 3.630
36 De los sacerdotes descendientes de Jedaías, de la familia de Jesúa 973
37 de Imer 1.052
38 de Pasur 1.247
39 de Jarín 1.017
40 De los levitas descendientes de Jesúa y de Cadmiel, que pertenecían a la familia de Hodavías 74
41 De los cantores descendientes de Asaf 128
42 De los porteros descendientes de Salún, Ater, Talmón, Acub, Jatitá y Sobay 139

43 Los servidores del templo eran de las familias de Zijá, Jasufá, Tabaot,

44 Querós, Sigajá, Padón,

45 Lebaná, Jagabá, Acub,

46 Jagab, Salmay, Janán,

47 Guidel, Gajar, Reaías,

48 Rezín, Necoda, Gazán,

49 Uza, Paseaj, Besay,

50 Asena, Meunín, Nefusín,

51 Bacbuc, Jacufá, Jarjur,

52 Baslut, Mejidá, Jarsa,

53 Barcós, Sísara, Temá,

54 Neziaj y Jatifá.

55 Los descendientes de los servidores de Salomón eran de las familias de Sotay, Soféret, Peruda,

56 Jalá, Darcón, Guidel,

57 Sefatías, Jatil, Poquéret Hasebayin y Amón.

58 Los servidores del templo y de los descendientes de los servidores de Salomón 392

59 Los siguientes regresaron de Tel Melaj, Tel Jarsá, Querub, Adón e Imer, pero no pudieron demostrar ascendencia israelita:

60 De los descendientes de Delaías, Tobías y Necoda 652

61 De entre los sacerdotes, los siguientes tampoco pudieron demostrar su ascendencia israelita: los descendientes de Jabaías, Cos y Barzilay (este último se casó con una de las hijas de un galaadita llamado Barzilay, del cual tomó su nombre).

62 Estos buscaron sus registros genealógicos, pero, como no los encontraron, fueron excluidos del sacerdocio.

63 A ellos el gobernador les prohibió comer de los alimentos sagrados hasta que un sacerdote decidiera su suerte por medio delurimy eltumim.

64 El número total de los miembros de la asamblea era de cuarenta y dos mil trescientas sesenta personas,

65 sin contar esclavos y esclavas, que sumaban siete mil trescientos treinta y siete; y tenían doscientos cantores y cantoras.

66 Tenían además setecientos treinta y seis caballos, doscientas cuarenta y cinco mulas,

67 cuatrocientos treinta y cinco camellos y seis mil setecientos veinte burros.

68 Cuando llegaron al templo delSeñoren Jerusalén, algunos jefes de familia dieron donativos para que se reconstruyera el templo de Dios en el mismo sitio.

69 De acuerdo con sus capacidades económicas, dieron para la obra de reconstrucción cuatrocientos ochenta y ocho kilosde oro, dos mil setecientos cincuenta kilosde plata y cien túnicas sacerdotales.

70 Los sacerdotes, los levitas y algunos del pueblo se establecieron en Jerusalén,en tanto que los cantores, los porteros, los servidores del templo y los demás israelitas se fueron a vivir a sus propias poblaciones.

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Esdras 3

Restauración del altar

1 En el mes séptimo, cuando ya todos los israelitas se habían establecido en sus poblaciones, se reunió el pueblo en Jerusalén con un mismo propósito.

2 Entonces Jesúa hijo de Josadac con sus parientes, que eran sacerdotes, y Zorobabel hijo de Salatiel con sus parientes empezaron a construir el altar del Dios de Israel para ofrecerholocaustos, según lo estipulado en laleyde Moisés, hombre de Dios.

3 A pesar del miedo que tenían de los pueblos vecinos, colocaron el altar en su mismo sitio. Y todos los días, por la mañana y por la tarde, ofrecían holocaustos alSeñor.

4 Luego, según lo estipulado en la ley, celebraron la fiesta de lasEnramadas, ofreciendo el número de holocaustos prescrito para cada día,

5 como también los holocaustos diarios, los de luna nueva, los de las fiestas solemnes ordenadas por elSeñory los que el pueblo le ofrecía voluntariamente.

6 A pesar de que aún no se habían echado los cimientos del templo, desde el primer día del mes séptimo el pueblo comenzó a ofrecer holocaustos alSeñor.

Se comienza la reconstrucción del templo

7 Luego dieron dinero a los albañiles y carpinteros. A los de Sidón y Tiro les dieron comida, bebida y aceite para que por mar llevaran madera de cedro desde el Líbano hasta Jope, conforme a la autorización que había dado Ciro, rey de Persia.

8 Zorobabel hijo de Salatiel, y Jesúa hijo de Josadac, junto con el resto de sus parientes, que eran sacerdotes, y con los levitas y con todos los que habían regresado del cautiverio, comenzaron la reconstrucción del templo en el mes segundo del segundo año de haber llegado a Jerusalén. A los levitas mayores de veinte años les encomendaron la tarea de supervisar las obras del templo delSeñor.

9 Entonces Jesúa, junto con sus hijos y hermanos, y Cadmiel y sus hijos, que eran descendientes de Hodavías,y los descendientes de Henadad, y sus hijos y hermanos, que eran levitas, se unieron para supervisar a los obreros que trabajaban en el templo de Dios.

10 Cuando los constructores echaron los cimientos del templo delSeñor, llegaron los sacerdotes con sus vestimentas sagradas y sus trompetas, junto con los levitas descendientes de Asaf con sus platillos, para alabar alSeñor, según lo establecido por David, rey de Israel.

11 Todos daban gracias alSeñor, y a una le cantaban esta alabanza: «Dios es bueno; su gran amor por Israel perdura para siempre». Y todo el pueblo alabó con grandes aclamaciones alSeñor, porque se habían echado los cimientos del templo.

12 Muchos de los sacerdotes, levitas y jefes de familia, que eran ya ancianos y habían conocido el primer templo, prorrumpieron en llanto cuando vieron los cimientos del nuevo templo, mientras muchos otros gritaban de alegría.

13 Y no se podía distinguir entre los gritos de alegría y las voces de llanto, pues la gente gritaba en voz alta, y el ruido se escuchaba desde muy lejos.

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Esdras 4

Oposición samaritana

1 Cuando los enemigos del pueblo de Judá y de Benjamín se enteraron de que los repatriados estaban reconstruyendo el templo delSeñor, Dios de Israel,

2 se presentaron ante Zorobabel y ante los jefes de familia y les dijeron:

―Permitidnos participar en la reconstrucción, pues nosotros, al igual que vosotros, hemos buscado a vuestro Dios y le hemos ofrecidoholocaustosdesde el día en que Esarjadón, rey de Asiria, nos trajo acá.

3 Pero Zorobabel, Jesúa y los jefes de las familias de Israel les respondieron:

―No podemos permitir que os unáis a nosotros en la reconstrucción del templo de nuestro Dios. Nosotros solos nos encargaremos de reedificar el templo para elSeñor, Dios de Israel, tal como lo decretó Ciro, rey de Persia.

4 Entonces los habitantes de la región comenzaron a desanimar e intimidar a los de Judá para que abandonaran la reconstrucción.

5 Y hasta llegaron a sobornar a algunos de los consejeros para impedirles llevar a cabo sus planes. Esto sucedió durante todo el reinado de Ciro, rey de Persia, y hasta el reinado de Darío, que también fue rey de Persia.

6 También al comienzo del reinado de Asuero,aquellos enemigos enviaron una carta en la cual acusaban a los habitantes de Judá y de Jerusalén.

7 Luego, cuando Artajerjes llegó a ser rey de Persia, también Bislán, Mitrídates, Tabel y sus demás compañeros le enviaron una carta, que fue traducida al arameo.

8 Además, el comandante Rejún y el cronista Simsay enviaron a Artajerjes una carta en contra de los habitantes de Jerusalén. La carta decía:

9 El comandante Rejún y el cronista Simsay escriben esta carta, junto con sus compañeros los jueces, gobernadores y funcionarios de Persia, Érec, Babilonia y Susa (es decir, Elam).

10 Esta carta la suscriben también las demás naciones que el grande y noble Asnapar llevó cautivas y estableció en la ciudad de Samaria y en las otras provincias al oeste del río Éufrates.

11 Al rey Artajerjes, de parte de tus siervos que habitan al oeste del río Éufrates:

12 Sepa el rey que los judíos enviados por ti han llegado a Jerusalén y están reconstruyendo esa ciudad rebelde y mala. Ya están echados los cimientos.

13 Sepa también el rey que, si esta gente reconstruye la ciudad y termina la muralla, sus habitantes se rebelarán y no pagarán tributos, ni impuestos ni contribución alguna, lo cual sería perjudicial para el tesoro real.

14 Como nosotros somos tus vasallos,no podemos permitir que se te deshonre. Por eso te enviamos esta denuncia.

15 Pida el rey que se investigue en los archivos donde están las crónicas de los reyes que te han precedido. Así comprobarás que esta ciudad ha sido rebelde y nociva para los reyes y las provincias, y que fue destruida porque hace ya mucho tiempo allí se fraguaron sediciones.

16 Por eso te advertimos que, si esa ciudad es reconstruida y la muralla levantada, el rey perderá el dominio de la región al oeste del Éufrates.

17 En respuesta, el rey les escribió:

Al comandante Rejún y al cronista Simsay, y al resto de sus compañeros que viven en Samaria y en las otras regiones al oeste del río Éufrates:

Saludos.

18 La carta que vosotros enviasteis ha sido traducida y leída en mi presencia.

19 Di orden de investigar en los archivos y, en efecto, se encontró que anteriormente en dicha ciudad se fraguaron sediciones y se tramaron rebeliones contra los reyes;

20 que en Jerusalén hubo reyes poderosos, gobernantes de toda la región al oeste del río Éufrates, a quienes se les pagaban impuestos, tributos y rentas.

21 Por eso, ordenadles a esos hombres que cesen sus labores, que suspendan la reconstrucción de la ciudad, hasta que yo promulgue un nuevo edicto.

22 Sed diligentes en hacer cumplir esta orden, para que no crezca la amenaza de perjuicio a los intereses reales.

23 En cuanto la carta del rey Artajerjes se leyó en presencia de Rejún, del cronista Simsay y de sus compañeros, todos ellos fueron a Jerusalén y, por la fuerza de las armas, obligaron a los judíos a detener la obra.

24 De este modo, el trabajo de reconstrucción del templo de Dios en Jerusalén quedó suspendido hasta el año segundo del reinado de Darío, rey de Persia.

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Esdras 5

Se reinicia la reconstrucción del templo

1 Los profetas Hageo y Zacarías hijo de Idó profetizaron a los judíos que estaban en Judá y Jerusalén, en elnombredel Dios de Israel, que velaba por ellos.

2 Entonces Zorobabel hijo de Salatiel y Jesúa hijo de Josadac se dispusieron a continuar la reconstrucción del templo de Dios en Jerusalén. Y los profetas estaban con ellos ayudándolos.

3 En ese mismo tiempo, Tatenay, gobernador de la provincia al oeste del río Éufrates, y Setar Bosnay y sus compañeros se presentaron ante los judíos y les preguntaron: «¿Quién os autorizó a reconstruir ese templo y restaurar su estructura?»

4 Y añadieron:«¿Cómo se llaman los que están reconstruyendo ese edificio?»

5 Pero, como Dios velaba por losdirigentesjudíos, no los obligaron a interrumpir el trabajo hasta que se consultara a Darío y este respondiera por escrito.

6 Entonces Tatenay, gobernador de la provincia al oeste del río Éufrates, y Setar Bosnay y sus compañeros, que eran los funcionarios del gobierno de esa provincia, enviaron una carta al rey Darío,

7 la cual decía:

Al rey Darío:

Un cordial saludo.

8 Ponemos en conocimiento del rey que fuimos a la provincia de Judá, al templo del gran Dios, y vimos que se está reconstruyendo con grandes piedras, y que sus paredes se están recubriendo con madera. El trabajo se hace con esmero y avanza rápidamente.

9 A los dirigentes les preguntamos quién les había autorizado a reconstruir ese templo y restaurar su estructura,

10 y cómo se llaman los que dirigen la obra, para comunicárselo por escrito al rey.

11 Ellos nos respondieron:

«Somos siervos del Dios del cielo y de la tierra, y estamos reconstruyendo el templo que fue edificado y terminado hace ya mucho tiempo por un gran rey de Israel.

12 Pero, como nuestros antepasados provocaron a ira al Dios del cielo, él los entregó en manos de Nabucodonosor, rey de Babilonia, elcaldeoque destruyó este templo y que llevó al pueblo cautivo a Babilonia.

13 »Pero más tarde, en el primer año de su reinado, Ciro, rey de Babilonia, ordenó que este templo de Dios fuera reconstruido.

14 También hizo sacar del templo de Babilonia los utensilios de oro y de plata que Nabucodonosor se había llevado del templo de Jerusalén y había puesto en el templo de Babilonia, y se los entregó a Sesbasar, a quien había nombrado gobernador.

15 Ciro, pues, ordenó a Sesbasar que tomara esos utensilios y los devolviera al templo de Jerusalén, y que reedificara en el mismo sitio el templo de Dios.

16 Entonces Sesbasar llegó a Jerusalén y echó los cimientos del templo de Dios. Desde entonces se ha estado trabajando en su reconstrucción, pero aún no se ha terminado».

17 Ahora bien, si el rey lo considera conveniente, pedimos que se investiguen los archivos donde están las crónicas de los reyes de Babilonia, para saber si es verdad que el rey Ciro ordenó la reconstrucción del templo de Dios en Jerusalén. Además, solicitamos que se nos dé a conocer la decisión del rey con respecto a este asunto.

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Esdras 6

Decreto de Darío

1 Entonces el rey Darío ordenó que se investigara en los archivos donde se guardaban los tesoros de Babilonia.

2 Y en el palacio de Ecbatana, en la provincia de Media, se encontró un rollo que contenía la siguiente memoria:

3 En el primer año de su reinado, el rey Ciro promulgó el siguiente edicto respecto al templo de Dios en Jerusalén:

Que se echen los cimientos y se reconstruya el templo, para que en él se ofrezcanholocaustos. Tendrá veintisiete metrostanto de alto como de ancho,

4 tres hileras de piedras grandes, y una de madera. Todos los gastos serán sufragados por el tesoro real.

5 Con respecto a los utensilios de oro y de plata que Nabucodonosor sacó del templo de Jerusalén y llevó a Babilonia, que los devuelvan a Jerusalén, y que se pongan en el templo de Dios, donde deben estar.

6 Entonces el rey Darío dio la siguiente ordena Tatenay, gobernador de la provincia al oeste del río Éufrates, y a Setar Bosnay y a sus compañeros, los funcionarios de dicha provincia:

Alejaos de Jerusalén

7 y no estorbéis la obra de reconstrucción del templo de Dios. Dejad que el gobernador de la provincia de Judá y losdirigentesjudíos reconstruyan el templo en su antiguo sitio.

8 También he decidido que debéis prestarles ayuda, sufragando los gastos de la reconstrucción del templo con los impuestos que la provincia al oeste del río Éufrates paga al tesoro real. No os retraséis en pagar todos los gastos, para que no se interrumpan las obras.

9 Además, todos los días, sin falta, deberéis suministrarles becerros, carneros y corderos para ofrecerlos en holocausto al Dios del cielo, junto con trigo, sal, vino y aceite, y todo lo que necesiten, según las instrucciones de los sacerdotes que están en Jerusalén.

10 Así podrán ellos ofrecer sacrificios gratos al Dios del cielo y rogar por la vida del rey y de sus hijos.

11 He determinado así mismo que, a quien desobedezca esta orden, lo empalen en una viga sacada de su propia casa, y que le derrumben la casa.

12 ¡Que el Dios que decidió habitar en Jerusalén derribe a cualquier rey o nación que intente modificar este decreto o destruir ese templo de Dios!

Yo, Darío, promulgo este decreto. Publíquese y cúmplase al pie de la letra.

Terminación y dedicación del templo

13 Entonces Tatenay, gobernador de la provincia al oeste del río Éufrates, y Setar Bosnay y sus compañeros cumplieron al pie de la letra lo que el rey Darío les había ordenado.

14 Así losdirigentesjudíos pudieron continuar y terminar la obra de reconstrucción, conforme a la palabra de los profetas Hageo y Zacarías hijo de Idó. Terminaron, pues, la obra de reconstrucción, según el mandato del Dios de Israel y por decreto de Ciro, Darío y Artajerjes, reyes de Persia.

15 La reconstrucción del templo se terminó el día tres del mes deadar, en el año sexto del reinado de Darío.

16 Entonces los israelitas —es decir, los sacerdotes, los levitas y los demás que regresaron del cautiverio—, llenos de júbilo dedicaron el templo de Dios.

17 Como ofrenda de dedicación, ofrecieron a Dios cien becerros, doscientos carneros, cuatrocientos corderos y doce machos cabríos, conforme al número de las tribus de Israel, paraexpiaciónpor el pecado del pueblo.

18 Luego, según lo que está escrito en el libro de Moisés, instalaron a los sacerdotes en sus turnos y a los levitas en sus funciones, para el culto que se ofrece a Dios en Jerusalén.

Celebración de la Pascua

19 Los que regresaron del cautiverio celebraron la Pascua el día catorce del mes primero.

20 Los sacerdotes y levitas se habían unido parapurificarsey, ya estando ritualmentelimpios, mataron el cordero pascual por todos los que habían regresado del cautiverio, por sus compañeros los sacerdotes y por ellos mismos.

21 Los israelitas que regresaron del cautiverio comieron la Pascua junto con los que se habían apartado de la impureza de sus vecinos para seguir alSeñor, Dios de Israel.

22 Durante siete días celebraron con mucho gozo la fiesta de los Panes sin levadura, porque elSeñorles había devuelto la alegría y había hecho que el rey de Persialos ayudara y permitiera reconstruir el templo del Dios de Israel.

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Esdras 7

Esdras llega a Jerusalén

1 Durante el reinado de Artajerjes, rey de Persia, vivió un hombre llamado Esdras hijo de Seraías, que era descendiente en línea directa de Azarías, Jilquías,

2 Salún, Sadoc, Ajitob,

3 Amarías, Azarías, Merayot,

4 Zeraías, Uzi, Buquí,

5 Abisúa, Finés, Eleazar y Aarón, que fue el primer sacerdote.

6 Este Esdras llegó de Babilonia. Era un maestro muy versado en laleyque elSeñor, Dios de Israel, le había dado a Moisés. Gozaba de la simpatía del rey, y elSeñorsu Dios estaba con él.

7 Con Esdras regresaron a Jerusalén algunos israelitas, entre los cuales había sacerdotes, levitas, cantores, porteros y servidores del templo. Esto sucedió en el séptimo año del reinado de Artajerjes.

8 Así que Esdras llegó a Jerusalén en el mes quinto del séptimo año del reinado de Artajerjes.

9 Había salido de Babilonia el día primero del mes primero, y llegó a Jerusalén el día primero del mes quinto, porque la mano bondadosa de Dios estaba con él.

10 Esdras se había dedicado por completo a estudiar la ley delSeñor, a ponerla en práctica y a enseñar sus preceptos y normas a los israelitas.

Carta de Artajerjes a Esdras

11 El rey Artajerjes le entregó la siguiente carta a Esdras, quien era sacerdote y maestro de los mandamientos y preceptos que elSeñorle dio a Israel:

12 Artajerjes, rey de reyes,

a Esdras, sacerdote y maestro versado en laleydel Dios del cielo:

Saludos.

13 He dispuesto que todos los israelitas que quieran ir contigo a Jerusalén puedan hacerlo, incluyendo a los sacerdotes y levitas.

14 El rey y sus siete consejeros te mandan para investigar la situación de Jerusalén y de Judá, conforme a la ley de tu Dios que se te ha confiado.

15 Lleva el oro y la plata que el rey y sus consejeros han ofrecido voluntariamente al Dios de Israel, que habita en Jerusalén.

16 También lleva contigo toda la plata y el oro que obtengas de la provincia de Babilonia, junto con los donativos del pueblo y de los sacerdotes para el templo de su Dios en Jerusalén.

17 Con ese dinero compra, sin falta, becerros, carneros y corderos, con sus respectivas ofrendas de cereales y de vino, para ofrecerlos en el altar del templo de vuestro Dios en Jerusalén.

18 Con el resto de la plata y del oro, tú y tus compañeros podréis hacer lo que os parezca mejor, de acuerdo con la voluntad de vuestro Dios.

19 Pero deposita en el templo los utensilios sagrados que se te han entregado para rendir culto a tu Dios en Jerusalén.

20 Cualquier otro gasto que sea necesario para el templo de tu Dios se cubrirá del tesoro real.

21 Ahora bien, yo, el rey Artajerjes, les ordeno a todos los tesoreros que están al oeste del río Éufrates que entreguen de inmediato todo cuanto solicite Esdras, sacerdote y maestro versado en la ley del Dios del cielo.

22 Pueden darle hasta tres mil trescientos kilos de plata, veintidós mil litros de trigo, dos mil doscientos litros de vino, dos mil doscientos litros de aceitey toda la sal que se requiera.

23 Todo lo que ha ordenado el Dios del cielo para su templo, sea hecho de inmediato, de modo que no se descargue su ira contra el dominio del rey y su familia.

24 También ordeno que exoneréis de impuestos a los sacerdotes, levitas, cantores, porteros y servidores del templo de Dios.

25 Por cuanto tú, Esdras, posees la sabiduría de Dios, serás el encargado de nombrar funcionarios y jueces para que juzguen a los habitantes de la provincia al oeste del río Éufrates, es decir, a todos los que conocen la ley de Dios. Pero, a quienes no la conozcan, enséñasela.

26 Si alguien desobedece la ley de tu Dios y las órdenes del rey, haz que se le castigue de inmediato con la pena de muerte, el destierro, la confiscación de bienes o la cárcel.

Oración de Esdras

27 «Bendito sea elSeñor, Dios de nuestros antepasados, que puso en elcorazóndel rey el propósito de honrar el templo delSeñoren Jerusalén.

28 Por su infinito amor, él me ha permitido recibir el favor del rey, de sus consejeros y de todos sus funcionarios más importantes. Y porque elSeñormi Dios estaba conmigo, cobré ánimo y reuní a los jefes de Israel para que me acompañaran a Jerusalén».