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1 Reyes 11

Las mujeres de Salomón

1 Ahora bien, además de casarse con la hija del faraón, el rey Salomón tuvo amoríos con muchas mujeres moabitas, amonitas, edomitas, sidonias e hititas, todas ellas mujeres extranjeras

2 que procedían de naciones de las cuales elSeñorhabía dicho a los israelitas: «No os unáis a ellas, ni ellas a vosotros, porque ciertamente desviarán vuestrocorazónpara que sigáis a otros dioses». Con tales mujeres se unió Salomón y tuvo amoríos.

3 Tuvo setecientas esposas que eran princesas, y trescientas concubinas; todas estas mujeres hicieron que se pervirtiera su corazón.

4 En efecto, cuando Salomón llegó a viejo, sus mujeres le pervirtieron el corazón de modo que él siguió a otros dioses, y no siempre fue fiel alSeñorsu Dios como lo había sido su padreDavid.

5 Por el contrario, Salomón siguió aAstarté, diosa de los sidonios, y a Moloc,el detestable dios de los amonitas.

6 Así que Salomón hizo lo que ofende alSeñory no permaneció fiel a él como su padre David.

7 Fue en esa época cuando, en una montaña al este de Jerusalén, Salomón edificó unaltar paganopara Quemós, el detestable dios de Moab, y otro para Moloc, el despreciable dios de los amonitas.

8 Lo mismo hizo en favor de sus mujeres extranjeras, para que estas pudieran quemar incienso y ofrecer sacrificios a sus dioses.

9 Entonces elSeñor, Dios de Israel, se enojó con Salomón porque su corazón se había apartado de él, a pesar de que en dos ocasiones se le había aparecido

10 y le había prohibido que siguiera a otros dioses. Como Salomón no había cumplido esa orden,

11 elSeñorle dijo: «Ya que procedes de este modo, y no has cumplido con mipactoni con los decretos que te he ordenado, puedes estar seguro de que te quitaré el reino y se lo daré a uno de tus siervos.

12 No obstante, por consideración a tu padre David no lo haré mientras tú vivas, sino que lo arrancaré de la mano de tu hijo.

13 Y a este, también por consideración a mi siervo David y a Jerusalén, no le quitaré todo el reino, sino que le dejaré una sola tribu, la cual ya he escogido».

Los adversarios de Salomón

14 Por lo tanto, elSeñorhizo que Hadad el edomita, que pertenecía a la familia real de Edom, surgiera como adversario de Salomón.

15 Ahora bien, durante la guerra entre David y los edomitas, Joab, el general del ejército, había ido a enterrar a los muertos de Israel y había aprovechado la ocasión para matar a todos los hombres de Edom.

16 Joab y los israelitas que estaban con él se quedaron allí seis meses, hasta que exterminaron a todos los varones edomitas.

17 Pero Hadad, que entonces era apenas un muchacho, huyó a Egipto con algunos oficiales edomitas que habían estado al servicio de su padre.

18 Partieron de Madián y llegaron a Parán, donde se les unieron unos hombres de ese lugar. De allí siguieron hacia Egipto y se presentaron ante el faraón, rey del país, quien le regaló a Hadad una casa y se encargó de darle sustento y tierras.

19 Hadad agradó tanto al faraón que este le dio por esposa a su cuñada, una hermana de la reina Tapenés.

20 La hermana de Tapenés dio a luz un hijo, al que llamó Guenubat, y Tapenés lo educó en el palacio real. De modo que Guenubat creció junto con los hijos del faraón.

21 Mientras Hadad estaba en Egipto, se enteró de que ya habían muerto David y Joab, general del ejército. Entonces Hadad le dijo al faraón:

―Déjame regresar a mi país.

22 ―¿Y por qué quieres regresar a tu país? —le preguntó el faraón—. ¿Acaso te falta algo aquí?

―No —respondió Hadad—, ¡pero de todos modos déjame ir!

23 Dios también incitó a Rezón hijo de Eliadá para que fuera adversario de Salomón. Rezón, que había huido de su amo Hadad Ezer, rey de Sobá,

24 formó una banda de rebeldes y se convirtió en su jefe. Cuando David destruyó a lossirios, los rebeldes fueron a Damasco y allí establecieron su gobierno.

25 Así fue como Rezón llegó a ser rey de Siria. Mientras vivió Salomón, Rezón aborreció a Israel y fue su adversario, de modo que agravó el daño causado por Hadad.

Jeroboán se rebela contra Salomón

26 También se rebeló contra el rey Salomón uno de sus funcionarios, llamado Jeroboán hijo de Nabat. Este Jeroboán era efrateo, oriundo de Seredá; su madre se llamaba Zerúa, y era viuda.

27 La rebelión de Jeroboán tuvo lugar cuando Salomón estaba construyendo los terraplenespara cerrar la brecha en el muro de la Ciudad de David, su padre.

28 Jeroboán se había ganado el respeto de todos, de modo que cuando Salomón vio su buen desempeño lo puso a supervisar todo el trabajo forzado que se realizaba entre los descendientes de José.

29 Un día en que Jeroboán salía de Jerusalén, se encontró en el camino con el profeta Ahías de Siló, quien llevaba puesto un manto nuevo. Los dos estaban solos en el campo.

30 Entonces Ahías tomó el manto nuevo que llevaba puesto y, rasgándolo en doce pedazos,

31 le dijo a Jeroboán: «Toma diez pedazos para ti, porque así dice elSeñor, Dios de Israel: “Ahora voy a arrancarle de la mano a Salomón el reino, y a ti te voy a dar diez tribus.

32 A él le dejaré una sola tribu, y esto por consideración a mi siervo David y a Jerusalén, la ciudad que he escogido entre todas las tribus de Israel.

33 Voy a hacerlo así porque él me ha abandonadoy adora aAstarté, diosa de los sidonios, a Quemós, dios de los moabitas, y a Moloc, dios de los amonitas. Salomón no ha seguido miscaminos; no ha hecho lo que me agrada ni ha cumplido mis decretos y leyes como hizo David, su padre.

34 »”Sin embargo, no le quitaré todo el reino a Salomón, sino que lo dejaré gobernar todos los días de su vida, por consideración a David mi siervo, a quien escogí y quien cumplió mis mandamientos y decretos.

35 Le quitaré el reino a su hijo, y te daré a ti diez tribus.

36 Pero a su hijo le dejaré una sola tribu, para que en Jerusalén, la ciudad donde decidí habitar,la lámpara de mi siervo David se mantenga siempre encendida delante de mí.

37 En lo que a ti atañe, yo te haré rey de Israel, y extenderás tu reino a tu gusto.

38 Si haces todo lo que te ordeno, y sigues mis caminos, haciendo lo que me agrada y cumpliendo mis decretos y mandamientos, como hizo David mi siervo, estaré contigo. Estableceré para ti una dinastía tan firme como la que establecí para David;y te daré Israel.

39 Así que haré sufrir a la descendencia de David, aunque no para siempre”».

40 Salomón, por su parte, intentó matar a Jeroboán, pero este huyó a Egipto y se quedó allí, bajo la protección del rey Sisac, hasta la muerte de Salomón.

Muerte de Salomón

41 Los demás acontecimientos del reinado de Salomón, y su sabiduría y todo lo que hizo, están escritos en el libro de las crónicas de Salomón,

42 quien durante cuarenta años reinó en Jerusalén sobre todo Israel.

43 Cuando murió, fue sepultado en la Ciudad de David, su padre, y su hijo Roboán le sucedió en el trono.

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1 Reyes 12

División del reino

1 Roboán fue a Siquén porque todos los israelitas se habían reunido allí para proclamarlo rey.

2 De esto se enteró Jeroboán hijo de Nabat, quien al huir del rey Salomón se había establecido en Egipto y aún vivía allí.

3 Cuando lo mandaron a buscar, él y toda la asamblea de Israel fueron a ver a Roboán y le dijeron:

4 ―Tu padre nos impuso un yugo pesado. Alívianos tú ahora el duro trabajo y el pesado yugo que él nos echó encima; así te serviremos.

5 ―Idos por ahora —respondió Roboán—, pero volved a verme dentro de tres días.

Cuando el pueblo se fue,

6 el rey Roboán consultó con losancianosque en vida de su padre Salomón habían estado a su servicio.

―¿Qué me aconsejáis vosotros que le responda a este pueblo? —preguntó.

7 ―Si te pones hoy al servicio de este pueblo —respondieron ellos—, y condesciendes con ellos y les respondes con amabilidad, ellos te servirán para siempre.

8 Pero Roboán rechazó el consejo que le dieron los ancianos, y consultó más bien con los jóvenes que se habían criado con él y que estaban a su servicio.

9 ―¿Qué me aconsejáis vosotros? —les preguntó—. ¿Cómo debo responder a este pueblo que me dice: “Alívianos el yugo que tu padre nos echó encima”?

10 Aquellos jóvenes, que se habían criado con él, le contestaron:

―Este pueblo te ha dicho: “Tu padre nos impuso un yugo pesado; hazlo tú más ligero”. Pues bien, respóndeles de este modo: “Mi dedo meñique es más grueso que la cintura de mi padre.

11 Si él os impuso un yugo pesado, ¡yo os aumentaré la carga! Y, si él os castigaba con una vara, ¡yo lo haré con un látigo!”

12 Al tercer día, en la fecha que el rey Roboán había indicado, Jeroboán regresó con todo el pueblo para presentarse ante él.

13 Pero el rey les respondió con brusquedad: rechazó el consejo que le habían dado los ancianos,

14 y siguió el de los jóvenes. Les dijo: «Si mi padre os impuso un yugo pesado, ¡yo os aumentaré la carga! Si él os castigaba con una vara, ¡yo lo haré con un látigo!»

15 De modo que el rey no le hizo caso al pueblo. Las cosas tomaron este rumbo por voluntad delSeñor, para que se cumpliera lo que ya él le había dicho a Jeroboán hijo de Nabat por medio de Ahías el silonita.

16 Cuando se dieron cuenta de que el rey no iba a hacerles caso, todos los israelitas exclamaron a una:

«¡Pueblo de Israel, todos a vuestras casas!

¡Y tú, David, ocúpate de los tuyos!

¿Qué parte tenemos con David?

¿Qué herencia tenemos con el hijo de Isaí?»

Así que se fueron, cada uno a su casa.

17 Sin embargo, Roboán siguió reinando sobre los israelitas que vivían en las ciudades de Judá.

18 Más tarde, el rey Roboán envió a Adoniránpara que supervisara el trabajo forzado, pero todos los israelitas lo mataron a pedradas. ¡A duras penas logró el rey subir a su carro y escapar a Jerusalén!

19 Desde entonces Israel ha estado en rebelión contra la familia de David.

20 Cuando los israelitas se enteraron de que Jeroboán había regresado, mandaron a llamarlo para que se presentara ante la asamblea, y lo proclamaron rey de todo Israel. No hubo quien se mantuviera leal a la familia de David, con la sola excepción de la tribu de Judá.

21 Roboán hijo de Salomón llegó a Jerusalén y movilizó a todas las familias de Judá y a la tribu de Benjamín, ciento ochenta mil guerreros selectos en total, para hacer la guerra contra Israel y así recuperar el reino.

22 Pero la palabra de Dios vino a Semaías, hombre de Dios, y le dio este mensaje:

23 «Diles a Roboán hijo de Salomón y rey de Judá, a todas las familias de Judá y de Benjamín, y al resto del pueblo

24 que así dice elSeñor: “No vayáis a luchar contra vuestros hermanos, los israelitas. Regrese cada uno a su casa, porque es mi voluntad que esto haya sucedido”». Y ellos obedecieron la palabra delSeñory regresaron, tal como elSeñorlo había ordenado.

Los becerros de oro en Betel y Dan

25 Jeroboán fortificó la ciudad de Siquén en la región montañosa de Efraín, y se estableció allí. Luego se fue de Siquén y fortificó Peniel.

26 Pero reflexionó: «¿Y qué tal si ahora el reino vuelve a la familia de David?

27 Si la gente sigue subiendo a Jerusalén para ofrecer sacrificios en el templo delSeñor, acabará por reconciliarse con su señor Roboán, rey de Judá. Entonces a mí me matarán, y volverán a unirse a él».

28 Después de buscar consejo, el rey hizo dos becerros de oro, y le dijo al pueblo: «¡Israelitas, no es necesario que sigáis subiendo a Jerusalén! Aquí están vuestros dioses, que os sacaron de Egipto».

29 Así que colocó uno de los becerros en Betel, y el otro en Dan.

30 Y esto incitó al pueblo a pecar; muchos incluso iban hasta Dan para adorar al becerro que estaba allí.

31 Jeroboán construyósantuarios paganosen los cerros, y puso como sacerdotes a toda clase de gente, hasta a quienes no eran levitas.

32 Decretó celebrar una fiesta el día quince del mes octavo, semejante a la que se celebraba en Judá. En el altar de Betel ofreció sacrificios a los becerros que había hecho, y estableció también sacerdotes para los santuarios paganos que había construido.

33 Así pues, el día quince del mes octavo Jeroboán subió al altar que había construido en Betel y quemó incienso.Ese fue el día que arbitrariamente decretó como día de fiesta para los israelitas.

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1 Reyes 13

El hombre de Dios que llegó de Judá

1 Sucedió que un hombre de Dios fue desde Judá hasta Betel en obediencia a la palabra delSeñor. Cuando Jeroboán, de pie junto al altar, se disponía a quemar incienso,

2 el hombre de Dios, en obediencia a la palabra delSeñor, gritó: «¡Altar, altar! Así dice elSeñor: “En la familia de David nacerá un hijo llamado Josías, el cual sacrificará sobre ti a estos sacerdotes dealtares paganosque aquí queman incienso. ¡Sobre ti se quemarán huesoshumanos!”»

3 Aquel mismo día, el hombre de Dios ofreció una señal: «Esta es la señal que elSeñoros da: ¡El altar será derribado, y las cenizas se esparcirán!»

4 Al oír la sentencia que el hombre de Dios pronunciaba contra el altar de Betel, el rey extendió el brazo desde el altar y dijo: «¡Prendedlo!» Pero el brazo que había extendido contra el hombre se le paralizó, de modo que no podía contraerlo.

5 En ese momento, el altar se vino abajo y las cenizas se esparcieron, según la señal que, en obediencia a la palabra delSeñor, les había dado el hombre de Dios.

6 Entonces el rey le dijo al hombre de Dios:

―¡Apacigua alSeñortu Dios! ¡Ora por mí, para que se me cure el brazo!

El hombre de Dios suplicó alSeñor, y al rey se le curó el brazo, quedándole como antes.

7 Luego el rey le dijo al hombre de Dios:

―Ven a casa conmigo, y come algo; además, quiero hacerte un regalo.

8 Pero el hombre de Dios le respondió al rey:

―Aunque me dieras la mitad de tus posesiones, no iría a tu casa. Aquí no comeré pan ni beberé agua,

9 porque así me lo ordenó elSeñor. Me dijo: “No comas pan, ni bebas agua, ni regreses por el mismo camino”.

10 De modo que tomó un camino diferente al que había tomado para ir a Betel.

11 En ese tiempo vivía en Betel cierto profeta anciano. Sus hijos fueron a contarletodo lo que el hombre de Dios había hecho allí aquel día, y lo que le había dicho al rey.

12 Su padre les preguntó:

―¿Por dónde se fue?

Sus hijos le indicaron el camino que había tomado el hombre de Dios que había llegado de Judá,

13 y el padre les ordenó:

―Aparejadme un asno, para que lo monte.

Cuando el asno estuvo listo, el profeta anciano lo montó

14 y se fue tras el hombre de Dios. Lo encontró sentado debajo de una encina, y le preguntó:

―¿Eres tú el hombre de Dios que vino de Judá?

―Sí, lo soy —respondió.

15 Entonces el profeta le dijo:

―Ven a comer a mi casa.

16 ―No puedo volver contigo ni acompañarte —respondió el hombre de Dios—; tampoco puedo comer pan ni beber agua contigo en este lugar,

17 pues elSeñorme ha dado esta orden: “No comas pan ni bebas agua allí, ni regreses por el mismo camino”.

18 El anciano replicó:

―También yo soy profeta, como tú. Y un ángel, obedeciendo la palabra delSeñor, me dijo: “Llévalo a tu casa para que coma pan y beba agua”.

Así lo engañó,

19 y el hombre de Dios volvió con él, y comió y bebió en su casa.

20 Mientras estaban sentados a la mesa, la palabra delSeñorvino al profeta que lo había hecho volver.

21 Entonces el profeta le anunció al hombre de Dios que había llegado de Judá:

―Así dice elSeñor: “Has desafiado la palabra delSeñory no has cumplido la orden que elSeñortu Dios te dio.

22 Has vuelto para comer pan y beber agua en el lugar donde él te dijo que no lo hicieras. Por lo tanto, no será sepultado tu cuerpo en la tumba de tus antepasados”.

23 Cuando el hombre de Dios terminó de comer y beber, el profeta que lo había hecho volver le aparejó un asno,

24 y el hombre de Dios se puso en camino. Pero un león le salió al paso y lo mató, dejándolo tendido en el camino. Sin embargo, el león y el asno se quedaron junto al cuerpo.

25 Al ver el cuerpo tendido, y al león cuidando el cuerpo, los que pasaban por el camino llevaron la noticia a la ciudad donde vivía el profeta anciano.

26 Cuando el profeta que lo había hecho volver de su viaje se enteró de eso, dijo: «Ahí tenéis al hombre de Dios que desafió la palabra delSeñor. Por eso elSeñorlo entregó al león, que lo ha matado y despedazado, como la palabra delSeñorse lo había advertido».

27 Luego el profeta les dijo a sus hijos: «Aparejadme el asno». En cuanto lo hicieron,

28 el profeta salió y encontró el cuerpo tendido en el camino, con el asno y el león junto a él. El león no se había comido el cadáver, ni había despedazado al asno.

29 Entonces el profeta levantó el cadáver del hombre de Dios, lo puso sobre el asno y se lo llevó de vuelta a la ciudad para hacer duelo por él y enterrarlo.

30 Luego lo puso en la tumba de su propiedad, e hicieron duelo por él, clamando: «¡Ay, hermano mío!»

31 Después de enterrarlo, el profeta les dijo a sus hijos: «Cuando yo muera, enterradme en la misma tumba donde está enterrado el hombre de Dios, y poned mis huesos junto a los suyos.

32 Porque ciertamente se cumplirá la sentencia que, en obediencia a la palabra delSeñor, él pronunció contra el altar de Betel y contra todos los santuarios paganos que están en los montes de las ciudades de Samaria».

33 Con todo, Jeroboán no cambió su mala conducta, sino que una vez más puso como sacerdotes para los santuarios paganos a toda clase de gente. A cualquiera que deseaba ser sacerdote de esos santuarios, él lo consagraba como tal.

34 Esa conducta llevó a la dinastía de Jeroboán a pecar, y causó su caída y su desaparición de la faz de la tierra.

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1 Reyes 14

Profecía de Ahías contra Jeroboán

1 En aquel tiempo cayó enfermo Abías hijo de Jeroboán,

2 y este le dijo a su esposa: «Disfrázate para que nadie se dé cuenta de que eres mi esposa. Luego vete a Siló, donde está Ahías, el profeta que me anunció que yo sería rey de este pueblo.

3 Llévate diez panes, algunas tortas y un jarro de miel. Cuando llegues, él te dirá lo que va a pasar con nuestro hijo».

4 Así que la esposa de Jeroboán emprendió el viaje a Siló y fue a casa de Ahías.

Debido a su edad, Ahías había perdido la vista y estaba ciego.

5 Pero elSeñorle había dicho: «La esposa de Jeroboán, haciéndose pasar por otra, viene a pedirte información acerca de su hijo, que está enfermo. Quiero que le des tal y tal respuesta».

6 Así que cuando Ahías oyó el sonido de sus pasos, se dirigió a la puerta y dijo: «Esposa de Jeroboán, ¿por qué te haces pasar por otra? Entra, que tengo malas noticias para ti.

7 Regresa a donde está Jeroboán y adviértele que así dice elSeñor, Dios de Israel: “Yo te levanté de entre mi pueblo Israel y te hice su gobernante.

8 Le quité el reino a la familia de David para dártelo a ti. Tú, sin embargo, no has sido como mi siervo David, que cumplió mis mandamientos y me siguió con todo elcorazón, haciendo solamente lo que me agrada.

9 Por el contrario, te has portado peor que todos los que vivieron antes de ti, al extremo de hacerte otros dioses, ídolos de metal; esto me enfurece, pues me has dado la espalda.

10 »”Por eso voy a enviarle una desgracia a la familia de Jeroboán. De sus descendientes en Israel exterminaré hasta el último varón,esclavo o libre. Barreré la descendencia de Jeroboán como se barre el estiércol, hasta no dejar rastro.

11 A los que mueran en la ciudad se los comerán los perros, y a los que mueran en el campo se los comerán las aves del cielo. ¡ElSeñorlo ha dicho!”

12 »En cuanto a ti, vuelve a tu casa; el muchacho va a morir en cuanto llegues a la ciudad.

13 Entonces todos los israelitas harán duelo por él y lo sepultarán. De la familia de Jeroboán solo él será sepultado, porque en esa familia solo él ha complacido alSeñor, Dios de Israel.

14 »ElSeñorlevantará para sí un rey en Israel que exterminará a la familia de Jeroboán. De ahora en adelante

15 elSeñorsacudirá a los israelitas como el agua sacude las cañas. Los desarraigará de esta buena tierra que les dio a sus antepasados y los dispersará más allá del río Éufrates, porque se hicieron imágenes de la diosaAseráy provocaron así la ira delSeñor.

16 Y elSeñorabandonará a Israel por los pecados que Jeroboán cometió e hizo cometer a los israelitas».

17 Entonces la esposa de Jeroboán se puso en marcha y regresó a Tirsá. En el momento en que atravesó el umbral de la casa, el muchacho murió.

18 Así que lo sepultaron, y todo Israel hizo duelo por él, según la palabra que elSeñorhabía anunciado por medio de su siervo, el profeta Ahías.

19 Los demás acontecimientos del reinado de Jeroboán, sus batallas y su gobierno, están escritos en el libro de las crónicas de los reyes de Israel.

20 Jeroboán reinó veintidós años. Cuando murió, su hijo Nadab le sucedió en el trono.

Roboán, rey de Judá

21 Roboán hijo de Salomón fue rey de Judá. Tenía cuarenta y un años cuando ascendió al trono, y reinó diecisiete años en Jerusalén, la ciudad donde, de entre todas las tribus de Israel, elSeñorhabía decidido habitar.La madre de Roboán era una amonita llamada Noamá.

22 Los habitantes de Judá hicieron lo que ofende alSeñor, y con sus pecados provocaron los celos delSeñormás que sus antepasados.

23 Además, en todas las colinas y bajo todo árbol frondoso se construyeronsantuarios paganos,piedras sagradase imágenes de la diosaAserá.

24 Incluso había en el país hombres que practicaban la prostitución sagrada. El pueblo participaba en todas las repugnantes ceremonias de las naciones que elSeñorhabía expulsado del territorio de los israelitas.

25 Sisac, rey de Egipto, atacó Jerusalén en el quinto año del reinado de Roboán,

26 y saqueó los tesoros del templo delSeñory del palacio real. Se lo llevó todo, aun los escudos de oro que Salomón había hecho.

27 Para reemplazarlos, el rey Roboán mandó hacer escudos de bronce y los puso al cuidado de los jefes de la guardia que custodiaba la entrada del palacio real.

28 Siempre que el rey iba al templo delSeñor, los guardias portaban los escudos, pero luego los devolvían a la sala de los centinelas.

29 Los demás acontecimientos del reinado de Roboán, y todo lo que hizo, están escritos en el libro de las crónicas de los reyes de Judá.

30 Durante su reinado hubo guerra constante entre él y Jeroboán.

31 Cuando murió Roboán, hijo de la amonita llamada Noamá, fue sepultado con sus antepasados en la Ciudad de David, y su hijo Abíasle sucedió en el trono.

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1 Reyes 15

Abías, rey de Judá

1 En el año dieciocho del reinado de Jeroboán hijo de Nabat, Abías ascendió al trono de Judá,

2 y reinó en Jerusalén tres años. Su madre era Macá hija de Abisalón.

3 Abías cometió todos los pecados que, antes de él, había cometido su padre, pues no siempre fue fiel alSeñorsu Dios como lo había sido su padreDavid.

4 No obstante, por consideración a David, elSeñorsu Dios mantuvo la lámpara de David encendida en Jerusalén, dándole un hijo que le sucediera, para fortalecer así a Jerusalén.

5 Porque David había hecho lo que agrada alSeñor, y en toda su vida no había dejado de cumplir ninguno de los mandamientos delSeñor, excepto en el caso de Urías el hitita.

6 Durante toda la vida de Abías hubo guerra entre la casa de Roboán y la de Jeroboán.

7 Los demás acontecimientos del reinado de Abías, y todo lo que hizo, están escritos en el libro de las crónicas de los reyes de Judá. También hubo guerra entre Abías y Jeroboán.

8 Y Abías murió y fue sepultado en la Ciudad de David. Y su hijo Asá le sucedió en el trono.

Asá, rey de Judá

9 En el año veinte de Jeroboán, rey de Israel, Asá ocupó el trono de Judá,

10 y reinó en Jerusalén cuarenta y un años. Su abuelaera Macá hija de Abisalón.

11 Asá hizo lo que agrada alSeñor, como lo había hecho su antepasado David.

12 Expulsó del país a los que practicaban la prostitución sagrada y acabó con todos los ídolos que sus antepasados habían fabricado.

13 Hasta destituyó a su abuela Macá de su puesto como reina madre, porque ella se había hecho una escandalosa imagen de la diosaAserá. Asá derribó la imagen y la quemó en el arroyo de Cedrón.

14 Aunque no quitó lossantuarios paganos, Asá se mantuvo siempre fiel alSeñor.

15 Además, llevó al templo delSeñorel oro, la plata y los utensilios que él y su padre habían consagrado.

16 Durante los reinados de Asá y Basá, rey de Israel, hubo guerra entre ellos.

17 Basá, rey de Israel, atacó a Judá y fortificó Ramá para aislar totalmente a Asá, rey de Judá.

18 Entonces Asá tomó todo el oro y la plata que había quedado en los tesoros del templo delSeñory de su propio palacio, y les encargó a sus funcionarios que se los llevaran a Ben Adad, hijo de Tabrimón y nieto de Hezión, rey deSiria, que estaba gobernando en Damasco. Y le envió este mensaje:

19 «Hagamos tú y yo un tratado como el que antes hicieron tu padre y el mío. Aquí te envío un presente de oro y plata. Anula tu tratado con Basá, rey de Israel, para que se marche de aquí».

20 Ben Adad estuvo de acuerdo con el rey Asá y envió a los jefes de su ejército para que atacaran las ciudades de Israel. Así conquistó Iyón, Dan, Abel Betmacá y todo Quinéret, además de Neftalí.

21 Cuando Basá se enteró, dejó de fortificar Ramá y se retiró a Tirsá.

22 Entonces el rey Asá movilizó a todo Judá, sin eximir a nadie, y se llevaron de Ramá las piedras y la madera con que Basá había estado fortificando la ciudad. Con ellas el rey Asá fortificó Gueba de Benjamín, y también Mizpa.

23 Los demás acontecimientos del reinado de Asá, y todo su poderío y todo lo que hizo, y lo que atañe a las ciudades que edificó, están escritos en el libro de las crónicas de los reyes de Judá. Sin embargo, en su vejez sufrió una enfermedad de los pies.

24 Luego Asá murió y fue sepultado con sus antepasados en la Ciudad de David. Y su hijo Josafat le sucedió en el trono.

Nadab, rey de Israel

25 En el segundo año de Asá, rey de Judá, Nadab hijo de Jeroboán ascendió al trono de Israel y reinó allí dos años.

26 Pero Nadab hizo lo que ofende alSeñor, pues siguió el mal ejemplo de su padre, persistiendo en el mismo pecado con que este hizo pecar a Israel.

27 Basá hijo de Ahías, de la tribu de Isacar, conspiró contra Nadab y lo derrotó en la ciudad filistea de Guibetón, a la que Nadab y todo Israel tenían sitiada.

28 En el tercer año de Asá, rey de Judá, Basá mató a Nadab y le sucedió en el trono.

29 Tan pronto como comenzó a reinar, Basá mató a toda la familia de Jeroboán. No dejó vivo a ninguno de sus descendientes, sino que los eliminó a todos, según la palabra que elSeñordio a conocer por medio de su siervo Ahías el silonita.

30 Esto sucedió a raíz de los pecados que Jeroboán cometió e hizo cometer a los israelitas, con lo que provocó la ira delSeñor, Dios de Israel.

31 Los demás acontecimientos del reinado de Nadab, y todo lo que hizo, están escritos en el libro de las crónicas de los reyes de Israel.

32 Durante los reinados de Asá de Judá y Basá de Israel, hubo guerra entre ellos.

Basá, rey de Israel

33 En el tercer año de Asá, rey de Judá, Basá hijo de Ahías ascendió al trono, y durante veinticuatro años reinó en Tirsá sobre todo Israel.

34 Basá hizo lo que ofende alSeñor, pues siguió el mal ejemplo de Jeroboán, persistiendo en el mismo pecado con que este hizo pecar a Israel.

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1 Reyes 16

1 En aquel tiempo, la palabra delSeñorvino a Jehú hijo de Jananí y le dio este mensaje contra Basá:

2 «Yo te levanté del polvo y te hice gobernante de mi pueblo Israel, pero tú seguiste el mal ejemplo de Jeroboán e hiciste que mi pueblo Israel pecara y provocara así mi enojo.

3 Por eso estoy a punto de aniquilarte y de hacer con tu familia lo mismo que hice con la de Jeroboán hijo de Nabat.

4 A los que mueran en la ciudad se los comerán los perros, y a los que mueran en el campo se los comerán las aves del cielo».

5 Los demás acontecimientos del reinado de Basá, y lo que hizo y atañe a sus obras, están escritos en el libro de las crónicas de los reyes de Israel.

6 Basá murió y fue sepultado en Tirsá. Y su hijo Elá le sucedió en el trono.

7 Además, por medio del profeta Jehú hijo de Jananí, la palabra delSeñorvino contra Basá y su familia, debido a todas las ofensas que este había cometido contra elSeñor, provocando así su ira. Y, aunque destruyó a la familia de Jeroboán, llegó a ser semejante a esta por las obras que hizo.

Elá, rey de Israel

8 En el año veintiséis de Asá, rey de Judá, Elá hijo de Basá ascendió al trono de Israel, y reinó dos años en Tirsá.

9 Pero conspiró contra él Zimri, uno de sus funcionarios, que tenía el mando de la mitad de sus carros de combate. Estaba Elá en Tirsá, emborrachándose en la casa de Arsá, administrador de su palacio.

10 En ese momento irrumpió Zimri y lo hirió de muerte, y le suplantó en el trono. Era el año veintisiete de Asá, rey de Judá.

11 Tan pronto como Zimri usurpó el trono, eliminó a toda la familia de Basá. Exterminó hasta el último varón, fuera pariente o amigo.

12 Así aniquiló a toda la familia de Basá, conforme a la palabra que elSeñorhabía anunciado contra Basá por medio del profeta Jehú.

13 Esto sucedió a raíz de todos los pecados que Basá y su hijo Elá cometieron e hicieron cometer a los israelitas, provocando con sus ídolos inútiles la ira delSeñor, Dios de Israel.

14 Los demás acontecimientos del reinado de Elá, y todo lo que hizo, están escritos en el libro de las crónicas de los reyes de Israel.

Zimri, rey de Israel

15 En el año veintisiete de Asá, rey de Judá, mientras el ejército estaba acampado contra la ciudad filistea de Guibetón, Zimri reinó en Tirsá siete días.

16 El mismo día en que las tropas oyeron decir que Zimri había conspirado contra el rey y lo había asesinado, allí mismo en el campamento todo Israel proclamó como rey de Israel a Omrí, el jefe del ejército.

17 Entonces Omrí y todos los israelitas que estaban con él se retiraron de Guibetón y sitiaron Tirsá.

18 Cuando Zimri vio que la ciudad estaba a punto de caer, se metió en la torre del palacio real y le prendió fuego. Así murió

19 por los pecados que había cometido, pues hizo lo que ofende alSeñor, siguiendo el mal ejemplo de Jeroboán y persistiendo en el mismo pecado con que este hizo pecar a Israel.

20 Los demás acontecimientos del reinado de Zimri, incluso lo que atañe a su rebelión, están escritos en el libro de las crónicas de los reyes de Israel.

Omrí, rey de Israel

21 Entonces el pueblo de Israel se dividió en dos facciones: la mitad respaldaba como rey a Tibni hijo de Guinat, y la otra, a Omrí.

22 Pero los partidarios de Omrí derrotaron a los de Tibni, el cual murió en la contienda. Así fue como Omrí ascendió al trono.

23 En el año treinta y uno de Asá, rey de Judá, Omrí ascendió al trono de Israel, y reinó doce años, seis de ellos en Tirsá.

24 A un cierto Sémer le compró el cerro de Samaria por sesenta y seis kilosde plata, y allí construyó una ciudad. En honor a Sémer, nombre del anterior propietario del cerro, la llamó Samaria.

25 Pero Omrí hizo lo que ofende alSeñory pecó más que todos los reyes que le precedieron.

26 Siguió el mal ejemplo de Jeroboán hijo de Nabat, persistiendo en el mismo pecado con que este hizo pecar a Israel y provocando con sus ídolos inútiles la ira delSeñor, Dios de Israel.

27 Los demás acontecimientos del reinado de Omrí, incluso lo que atañe a las proezas que realizó, están escritos en el libro de las crónicas de los reyes de Israel.

28 Omrí murió y fue sepultado en Samaria. Y su hijo Acab le sucedió en el trono.

Acab, rey de Israel

29 En el año treinta y ocho de Asá, rey de Judá, Acab hijo de Omrí ascendió al trono, y reinó sobre Israel en Samaria veintidós años.

30 Acab hijo de Omrí hizo lo que ofende alSeñor, más que todos los reyes que le precedieron.

31 Como si hubiera sido poco el cometer los mismos pecados de Jeroboán hijo de Nabat, también se casó con Jezabel hija de Et Baal, rey de los sidonios, y se dedicó a servir aBaaly a adorarlo.

32 Le erigió un altar en el templo que le había construido en Samaria,

33 y también fabricó una imagen de la diosaAserá. En fin, hizo más para provocar la ira delSeñor, Dios de Israel, que todos los reyes de Israel que le precedieron.

34 En tiempos de Acab, Jiel de Betel reconstruyó Jericó. Echó los cimientos al precio de la vida de Abirán, su hijo mayor, y puso laspuertasal precio de la vida de Segub, su hijo menor, según la palabra que elSeñorhabía dado a conocer por medio de Josué hijo de Nun.

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1 Reyes 17

Elías es alimentado por los cuervos

1 Ahora bien, Elías, el de Tisbéde Galaad, fue a decirle a Acab: «Tan cierto como que vive elSeñor, Dios de Israel, a quien yo sirvo, te juro que no habrá rocío ni lluvia en los próximos años, hasta que yo lo ordene».

2 Entonces la palabra delSeñorvino a Elías y le dio este mensaje:

3 «Sal de aquí hacia el oriente, y escóndete en el arroyo de Querit, al este del Jordán.

4 Beberás agua del arroyo, y yo les ordenaré a los cuervos que te den de comer allí».

5 Así que Elías se fue al arroyo de Querit, al este del Jordán, y allí permaneció, conforme a la palabra delSeñor.

6 Por la mañana y por la tarde los cuervos le llevaban pan y carne, y bebía agua del arroyo.

La viuda de Sarepta

7 Algún tiempo después, se secó el arroyo porque no había llovido en el país.

8 Entonces la palabra delSeñorvino a él con este mensaje:

9 «Ve ahora a Sarepta de Sidón, y permanece allí. A una viuda de ese lugar le he ordenado darte de comer».

10 Así que Elías se fue a Sarepta. Al llegar a lapuertade la ciudad, encontró a una viuda que recogía leña. La llamó y le dijo:

―Por favor, tráeme una vasija con un poco de agua para beber.

11 Mientras ella iba por el agua, él volvió a llamarla y le dijo:

―Tráeme también, por favor, un pedazo de pan.

12 ―Tan cierto como que vive elSeñortu Dios —respondió ella—, que no me queda ni un pedazo de pan; solo tengo un puñado de harina en la tinaja y un poco de aceite en el jarro. Precisamente estaba recogiendo unos leños para llevármelos a casa y hacer una comida para mi hijo y para mí. ¡Será nuestra última comida antes de morirnos de hambre!

13 ―No temas —le dijo Elías—. Vuelve a casa y haz lo que pensabas hacer. Pero antes prepárame un panecillo con lo que tienes, y tráemelo; luego haz algo para ti y para tu hijo.

14 Porque así dice elSeñor, Dios de Israel: “No se agotará la harina de la tinaja ni se acabará el aceite del jarro, hasta el día en que elSeñorhaga llover sobre la tierra”.

15 Ella fue e hizo lo que le había dicho Elías, de modo que cada día hubo comida para ella y su hijo, como también para Elías.

16 Y tal como la palabra delSeñorlo había anunciado por medio de Elías, no se agotó la harina de la tinaja ni se acabó el aceite del jarro.

17 Poco después cayó enfermo el hijo de aquella viuda, y tan grave se puso que finalmente expiró.

18 Entonces ella le dijo a Elías:

―¿Por qué te entrometes, hombre de Dios? ¿Viniste a recordarme mi pecado y a matar a mi hijo?

19 ―Dame a tu hijo —contestó Elías.

Y, quitándoselo del regazo, Elías lo llevó al cuarto de arriba, donde estaba alojado, y lo acostó en su propia cama.

20 Entonces clamó: «Señormi Dios, ¿también a esta viuda, que me ha dado alojamiento, la haces sufrir matándole a su hijo?»

21 Luego se tendió tres veces sobre el muchacho y clamó: «¡Señormi Dios, devuélvele lavidaa este muchacho!»

22 ElSeñoroyó el clamor de Elías, y el muchacho volvió a la vida.

23 Elías tomó al muchacho y lo llevó de su cuarto a la planta baja. Se lo entregó a su madre y le dijo:

―¡Tu hijo vive! ¡Aquí lo tienes!

24 Entonces la mujer le dijo a Elías:

―Ahora sé que eres un hombre de Dios, y que lo que sale de tu boca es realmente la palabra delSeñor.

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1 Reyes 18

Elías y Abdías

1 Después de un largo tiempo, en el tercer año, la palabra delSeñorvino a Elías y le dio este mensaje: «Ve y preséntate ante Acab, y yo voy a enviar lluvia sobre la tierra».

2 Así que Elías se puso en camino para presentarse ante Acab.

En Samaria había mucha hambre.

3 Por lo tanto, Acab mandó llamar a Abdías, quien administraba su palacio y veneraba alSeñor.

4 Como Jezabel estaba acabando con los profetas delSeñor, Abdías había tomado a cien de ellos y los había escondido en dos cuevas, cincuenta en cada una, y les había dado de comer y de beber.

5 Acab instruyó a Abdías: «Recorre todo el país en busca de fuentes y ríos. Tal vez encontremos pasto para mantener vivos los caballos y las mulas, y no perdamos nuestras bestias».

6 Así que se dividieron la tierra que iban a recorrer: Acab se fue en una dirección y Abdías, en la otra.

7 Abdías iba por su camino cuando Elías le salió al encuentro. Al reconocerlo, Abdías se postró rostro en tierra y le preguntó:

―Mi señor Elías, ¿de veras eres tú?

8 ―Sí, soy yo —le respondió—. Ve a decirle a tu amo que aquí estoy.

9 ―¿Qué mal ha hecho este tu siervo —preguntó Abdías—, para que me entregues a Acab y él me mate?

10 Tan cierto como que vive elSeñortu Dios, que no hay nación ni reino adonde mi amo no haya mandado a buscarte. Y a quienes afirmaban que no estabas allí, él los hacía jurar que no te habían encontrado.

11 ¿Y ahora tú me ordenas que vaya a mi amo y le diga que tú estás aquí?

12 ¡Qué sé yo a dónde te va a llevar el Espíritu delSeñorcuando nos separemos! Si voy y le digo a Acab que tú estás aquí, y luego él no te encuentra, ¡me matará! Ten en cuenta que yo, tu siervo, he sido fiel alSeñordesde mi juventud.

13 ¿No le han contado a mi señor lo que hice cuando Jezabel estaba matando a los profetas delSeñor? ¡Pues escondí a cien de los profetas delSeñoren dos cuevas, cincuenta en cada una, y les di de comer y de beber!

14 ¡Y ahora tú me ordenas que vaya a mi amo y le diga que estás aquí! ¡De seguro me matará!

15 Elías le respondió:

―Tan cierto como que vive elSeñorTodopoderoso, a quien sirvo, te aseguro que hoy me presentaré ante Acab.

Elías en el monte Carmelo

16 Abdías fue a buscar a Acab y le informó de lo sucedido, así que este fue al encuentro de Elías

17 y, cuando lo vio, le preguntó:

―¿Eres tú el que le está creando problemas a Israel?

18 ―No soy yo quien le está creando problemas a Israel —respondió Elías—. Quienes se los crean sois tú y tu familia, porque habéis abandonado los mandamientos delSeñory os habéis ido tras losbaales.

19 Ahora convoca de todas partes al pueblo de Israel, para que se reúna conmigo en el monte Carmelo con los cuatrocientos cincuenta profetas de Baal y los cuatrocientos profetas de la diosaAseráque se sientan a la mesa de Jezabel.

20 Acab convocó en el monte Carmelo a todos los israelitas y a los profetas.

21 Elías se presentó ante el pueblo y dijo:

―¿Hasta cuándo vais a seguir indecisos?Si el Dios verdadero es elSeñor, debéis seguirlo; pero, si es Baal, seguidle a él.

El pueblo no dijo una sola palabra.

22 Entonces Elías añadió:

―Yo soy el único que ha quedado de los profetas delSeñor; en cambio, Baal cuenta con cuatrocientos cincuenta profetas.

23 Traednos dos bueyes. Que escojan ellos uno, lo descuarticen y pongan los pedazos sobre la leña, pero sin prenderle fuego. Yo prepararé el otro buey y lo pondré sobre la leña, pero tampoco le prenderé fuego.

24 Entonces invocaréis vosotros elnombrede vuestro dios, y yo invocaré el nombre delSeñor. ¡El que responda con fuego, ese es el Dios verdadero!

Y todo el pueblo estuvo de acuerdo.

25 Entonces Elías les dijo a los profetas de Baal:

―Ya que vosotros sois tantos, escoged uno de los bueyes y preparadlo primero. Invocad luego el nombre de vuestro dios, pero no prendáis fuego.

26 Los profetas de Baal tomaron el buey que les dieron y lo prepararon, e invocaron el nombre de su dios desde la mañana hasta el mediodía.

―¡Baal, respóndenos! —gritaban, mientras daban brincos alrededor del altar que habían hecho.

Pero no se escuchó nada, pues nadie respondió.

27 Al mediodía Elías comenzó a burlarse de ellos:

―¡Gritad más fuerte! —les decía—. Seguro que es un dios, pero tal vez esté meditando, o esté ocupado o de viaje. ¡A lo mejor se ha quedado dormido y hay que despertarlo!

28 Comenzaron entonces a gritar más fuerte y, como era su costumbre, se cortaron con cuchillos y dagas hasta quedar bañados en sangre.

29 Pasó el mediodía, y siguieron en este trance profético hasta la hora del sacrificio vespertino. Pero no se escuchó nada, pues nadie respondió ni prestó atención.

30 Entonces Elías le dijo a la gente:

―¡Acercaos!

Así lo hicieron. Como habían dejado en ruinas el altar delSeñor, Elías lo reparó.

31 Luego recogió doce piedras, una por cada tribu descendiente de Jacob, a quien elSeñorle había puesto por nombre Israel.

32 Con las piedras construyó un altar en honor delSeñor, y alrededor cavó una zanja en la que cabían quince litrosde cereal.

33 Colocó la leña, descuartizó el buey, puso los pedazos sobre la leña

34 y dijo:

―Llenad de agua cuatro cántaros, y vaciadlos sobre elholocaustoy la leña.

Luego dijo:

―Volved a hacerlo.

Y así lo hicieron.

―¡Hacedlo una vez más! —les ordenó.

Y por tercera vez vaciaron los cántaros.

35 El agua corría alrededor del altar hasta llenar la zanja.

36 A la hora del sacrificio vespertino, el profeta Elías dio un paso adelante y oró así: «Señor, Dios de Abraham, de Isaac y de Israel, que todos sepan hoy que tú eres Dios en Israel, y que yo soy tu siervo y he hecho todo esto en obediencia a tu palabra.

37 ¡Respóndeme,Señor, respóndeme, para que esta gente reconozca que tú,Señor, eres Dios, y que estás convirtiéndoles elcorazóna ti!»

38 En ese momento cayó el fuego delSeñory quemó el holocausto, la leña, las piedras y el suelo, y hasta lamió el agua de la zanja.

39 Cuando vieron esto, todos se postraron y exclamaron: «¡ElSeñores Dios! ¡ElSeñores Dios!»

40 Luego Elías les ordenó:

―¡Prended a los profetas de Baal! ¡Que no escape ninguno!

Tan pronto como los prendieron, Elías hizo que los bajaran al arroyo Quisón, y allí los ejecutó.

41 Entonces Elías le dijo a Acab:

―Anda a tu casa, y come y bebe, porque ya se oye el ruido de un fuerte aguacero.

42 Acab se fue a comer y beber, pero Elías subió a la cumbre del Carmelo, se inclinó hasta el suelo y puso el rostro entre las rodillas.

43 ―Ve y mira hacia el mar —le ordenó a su criado.

El criado fue y miró, y dijo:

―No se ve nada.

Siete veces le ordenó Elías que fuera a ver,

44 y la séptima vez el criado le informó:

―Desde el mar viene subiendo una nube. Es tan pequeña como una mano.

Entonces Elías le ordenó:

―Ve y dile a Acab: “Engancha el carro y vete antes de que la lluvia te detenga”.

45 Las nubes fueron oscureciendo el cielo; luego se levantó el viento y se desató una fuerte lluvia. Y Acab se fue en su carro hacia Jezrel.

46 Entonces el poder delSeñorvino sobre Elías, quien se ajustó el manto con el cinturón, se echó a correr y llegó a Jezrel antes que Acab.

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1 Reyes 19

Elías huye a Horeb

1 Acab le contó a Jezabel todo lo que Elías había hecho, y cómo había matado a todos los profetas a filo de espada.

2 Entonces Jezabel envió un mensajero a Elías para decirle: «¡Que los dioses me castiguen sin piedad si mañana a esta hora no te he quitado lavidacomo tú se la quitaste a ellos!»

3 Elías se asustóy huyó para ponerse a salvo. Cuando llegó a Berseba de Judá, dejó allí a su criado

4 y caminó todo un día por el desierto. Llegó adonde había un arbusto,y se sentó a su sombra con ganas de morirse. «¡Estoy harto,Señor! —protestó—. Quítame la vida, pues no soy mejor que mis antepasados».

5 Luego se acostó debajo del arbusto y se quedó dormido.

De repente, un ángel lo tocó y le dijo: «Levántate y come».

6 Elías miró a su alrededor y vio a su cabecera un panecillo cocido sobre carbones calientes y un jarro de agua. Comió y bebió, y volvió a acostarse.

7 El ángel delSeñorregresó y, tocándolo, le dijo: «Levántate y come, porque te espera un largo viaje».

8 Elías se levantó, y comió y bebió. Una vez fortalecido por aquella comida, viajó cuarenta días y cuarenta noches hasta que llegó a Horeb, el monte de Dios.

9 Allí pasó la noche en una cueva.

El Señor se le aparece a Elías

Más tarde, la palabra delSeñorvino a él.

―¿Qué haces aquí, Elías? —le preguntó.

10 ―Me consume mi amorpor ti,SeñorDiosTodopoderoso—respondió él—. Los israelitas han rechazado tupacto, han derribado tus altares, y a tus profetas los han matado a filo de espada. Yo soy el único que ha quedado con vida, ¡y ahora quieren matarme a mí también!

11 ElSeñorle ordenó:

―Sal y preséntate ante mí en la montaña, porque estoy a punto de pasar por allí.

Como heraldo delSeñorvino un viento recio, tan violento que partió las montañas e hizo añicos las rocas; pero elSeñorno estaba en el viento. Después del viento hubo un terremoto, pero elSeñortampoco estaba en el terremoto.

12 Tras el terremoto vino un fuego, pero elSeñortampoco estaba en el fuego. Y después del fuego vino un suave murmullo.

13 Cuando Elías lo oyó, se cubrió el rostro con el manto y, saliendo, se puso a la entrada de la cueva.

Entonces oyó una voz que le dijo:

―¿Qué haces aquí, Elías?

14 Él respondió:

―Me consume mi amor por ti,SeñorDios Todopoderoso. Los israelitas han rechazado tu pacto, han derribado tus altares, y a tus profetas los han matado a filo de espada. Yo soy el único que ha quedado con vida, ¡y ahora quieren matarme a mí también!

15 ElSeñorle dijo:

―Regresa por el mismo camino y ve al desierto de Damasco. Cuando llegues allí, unge a Jazael como rey deSiria,

16 y a Jehú hijo de Nimsi como rey de Israel; unge también a Eliseo hijo de Safat, de Abel Mejolá, para que te suceda como profeta.

17 Jehú dará muerte a cualquiera que escape de la espada de Jazael, y Eliseo dará muerte a cualquiera que escape de la espada de Jehú.

18 Sin embargo, yo preservaré a siete mil israelitas que no se han arrodillado anteBaalni lo han besado.

El llamamiento de Eliseo

19 Elías salió de allí y encontró a Eliseo hijo de Safat, que estaba arando. Había doce yuntas de bueyes en fila, y él mismo conducía la última. Elías pasó junto a Eliseo y arrojó su manto sobre él.

20 Entonces Eliseo dejó sus bueyes y corrió tras Elías.

―Permíteme despedirme de mi padre y de mi madre con un beso —dijo él—, y luego te seguiré.

―Anda, ve —respondió Elías—. Yo no te lo voy a impedir.

21 Eliseo lo dejó y regresó. Tomó su yunta de bueyes y los sacrificó. Quemando la madera de la yunta, asó la carne y se la dio al pueblo, y ellos comieron. Luego partió para seguir a Elías y se puso a su servicio.

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1 Reyes 20

Ben Adad ataca a Samaria

1 Entonces Ben Adad, rey deSiria, reunió a todo su ejército y, acompañado por treinta y dos reyes con sus caballos y carros de combate, salió a hacerle guerra a Samaria y la sitió.

2 Envió a la ciudad mensajeros para que le dijeran a Acab, rey de Israel: «Así dice Ben Adad:

3 “Tu oro y tu plata son míos, lo mismo que tus mujeres y tus hermosos hijos”».

4 El rey de Israel envió esta respuesta: «Tal como dices, mi señor y rey, yo soy tuyo, con todo lo que tengo».

5 Los mensajeros volvieron a Acab y le dijeron: «Así dice Ben Adad: “Mandé a decirte que me entregaras tu oro y tu plata, tus esposas y tus hijos.

6 Por tanto, mañana como a esta hora voy a enviar a mis funcionarios a requisar tu palacio y las casas de tus funcionarios, y se apoderarán de todo lo que más valoras y se lo llevarán”».

7 El rey de Israel mandó llamar a todos losancianosdel país y les dijo:

―¡Mirad cómo ese tipo nos quiere causar problemas! Cuando mandó que le entregara mis esposas y mis hijos, mi oro y mi plata, no se los negué.

8 Los ancianos y todos los del pueblo respondieron:

―No le haga caso ni ceda a sus exigencias.

9 Así que Acab les respondió a los mensajeros de Ben Adad:

―Decidle a mi señor y rey: “Yo, tu siervo, haré todo lo que me pediste la primera vez, pero no puedo satisfacer esta nueva exigencia”.

Ellos regresaron a Ben Adad con esa respuesta.

10 Entonces Ben Adad le envió otro mensaje a Acab: «Que los dioses me castiguen sin piedad si queda en Samaria el polvo suficiente para que mis hombres se lleven un puñado».

11 Pero el rey de Israel respondió: «Decidle que no cante victoria antes de tiempo».

12 Cuando Ben Adad recibió este mensaje, estaba bebiendo con los reyes en su campamento.De inmediato les ordenó a sus tropas: «¡A las armas!» Así que se prepararon para atacar la ciudad.

Acab derrota a Ben Adad

13 Mientras tanto, un profeta se presentó ante Acab, rey de Israel, y le anunció:

―Así dice elSeñor: “¿Ves ese enorme ejército? Hoy lo entregaré en tus manos, y entonces sabrás que yo soy elSeñor”.

14 ―¿Por medio de quién lo hará? —preguntó Acab.

―Así dice elSeñor—respondió el profeta—: “Lo haré por medio de los cadetes”.

―¿Y quién iniciará el combate? —insistió Acab.

―Tú mismo —respondió el profeta.

15 Así que Acab pasó revista a los cadetes, que sumaban doscientos treinta y dos hombres. También pasó revista a las demás tropas israelitas: siete mil en total.

16 Se pusieron en marcha al mediodía, mientras Ben Adad y los treinta y dos reyes aliados que estaban con él seguían emborrachándose en su campamento.

17 Los cadetes formaban la vanguardia. Cuando los exploradores que Ben Adad había enviado le informaron de que unos soldados estaban avanzando desde Samaria,

18 ordenó: «¡Capturadlos vivos, sea que vengan en son de paz o en son de guerra!»

19 Los cadetes salieron de la ciudad al frente del ejército.

20 Cada soldado abatió a su adversario, y lossiriostuvieron que huir. Los israelitas los persiguieron, pero Ben Adad, rey de Siria, escapó a caballo con algunos de sus jinetes.

21 El rey de Israel avanzó y abatió a la caballería, de modo que los sirios sufrieron una gran derrota.

22 Más tarde, el profeta se presentó ante el rey de Israel y le dijo: «No te duermas en los laureles;traza un buen plan, porque el año entrante el rey de Siria volverá a atacar».

23 Por otra parte, los funcionarios del rey de Siria le aconsejaron: «Los dioses de los israelitas son dioses de las montañas. Por eso son demasiado fuertes para nosotros. Pero, si peleamos contra ellos en las llanuras, sin duda los venceremos.

24 Haz lo siguiente: Destituye a todos los reyes y reemplázalos por otros oficiales.

25 Prepara también un ejército como el que perdisteis, caballo por caballo y carro por carro, para atacar a Israel en las llanuras. ¡Sin duda los venceremos!»

Ben Adad estuvo de acuerdo, y así lo hizo.

26 Al año siguiente, pasó revista a las tropas sirias y marchó a Afec para atacar a Israel.

27 Acab, por su parte, pasó revista a las tropas israelitas y las aprovisionó. Estas se pusieron en marcha para salir al encuentro de los sirios, y acamparon frente a ellos. Parecían pequeños rebaños de cabras, mientras que los sirios cubrían todo el campo.

28 El hombre de Dios se presentó ante el rey de Israel y le dijo: «Así dice elSeñor: “Por cuanto los sirios piensan que elSeñores un dios de las montañas y no un dios de los valles, yo te voy a entregar este enorme ejército en tus manos, y así sabrás que yo soy elSeñor”».

29 Siete días estuvieron acampados los unos frente a los otros, y el séptimo día se inició el combate. En un solo día, los israelitas le causaron cien mil bajas a la infantería siria.

30 Los demás soldados huyeron a Afec, pero la muralla de la ciudad se desplomó sobre veintisiete mil de ellos.

Ben Adad, que también se había escapado a la ciudad, andaba de escondite en escondite.

31 Entonces sus funcionarios le dijeron: «Hemos oído decir que los reyes del linaje de Israel son compasivos. Rindámonos ante el rey de Israel y pidámosle perdón.Tal vez te perdone lavida».

32 Se presentaron entonces ante el rey de Israel, se rindieron ante él y le rogaron:

―Tu siervo Ben Adad dice: “Por favor, perdóname la vida”.

―¿Todavía está vivo? —preguntó el rey—. ¡Pero si es mi hermano!

33 Los hombres tomaron esa respuesta como un buen augurio y, aprovechando la ocasión, exclamaron:

―¡Claro que sí, Ben Adad es tu hermano!

―Id por él —dijo el rey.

Cuando Ben Adad se presentó ante Acab, este lo hizo subir a su carro de combate. Entonces Ben Adad le propuso:

34 ―Te devolveré las ciudades que mi padre le quitó al tuyo, y podrás establecer zonas de mercado en Damasco, como hizo mi padre en Samaria.

Acab le respondió:

―Sobre esa base, te dejaré en libertad.

Y así firmó un tratado con él, y lo dejó ir.

Un profeta condena a Acab

35 En obediencia a la palabra delSeñor, un miembro de la comunidad de profetas le dijo a otro:

―¡Golpéame!

Pero aquel se negó a hacerlo.

36 Entonces el profeta le dijo:

―Por cuanto no has obedecido alSeñor, tan pronto como nos separemos te matará un león.

Y, después de que el profeta se fue, un león le salió al paso y lo mató.

37 Más adelante, el mismo profeta encontró a otro hombre y le dijo: «¡Golpéame!» Así que el hombre lo golpeó y lo hirió.

38 Luego el profeta salió a esperar al rey a la vera del camino, cubierto el rostro con un antifaz.

39 Cuando pasaba el rey, el profeta le gritó:

―Este tu siervo entró en lo más reñido de la batalla. Allí alguien se me presentó con un prisionero y me dijo: “Hazte cargo de este hombre. Si se te escapa, pagarás suvidacon la tuya, o con tres mil monedasde plata”.

40 Mientras este tu siervo estaba ocupado en otras cosas, el hombre se escapó.

―¡Esa es tu sentencia! —respondió el rey de Israel—. Tú mismo has tomado la decisión.

41 En el acto, el profeta se quitó el antifaz, y el rey de Israel se dio cuenta de que era uno de los profetas.

42 Y le dijo al rey:

―Así dice elSeñor: “Has dejado en libertad a un hombre que yo había condenado a muerte.Por lo tanto, pagarás su vida con la tuya, y su pueblo con el tuyo”.

43 Entonces el rey de Israel, deprimido y malhumorado, volvió a su palacio en Samaria.