Categories
Jeremías

Jeremías 36

El rey Joacim quema el rollo de Jeremías

1 Esta palabra delSeñorvino a Jeremías en el año cuarto del rey Joacim hijo de Josías:

2 «Toma un rollo y escribe en él todas las palabras que desde los tiempos de Josías, desde que comencé a hablarte hasta ahora, te he dicho acerca de Israel, de Judá y de las otras naciones.

3 Cuando los de Judá se enteren de todas las calamidades que pienso enviar contra ellos, tal vez abandonen su malcaminoy pueda yo perdonarles su iniquidad y su pecado».

4 Jeremías llamó a Baruc hijo de Nerías y, mientras le dictaba, Baruc escribía en el rollo todo lo que elSeñorhabía dicho al profeta.

5 Luego Jeremías le dio esta orden a Baruc: «Estoy detenido y no puedo ir a la casa delSeñor.

6 Por tanto, ve a la casa delSeñoren el día de ayuno, y lee en voz alta ante el pueblo de Jerusalén las palabras delSeñorque te he dictado y que escribiste en el rollo. Léeselas también a toda la gente de Judá que haya venido de sus ciudades.

7 ¡A lo mejor su oración llega a la presencia delSeñory cada uno se convierte de su mal camino! ¡Ciertamente son terribles la ira y el furor con que elSeñorha amenazado a este pueblo!»

8 Baruc hijo de Nerías hizo tal y como le había ordenado el profeta Jeremías: Leyó en la casa delSeñorlas palabras contenidas en el rollo.

9 En el mes noveno del año quinto de Joacim hijo de Josías, rey de Judá, todo el pueblo de Jerusalén y todos los que habían venido de las otras ciudades de Judá fueron convocados a ayunar en honor delSeñor.

10 Baruc se dirigió al atrio superior de la casa delSeñor, a la entrada de la Puerta Nueva, y desde la sala de Guemarías hijo de Safán, el cronista, leyó ante todo el pueblo el rollo que contenía las palabras de Jeremías.

11 Micaías hijo de Guemarías, nieto de Safán, escuchó todas las palabras delSeñorque estaban escritas en el rollo.

12 Entonces bajó al palacio del rey, a la sala del cronista, donde estaban reunidos todos los jefes, es decir, el cronista Elisama, Delaías hijo de Semaías, Elnatán hijo de Acbor, Guemarías hijo de Safán, Sedequías hijo de Ananías, y todos los demás jefes.

13 Micaías les contó todo lo que había escuchado de lo que Baruc había leído ante el pueblo.

14 Entonces todos los jefes enviaron a Yehudi hijo de Netanías, nieto de Selemías y bisnieto de Cusí, para que le dijera a Baruc: «Toma el rollo que has leído ante el pueblo, y ven». Baruc hijo de Nerías lo tomó y se presentó ante ellos.

15 Los jefes le dijeron:

―Siéntate y léenos lo que está en el rollo.

Baruc lo leyó ante ellos.

16 Terminada la lectura, se miraron temerosos unos a otros y le dijeron:

―Tenemos que informar de todo esto al rey.

17 Luego le preguntaron a Baruc:

―Dinos, ¿por qué escribiste todo esto? ¿Te lo dictó Jeremías?

18 ―Sí —les respondió Baruc—, él me lo dictó, y yo lo escribí con tinta, en el rollo.

19 Entonces los jefes le dijeron a Baruc:

―Tú y Jeremías, id a esconderos. ¡Que nadie sepa donde estáis!

20 Después de dejar el rollo en la sala del cronista Elisama, los jefes se presentaron en el atrio, delante del rey, y lo pusieron al tanto de todo lo ocurrido.

21 El rey envió a Yehudi a buscar el rollo, y Yehudi lo tomó de la sala de Elisama y lo leyó en presencia del rey y de todos los jefes que estaban con él.

22 Era el mes noveno, y por eso el rey estaba en su casa de invierno, sentado junto a un brasero encendido.

23 A medida que Yehudi terminaba de leer tres o cuatro columnas, el rey las cortaba con un estilete de escriba y las echaba al fuego del brasero. Así lo hizo con todo el rollo, hasta que este se consumió en el fuego.

24 Ni el rey ni los jefes que escucharon todas estas palabras tuvieron temor ni se rasgaron las vestiduras.

25 Esto sucedió a pesar de que Elnatán, Delaías y Guemarías le habían suplicado al rey que no quemara el rollo; pero el rey no les hizo caso.

26 Por el contrario, mandó a Jeramel, su hijo, a Seraías hijo de Azriel, y a Selemías hijo de Abdel que arrestaran al escriba Baruc y al profeta Jeremías. Pero elSeñorlos había escondido.

27 Luego que el rey quemó el rollo con las palabras que Jeremías le había dictado a Baruc, la palabra delSeñorvino a Jeremías:

28 «Toma otro rollo, y escribe exactamente lo mismo que estaba escrito en el primer rollo quemado por Joacim, rey de Judá.

29 Y adviértele a Joacim que así dice elSeñor: “Tú quemaste aquel rollo, diciendo: ‘¿Por qué has escrito en él que con toda seguridad el rey de Babilonia vendrá a destruir esta tierra, y a borrar de ella a toda persona y animal?’ ”

30 Por eso, así dice elSeñoracerca de Joacim, rey de Judá: “Ninguno de sus descendientes ocupará el trono de David; su cadáver será arrojado, y quedará expuesto al calor del día y a las heladas de la noche.

31 Castigaré la iniquidad de él, la de su descendencia y la de sus siervos. Enviaré contra ellos, y contra los habitantes de Jerusalén y de Judá, todas las calamidades con que los amenacé, porque no me hicieron caso”».

32 Entonces Jeremías tomó otro rollo y se lo dio al escriba Baruc hijo de Nerías. Baruc escribió en el rollo todo lo que Jeremías le dictó, lo cual era idéntico a lo escrito en el rollo quemado por el rey Joacim. Se agregaron, además, muchas otras cosas semejantes.

Categories
Jeremías

Jeremías 37

Encarcelamiento de Jeremías

1 Nabucodonosor, rey de Babilonia, puso como rey de Judá a Sedequías hijo de Josías, en lugar de Jeconíashijo de Joacim.

2 Pero ni Sedequías ni sus siervos ni la gente de Judá hicieron caso a las palabras que elSeñorhabía hablado a través del profeta Jeremías.

3 No obstante, el rey Sedequías envió a Jucal hijo de Selemías, y al sacerdote Sofonías hijo de Maseías a decirle al profeta Jeremías: «Ora por nosotros alSeñornuestro Dios».

4 Mientras tanto, Jeremías se movía con total libertad entre la gente, pues todavía no lo habían encarcelado.

5 Por otra parte, el ejército del faraón había salido de Egipto. Y, cuando losbabilonios, que estaban sitiando a Jerusalén, se enteraron de la noticia, emprendieron la retirada.

6 La palabra delSeñorvino al profeta Jeremías:

7 «Así dice elSeñor, el Dios de Israel: “Decidle al rey de Judá que os mandó a consultarme: ‘El ejército del faraón, que salió para apoyaros, se volverá a Egipto.

8 Los babilonios regresarán para atacar esta ciudad, y la capturarán y la incendiarán’ ”.

9 »Así dice elSeñor: “No os hagáis ilusiones creyendo que los babilonios se van a retirar. ¡Os equivocáis! No se van a retirar.

10 Y aunque derrotaseis a todo el ejército babilonio, y solo quedaran en sus campamentos algunos hombres heridos, estos se levantarían e incendiarían esta ciudad”».

11 Cuando por causa de la incursión del ejército del faraón el ejército de Babilonia se retiró de Jerusalén,

12 Jeremías quiso trasladarse de Jerusalén al territorio de Benjamín para tomar posesión de una herencia.

13 Pero, al llegar a la puerta de Benjamín, un capitán de la guardia llamado Irías, hijo de Selemías y nieto de Jananías, detuvo al profeta Jeremías y lo acusó:

―¡Vas a pasarte a los babilonios!

14 Jeremías respondió:

―¡Mentira, no voy a pasarme a los babilonios!

Pero Irías no le hizo caso, sino que lo detuvo y lo llevó ante los jefes.

15 Estos estaban enfurecidos contra Jeremías, así que después de golpearlo lo encarcelaron en la casa del cronista Jonatán, ya que la habían convertido en prisión.

16 Así Jeremías fue encerrado en un calabozo subterráneo, donde permaneció mucho tiempo.

17 El rey Sedequías mandó que trajeran a Jeremías al palacio, y allí le preguntó en secreto:

―¿Has recibido alguna palabra delSeñor?

―Sí —respondió Jeremías—, serás entregado en manos del rey de Babilonia.

18 A su vez, Jeremías le preguntó al rey Sedequías:

―¿Qué crimen he cometido contra ti, o contra tus ministros o este pueblo, para que me hayáis encarcelado?

19 ¿Dónde están vuestros profetas, los que profetizaban que el rey de Babilonia no os atacaría ni a vosotros ni a este país?

20 Pero ahora, te ruego que me prestes atención. Te pido que no me mandes de vuelta a la casa del cronista Jonatán, no sea que yo muera allí.

21 Entonces el rey Sedequías ordenó que pusieran a Jeremías en el patio de la guardia y que, mientras hubiera pan en la ciudad, todos los días le dieran una porción del pan horneado en la calle de los Panaderos. Así fue como Jeremías permaneció en el patio de la guardia.

Categories
Jeremías

Jeremías 38

Jeremías en la cisterna

1 Sefatías hijo de Matán, Guedalías hijo de Pasur, Jucal hijo de Selemías y Pasur hijo de Malquías oyeron que Jeremías le decía a todo el pueblo:

2 «Así dice elSeñor: “El que se quede en esta ciudad morirá de hambre, por la espada o por la peste. Pero el que se pase a losbabiloniosvivirá. ¡Se entregará como botín de guerra, pero salvará su vida!”

3 Así dice elSeñor: “Esta ciudad caerá en poder del ejército del rey de Babilonia, y será capturada”».

4 Los jefes le dijeron al rey:

―Hay que matar a este hombre. Con semejantes discursos está desmoralizando a los soldados y a todo el pueblo que aún queda en esta ciudad. Este hombre no busca el bien del pueblo, sino su desgracia.

5 El rey Sedequías respondió:

―Lo dejo en vuestras manos. Ni yo, que soy el rey, puedo oponerme a vosotros.

6 Ellos tomaron a Jeremías y, bajándolo con cuerdas, lo echaron en la cisterna del patio de la guardia, la cual era de Malquías, el hijo del rey. Pero, como en la cisterna no había agua, sino lodo, Jeremías se hundió en él.

7 El etíope Ebedmélec, funcionariode la casa real, se enteró de que habían echado a Jeremías en la cisterna. En cierta ocasión cuando el rey estaba participando en una sesión frente al portón de Benjamín,

8 Ebedmélec salió del palacio real y le dijo:

9 ―Mi rey y señor, estos hombres han actuado con saña. Han arrojado a Jeremías en la cisterna, y allí se morirá de hambre, porque ya no hay pan en la ciudad.

10 Entonces el rey ordenó al etíope Ebedmélec:

―Toma contigo treshombres, y rescata de la cisterna al profeta Jeremías antes de que se muera.

11 Ebedmélec lo hizo así, y fue al depósito de ropadel palacio real, sacó de allí ropas y trapos viejos, y con unas sogas se los bajó a la cisterna a Jeremías.

12 Ebedmélec le dijo a Jeremías:

―Ponte en los sobacos estas ropas y trapos viejos para protegerte de las sogas.

Así lo hizo Jeremías.

13 Los hombres tiraron de las sogas y lo sacaron de la cisterna. Y Jeremías permaneció en el patio de la guardia.

Sedequías interroga a Jeremías

14 El rey Sedequías mandó que llevaran a Jeremías a la tercera entrada de la casa delSeñor, y allí le dijo:

―Te voy a preguntar algo, y por favor no me ocultes nada.

15 Jeremías le respondió al rey:

―Si respondo a tu pregunta, lo más seguro es que me mates. Y, si te doy un consejo, no me vas a hacer caso.

16 Pero en secreto el rey Sedequías le hizo este juramento a Jeremías:

―¡Te juro por elSeñor, que nos ha dado esta vida, que no te mataré ni te entregaré en manos de estos hombres que atentan contra tu vida!

17 Jeremías le dijo a Sedequías:

―Así dice elSeñorTodopoderoso, el Dios de Israel: “Si te rindes ante los jefes del rey de Babilonia, salvarás tu vida, y esta ciudad no será incendiada; tú y tu familia viviréis.

18 Pero, si no te rindes ante los jefes del rey de Babilonia, la ciudad caerá bajo el poder de loscaldeos, y será incendiada, y tú no tendrás escapatoria”.

19 El rey Sedequías respondió:

―Yo tengo terror a los judíos que se pasaron al bando de losbabilonios, pues me pueden entregar en sus manos para que me torturen.

20 Jeremías le contestó:

―Obedece la voz delSeñorque yo te estoy comunicando, y no caerás en manos de los babilonios. Así te irá bien, y salvarás tu vida.

21 Pero, si te empeñas en no rendirte, esta es la palabra que elSeñorme ha revelado:

22 Todas las mujeres que aún quedan en el palacio del rey de Judá serán entregadas a los jefes del rey de Babilonia, y ellas mismas te echarán en cara:

»“Tus amigos más confiables

te han engañado y te han vencido.

Tienes los pies hundidos en el fango,

pues tus amigos te dieron la espalda”.

23 »Todas tus mujeres y tus hijos serán entregados a los babilonios, y ni tú podrás escapar, sino que caerás bajo el poder del rey de Babilonia, y la ciudad será incendiada».

24 Sedequías le contestó a Jeremías:

―Que nadie se entere de estas palabras, pues de lo contrario morirás.

25 Si los jefes se enteran de que yo hablé contigo, y vienen y te dicen: “Dinos ya lo que le has informado al rey, y lo que él te dijo; no nos ocultes nada, pues de lo contrario te mataremos”,

26 tú les dirás: “Vine a suplicarle al rey que no me mandara de vuelta a casa de Jonatán, a morir allí”.

27 Y así fue. Todos los jefes vinieron a interrogar a Jeremías, pero él les contestó de acuerdo con lo que el rey le había ordenado. Entonces lo dejaron tranquilo, porque nadie había escuchado la conversación.

28 Y Jeremías se quedó en el patio de la guardia hasta el día en que Jerusalén fue capturada.

La caída de Jerusalén

Jerusalén fue tomada de la siguiente manera:

Categories
Jeremías

Jeremías 39

1 En el mes décimo del año noveno del reinado de Sedequías en Judá, el rey Nabucodonosor de Babilonia y todo su ejército marcharon contra Jerusalén y la sitiaron.

2 El día nueve del mes cuarto del año undécimo del reinado de Sedequías, abrieron una brecha en el muro de la ciudad,

3 por la que entraron todos los jefes del rey de Babilonia, hasta instalarse en la puerta central: Nergal Sarézer de Samgar, Nebo Sarsequín,un oficial principal, Nergal Sarézer, también un alto funcionario, y todos los otros jefes del rey de Babilonia.

4 Al verlos, el rey Sedequías de Judá y todos los soldados huyeron de la ciudad. Salieron de noche por el camino del jardín del rey, por lapuertaque está entre los dos muros, tomando el camino del Arabá.

5 Pero el ejército babilónico los persiguió hasta alcanzarlos en las llanuras de Jericó. Capturaron a Sedequías y lo llevaron ante Nabucodonosor, rey de Babilonia, que estaba en Riblá, en el territorio de Jamat. Allí dictó sentencia contra Sedequías,

6 y ante sus propios ojos hizo degollar a sus hijos, lo mismo que a todos los nobles de Judá.

7 Luego mandó que a Sedequías le sacaran los ojos y le pusieran cadenas de bronce, para llevarlo a Babilonia.

8 Losbabiloniosprendieron fuego al palacio real y a las casas del pueblo, y derribaron los muros de Jerusalén.

9 Finalmente Nabuzaradán, el comandante de la guardia, llevó cautivos a Babilonia tanto al resto de la población como a los desertores, es decir, a todos los que quedaban.

10 Nabuzaradán, comandante de la guardia, solo dejó en el territorio de Judá a algunos de los más pobres, que no poseían nada. En aquel día les asignó campos y viñedos.

11 En cuanto a Jeremías, el rey Nabucodonosor de Babilonia había dado la siguiente orden a Nabuzaradán, el comandante de la guardia:

12 «Vigílalo bien, sin hacerle ningún daño, y atiende a todas sus necesidades».

13 Nabuzaradán, comandante de la guardia, Nebusazbán, un oficial principal, Nergal Sarézer, un alto funcionario, y todos los demás oficiales del rey de Babilonia

14 mandaron sacar a Jeremías del patio de la guardia y se lo confiaron a Guedalías hijo de Ajicán, nieto de Safán, para que lo llevaran de vuelta a su casa. Así Jeremías se quedó a vivir en medio del pueblo.

15 Aún estaba Jeremías preso en el patio de la guardia cuando la palabra delSeñorvino a él:

16 «Ve y dile a Ebedmélec, el etíope, que así dice elSeñorTodopoderoso, el Dios de Israel: “Voy a cumplir las palabras que anuncié contra esta ciudad, para mal y no para bien. En aquel día, tú serás testigo de todo esto.

17 Pero en ese mismo día yo te rescataré —afirma elSeñor—, y no caerás en las manos de los hombres que temes.

18 Porque ciertamente yo te libraré —afirma elSeñor—, y no caerás a filo de espada; antes bien, tu vida será tu botín, porque has confiado en mí”».

Categories
Jeremías

Jeremías 40

Liberación de Jeremías

1 La palabra delSeñorvino a Jeremías después de que Nabuzaradán, el comandante de la guardia, lo había dejado libre en Ramá. Allí lo había encontrado Nabuzaradán preso y encadenado, entre todos los cautivos de Judá y Jerusalén que eran deportados a Babilonia.

2 El comandante de la guardia tomó aparte a Jeremías, y le dijo: «ElSeñortu Dios decretó esta calamidad para este lugar,

3 y ahora elSeñorha cumplido sus amenazas. Todo esto os ha pasado porque pecasteis contra elSeñory desobedecisteis su voz.

4 No obstante, hoy te libero de las cadenas que te sujetan las manos. Si quieres venir conmigo a Babilonia, ven, que yo te cuidaré. Pero, si no quieres, no lo hagas. Mira, tienes ante tus ojos toda la tierra: ve adonde más te convenga».

5 Como Jeremías no se decidía, Nabuzaradán añadió: «Vuelve junto a Guedalías hijo de Ajicán, nieto de Safán, a quien el rey de Babilonia ha nombrado gobernador de las ciudades de Judá, y vive con él y con tu pueblo, o ve adonde más te convenga».

Luego el comandante de la guardia le dio provisiones y un regalo, y lo dejó en libertad.

6 Jeremías se fue entonces junto a Guedalías hijo de Ajicán, en Mizpa, y se quedó con él, en medio del pueblo que había permanecido en el país.

Asesinato de Guedalías

7 Cuando todos los jefes y soldados del ejército que estaban en el campo se enteraron de que el rey de Babilonia había puesto a Guedalías hijo de Ajicán como gobernador del país, y de que le había confiado el cuidado de hombres, mujeres y niños, así como de los más pobres del país que no habían sido deportados a Babilonia,

8 fueron a Mizpa para presentarse ante Guedalías. Entre ellos estaban: Ismael hijo de Netanías, Johanán y Jonatán hijos de Carea, Seraías hijo de Tanjumet, los hijos de Efay de Netofa, y Jezanías, hijo de un hombre de Macá, y sus hombres.

9 Guedalías hijo de Ajicán, nieto de Safán, les hizo este juramento a ellos y a sus tropas: «No temáis a losbabilonios. Si os quedáis en el país y servís al rey de Babilonia, os aseguro que os irá bien.

10 Yo me quedaré en Mizpa, para representaros ante los babilonios que vengan hasta acá. Pero vosotros, comenzad a almacenar en recipientes vino, frutos de verano y aceite, y vivid en las ciudades que habéis ocupado».

11 Todos los judíos que estaban en Moab, Amón y Edom, y en todos los otros países, se enteraron también de que el rey de Babilonia había dejado un remanente en Judá, y nombrado como gobernador a Guedalías hijo de Ajicán, nieto de Safán.

12 Entonces todos estos judíos regresaron a la tierra de Judá, de todos los países donde estaban dispersos. Al llegar, se presentaron en Mizpa ante Guedalías, y también almacenaron vino y frutos de verano en abundancia.

13 Johanán hijo de Carea, y todos los demás jefes militares que estaban en el campo, se presentaron ante Guedalías en Mizpa,

14 y le dijeron:

―¿No sabes que Balís, rey de Amón, ha mandado a Ismael hijo de Netanías, para matarte?

Pero Guedalías hijo de Ajicán no les creyó.

15 Y allí en Mizpa, Johanán hijo de Carea le propuso en secreto a Guedalías:

―Déjame ir a matar a Ismael hijo de Netanías. ¡Nadie tiene que enterarse! ¿Por qué vamos a permitir que te asesine? Eso causaría la dispersión de todos los judíos que se han reunido a tu alrededor, y acabaría con lo que queda de Judá.

16 Pero Guedalías hijo de Ajicán le respondió a Johanán hijo de Carea:

―¡Ni lo pienses! ¡Lo que dices acerca de Ismael es mentira!

Categories
Jeremías

Jeremías 41

1 En el mes séptimo Ismael, hijo de Netanías y nieto de Elisama, que era de estirpe real y había sido uno de los oficiales del rey, vino a Mizpa con diez hombres y se presentó ante Guedalías hijo de Ajicán. Y ahí en Mizpa, mientras comían juntos,

2 Ismael hijo de Netanías se levantó y, junto con los diez hombres que lo acompañaban, hirió a filo de espada a Guedalías hijo de Ajicán, nieto de Safán, quitándole la vida. Así hicieron con quien había sido nombrado gobernador del país por el rey de Babilonia.

3 Ismael mató también a todos los judíos y soldados que se encontraban en Mizpa con Guedalías.

4 Al día siguiente del asesinato de Guedalías, cuando todavía nadie se había enterado,

5 llegaron de Siquén, Siló y Samaria ochenta hombres con la barba afeitada, la ropa rasgada y el cuerpo lleno de cortaduras que ellos mismos se habían hecho. Traían ofrendas de cereales, e incienso, para presentarlas en la casa delSeñor.

6 Desde Mizpa salió a su encuentro Ismael hijo de Netanías; iba llorando y, cuando los encontró, les dijo:

―Venid a ver a Guedalías hijo de Ajicán.

7 Pero no habían llegado al centro de la ciudad cuando Ismael hijo de Netanías y sus secuaces los mataron y los arrojaron en una cisterna.

8 Había entre ellos diez hombres que le rogaron a Ismael:

―¡No nos mates; tenemos escondidos en el campo trigo, cebada, aceite y miel!

Ismael accedió, y no los mató como a sus compañeros.

9 El rey Asá había hecho una fosa para defenderse de Basá, rey de Israel, y en esa fosa fue donde Ismael arrojó los cadáveres de los hombres que había matado, junto con Guedalías, llenándola de cadáveres.

10 Después Ismael se llevó en cautiverio a las hijas del rey y a todo el resto del pueblo que había quedado en Mizpa, a quienes Nabuzaradán, comandante de la guardia, había puesto bajo el mando de Guedalías hijo de Ajicán. Ismael hijo de Netanías salió con sus cautivos hacia el territorio de los amonitas.

11 Cuando Johanán hijo de Carea, y todos los jefes militares que estaban con él, se enteraron del crimen que había cometido Ismael hijo de Netanías,

12 reunieron a todos sus hombres y fueron a pelear contra él. Lo encontraron cerca del gran estanque que está en Gabaón.

13 Y sucedió que toda la gente que estaba con Ismael se alegró al ver a Johanán hijo de Carea, acompañado de todos los jefes militares.

14 Todo el pueblo que Ismael llevaba cautivo desde Mizpa se dio la vuelta y se fue con Johanán hijo de Carea.

15 Pero Ismael hijo de Netanías y ocho de sus hombres se escaparon de Johanán y huyeron hacia Amón.

Huida a Egipto

16 Entonces Johanán hijo de Carea, junto con todos los jefes militares que lo acompañaban, tomaron y rescataron al resto del pueblo que desde Mizpa se había llevado Ismael hijo de Netanías, después de haber asesinado a Guedalías hijo de Ajicán: eran soldados, mujeres, niños y altos funcionarios.

17 Se pusieron en marcha hasta llegar a Guerut Quimán, que está junto a Belén, desde donde pensaban continuar a Egipto

18 para huir de losbabilonios. Estaban con temor, ya que Ismael hijo de Netanías había matado a Guedalías hijo de Ajicán, a quien el rey de Babilonia había nombrado gobernador del país.

Categories
Jeremías

Jeremías 42

1 Entonces se acercaron Johanán hijo de Carea y Azaríashijo de Osaías, junto con los jefes militares y todo el pueblo, desde el más chico hasta el más grande,

2 y le dijeron al profeta Jeremías:

―Por favor, atiende nuestra súplica y ruega alSeñortu Dios por todos nosotros los que quedamos. Como podrás darte cuenta, antes éramos muchos, pero ahora quedamos solo unos cuantos.

3 Ruega para que elSeñortu Dios nos indique elcaminoque debemos seguir, y lo que debemos hacer.

4 Jeremías les respondió:

―Ya os he oído. Voy a rogar alSeñor, a vuestro Dios, tal como me habéis pedido. Os comunicaré todo lo que elSeñorme diga, y no os ocultaré absolutamente nada.

5 Ellos le dijeron a Jeremías:

―Que elSeñortu Dios sea un testigo fiel y verdadero contra nosotros si no actuamos conforme a todo lo que él nos ordene por medio de ti.

6 Sea o no de nuestro agrado, obedeceremos la voz delSeñornuestro Dios, a quien te enviamos a consultar. Así, al obedecer la voz delSeñornuestro Dios, nos irá bien.

7 Diez días después, la palabra delSeñorvino a Jeremías.

8 Este llamó a Johanán hijo de Carea, a todos los jefes militares que lo acompañaban, y a todo el pueblo, desde el más pequeño hasta el más grande,

9 y les dijo: «Así dice elSeñor, Dios de Israel, a quien me enviasteis para interceder por vosotros:

10 “Si os quedáis en este país, yo os edificaré y no os derribaré, os plantaré y no os arrancaré, porque me duele haberos causado esa calamidad.

11 No temáis al rey de Babilonia, al que ahora teméis —afirma elSeñor—; no le temáis, porque yo estoy con vosotros para salvaros y libraros de su poder.

12 Tendré compasión de vosotros, y de esa manera él también tendrá compasión de vosotros y os permitirá volver a vuestra tierra”.

13 »Pero, si desobedecéis la voz delSeñor, vuestro Dios, y decís: “No nos quedaremos en esta tierra,

14 sino que nos iremos a Egipto, donde no veremos guerra, ni escucharemos el sonido de la trompeta, ni pasaremos hambre, y allí nos quedaremos a vivir”,

15 entonces prestad atención a la palabra delSeñor, vosotros los que quedáis en Judá: Así dice elSeñorTodopoderoso, el Dios de Israel: “Si insistís en trasladaros a Egipto para vivir allá,

16 la guerra que tanto teméis os alcanzará, y el hambre que os aterra os seguirá de cerca hasta Egipto, y en ese lugar moriréis.

17 Todos los que están empeñados en trasladarse a Egipto para vivir allá morirán por la guerra, el hambre y la peste. Ninguno sobrevivirá ni escapará a la calamidad que haré caer sobre ellos”.

18 Porque así dice elSeñorTodopoderoso, el Dios de Israel: “Así como se ha derramado mi ira y mi furor sobre los habitantes de Jerusalén, así se derramará mi furor sobre vosotros si os vais a Egipto. Os convertiréis en objeto de maldición, de horror, de imprecación y de oprobio, y nunca más volveréis a ver este lugar”.

19 »¡Remanente de Judá! ElSeñoros ha dicho que no vayáis a Egipto. Sabed bien que hoy os hago una advertencia seria.

20 Cometisteis un error fatal cuando me enviasteis alSeñor, vuestro Dios, y me dijisteis: “Ruega alSeñor, nuestro Dios, por nosotros, y comunícanos todo lo que él te diga, para que lo cumplamos”.

21 Hoy os lo he hecho saber, pero no habéis querido obedecer la voz delSeñorvuestro Dios en nada de lo que él me encargó que os comunicara.

22 Por lo tanto, sabed bien que en el lugar donde queréis residir moriréis por la guerra, el hambre y la peste».

Categories
Jeremías

Jeremías 43

1 Cuando Jeremías terminó de comunicarle al pueblo todo lo que elSeñorsu Dios le había encomendado decirles,

2 Azarías hijo de Osaías, Johanán hijo de Carea, y todos los arrogantes le respondieron a Jeremías: «¡Lo que dices es una mentira! ElSeñornuestro Dios no te mandó a decirnos que no vayamos a vivir a Egipto.

3 Es Baruc hijo de Nerías el que te incita contra nosotros, para entregarnos en poder de losbabilonios, para que nos maten o nos lleven cautivos a Babilonia».

4 Así que ni Johanán hijo de Carea, ni los jefes militares, ni nadie del pueblo obedecieron al mandato delSeñorde quedarse a vivir en el país de Judá.

5 Por el contrario, Johanán hijo de Carea y todos los jefes militares se llevaron a la gente que aún quedaba en Judá, es decir, a los que habían vuelto para vivir en Judá después de haber sido dispersados por todas las naciones:

6 los hombres, las mujeres y los niños, las hijas del rey, y toda la gente que Nabuzaradán, comandante de la guardia, había confiado a Guedalías hijo de Ajicán, nieto de Safán, y también a Jeremías el profeta y a Baruc hijo de Nerías;

7 y contrariando el mandato delSeñorse dirigieron al país de Egipto, llegando hasta la ciudad de Tafnes.

8 En Tafnes, la palabra delSeñorvino a Jeremías:

9 «Toma en tus manos unas piedras grandes y, a la vista de los judíos, entiérralas con argamasa en el pavimento, frente a la entrada del palacio del faraón en Tafnes.

10 Luego comunícales que así dice elSeñorTodopoderoso, el Dios de Israel: “Voy a mandar a buscar a mi siervo Nabucodonosor, rey de Babilonia; voy a colocar su trono sobre estas piedras que he enterrado, y él levantará sobre ellas su toldo real.

11 Vendrá al país de Egipto y lo atacará: el que esté destinado a la muerte, morirá; el que esté destinado al exilio, será exiliado; el que esté destinado a la guerra, a la guerra irá.

12 Prenderáfuego a los templos de los dioses de Egipto; los quemará y los llevará cautivos. Sacudirá a Egipto, como un pastor que se sacude los piojos de la ropa, y luego se irá de allí sin inmutarse.

13 Destruirá los obeliscos de Bet Semes,y prenderá fuego a los templos de los dioses de Egipto”».

Categories
Jeremías

Jeremías 44

Desastre causado por la idolatría

1 La palabra delSeñorvino a Jeremías para todos los judíos que habitaban en Egipto, es decir, para los que vivían en las ciudades de Migdol, Tafnes y Menfis,y en la región del sur:

2 «Así dice elSeñorTodopoderoso, el Dios de Israel: “Vosotros habéis visto todas las calamidades que yo traje sobre Jerusalén y sobre todas las ciudades de Judá. Hoy yacen en ruinas, sin morador alguno,

3 a causa de las maldades que cometieron. Ellos provocaron mi enojo al adorar y ofrecer incienso a otros dioses, que ni ellos ni vuestros antepasados conocieron.

4 Una y otra vez os envié a mis siervos los profetas para que os advirtieran que no incurrierais en estas cosas tan abominables que yo detesto.

5 Pero ellos no escucharon ni prestaron atención; no searrepintieronde sus maldades, sino que siguieron ofreciendo incienso a otros dioses.

6 Por eso se derramó mi ira contra las ciudades de Judá; por eso se encendió mi furor contra las calles de Jerusalén, las cuales se convirtieron en desolación hasta el día de hoy”.

7 »Y ahora, así dice elSeñor, el Dios Todopoderoso, el Dios de Israel: “¿Por qué os hacéis vosotros mismos un mal tan grande? ¿Por qué provocáis la muerte de la gente de Judá, de hombres, mujeres, niños y recién nacidos, hasta acabar con todos?

8 Me agraviáis con las obras de vuestras manos, al ofrecer incienso a otros dioses en el país de Egipto, donde habéis ido a vivir. Lo único que estáis logrando es ganaros vuestra propia destrucción, y convertiros en maldición y oprobio entre todas las naciones de la tierra.

9 ¿Acaso ya os habéis olvidado de todas las maldades que cometieron vuestros antepasados, de las que cometieron los reyes de Judá y sus esposas, y de las que vosotros y vuestras esposas cometisteis en Judá y en las calles de Jerusalén?

10 Sin embargo, hasta el día de hoy no se han humillado ni han sentido temor; no se han comportado según mileyy mis preceptos, que os di a vosotros y a vuestros antepasados”.

11 »Por eso, así dice elSeñorTodopoderoso, el Dios de Israel: “He decidido ponerme en contra de vosotros, para vuestro mal, y destruir a todo Judá.

12 Tomaré al resto de Judá, que se empeñó en ir a vivir a Egipto, y todos perecerán allí; caerán a filo de espada, o el hambre los exterminará. Desde el más pequeño hasta el más grande, morirán de hambre o a filo de espada. Se convertirán en objeto de maldición, de horror, de imprecación y de oprobio.

13 Con hambre, peste y espada castigaré a los que habitan en Egipto, como castigué a Jerusalén.

14 No escapará ninguno del resto de Judá que se fue a vivir a Egipto, ni sobrevivirá para volver a Judá. Aunque deseen y añoren volver a vivir en Judá, no podrán regresar, salvo algunos fugitivos”».

15 Entonces los hombres que sabían que sus esposas ofrecían incienso a otros dioses, así como las mujeres que estaban presentes, es decir, un grupo numeroso, y todo el pueblo que vivía en la región sur de Egipto, respondieron a Jeremías:

16 ―No le haremos caso al mensaje que nos diste en elnombredelSeñor.

17 Al contrario, seguiremos haciendo lo que ya hemos dicho: Ofreceremos incienso y libaciones a la Reina del Cielo,como hemos hecho nosotros y como antes hicieron nuestros antepasados, nuestros reyes y nuestros funcionarios en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén. En aquel tiempo teníamos comida en abundancia, nos iba muy bien y no sufríamos ninguna calamidad.

18 Pero desde que dejamos de ofrecer incienso y libaciones a la Reina del Cielo nos ha faltado todo, y el hambre y la espada están acabando con nosotros.

19 Y las mujeres añadieron:

―Cuando nosotras ofrecíamos incienso y libaciones a la Reina del Cielo, ¿acaso no sabían nuestros maridos que hacíamos tortas con su imagen, y que les ofrecíamos libaciones?

20 Entonces Jeremías le respondió a todo el pueblo, es decir, a los hombres y mujeres que le habían contestado:

21 ―¿Pensáis que elSeñorno se acuerda, o no se daba cuenta de que vosotros y vuestros antepasados, vuestros reyes y vuestros funcionarios, y todo el pueblo ofrecíais incienso en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén?

22 Cuando elSeñorya no pudo soportar más las malas acciones y las cosas abominables que hacíais, vuestro país se convirtió en objeto de maldición, en un lugar desértico, desolado y sin habitantes, tal como está hoy.

23 Vosotros ofrecisteis incienso y pecasteis contra elSeñor, y no obedecisteis su voz ni cumplisteis con su ley, sus preceptos y estipulaciones. Por eso en este día os ha sobrevenido esta desgracia.

24 Jeremías le dijo a todo el pueblo, incluyendo a las mujeres:

―Escuchad la palabra delSeñortodos vosotros, gente de Judá que vive en Egipto:

25 Así dice elSeñorTodopoderoso, el Dios de Israel: “Cuando vosotros y vuestras mujeres decís: ‘Ciertamente cumpliremos nuestros votos de ofrecer incienso y libaciones a la Reina del Cielo’, demostráis con vuestras acciones que cumplís lo que prometéis. ¡Está bien, id y cumplid vuestras promesas, llevad a cabo vuestros votos!

26 Pero escuchad la palabra delSeñortodos vosotros, gente de Judá que vive en Egipto: ‘Juro por mi nombre soberano —dice elSeñor— que ninguno de los de Judá que vive en Egipto volverá a invocar mi nombre, ni a jurar diciendo: ¡Por la vida delSeñoromnipotente!

27 Porque yo los estoy vigilando, para mal y no para bien. El hambre y la espada acabarán con todos los judíos que viven en Egipto.

28 Tan solo unos pocos lograrán escapar de la espada y regresar a Judá. Entonces, todo el resto de Judá que se fue a vivir a Egipto sabrá si se cumple mi palabra o la de ellos’.

29 »”Esta será la señal de que voy a castigarlos en este lugar, para que sepáis que mis amenazas contra vosotros se habrán de cumplir —afirma elSeñor—.

30 Así dice elSeñor: ‘Voy a entregar al faraón Hofra, rey de Egipto, en poder de los enemigos que atentan contra su vida, tal como entregué a Sedequías, rey de Judá, en poder de su enemigo Nabucodonosor, rey de Babilonia, que atentaba contra su vida’ ”».

Categories
Jeremías

Jeremías 45

Mensaje para Baruc

1 Esta es la palabra que el profeta Jeremías le comunicó a Baruc hijo de Nerías, en el año cuarto del gobierno de Joacim hijo de Josías, cuando Baruc escribía en un rollo estas palabras que Jeremías le dictaba:

2 «Así dice elSeñor, Dios de Israel, acerca de ti, Baruc:

3 “Tú dijiste: ‘¡Ay de mí! ¡ElSeñorañade angustia a mi dolor! Estoy agotado de tanto gemir, y no encuentro descanso’.

4 »”Pues le dirás que así dice elSeñor: ‘Voy a destruir lo que he construido, y a arrancar lo que he plantado; es decir, arrasaré toda esta tierra.

5 ¿Buscas grandes cosas para ti? No las pidas, porque voy a provocar una desgracia sobre toda la gente, pero a ti te concederé la posibilidad de conservar la vida dondequiera que vayas —afirma elSeñor—. Ese será tu botín’ ”».