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Job 25

Tercer discurso de Bildad

1 A esto respondió Bildad de Súah:

2 «Dios es poderoso e infunde temor;

él pone ordenen las alturas de los cielos.

3 ¿Pueden contarse acaso sus ejércitos?

¿Sobre quién no alumbra su luz?

4 ¿Cómo puede elhombre

declararse inocente ante Dios?

¿Cómo puede alegar pureza

quien ha nacido de mujer?

5 Si a sus ojos no tiene brillo la luna,

ni son puras las estrellas,

6 mucho menos el hombre, simple gusano;

¡mucho menos el hombre, miserable lombriz!»

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Job 26

Interrupción de Job

1 Pero Job intervino:

2 «¡Tú sí que ayudas al débil!

¡Tú sí que salvas al que no tiene fuerza!

3 ¡Qué consejos sabes dar al ignorante!

¡Qué gran discernimiento has demostrado!

4 ¿Quién te ayudó a pronunciar tal discurso?

¿Qué espíritu ha hablado por tu boca?»

Bildad reanuda su discurso

5 «Un estremecimiento invade a los muertos,

a los que habitan debajo de las aguas.

6 Ante Dios, queda elsepulcroal descubierto;

nada hay que oculte a estedestructor.

7 Dios extiende el cielosobre el vacío;

sobre la nada tiene suspendida la tierra.

8 En sus nubes envuelve las aguas,

pero las nubes no revientan con su peso.

9 Cubre la faz de la luna llena

al extender sobre ella sus nubes.

10 Dibuja el horizonte sobre la faz de las aguas

para dividir la luz de las tinieblas.

11 Aterrados por su reprensión,

tiemblan los pilares de los cielos.

12-13 Con un soplo suyo se despejan los cielos;

con su poder Dios agita el mar.

Con su sabiduría descuartizó aRahab;

con su mano ensartó a la serpiente escurridiza.

14 ¡Y esto es solo una muestra de sus obras,

un murmullo que logramos escuchar!

¿Quién podrá comprender su trueno poderoso?»

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Job 27

Noveno discurso de Job

1 Job, retomando la palabra, dijo:

2 «Juro por Dios,elTodopoderoso,

quien se niega a hacermejusticia,

quien me ha amargado el ánimo,

3 que mientras haya vida en mí

y aliento divino en mi nariz,

4 mis labios no pronunciarán maldad alguna,

ni mi lengua proferirá mentiras.

5 Jamás podré admitir que tengáis la razón;

mientras viva, insistiré en mi integridad.

6 Insistiré en mi inocencia; no cederé.

Mientras viva, no me remorderá la conciencia.

7 »¡Que terminen mis enemigos como los malvados

y mis adversarios como los injustos!

8 ¿Qué esperanza tienen los impíos

cuando son eliminados,

cuando Dios les quita la vida?

9 ¿Escucha Dios su clamor

cuando les sobreviene la angustia?

10 ¿Acaso se deleitan en el Todopoderoso,

o claman a Dios en todo tiempo?

11 »¡Yo os voy a mostrar algo del poder de Dios!

¡No os voy a ocultar los planes del Todopoderoso!

12 Si vosotros mismos habéis visto todo esto,

¿a qué viene tanta palabrería?»

Tercer discurso de Zofar

13 «Esta es la herencia que Dios

tiene reservada para los malvados;

esta es la herencia que los desalmados

recibirán delTodopoderoso:

14 No importa cuántos hijos tengan,

la espada los aguarda;

jamás sus pequeños comerán hasta saciarse.

15 La muerte sepultará a quienes les sobrevivan;

sus viudas no llorarán por ellos.

16 Y, aunque amontonen plata como polvo,

y apilen vestidos como arcilla,

17 será el justo quien se ponga esos vestidos,

y el inocente quien reparta esa plata.

18 Las casas que construyen parecen larvas de polilla,

parecen cobertizos de vigilancia.

19 Se acuestan siendo ricos, pero por última vez:

cuando despiertan, sus riquezas se han esfumado.

20 Les sobreviene un diluvio de terrores;

la tempestad los arrebata por la noche.

21 El viento del este se los lleva, y desaparecen;

los arranca del lugar donde viven.

22 Se lanza contra ellos sin clemencia,

mientras ellos tratan de huir de su poder.

23 Agita las manos y aplaude burlón;

entre silbidos, los arranca de su lugar».

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Job 28

Elogio de la sabiduría

1 Hay minas de donde se saca la plata,

y crisoles donde se refina el oro.

2 El hierro se extrae de la tierra;

el cobre se separa de la escoria.

3 El minero ha puesto fin a las tinieblas:

hurga en los rincones más apartados,

busca piedras en la más densa oscuridad.

4 Lejos de la gente,

cava túneles en lugares nunca hollados;

lejos de la gente,

se balancea en el aire.

5 Extrae su sustento de la tierra,

cuyas entrañas se transforman como por fuego.

6 De sus rocas se obtienen zafiros,

y en el polvo se encuentra oro.

7 No hay ave rapaz que conozca ese escondrijo

ni ojo de halcón que lo haya descubierto.

8 Ninguna bestia salvaje ha puesto allí su pie;

tampoco merodean allí los leones.

9 La mano del minero ataca el pedernal

y pone al descubierto la raíz de las montañas.

10 Abre túneles en la roca,

y sus ojos contemplan todos sus tesoros.

11 Anda en busca delas fuentes de los ríos,

y trae a la luz cosas ocultas.

12 Pero ¿dónde se halla la sabiduría?

¿Dónde habita la inteligencia?

13 Nadie sabe lo que ella vale,

pues no se encuentra en este mundo.

14 «Aquí no está», dice el océano;

«Aquí tampoco», responde el mar.

15 No se compra con el oro más fino,

ni su precio se calcula en plata.

16 No se compra con oro refinado,

ni con ónice ni zafiros.

17 Ni el oro ni el cristal se comparan con ella,

ni se cambia por áureas joyas.

18 ¡Para qué mencionar el coral y el jaspe!

¡La sabiduría vale más que los rubíes!

19 El topacio de Cus no se le iguala,

ni es posible comprarla con oro puro.

20 ¿De dónde, pues, viene la sabiduría?

¿Dónde habita la inteligencia?

21 Se esconde de los ojos de toda criatura;

¡hasta de las aves del cielo se oculta!

22 Ladestruccióny la muerte afirman:

«Algo acerca de su fama llegó a nuestros oídos».

23 Solo Dios sabe llegar hasta ella;

solo él sabe dónde habita.

24 Él puede ver los confines de la tierra;

él ve todo lo que hay bajo los cielos.

25 Cuando él establecía la fuerza del viento

y determinaba el volumen de las aguas,

26 cuando dictaba el decreto para las lluvias

y la ruta de las tormentas,

27 miró entonces a la sabiduría y ponderó su valor;

la puso a prueba y la confirmó.

28 Y dijo a losmortales:

«Temer al Señor: ¡eso es sabiduría!

Apartarse del mal: ¡eso es discernimiento!»

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Job 29

Soliloquio de Job

1 Job, retomando la palabra, dijo:

2 «¡Cómo añoro los meses que se han ido,

los días en que Dios me cuidaba!

3 Su lámpara alumbraba sobre mi cabeza,

y por su luz podía andar entre tinieblas.

4 ¡Qué días aquellos, cuando yo estaba en mi apogeo

y Dios bendecía mi casa con su íntima amistad!

5 »Cuando aún estaba conmigo elTodopoderoso,

y mis hijos me rodeaban;

6 cuando ante mí corrían ríos de crema,

y de las rocas fluían arroyos de aceite;

7 cuando ocupaba mi puesto en el concejo de la ciudad,

y en la plaza pública tomaba asiento,

8 los jóvenes al verme se hacían a un lado,

y los ancianos se ponían de pie;

9 los jefes se abstenían de hablar

y se tapaban la boca con las manos;

10 los nobles bajaban la voz,

y la lengua se les pegaba al paladar.

11 Los que me oían, hablaban bien de mí;

los que me veían, me alababan.

12 Si el pobre recurría a mí, yo lo ponía a salvo,

y también al huérfano si no tenía quien lo ayudara.

13 Me bendecían los desahuciados;

¡por mí gritaba de alegría

elcorazónde las viudas!

14 De justicia y rectitud me revestía;

ellas eran mi manto y mi turbante.

15 Para los ciegos fui sus ojos;

para los tullidos, sus pies.

16 Fui padre de los necesitados

y defensor de los extranjeros.

17 A los malvados destroné;

¡de sus fauces les arrebaté la presa!

18 »Llegué a pensar: “Moriré en mi propia casa;

mis días serán incontables como la arena del mar.

19 Mis raíces llegarán hasta las aguas;

el rocío de la noche se quedará en mis ramas.

20 Mi gloria mantendrá en mí su lozanía,

y el arco en mi mano se mantendrá firme”.

21 »La gente me escuchaba expectante,

y en silencio aguardaba mi consejo.

22 Hablaba yo, y nadie replicaba;

mis palabras hallaban cabidaen sus oídos.

23 Expectantes, absorbían mis palabras

como quien espera las lluvias tardías.

24 Si yo les sonreía, no podían creerlo;

mi rostro sonriente los reanimaba.

25 Yo les indicaba el camino a seguir;

me sentaba a la cabecera;

habitaba entre ellos como un rey entre su tropa,

como quien consuela a los que están de luto.

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Job 30

1 »¡Y ahora resulta que de mí se burlan

muchachos a cuyos padres no habría puesto

ni con mis perros ovejeros!

2 ¿De qué me habría servido la fuerza de sus manos,

si no tenían ya fuerza para nada?

3 Retorciéndose de hambre y de necesidad,

rondabanen la noche por tierras desoladas,

por páramos deshabitados.

4 En las breñas recogían hierbas amargas

y comíanraíces deretama.

5 Habían sido excluidos de la comunidad,

acusados a gritos como ladrones.

6 Se vieron obligados a vivir

en el lecho de los arroyos secos,

entre las grietas y en las cuevas.

7 Bramaban entre los matorrales,

se amontonaban entre la maleza.

8 Gente vil, generación infame,

fueron expulsados de la tierra.

9 »¡Y ahora resulta que soy tema de sus parodias!

¡Me he vuelto su hazmerreír!

10 Les doy asco, y se alejan de mí;

no vacilan en escupirme en la cara.

11 Ahora que Dios me ha humillado por completo,

no se refrenan en mi presencia.

12 A mi derecha, me ataca el populacho;

tienden trampas a mis pies

y levantan rampas de asalto para atacarme.

13 Han irrumpido en mi camino;

sin ayuda de nadie han logrado destruirme.

14 Avanzan como a través de una ancha brecha;

irrumpen entre las ruinas.

15 El terror me ha sobrecogido;

mi dignidad se esfuma como el viento,

¡misalvaciónse desvanece como las nubes!

16 »Y ahora la vida se me escapa;

me oprimen los días de sufrimiento.

17 La noche me taladra los huesos;

el dolor que me corroe no tiene fin.

18 Como con un manto, Dios me envuelve con su poder;

me ahoga como el cuello de mi ropa.

19 Me arroja con fuerza en el fango,

y me reduce a polvo y ceniza.

20 »A ti clamo, oh Dios, pero no me respondes;

me hago presente, pero tú apenas me miras.

21 Implacable, te vuelves contra mí;

con el poder de tu brazo me atacas.

22 Me arrebatas, me lanzas alviento;

me arrojas al ojo de la tormenta.

23 Sé muy bien que me harás bajar al sepulcro,

a la morada final de todos los vivientes.

24 »Pero nadie golpea al que está derrotado,

al que en su angustia reclama auxilio.

25 ¿Acaso no he llorado por los que sufren?

¿No me he condolido por los pobres?

26 Cuando esperaba lo bueno, vino lo malo;

cuando buscaba la luz, vinieron las sombras.

27 No cesa la agitación que me invade;

me enfrento a días de sufrimiento.

28 Ando denegrido, pero no a causa del sol;

me presento en la asamblea, y pido ayuda.

29 He llegado a ser hermano de los chacales,

compañero de las lechuzas.

30 La piel se me ha quemado, y se me cae;

el cuerpo me arde por la fiebre.

31 El tono de mi arpa es de lamento,

el son de mi flauta es de tristeza.

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Job 31

1 »Yo había convenido con mis ojos

no mirar con lujuria a ninguna mujer.

2 ¿Qué se recibe del Dios altísimo?

¿Qué se hereda delTodopoderosoen las alturas?

3 ¿No es acaso la ruina para los malvados

y el desastre para los malhechores?

4 ¿Acaso no se fija Dios en mis caminos

y toma en cuenta todos mis pasos?

5 »Si he andado en malos pasos,

o mis pies han corrido tras la mentira,

6 ¡que Dios me pese en una balanza justa,

y así sabrá que soy inocente!

7 Si mis pies se han apartado del camino,

o micorazónse ha dejado llevar por mis ojos,

o mis manos se han llenado de ignominia,

8 ¡que se coman otros lo que yo he sembrado,

y que sean destruidas mis cosechas!

9 »Si por alguna mujer me he dejado seducir,

si a las puertas de mi prójimo he estado al acecho,

10 ¡que mi esposa muela el grano de otro hombre,

y que otros hombres se acuesten con ella!

11 Eso habría sido una infamia,

¡un pecado que tendría que ser juzgado!

12 ¡Habría sido un incendiodestructor!

¡Habría arrancado mi cosecha de raíz!

13 »Si me negué a hacerles justicia

a mis siervos y a mis siervas

cuando tuvieron queja contra mí,

14 ¿qué haré cuando Dios me pida cuentas?

¿qué responderé cuando me haga comparecer?

15 El mismo Dios que me formó en el vientre

fue el que los formó también a ellos;

nos dio forma en el seno materno.

16 »Jamás he desoído los ruegos de los pobres,

ni he dejado que las viudas desfallezcan;

17 jamás el pan me lo he comido solo,

sin querer compartirlo con los huérfanos.

18 Desde mi juventud he sido un padre para ellos;

y siempre he cuidado de las viudas.

19 Si he dejado que alguien muera por falta de vestido,

o que un necesitado no tenga qué ponerse;

20 si este no me ha bendecido de corazón

por haberlo abrigado con lana de mis rebaños;

21 o si he levantado contra el huérfano mi mano

por contar con influencias en los tribunales,

22 ¡que los brazos se me caigan de los hombros,

que se me disloquen de sus articulaciones!

23 Siempre he sido temeroso del castigo de Dios;

¡ante su majestad no podría resistir!

24 »¿Acaso he puesto en el oro mi confianza,

o le he dicho al oro puro: “En ti confío”?

25 ¿Me he ufanado de mi gran fortuna,

de las riquezas amasadas con mis manos?

26 ¿He admirado acaso el resplandor del sol

o el avance esplendoroso de la luna,

27 como para rendirles culto en lo secreto

y enviarles un beso con la mano?

28 ¡También este pecado tendría que ser juzgado,

pues habría yo traicionado al Dios de las alturas!

29 »¿Acaso me he alegrado de la ruina de mi enemigo?

¿Acaso he celebrado su desgracia?

30 ¡Jamás he permitido que mi boca peque

pidiendo que le vaya mal!

31 ¿Quién bajo mi techo no sació su hambre

con los manjares de mi mesa?

32 Jamás mis puertas se cerraron al viajero;

jamás un extraño pasó la noche en la calle.

33 Jamás he ocultado mi pecado,

como el común de la gente,

ni he mantenido mi culpa en secreto,

34 por miedo al qué dirán.

Jamás me he quedado en silencio y encerrado

por miedo al desprecio de mis parientes.

35 »¡Cómo quisiera que Dios me escuchara!

Estampo aquí mi firma;

que me responda el Todopoderoso.

Si él quiere contender conmigo,

que lo haga por escrito.

36 Llevaré esa acusación sobre mis hombros;

me la pondré como diadema.

37 Compareceré ante él con dignidad,

y le daré cuenta de cada uno de mis pasos.

38 »Si mis tierras claman contra mí,

y todos sus surcos se inundan en llanto;

39 si he tomado la cosecha de alguien sin pagarle,

o quebrantado el ánimo de sus dueños,

40 ¡que nazcan en mi tierra zarzas en vez de trigo,

y hierbas en vez de cebada!»

Con esto Job dio por terminado su discurso.

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Job 32

Intervención de Eliú

1 Al ver los tres amigos de Job que este se consideraba un hombre recto, dejaron de responderle.

2 Pero Eliú hijo de Baraquel de Buz, de la familia de Ram, se enojó mucho con Job porque, en vez de justificar a Dios, se había justificado a sí mismo.

3 También se enojó con los tres amigos porque no habían logrado refutar a Job, y sin embargo lo habían condenado.

4 Ahora bien, Eliú había estado esperando antes de dirigirse a Job, porque ellos eran mayores;

5 pero, al ver que los tres amigos no tenían ya nada que decir, se encendió su enojo.

6 Y habló Eliú hijo de Baraquel de Buz:

Primer discurso de Eliú

«Yo soy muy joven, y vosotros, ancianos;

por eso me sentía muy temeroso

de expresaros mi opinión.

7 Y me dije: “Que hable la voz de la experiencia;

que demuestren los ancianos su sabiduría”.

8 Pero lo que da entendimiento alhombre

es el espírituque en él habita;

¡es el hálito delTodopoderoso!

9 No son los ancianoslos únicos sabios,

ni es la edad la que hace entender lo que es justo.

10 »Os ruego, por tanto, que me escuchéis;

yo también tengo algo que deciros.

11 Mientras habláis, me propuse esperar

y escuchar vuestros razonamientos;

mientras buscabais las palabras,

12 os presté toda mi atención.

Pero no habéis podido probar que Job esté equivocado;

ninguno ha respondido a sus argumentos.

13 No vayáis a decirme: “Hemos hallado la sabiduría;

que lo refute Dios, y no los hombres”.

14 Ni Job se ha dirigido a mí,

ni yo he de responderle como vosotros.

15 »Job, tus amigos están desconcertados;

no pueden responder, les faltan las palabras.

16 ¿Y voy a quedarme callado ante su silencio,

ante su falta de respuesta?

17 Yo también tengo algo que decir,

y voy a demostrar misconocimientos.

18 Palabras no me faltan;

el espíritu que hay en mí me obliga a hablar.

19 Estoy como vino embotellado

en odre nuevo a punto de estallar.

20 Tengo que hablar y desahogarme;

tengo que abrir la boca y dar respuesta.

21 No favoreceré a nadie

ni halagaré a ninguno;

22 Yo no sé adular a nadie;

si lo hiciera,mi creador me castigaría.

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Job 33

1 »Te ruego, Job, que escuches mis palabras,

que prestes atención a todo lo que digo.

2 Estoy a punto de abrir la boca,

y voy a hablar hasta por los codos.

3 Mis palabras salen de uncorazónhonrado;

mis labios dan su opinión sincera.

4 El Espíritu de Dios me ha creado;

me infunde vida el hálito delTodopoderoso.

5 Contéstame si puedes;

prepárate y hazme frente.

6 Ante Dios, tú y yo somos iguales;

también yo fui tomado de la tierra.

7 No debieras alarmarte ni temerme,

ni debiera pesar mi mano sobre ti.

8 »Pero me parece haber oído que decías

(al menos, eso fue lo que escuché):

9 “Soy inocente. No tengo pecado.

Estoy limpio y libre de culpa.

10 Sin embargo, Dios me ha encontrado faltas;

me considera su enemigo.

11 Me ha sujetado los pies con cadenas

y vigila todos mis pasos”.

12 »Pero déjame decirte que estás equivocado,

pues Dios es más grande que losmortales.

13 ¿Por qué le echas en cara

que no responda a todas tuspreguntas?

14 Dios nos habla una y otra vez,

aunque no lo percibamos.

15 Algunas veces en sueños,

otras veces en visiones nocturnas,

cuando caemos en un sopor profundo,

o cuando dormitamos en el lecho,

16 él nos habla al oído

y nos aterra con sus advertencias,

17 para apartarnos de hacer lo malo

y alejarnos de la soberbia;

18 para librarnos de caer en el sepulcro

y de cruzar el umbral de la muerte.

19 A veces nos castiga con el lecho del dolor,

con frecuentes dolencias en los huesos.

20 Nuestro ser encuentra repugnante la comida;

el mejor manjar nos parece aborrecible.

21 Nuestra carne va perdiéndose en la nada,

hasta se nos pueden contar los huesos.

22 Nuestra vida va acercándose al sepulcro,

se acerca a los heraldos de la muerte.

23 »Mas si un ángel, uno entre mil,

aboga por elhombrey sale en su favor,

y da constancia de su rectitud;

24 si tiene compasión de él y le ruega a Dios:

“Sálvalo de caer en la tumba,

que ya tengo su rescate”,

25 entonces el hombre rejuvenece;

¡vuelve a ser como cuando era niño!

26 Orará a Dios, y él recibirá su favor;

verá su rostro y gritará de alegría,

y Dios lo hará volver a su estado de inocencia.

27 El hombre reconocerá públicamente:

“He pecado, he pervertido la justicia,

pero no recibí mi merecido.

28 Dios me libró de caer en la tumba;

¡estoy vivo y disfruto de la luz!”

29 »Todo esto Dios lo hace

una, dos y hasta tres veces,

30 para salvarnos de la muerte,

para que la luz de la vida nos alumbre.

31 »Préstame atención, Job, escúchame;

guarda silencio, que quiero hablar.

32 Si tienes algo que decir, respóndeme;

habla, pues quisiera darte la razón.

33 De lo contrario, escúchame en silencio

y yo te impartiré sabiduría».

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Job 34

Segundo discurso de Eliú

1 También dijo Eliú:

2 «Vosotros los sabios, escuchad mis palabras;

vosotros los instruidos, prestadme atención.

3 El oído distingue las palabras,

como saborea el paladar la comida.

4 Examinemos juntos este caso;

decidamos entre nosotros lo mejor.

5 »Job alega: “Soy inocente,

pero Dios se niega a hacermejusticia.

6 Tengo que resultar un mentiroso,

a pesar de que soy justo;

sus flechas me hieren de muerte,

a pesar de que no he pecado”.

7 ¿Dónde hay alguien como Job,

que tiene el sarcasmo en la punta de la lengua?

8 Le encanta hacer amistad con los malhechores

y andar en compañía de los malvados.

9 ¡Y nos alega que ningún provecho saca elhombre

tratando de agradar a Dios!

10 »Escuchadme, hombres entendidos:

¡Es inconcebible que Dios haga lo malo,

que elTodopoderosocometa injusticias!

11 Dios paga al hombre según sus obras;

lo trata como se merece.

12 ¡Ni pensar que Dios cometa injusticias!

¡El Todopoderoso no pervierte el derecho!

13 ¿Quién le dio poder sobre la tierra?

¿Quién lo puso a cargo de todo el mundo?

14 Si pensara en retirarnos su espíritu,

en quitarnos su hálito de vida,

15 todo elgénero humanoperecería,

¡la humanidad entera volvería a ser polvo!

16 »Escucha esto, si eres sensato;

presta atención a lo que digo.

17 ¿Puede acaso gobernar quien detesta la justicia?

¿Condenarás entonces al Dios justo y poderoso,

18 al que niega el valor de los reyes

y denuncia la maldad de los nobles?

19 Dios no se muestra parcial con los príncipes

ni favorece a los ricos más que a los pobres.

¡Unos y otros son obra de sus manos!

20 Perecen de pronto, en medio de la noche;

la gente se estremece y muere;

los poderosos son derrocados

sin intervenciónhumana.

21 »Los ojos de Dios ven los caminos del hombre;

él vigila cada uno de sus pasos.

22 No hay lugares oscuros ni sombras profundas

que puedan esconder a los malhechores.

23 Dios no tiene que examinarlos

para someterlos a juicio.

24 No tiene que indagar para derrocar a los poderosos

y sustituirlos por otros.

25 Dios toma nota de todo lo que hacen;

por la noche los derroca, y quedan aplastados;

26 los castiga por su maldad

para escarmiento de todos,

27 pues dejaron de seguirlo

y no tuvieron en cuenta sus caminos.

28 Hicieron llegar a su presencia

el clamor de los pobres y necesitados,

y Dios lo escuchó.

29 ¿Pero quién puede condenarlo

si él decide guardar silencio?

¿Quién puede verlo si oculta su rostro?

Él está por encima de pueblos y personas,

30 para que no reinen los malvados

ni le tiendan trampas a su pueblo.

31 »Supongamos que le dijeras:

“Soy culpable; no volveré a ofenderte.

32 Enséñame lo que no alcanzo a percibir;

si he cometido algo malo, no volveré a hacerlo”.

33 ¿Tendría Dios que recompensarte

como tú quieres que lo haga,

aunque lo hayas rechazado?

No seré yo quien lo decida, sino tú,

así que expresa lo que piensas.

34 »Que me digan los sabios

y vosotros los entendidos que me escucháis:

35 “Job no sabe lo que dice;

en sus palabras no hay inteligencia”.

36 ¡Que sea Job examinado,

pues como un malvado ha respondido!

37 A su pecado ha añadido rebeldía;

en nuestra propia cara se ha burlado de nosotros,

y se ha excedido en sus palabras contra Dios».