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Job 15

Segundo discurso de Elifaz

1 Replicó entonces Elifaz de Temán:

2 «El sabio no responde con vana sabiduría

ni explota en violenta verborrea.

3 Tampoco discute con argumentos vanos

ni con palabras huecas.

4 Tú, en cambio, restas valor al temor a Dios

y tomas a la ligera la devoción que él merece.

5 Tu maldad pone en acción tu boca;

hablas igual que los pícaros.

6 Tu propia boca te condena, no la mía;

tus propios labios testifican contra ti.

7 »¿Eres acaso el primerhombreque ha nacido?

¿Naciste acaso antes que los montes?

8 ¿Tienes parte en el consejo de Dios?

¿Acaso eres tú el único sabio?

9 ¿Qué sabes tú que nosotros no sepamos?

¿Qué has percibido que nosotros ignoremos?

10 Las canas y la edad están de nuestra parte,

tenemos más experiencia que tu padre.

11 ¿No te basta que Dios mismo te consuele

y que se te hable con cariño?

12 ¿Por qué te dejas llevar por el enojo?

¿Por qué te relampaguean los ojos?

13 ¿Por qué desatas tu enojo contra Dios

y das rienda suelta a tu lengua?

14 »¿Qué es el hombre para creerse puro,

y el nacido de mujer para alegar inocencia?

15 Si Dios no confía ni en sussantossiervos,

y ni siquiera considera puros a los cielos,

16 ¡cuánto menos confiará en el hombre,

que es vil y corrupto y tiene sed del mal!

17 »Escúchame, y te lo explicaré;

déjame decirte lo que he visto.

18 Es lo que han declarado los sabios,

sin ocultar nada de lo aprendido de sus padres.

19 Solo a ellos se les dio la tierra,

y ningún extraño pasó entre ellos.

20 El impío se ve atormentado toda la vida,

el desalmado tiene sus años contados.

21 Sus oídos perciben sonidos espantosos;

cuando está enpaz, los salteadores lo atacan.

22 No espera escapar de las tinieblas;

condenado está a morir a filo de espada.

23 Vaga sin rumbo; es comida de los buitres;

sabe que el día de las tinieblas le ha llegado.

24 La desgracia y la angustia lo llenan de terror;

lo abruman como si un rey fuera a atacarlo,

25 y todo por levantar el puño contra Dios

y atreverse a desafiar alTodopoderoso.

26 Contra Dios se lanzó desafiante,

blandiendo grueso y resistente escudo.

27 »Aunque su rostro esté hinchado de grasa,

y le sobre carne en la cintura,

28 habitará en lugares desolados,

en casas deshabitadas,

en casas a punto de derrumbarse.

29 Dejará de ser rico; no durarán sus riquezas

ni se extenderán sus posesiones por la tierra.

30 No podrá escapar de las tinieblas;

una llama de fuego marchitará sus renuevos,

y el aliento de Dios lo arrebatará.

31 Que no se engañe ni confíe en cosas vanas,

porque nada obtendrá a cambio de ellas.

32 Antes de tiempo recibirá su merecido,

y sus ramas no reverdecerán.

33 Quedará como vid que pierde sus uvas verdes,

como olivo que no llega a florecer.

34 La compañía de los impíos no es de provecho;

¡las moradas de los que aman el soborno

serán consumidas por el fuego!

35 Conciben iniquidad, y dan a luz maldad;

en su vientre se genera el engaño».

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Job 16

Quinto discurso de Job

1 A esto, Job contestó:

2 «He escuchado muchas cosas como estas;

¡valiente consuelo el detodos vosotros!

3 ¿No habrá fin a vuestras peroratas?

¿Qué os irrita tanto que seguís contendiendo?

4 ¡También yo podría hablar del mismo modo

si estuvierais vosotros en mi lugar!

¡También yo pronunciaría bellos discursos contra vosotros,

meneando con sarcasmo la cabeza!

5 ¡Os infundiría nuevos bríos con la boca;

os daría consuelo con los labios!

6 »Si hablo, mi dolor no disminuye;

si me callo, tampoco se me calma.

7 Ciertamente Dios me ha destruido;

ha exterminadoa toda mi familia.

8 Me tiene acorralado, y da testimonio contra mí;

mi deplorable estado se levanta y me condena.

9 »En su enojo, Dios me desgarra y me persigue;

rechina los dientes contra mí;

en mí clava su mirada mi adversario.

10 La gente se mofa de mí abiertamente;

burlones, me dan de bofetadas,

y todos juntos se ponen en mi contra.

11 Dios me ha entregado en manos de gente inicua;

me ha arrojado en las garras de los malvados.

12 Yo vivía tranquilo, pero él me destrozó;

me agarró por el cuello y me hizo pedazos;

¡me hizo blanco de sus ataques!

13 Sus arqueros me rodearon.

Sin piedad me perforaron los riñones,

y mi hiel se derramó por el suelo.

14 Abriéndome herida tras herida,

se lanzaron contra mí como un guerrero.

15 »El luto es parte de mi cuerpo;

en el polvo tengo enterrada la frente.

16 De tanto llorar tengo enrojecida la cara,

profundas ojeras tengo en torno a los ojos;

17 pero mis manos están libres de violencia,

y es pura mi oración.

18 »¡Ah, tierra, no cubras mi sangre!

¡No dejes que se acalle mi clamor!

19 Ahora mismo tengo en los cielos un testigo;

en lo alto se encuentra mi abogado.

20 Mi intercesor es mi amigo,

y ante él me deshago en lágrimas

21 para que interceda ante Dios en favor mío,

como quien apela por su amigo.

22 Pasarán solo unos cuantos años

antes de que yo emprenda el viaje sin regreso.

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Job 17

1 »Mi ánimo se agota,

mis días se acortan,

la tumba me espera.

2 Estoy rodeado de burlones;

¡sufren mis ojos su hostilidad!

3 »Dame, oh Dios, la fianza que demandas.

¿Quién más podría responder por mí?

4 Tú has ofuscado su pensamiento,

por eso no dejarás que triunfen.

5 Quien por una recompensa denuncia a sus amigos

verá a sus hijos desfallecer.

6 »Dios me ha puesto en boca de todos;

no falta quien me escupa en la cara.

7 Los ojos se me apagan a causa del dolor;

todo mi esqueleto no es más que una sombra.

8 Los justos ven esto, y se quedan asombrados;

los inocentes se indignan contra el impío,

9 la gente recta se aferra a su camino

y los de manos limpias aumentan su fuerza.

10 »Venid, pues, todos vosotros; ¡arremeted contra mí!

No hallaré entre vosotros a un solo sabio.

11 Mis días van pasando, mis planes se frustran

junto con los anhelos de micorazón.

12 Esta gente convierte la noche en día;

todo está oscuro, pero insisten:

“La luz se acerca”.

13 Si el único hogar que espero es elsepulcro,

he de tenderme a dormir en las tinieblas;

14 he de llamar “Padre mío” a la corrupción,

y “Madre” y “Hermana” a los gusanos.

15 ¿Dónde queda entonces mi esperanza?

¿Quién ve alguna esperanza para mí?

16 ¿Bajaréis conmigo hasta las puertas de lamuerte?

¿Descenderemos juntos hasta el polvo?»

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Job 18

Segundo discurso de Bildad

1 Respondió entonces Bildad de Súah:

2 «¿Cuándo pondrás fin a tanta palabrería?

Entra en razón, y entonces hablaremos.

3 ¿Por qué nos tratas como si fuéramos bestias?

¿Por qué nos consideras unos tontos?

4 Es tal tu enojo que te desgarras el alma;

¡mas no por ti quedará desierta la tierra,

ni se moverán de su lugar las rocas!

5 »La lámpara de los malvados se apagará;

la llama de su fuego dejará de arder.

6 Languidece la luz de su morada;

la lámpara que lo alumbra se apagará.

7 El vigor de sus pasos se irá debilitando;

sus propios planes lo derribarán.

8 Sus pies lo harán caer en una trampa,

y entre sus redes quedará atrapado.

9 Quedará sujeto por los tobillos;

quedará atrapado por completo.

10 Un lazo le espera escondido en el suelo;

una trampa está tendida a su paso.

11 El terror lo asalta por doquier,

y anda tras sus pasos.

12 La calamidad lo acosa sin descanso;

el desastre no lo deja un solo instante.

13 La enfermedad le carcome el cuerpo;

la muerte le devora las manos y los pies.

14 Lejos de la seguridad de su morada,

marcha ahora hacia el rey de los terrores.

15 El fuego se ha apoderado de su tienda;

hay azufre ardiente esparcido en su morada.

16 En el tronco, sus raíces se han secado;

en la copa, sus ramas se marchitan.

17 Borrada de la tierra ha sido su memoria;

de su fama nada queda en el país.

18 De la luz es lanzado a las tinieblas;

ha sido expulsado de este mundo.

19 No tiene entre su pueblo hijos ni parientes;

nadie le sobrevive donde él habitó.

20 Del oriente al occidente

los pueblos se asombran de su suerte

y se estremecen de terror.

21 Así es la morada del malvado,

el lugar del que no conoce a Dios».

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Job 19

Sexto discurso de Job

1 A esto, Job respondió:

2 «¿Hasta cuándo vais a estar atormentándome

y aplastándome con vuestras palabras?

3 Una y otra vezme hacéis reproches;

descaradamente me atacáis.

4 Aun si fuera verdad que me he desviado,

mis errores son asunto mío.

5 Si queréis daros importancia a costa mía,

y valeros de mi humillación para atacarme,

6 sabed que es Dios quien me ha hecho daño,

quien me ha atrapado en su red.

7 »Aunque grito: “¡Violencia!”, no hallo respuesta;

aunque pido ayuda, no se me hace justicia.

8 Dios me ha cerrado el camino, y no puedo pasar;

ha cubierto de oscuridad mis senderos.

9 Me ha despojado de toda honra;

de la cabeza me ha quitado la corona.

10 Por todos lados me destroza, como a un árbol;

me aniquila, y arranca de raíz mi esperanza.

11 Su enojo se ha encendido contra mí;

me cuenta entre sus enemigos.

12 Sus tropas avanzan en tropel;

levantan una rampa para asediarme;

¡acampan alrededor de mi tienda!

13 »Hizo que mis hermanos me abandonaran;

hasta mis amigos se han alejado de mí.

14 Mis parientes y conocidos se distanciaron,

me echaron al olvido.

15 Mis huéspedes y mis criadas me ven como a un extraño,

me miran como a un desconocido.

16 Llamo a mi criado, y no me responde,

aunque yo mismo se lo ruego.

17 A mi esposa le da asco mi aliento;

a mis hermanosles resulto repugnante.

18 Hasta los niños me desprecian;

en cuanto me ven, se burlan de mí.

19 A todos mis amigos les resulto abominable;

mis seres queridos se han vuelto contra mí.

20 La piel y la carne se me pegan a los huesos;

¡a duras penas he salvado el pellejo!

21 »¡Compadeceos de mí, amigos míos;

compadeceos, que la mano de Dios me ha golpeado!

22 ¿Por qué me acosáis como Dios?

¿No os basta con desollarme vivo?

23 »¡Ah, si fueran grabadas mis palabras,

si quedaran escritas en un libro!

24 ¡Si para siempre quedaran sobre la roca,

grabadas con cincel de hierro sobre plomo!

25 Yo sé que mi redentorvive,

y que al finaltriunfarásobre la muerte.

26 Y, cuando mi piel haya sido destruida,

todavía veré a Dios con mis propios ojos.

27 Yo mismo espero verlo;

espero ser yo quien lo vea, y no otro.

¡Este anhelo me consume las entrañas!

28 »Vosotros decís: “Vamos a acosarlo,

porque en él está la raíz del mal”.

29 Pero cuidaos de la espada,

pues con ella viene la ira justiciera,

para que sepáis que hay un juez».

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Job 20

Segundo discurso de Zofar

1 A esto respondió Zofar de Namat:

2 «Mis turbados pensamientos me hacen replicar,

pues me hallo muy desconcertado.

3 He escuchado una reprensión que me deshonra,

y mi inteligencia me obliga a responder.

4 »Bien sabes tú que desde antaño,

desde que Dios puso al hombreen la tierra,

5 muy breve ha sido la algarabía del malvado;

la alegría del impío ha sido pasajera.

6 Aunque su orgullo llegue hasta los cielos

y alcance a tocar con la cabeza las nubes,

7 él perecerá para siempre, como su excremento,

y sus allegados dirán: “¿Qué fue de él?”

8 Como un sueño, como una visión nocturna,

se desvanecerá y no volverá a ser hallado.

9 Los ojos que lo vieron no volverán a verlo;

su lugar no volverá a contemplarlo.

10 Sus hijos tendrán que resarcir a los pobres;

ellos mismos restituirán las riquezas de su padre.

11 El vigor juvenil que hoy sostiene sus huesos

un día reposará en el polvo con él.

12 »Aunque en su boca el mal sabe dulce

y lo disimula bajo la lengua,

13 y aunque no lo suelta para nada,

sino que tenazmente lo retiene,

14 ese pan se le agriará en el estómago;

dentro de él se volverá veneno de áspid.

15 Vomitará las riquezas que engulló;

Dios hará que las arroje de su vientre.

16 Chupará veneno de serpientes;

la lengua de un áspid lo matará.

17 No disfrutará de los arroyos,

de los ríos de crema y miel;

18 no engullirá las ganancias de sus negocios;

no disfrutará de sus riquezas,

19 porque oprimió al pobre y lo dejó sin nada,

y se adueñó de casas que nunca construyó.

20 »Su ambición nunca quedó satisfecha;

¡nada quedó a salvo de su codicia!

21 Nada se libró de su voracidad;

por eso no perdurará su bienestar.

22 En medio de la abundancia, lo abrumará la angustia;

le sobrevendrá toda la fuerza de la desgracia.

23 Cuando el malvado se haya llenado el vientre,

Dios dará rienda suelta a su enojo contra él,

y descargará sobre él sus golpes.

24 Aunque huya de las armas de hierro,

una flecha de bronce lo atravesará.

25 Cuando del hígado y de la espalda

intente sacarse la punta de la flecha,

se verá sobrecogido de espanto,

26 y la oscuridad total acechará sus tesoros.

Un fuego no atizado acabará con él

y con todo lo que haya quedado de su casa.

27 Los cielos harán pública su culpa;

la tierra se levantará a denunciarlo.

28 En el día de la ira de Dios,

un aluvión arrasará su casa.

29 Tal es el fin que Dios reserva al malvado;

tal es la herencia que le asignó».

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Job 21

Séptimo discurso de Job

1 A esto, Job respondió:

2 «Escuchad atentamente mis palabras;

concededme este consuelo.

3 Tened un poco de paciencia mientras hablo,

y burlaos si queréis cuando haya terminado.

4 »¿Acaso dirijo mi queja a losmortales?

¿Por qué creéis que pierdo la paciencia?

5 Miradme, y quedaos asombrados;

tapaos la boca con la mano.

6 Si pienso en esto, me lleno de espanto;

un escalofrío me corre por el cuerpo.

7 ¿Por qué siguen con vida los malvados,

cada vez más viejos y más ricos?

8 Ven establecerse en torno a ellos

a sus hijos y a sus descendientes.

9 Tienenpazen su hogar, y están libres de temores;

la vara de Dios no los castiga.

10 Sus toros son verdaderos sementales;

sus vacas paren y no pierden las crías.

11 Dejan correr a sus niños como si fueran ovejas;

sus pequeñuelos danzan alegres.

12 Cantan al son del tamboril y del arpa;

se divierten al son de la flauta.

13 Pasan la vida con gran bienestar,

y en paz bajan alsepulcro.

14 A Dios increpan: “¡Déjanos tranquilos!

No queremos conocer tu voluntad.

15 ¿Quién es elTodopoderoso, para que le sirvamos?

¿Qué ganamos con dirigirle nuestras oraciones?”

16 Pero su bienestar no depende de ellos.

¡Jamás me dejaré llevar por sus malos consejos!

17 »¿Cuándo se ha apagado la lámpara de los malvados?

¿Cuándo les ha sobrevenido el desastre?

¿Cuándo Dios, en su enojo, los ha hecho sufrir

18 como paja que arrebata el viento,

como tamo que se lleva la tormenta?

19 Me dirán que Dios reserva el castigo

para los hijos del pecador.

¡Mejor que castigue al que peca,

para que escarmiente!

20 ¡Que sufra el pecador su propia destrucción!

¡Que beba de la ira del Todopoderoso!

21 ¿Qué le puede importar la familia que deja,

si le quedan pocos meses de vida?

22 »¿Quién puede aleccionar a Dios,

si es él quien juzga a las grandes eminencias?

23 Hay quienes mueren en la flor de la vida,

rebosantes de salud y de paz;

24 sus caderas,llenas de grasa;

sus huesos, recios hasta la médula.

25 Otros mueren con el ánimo amargado,

sin haber disfrutado de lo bueno.

26 ¡En el polvo yacen unos y otros,

todos ellos cubiertos de gusanos!

27 »Sé muy bien lo que estáis pensando,

y los planes que tenéis de hacerme daño.

28 También sé que os preguntáis:

“¿Dónde está la mansión del potentado?

¿Dónde están las moradas de los inicuos?”

29 ¿No habéis interrogado a los viajeros?

¿No habéis prestado atención a sus argumentos?

30 En el día del desastre, el malvado se salva;

¡en el día de la ira, es puesto a salvo!

31 ¿Y quién le echa en cara su conducta?

¿Quién le da su merecido por sus hechos?

32 Cuando lo llevan al sepulcro,

sobre su tumba se pone vigilancia;

33 mucha gente le abre paso,

y muchos más cierran el cortejo.

¡Descansa en paz bajo la tierra del valle!

34 »¿Cómo esperáis consolarme con discursos sin sentido?

¡Vuestras respuestas no son más que falacias!»

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Job 22

Tercer discurso de Elifaz

1 A esto respondió Elifaz de Temán:

2 «¿Puede alguien, por muy sabio que sea,

serle a Dios de algún provecho?

3 ¿Sacará alguna ventaja elTodopoderoso

con que seas un hombre justo?

¿Tendrá algún beneficio

si tu conducta es intachable?

4 ¿Acaso te reprende por temerlo,

y por eso te lleva a juicio?

5 ¿No es acaso demasiada tu maldad?

¿Y no son incontables tus pecados?

6 Sin motivo demandabas fianza de tus hermanos,

y en prenda los despojabas de sus mantos;

¡desnudos los dejabas!

7 Al sediento no le dabas agua;

al hambriento le negabas la comida.

8 Hombre poderoso, te adueñaste de la tierra;

hombre ilustre, en ella te asentaste.

9 No les dabas nada a las viudas,

y para colmo les quitabas todoa los huérfanos.

10 Por eso ahora te ves rodeado de trampas,

y te asaltan temores repentinos;

11 la oscuridad te impide ver,

y te ahogan las aguas torrenciales.

12 »¿No está Dios en las alturas de los cielos?

¡Mira las estrellas, cuán altas y remotas!

13 Sin embargo, preguntas: “¿Y Dios qué sabe?

¿Puede acaso juzgar a través de las tinieblas?

14 Él recorre los cielos de un extremo al otro,

y densas nubes lo envuelven,

¡así que no puede vernos!”

15 »¿Vas a seguir por los trillados caminos

que han recorrido los malvados?

16 Perdieron la vida antes de tiempo;

un diluvio arrasó sus cimientos.

17 Increparon a Dios: “¡Déjanos tranquilos!

¿Qué puedes tú hacernos,Todopoderoso?”

18 ¡Y fue Dios quien llenó sus casas de bienes!

¡Yo no me dejaré llevar por sus malos consejos!

19 »Los justos se alegran al ver la ruina de los malvados;

los inocentes dicen en son de burla:

20 “Nuestros enemigos han sido destruidos;

¡el fuego ha consumido sus riquezas!”

21 »Sométete a Dios; ponte enpazcon él,

y volverá a ti la prosperidad.

22 Acepta la enseñanza que mana de su boca;

¡grábate sus palabras en elcorazón!

23 Si te vuelves al Todopoderoso

y alejas de tu casa la maldad,

serás del todo restaurado;

24 si tu oro refinadolo arrojas por el suelo,

entre rocas y cañadas,

25 tendrás por oro al Todopoderoso,

y será él para ti como plata refinada.

26 En el Todopoderoso te deleitarás;

ante Dios levantarás tu rostro.

27 Cuando ores, él te escuchará,

y tú cumplirás tus votos.

28 Tendrás éxito en todo lo que emprendas,

y en tus caminos brillará la luz.

29 Porque Dios humilla a los altaneros,

y exalta a los humildes.

30 Él salva al que es inocente,

y por tu honradez quedarás a salvo».

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Job 23

Octavo discurso de Job

1 A esto respondió Job:

2 «Mi queja sigue siendo amarga;

gimo bajo el peso de su mano.

3 ¡Ah, si supiera yo dónde encontrar a Dios!

¡Si pudiera llegar adonde él habita!

4 Ante él expondría mi caso;

llenaría mi boca de argumentos.

5 Podría conocer su respuesta,

y trataría de entenderla.

6 ¿Disputaría él conmigo, con todo su poder?

¡Claro que no! ¡Ni me acusaría!

7 Ante él cualquierhombrerecto

podría presentar su caso,

y yo sería absuelto para siempre

delante de mi juez.

8 »Si me dirijo hacia el este, no está allí;

si me encamino al oeste, no lo encuentro.

9 Si está ocupado en el norte, no lo veo;

si se vuelve al sur, no alcanzo a percibirlo.

10 Él, en cambio, conoce mis caminos;

si me pusiera a prueba, saldría yo puro como el oro.

11 En sus sendas he afirmado mis pies;

he seguido su camino sin desviarme.

12 No me he apartado de los mandamientos de sus labios;

en lo más profundo de mi ser

he atesorado las palabras de su boca.

13 »Pero él es soberano;

¿quién puede hacerlo desistir?

Lo que él quiere hacer, lo hace.

14 Hará conmigo lo que ha determinado;

todo lo que tiene pensado, lo realizará.

15 Por eso me espanto en su presencia;

si pienso en todo esto, me lleno de temor.

16 Dios ha hecho que micorazóndesmaye;

me tiene aterrado elTodopoderoso.

17 Con todo, no logran acallarme las tinieblas

ni la densa oscuridad que cubre mi rostro.

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Job 24

1 »Si los tiempos no se esconden delTodopoderoso,

¿por qué no los perciben quienes dicen conocerlo?

2 Hay quienes no respetan los linderos,

y pastorean ganado robado;

3 a los huérfanos los despojan de sus asnos;

a las viudas les quitan en prenda sus bueyes;

4 apartan del camino a los necesitados;

a los pobres del país los obligan a esconderse.

5 Como asnos salvajes del desierto,

se afanan los pobres por encontrar su presa,

y el páramo da de comer a sus hijos.

6 En campos ajenos recogen forraje,

y en las viñas de los malvados recogen uvas.

7 Por no tener ropa, se pasan la noche desnudos;

¡no tienen con qué protegerse del frío!

8 Las lluvias de las montañas los empapan;

no teniendo más abrigo, se arriman a las peñas.

9 El huérfano se queda sin los pechos de su madre;

al pobre se le retiene a cambio de una deuda.

10 Por no tener ropa, andan desnudos;

aunque van cargados de trigo, están hambrientos.

11 Exprimen aceitunas en las prensas;

pisan uvas en los lagares, pero desfallecen de sed.

12 De la ciudad se eleva el clamor de los moribundos;

la garganta de los heridos reclama ayuda,

¡pero Dios ni se da por enterado!

13 »Hay quienes se oponen a la luz;

no viven conforme a ella

ni reconocen sus caminos.

14 Apenas amanece, se levanta el asesino

y mata al pobre y al necesitado;

apenas cae la noche, actúa como ladrón.

15 Los ojos del adúltero están pendientes de la noche;

se dice a sí mismo: “No habrá quien me vea”,

y mantiene oculto el rostro.

16 Por la noche, entra el ladrón en casa ajena,

pero se encierra durante el día;

¡de la luz no quiere saber nada!

17 Para todos ellos, la mañana es oscuridad;

prefieren el horror de las tinieblas».

Interrupción de Zofar

18 «Los malvados son como espuma sobre el agua;

su parcela está bajo maldición;

ya no van a trabajar a los viñedos.

19 Y así como el calor y la sequía

arrebatan con violencia la nieve derretida,

así elsepulcroarrebata a los pecadores.

20 Su propia madre se olvida de ellos;

los gusanos se los comen;

nadie vuelve a recordarlos,

¡son desgajados como árboles!

21 Maltratan a la estéril, a la mujer sin hijos;

jamás buscan el bien de la viuda.

22 Pero Dios, con su poder, arrastra a los poderosos;

cuando él se levanta, nadie tiene segura la vida.

23 Dios los deja sentirse seguros,

pero no les quita la vista de encima.

24 Por algún tiempo son exaltados,

pero luego dejan de existir;

son humillados y recogidos como hierba,

¡son cortados como espigas!

25 ¿Quién puede probar que es falso lo que digo,

y reducir mis palabras a la nada?»