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1 Samuel

1 Samuel 1

Nacimiento de Samuel

1 En la sierra de Efraín había un hombre zufita de Ramatayin.Su nombre era Elcaná hijo de Jeroán, hijo de Eliú, hijo de Tohu, hijo de Zuf, efraimita.

2 Elcaná tenía dos esposas. Una de ellas se llamaba Ana, y la otra, Penina. Esta tenía hijos, pero Ana no tenía ninguno.

3 Cada año Elcaná salía de su pueblo para adorar alSeñorTodopoderosoy ofrecerle sacrificios en Siló, donde Ofni y Finés, los dos hijos de Elí, oficiaban como sacerdotes delSeñor.

4 Cuando llegaba el día de ofrecer su sacrificio, Elcaná solía darles a Penina y a todos sus hijos e hijas la porción que les correspondía.

5 Pero a Ana le daba una porción especial,pues la amaba a pesar de que elSeñorla había hecho estéril.

6 Penina, su rival, solía atormentarla para que se enojara, ya que elSeñorla había hecho estéril.

7 Cada año, cuando iban a la casa delSeñor, sucedía lo mismo: Penina la atormentaba, hasta que Ana se ponía a llorar y ni comer quería.

8 Entonces Elcaná, su esposo, le decía: «Ana, ¿por qué lloras? ¿Por qué no comes? ¿Por qué estás resentida? ¿Acaso no soy para ti mejor que diez hijos?»

9 Una vez, estando en Siló, Ana se levantó después de la comida. Y a la vista del sacerdote Elí, que estaba sentado en su silla junto a la puerta del santuario delSeñor,

10 con gran angustia comenzó a orar alSeñory a llorar desconsoladamente.

11 Entonces hizo este voto: «SeñorTodopoderoso, si te dignas mirar la desdicha de esta sierva tuya, y si en vez de olvidarme te acuerdas de mí y me concedes un hijo varón, yo te lo entregaré para toda su vida, y nunca se le cortará el cabello».

12 Como Ana estuvo orando largo rato ante elSeñor, Elí se fijó en su boca.

13 Sus labios se movían, pero, debido a que Ana oraba en voz baja, no se podía oír su voz. Elí pensó que estaba borracha,

14 así que le dijo:

―¿Hasta cuándo te va a durar la borrachera? ¡Deja ya el vino!

15 ―No, mi señor; no he bebido ni vino ni cerveza. Soy solo una mujer angustiada que ha venido a desahogarse delante delSeñor.

16 No me tomes por una mala mujer. He pasado este tiempo orando debido a mi angustia y aflicción.

17 ―Vete enpaz—respondió Elí—. Que el Dios de Israel te conceda lo que le has pedido.

18 ―Gracias. Ojalá favorezcas siempre a esta tu sierva.

Con esto, Ana se despidió y se fue a comer. Desde ese momento, su semblante cambió.

19 Al día siguiente madrugaron y, después de adorar alSeñor, volvieron a su casa en Ramá. Luego Elcaná se unió a su esposa Ana, y elSeñorse acordó de ella.

20 Ana concibió y, pasado un año, dio a luz un hijo y le puso por nombre Samuel,pues dijo: «AlSeñorse lo pedí».

Ana dedica a Samuel

21 Cuando Elcaná volvió a salir con toda su familia para cumplir su promesa y ofrecer su sacrificio anual alSeñor,

22 Ana no lo acompañó.

―No iré hasta que el niño sea destetado —le explicó a su esposo—. Entonces lo llevaré para dedicarlo alSeñor, y allí se quedará el resto de su vida.

23 ―Bien, haz lo que te parezca mejor —respondió su esposo Elcaná—. Quédate hasta que lo destetes, con tal de que elSeñorcumpla su palabra.

Así pues, Ana se quedó en su casa y crio a su hijo hasta que lo destetó.

24 Cuando dejó de amamantarlo, salió con el niño, a pesar de ser tan pequeño, y lo llevó a la casa delSeñoren Siló. También llevó un becerro de tres años,una medida de harina y un odre de vino.

25 Luego sacrificaron el becerro y presentaron el niño a Elí.

26 Dijo Ana: «Mi señor, tan cierto como que tú vives, te juro que yo soy la mujer que estuvo aquí a tu lado orando alSeñor.

27 Este es el niño que yo le pedí alSeñor, y él me lo concedió.

28 Ahora yo, por mi parte, se lo entrego alSeñor. Mientras el niño viva, estará dedicado a él». Entonces Elíse postró allí ante elSeñor.

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1 Samuel

1 Samuel 2

Oración de Ana

1 Ana elevó esta oración:

«Micorazónse alegra en elSeñor;

en él radica mi poder.

Puedo celebrar tusalvación

y burlarme de mis enemigos.

2 »Nadie es santo como elSeñor;

no hayrocacomo nuestro Dios.

¡No hay nadie como él!

3 »Dejad de hablar con tanto orgullo y altivez;

¡no profiráis palabras soberbias!

ElSeñores un Dios que todo lo sabe,

y él es quien juzga las acciones.

4 »El arco de los poderosos se quiebra,

pero los débiles recobran las fuerzas.

5 Los que antes tenían comida de sobra

se venden por un pedazo de pan;

los que antes sufrían hambre

ahora viven saciados.

La estéril ha dado a luz siete veces,

pero la que tenía muchos hijos languidece.

6 »DelSeñorvienen la muerte y la vida;

él nos hace bajar alsepulcro,

pero también nos levanta.

7 ElSeñorda la riqueza y la pobreza;

humilla, pero también enaltece.

8 Levanta del polvo al desvalido

y saca del basurero al pobre

para sentarlos en medio de príncipes

y darles un trono esplendoroso.

»DelSeñorson los fundamentos de la tierra;

¡sobre ellos afianzó el mundo!

9 Él guiará los pasos de sus fieles,

pero los malvados se perderán entre las sombras.

¡Nadie triunfa por sus propias fuerzas!

10 »ElSeñordestrozará a sus enemigos;

desde el cielo lanzará truenos contra ellos.

ElSeñorjuzgará los confines de la tierra,

fortalecerá a su rey

y enaltecerá el poder de suungido».

11 Elcaná volvió a su casa en Ramá, pero el niño se quedó para servir alSeñor, bajo el cuidado del sacerdote Elí.

Perversidad de los hijos de Elí

12 Los hijos de Elí eran unos perversos que no tenían en cuenta alSeñor.

13 La costumbre de estos sacerdotes era la siguiente: Cuando alguien ofrecía un sacrificio, el asistente del sacerdote se presentaba con un tenedor grande en la mano y, mientras se cocía la carne,

14 metía el tenedor en la olla, en el caldero, en la cacerola o en la cazuela; y el sacerdote tomaba para sí mismo todo lo que se enganchaba en el tenedor. De este modo trataban a todos los israelitas que iban a Siló.

15 Además, antes de quemarse la grasa, solía llegar el ayudante del sacerdote para decirle al que estaba por ofrecer el sacrificio: «Dame carne para el asado del sacerdote, pues no te la va a aceptar cocida, sino cruda».

16 Y, si el hombre contestaba: «Espera a que se queme la grasa, como es debido; luego podrás tomar lo que desees», el asistente replicaba: «No, dámela ahora mismo; de lo contrario, te la quito por la fuerza».

17 Así que el pecado de estos jóvenes era gravísimo a los ojos delSeñor, pues trataban con desprecio las ofrendas que le pertenecían.

18 El niño Samuel, por su parte, vestido con unefodde lino, seguía sirviendo en la presencia delSeñor.

19 Cada año su madre le hacía una pequeña túnica, y se la llevaba cuando iba con su esposo para ofrecer su sacrificio anual.

20 Elí entonces bendecía a Elcaná y a su esposa, diciendo: «Que elSeñorte conceda hijos de esta mujer, a cambio del niño que ella pidió para dedicárselo alSeñor». Luego regresaban a su casa.

21 ElSeñorbendijo a Ana, de manera que ella concibió y dio a luz tres hijos y dos hijas. Durante ese tiempo, Samuel crecía en la presencia delSeñor.

22 Elí, que ya era muy anciano, se enteró de todo lo que sus hijos le estaban haciendo al pueblo de Israel, incluso de que se acostaban con las mujeres que servían a la entrada del santuario.

23 Les dijo: «¿Por qué os comportáis así? Todo el pueblo me habla de vuestra mala conducta.

24 No, hijos míos; no es nada bueno lo que se comenta en el pueblo delSeñor.

25 Si alguien peca contra otra persona, Dios le servirá de árbitro; pero, si peca contra elSeñor, ¿quién podrá interceder por él?» No obstante, ellos no hicieron caso a la advertencia de su padre, pues la voluntad delSeñorera quitarles la vida.

26 Por su parte, el niño Samuel seguía creciendo y ganándose el aprecio delSeñory de la gente.

Profecía contra la familia de Elí

27 Un hombre de Dios fue a ver a Elí, y le dijo:

«Así dice elSeñor: “Bien sabes que yo me manifesté a tus antepasados cuando estaban en Egipto bajo el poder del faraón.

28 De entre todas las tribus de Israel, escogí a Aarón para que fuera mi sacerdote, es decir, para que en mi presencia se acercara a mi altar, quemara el incienso y se pusiera elefod. Además, a su familia le concedí las ofrendas que los israelitas queman en mi honor.

29 ¿Por qué, pues, tratáis vosotros con tanto desprecio los sacrificios y ofrendas que yo he ordenado que me traigan? ¿Por qué honras a tus hijos más que a mí, y los engordas con lo mejor de todas las ofrendas de mi pueblo Israel?”

30 »Por lo tanto —dice elSeñor—, de ninguna manera permitiré que tus parientes me sirvan, aun cuando yo había prometido que toda tu familia, tanto tus antepasados como tus descendientes, me servirían siempre. Yo, elSeñor, Dios de Israel, lo afirmo. Yo honro a los que me honran, y humillo a los que me desprecian.

31 En efecto, se acerca el día en que acabaré con tu poder y con el de tu familia; ninguno de tus descendientes llegará a viejo.

32 Mirarás con envidia el bien que se le hará a Israel, y ningunode tus descendientes llegará a viejo.

33 Si permito que alguno de los tuyos continúe sirviendo en mi altar, será para arruinarte la vista y abatirte lavida; todos tus descendientes morirán en la flor de la vida.

34 Y te doy esta señal: tus dos hijos, Ofni y Finés, morirán el mismo día.

35 »Pero yo levantaré un sacerdote fiel, que hará mi voluntad y cumplirá mis deseos. Jamás le faltará descendencia, y vivirá una larga vida en presencia de miungido.

36 Y tus familiares que sobrevivan vendrán y de rodillas le rogarán que les regale una moneda de plata o un pedazo de pan. Le suplicarán: “¡Dame algún trabajo sacerdotal para mi sustento!”»

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1 Samuel 3

El Señor llama a Samuel

1 Samuel, que todavía era joven, servía alSeñorbajo el cuidado de Elí. En esos tiempos no era común oír palabra delSeñor, ni eran frecuentes las visiones.

2 Elí ya se estaba quedando ciego. Un día, mientras él descansaba en su habitación,

3 Samuel dormía en el santuario delSeñor, donde se encontraba el arca de Dios. La lámpara de Dios todavía estaba encendida.

4 ElSeñorllamó a Samuel, y este respondió:

―Aquí estoy.

5 Y en seguida fue corriendo adonde estaba Elí, y le dijo:

―Aquí estoy; ¿para qué me has llamado?

―Yo no te he llamado —respondió Elí—. Vuelve a acostarte.

Y Samuel volvió a su cama.

6 Pero una vez más elSeñorlo llamó:

―¡Samuel!

Él se levantó, fue adonde estaba Elí y le dijo:

―Aquí estoy; ¿para qué me has llamado?

―Hijo mío —respondió Elí—, yo no te he llamado. Vuelve a acostarte.

7 Samuel todavía no conocía alSeñor, ni su palabra se le había revelado.

8 Por tercera vez llamó elSeñora Samuel. Él se levantó y fue adonde estaba Elí.

―Aquí estoy —le dijo—; ¿para qué me has llamado?

Entonces Elí se dio cuenta de que elSeñorestaba llamando al muchacho.

9 ―Ve y acuéstate —le dijo Elí—. Si alguien vuelve a llamarte, dile: “Habla,Señor, que tu siervo escucha”.

Así que Samuel se fue y se acostó en su cama.

10 Entonces elSeñorse le acercó y lo llamó de nuevo:

―¡Samuel! ¡Samuel!

―Habla, que tu siervo escucha —respondió Samuel.

11 ―Mira —le dijo elSeñor—, voy a hacer en Israel algo que a todo el que lo oiga le quedará retumbando en los oídos.

12 Ese día llevaré a cabo todo lo que he anunciado, de principio a fin, en contra de Elí y su familia.

13 Ya le dije que por la maldad de sus hijos he condenado a su familia para siempre; él sabía que estabanblasfemandocontra Diosy, sin embargo, no los refrenó.

14 Por lo tanto, hago este juramento en contra de su familia: ¡Ningún sacrificio ni ofrenda podráexpiarjamás el pecado de la familia de Elí!

15 Samuel se acostó, y a la mañana siguiente abrió las puertas de la casa delSeñor, pero no se atrevía a contarle a Elí la visión.

16 Así que Elí tuvo que llamarlo.

―¡Samuel, hijo mío!

―Aquí estoy —respondió Samuel.

17 ―¿Qué fue lo que te dijo elSeñor? —le preguntó Elí—. Te pido que no me lo ocultes. ¡Que Dios te castigue sin piedad si me ocultas una sola palabra de todo lo que te ha dicho!

18 Samuel se lo refirió todo, sin ocultarle nada, y Elí dijo:

―Él es elSeñor; que haga lo que mejor le parezca.

19 Mientras Samuel crecía, elSeñorestuvo con él y cumplió todo lo que le había dicho.

20 Y todo Israel, desde Dan hasta Berseba, se dio cuenta de que elSeñorhabía confirmado a Samuel como su profeta.

21 Además, elSeñorsiguió manifestándose en Siló; allí se revelaba a Samuel y le comunicaba su palabra.

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1 Samuel 4

Los filisteos capturan el arca

1 La palabra de Samuel llegó a todo el pueblo de Israel. En aquellos días, los israelitas salieron a enfrentarse con los filisteos y acamparon cerca de Ebenezer. Los filisteos, que habían acampado en Afec,

2 desplegaron sus tropas para atacar a los israelitas. Se entabló la batalla, y los filisteos derrotaron a los israelitas, matando en el campo a unos cuatro mil de ellos.

3 Cuando el ejército regresó al campamento, losancianosde Israel dijeron: «¿Por qué nos ha derrotado hoy elSeñorpor medio de los filisteos? Traigamos el arca delpactodelSeñor, que está en Siló, para que nos acompañe y nos salve del poder de nuestros enemigos».

4 Así que enviaron un destacamento a Siló para sacar de allí el arca del pacto delSeñorTodopoderoso, que reina entre losquerubines. Los dos hijos de Elí, Ofni y Finés, estaban a cargo del arca del pacto de Dios.

5 Cuando esta llegó al campamento, los israelitas empezaron a gritar de tal manera que la tierra temblaba.

6 Los filisteos oyeron el griterío y preguntaron: «¿A qué viene tanto alboroto en el campamento hebreo?» Y al oír que el arca delSeñorhabía llegado al campamento,

7 los filisteos se acobardaron y dijeron: «Dios ha entrado en el campamento. ¡Ay de nosotros, que nunca nos ha pasado algo así!

8 ¡Ay de nosotros! ¿Quién nos va a librar de las manos de dioses tan poderosos, que en el desierto hirieron a los egipcios con toda clase de plagas?

9 ¡Ánimo, filisteos! ¡Sed hombres! Si no queréis llegar a ser esclavos de los hebreos, tal como ellos lo han sido de nosotros, ¡luchad como hombres!»

10 Entonces los filisteos se lanzaron al ataque y derrotaron a los israelitas, los cuales huyeron en desbandada. La matanza fue terrible, pues de los israelitas cayeron treinta mil soldados de infantería.

11 Además, fue capturada el arca de Dios, y murieron Ofni y Finés, los dos hijos de Elí.

Muerte de Elí

12 Un soldado que pertenecía a la tribu de Benjamín salió corriendo del frente de batalla, y ese mismo día llegó a Siló, con la ropa hecha pedazos y la cabeza cubierta de polvo.

13 Allí se encontraba Elí, sentado en su silla y vigilando el camino, pues sucorazónle temblaba solo de pensar en el arca de Dios. Cuando el soldado entró en el pueblo y contó lo que había sucedido, todos se pusieron a gritar.

14 ―¿A qué viene tanto alboroto? —preguntó Elí, al oír el griterío.

El hombre corrió para darle la noticia.

15 (Elí ya tenía noventa y ocho años, y sus ojos ni se movían, de modo que no podía ver).

16 ―Vengo del frente de batalla —le dijo a Elí—; hui de las filas hoy mismo.

―¿Qué pasó, hijo mío? —preguntó Elí.

17 ―Los israelitas han huido ante los filisteos —respondió el mensajero—; el ejército ha sufrido una derrota terrible. Además, tus dos hijos, Ofni y Finés, han muerto, y el arca de Dios ha sido capturada.

18 Solamente de oír mencionar el arca de Dios, Elí se fue de espaldas, cayéndose de la silla junto a la puerta. Como era viejo y pesaba mucho, se rompió la nuca y murió. Durante cuarenta años había dirigido al pueblo de Israel.

19 Su nuera, la esposa de Finés, estaba embarazada y próxima a dar a luz. Cuando supo que el arca de Dios había sido capturada, y que tanto su suegro como su esposo habían muerto, le vinieron los dolores de parto y tuvo un alumbramiento muy difícil.

20 Al verla agonizante, las parteras que la atendían le dijeron: «Anímate, que has dado a luz un niño». Ella no respondió; ni siquiera les hizo caso.

21 Pero, por causa de la captura del arca de Dios, y por la muerte de su suegro y de su esposo, le puso al niño el nombre de Icabod,para indicar que la gloria de Israel había sido desterrada.

22 Exclamó: «¡Se han llevado la gloria de Israel! ¡El arca de Dios ha sido capturada!»

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1 Samuel 5

El arca en Asdod y Ecrón

1 Después de capturar el arca de Dios, los filisteos la llevaron de Ebenezer a Asdod

2 y la pusieron junto a la estatua de Dagón, en el templo de ese dios.

3 Al día siguiente, cuando los habitantes de Asdod se levantaron, vieron que la estatua de Dagón estaba tirada en el suelo, boca abajo, frente al arca delSeñor. Así que la levantaron y la colocaron en su sitio.

4 Pero, al día siguiente, cuando se levantaron, volvieron a encontrar la estatua tirada en el suelo, boca abajo, frente al arca delSeñor. Sobre el umbral estaban su cabeza y sus dos manos, separadas del tronco.

5 Por eso, hasta el día de hoy, ninguno de los que entran en el templo de Dagón en Asdod, incluso los sacerdotes, pisan el umbral.

6 Entonces elSeñordescargó su mano sobre la población de Asdod y sus alrededores, y los azotó con tumores.

7 La gente de Asdod reconoció lo que estaba pasando, y declaró: «El arca del Dios de Israel no puede quedarse en medio nuestro, porque ese dios ha descargado su mano sobre nosotros y contra nuestro dios Dagón».

8 Así que convocaron a todos los jefes filisteos y les preguntaron:

―¿Qué vamos a hacer con el arca del Dios de Israel?

―Trasladad el arca del Dios de Israel a la ciudad de Gat —respondieron los jefes.

Y así lo hicieron.

9 Pero, después de que la trasladaron, elSeñorcastigó a esa ciudad, afligiendo con una erupción de tumores a sus habitantes, desde el más pequeño hasta el mayor. Eso provocó un pánico horrible.

10 Entonces enviaron el arca de Dios a Ecrón, pero, tan pronto como entró el arca en la ciudad, sus habitantes se pusieron a gritar: «¡Nos han traído el arca del Dios de Israel para matarnos a todos!»

11 Por eso convocaron a todos los jefes filisteos y protestaron: «¡Llevaos el arca del Dios de Israel! ¡Devolvedla a su lugar de origen, para que no nos mate a nosotros y a todos los nuestros!» Y es que el terror de la muerte se había apoderado de la ciudad, porque Dios había descargado su mano sobre ese lugar.

12 Los que no murieron fueron azotados por tumores, de modo que los gritos de la ciudad llegaban hasta el cielo.

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1 Samuel 6

Los filisteos devuelven el arca a Israel

1 El arca delSeñorestuvo en territorio filisteo siete meses,

2 y los filisteos convocaron a los sacerdotes y adivinos para preguntarles:

―¿Qué vamos a hacer con el arca delSeñor? Decidnos de qué modo hay que devolverla a su lugar.

3 ―Si pensáis devolverla —contestaron—, no la mandéis sin nada; tenéis que presentarle a Dios una ofrenda compensatoria. Entonces recobraréis la salud y sabréis por qué Dios no ha dejado de castigaros.

4 ―¿Y qué le debemos ofrecer? —preguntaron los filisteos.

―Cinco figuras de oro en forma de tumor —respondieron aquellos— y otras cinco en forma de rata, conforme al número de jefes filisteos, pues la misma plaga os ha azotado a vosotros y a vuestros jefes.

5 Así que haced imágenes de los tumores y de las ratas que han devastado el país, y dad honra al Dios de Israel. Tal vez suavice su castigo contra vosotros, vuestros dioses y vuestra tierra.

6 ¿Por qué os vais a obstinar, como hicieron los egipcios bajo el faraón? ¿No es cierto que Dios tuvo que hacerles daño para que dejaran ir a los israelitas?

7 »Ahora mandad construir una carreta nueva. Escoged también dos vacas con cría y que nunca hayan llevado yugo. Atad las vacas a la carreta, pero encerrad los becerros en el establo.

8 Tomad luego el arca delSeñory ponedla en la carreta. Colocad una caja junto al arca, con los objetos de oro que vais a entregarle a Dios como ofrenda compensatoria. Luego dejad que la carreta se vaya sola,

9 y observadla. Si se va en dirección de Bet Semes, su propio territorio, eso quiere decir que elSeñores quien nos ha causado esta calamidad tan terrible. Pero, si la carreta se desvía para otro lugar, sabremos que no fue él quien nos hizo daño, sino que todo ha sido por casualidad».

10 Así lo hicieron. Tomaron dos vacas con cría y las ataron a la carreta, pero encerraron los becerros en el establo.

11 Además, en la carreta pusieron el arca delSeñory la caja que contenía las figuras de ratas y de tumores de oro.

12 ¡Y las vacas se fueron mugiendo por todo el camino, directamente a Bet Semes! Siguieron esa ruta sin desviarse para ningún lado. Los jefes de los filisteos se fueron detrás de la carreta, hasta llegar al territorio de Bet Semes.

13 Los habitantes de Bet Semes, que estaban en el valle cosechando el trigo, alzaron la vista y, al ver el arca, se llenaron de alegría.

14 La carreta llegó hasta el campo de Josué de Bet Semes, donde había una gran piedra, y allí se detuvo. Entonces la gente del pueblo usó la madera de la carreta como leña, y ofreció las vacas enholocaustoalSeñor.

15 Los levitas que habían descargado la carreta pusieron el arca delSeñorsobre la gran piedra, junto con la caja que contenía las figuras de oro. Aquel día los habitantes de Bet Semes ofrecieron holocaustos y sacrificios alSeñor.

16 Los cinco jefes filisteos vieron todo esto, y regresaron a Ecrón ese mismo día.

17 Las figuras de oro en forma de tumor, que los filisteos entregaron alSeñorcomo ofrenda compensatoria, correspondían a cada una de estas ciudades: Asdod, Gaza, Ascalón, Gat y Ecrón.

18 Así mismo, el número de las ratas de oro correspondía al de las ciudades filisteas que pertenecían a los cinco jefes, tanto las ciudades fortificadas como las aldeas sin murallas. Y la gran piedra donde depositaron el arca delSeñorpermanece hasta el día de hoy, como testimonio, en el campo de Josué de Bet Semes.

19 Algunos hombres de ese lugar se atrevieron a mirar dentro del arca delSeñor, y Dios los mató. Fueron setentalos que perecieron. El pueblo hizo duelo por el terrible castigo que elSeñorhabía enviado,

20 y los habitantes de Bet Semes dijeron: «ElSeñores un Diossanto. ¿Quién podrá presentarse ante él? ¿Y a dónde podremos enviar el arca para que no se quede entre nosotros?»

21 Así que mandaron este mensaje a los habitantes de Quiriat Yearín: «Los filisteos han devuelto el arca delSeñor; venid y lleváosla».

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1 Samuel 7

1 Los de Quiriat Yearín fueron a Bet Semes y se llevaron el arca delSeñora la casa de Abinadab, que estaba en una loma. Luego consagraron a su hijo Eleazar para que estuviera a cargo de ella.

Samuel derrota a los filisteos en Mizpa

2 El arca permaneció en Quiriat Yearín durante mucho tiempo. Pasaron veinte años, y todo el pueblo de Israel buscaba con ansiedad alSeñor.

3 Por eso Samuel le dijo al pueblo: «Si vosotros deseáis volveros alSeñorde todocorazón, deshaceos de los dioses extranjeros y de las imágenes deAstarté. Dedicaos totalmente a servir solo alSeñor, y él os librará del poder de los filisteos».

4 Así que los israelitas echaron fuera los ídolos deBaaly las imágenes de Astarté, y sirvieron solo alSeñor.

5 Luego Samuel ordenó: «Reunid a todo Israel en Mizpa para que yo ruegue alSeñorpor vosotros».

6 Cuando los israelitas se reunieron en Mizpa, sacaron agua y la derramaron ante elSeñor. También ayunaron durante el día, y públicamente confesaron: «Hemos pecado contra elSeñor». Fue en Mizpa donde Samuel comenzó a gobernar a los israelitas.

7 Cuando los filisteos se enteraron de que los israelitas se habían reunido en Mizpa, los jefes filisteos marcharon contra Israel. Al darse cuenta de esto, los israelitas tuvieron miedo de los filisteos

8 y le dijeron a Samuel: «No dejes de clamar alSeñorpor nosotros, para que nos salve del poder de los filisteos».

9 Samuel tomó entonces un cordero pequeño y lo ofreció enholocaustoalSeñor. Luego clamó alSeñoren favor de Israel, y elSeñorle respondió.

10 Mientras Samuel ofrecía el sacrificio, los filisteos avanzaron para atacar a Israel. Pero aquel día elSeñorlanzó grandes truenos contra los filisteos. Esto creó confusión entre ellos, y cayeron derrotados ante los israelitas.

11 Entonces los israelitas persiguieron a los filisteos desde Mizpa hasta más allá de Bet Car, matándolos por el camino.

12 Después Samuel tomó una piedra, la colocó entre Mizpa y Sen, y la llamó Ebenezer,«ElSeñorno ha dejado de ayudarnos».

13 Durante toda la vida de Samuel, elSeñormanifestó su poder sobre los filisteos. Estos fueron subyugados por los israelitas y no volvieron a invadir su territorio.

14 Fue así como los israelitas recuperaron las ciudades que los filisteos habían capturado anteriormente, desde Ecrón hasta Gat, y libraron todo ese territorio del dominio de los filisteos. También hubo paz entre Israel y los amorreos.

15 Samuel siguió gobernando a Israel toda su vida.

16 Todos los años recorría las ciudades de Betel, Guilgal y Mizpa, y atendía los asuntos del país en esas regiones.

17 Luego regresaba a Ramá, donde residía, y desde allí gobernaba a Israel. También allí erigió un altar alSeñor.

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1 Samuel 8

Los israelitas piden un rey

1 Cuando Samuel entró en años, puso a sus hijos como gobernadores de Israel,

2 con sede en Berseba. El hijo mayor se llamaba Joel, y el segundo, Abías.

3 Pero ninguno de los dos siguió el ejemplo de su padre, sino que ambos se dejaron guiar por la avaricia, aceptando sobornos y pervirtiendo la justicia.

4 Por eso se reunieron losancianosde Israel y fueron a Ramá para hablar con Samuel.

5 Le dijeron: «Tú has envejecido ya, y tus hijos no siguen tu ejemplo. Mejor danos un rey que nos gobierne, como lo tienen todas las naciones».

6 Cuando le dijeron que querían tener un rey, Samuel se disgustó. Entonces se puso a orar alSeñor,

7 pero elSeñorle dijo: «Hazle caso al pueblo en todo lo que te diga. En realidad, no te han rechazado a ti, sino a mí, pues no quieren que yo reine sobre ellos.

8 Te están tratando del mismo modo que me han tratado a mí desde el día en que los saqué de Egipto hasta hoy. Me han abandonado para servir a otros dioses.

9 Así que hazles caso, pero adviérteles claramente de cómo el rey va a gobernarlos».

10 Samuel comunicó entonces el mensaje delSeñora la gente que le estaba pidiendo un rey.

11 Les explicó:

―Así es cómo el rey va a gobernaros: Os quitará a vuestros hijos para que se hagan cargo de los carros militares y de la caballería, y para que le abran paso al carro real.

12 Los hará comandantes y capitanes,y los pondrá a labrar y a cosechar, y a fabricar armamentos y pertrechos.

13 También os quitará a vuestras hijas para emplearlas como perfumistas, cocineras y panaderas.

14 Se apoderará de vuestros mejores campos, viñedos y olivares, y se los dará a sus ministros,

15 y a vosotros os exigirá una décima parte de vuestras cosechas y vendimias para entregársela a sus funcionarios y ministros.

16 Además, os quitará vuestros criados y criadas, y vuestros mejores bueyesy asnos, de manera que trabajen para él.

17 Os exigirá una décima parte de vuestros rebaños, y vosotros mismos le serviréis como esclavos.

18 Cuando llegue aquel día, clamaréis por causa del rey que hayáis escogido, pero elSeñorno os responderá.

19 El pueblo, sin embargo, no le hizo caso a Samuel, sino que dijo:

―¡De ninguna manera! Queremos un rey que nos gobierne.

20 Así seremos como las otras naciones, con un rey que nos gobierne y que marche al frente de nosotros cuando vayamos a la guerra.

21 Después de oír lo que el pueblo quería, Samuel se lo comunicó alSeñor.

22 ―Hazles caso —respondió elSeñor—; dales un rey.

Entonces Samuel les dijo a los israelitas:

―¡Regresad a vuestros pueblos!

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1 Samuel 9

Samuel unge a Saúl

1 Había un hombre de la tribu de Benjamín, muy respetado, cuyo nombre era Quis hijo de Abiel, hijo de Zeror, hijo de Becorat, hijo de Afía, también benjaminita.

2 Quis tenía un hijo llamado Saúl, que era buen mozo y apuesto como ningún otro israelita, tan alto que los demás apenas le llegaban al hombro.

3 En cierta ocasión se extraviaron las burras de su padre Quis, y este le dijo a Saúl: «Toma a uno de los criados y ve a buscar las burras».

4 Saúl y el criado se fueron y cruzaron la sierra de Efraín, hasta pasar por la región de Salisá, pero no las encontraron. Pasaron también por la región de Salín, y después por el territorio de Benjamín, pero tampoco allí las encontraron.

5 Cuando llegaron al territorio de Zuf, Saúl le dijo al criado que lo acompañaba:

―Vámonos. Debemos regresar, no sea que mi padre comience a preocuparse más por nosotros que por las burras.

6 El criado le contestó:

―En este pueblo vive un hombre de Dios que es muy famoso. Todo lo que dice se cumple sin falta. ¿Por qué no vamos allí? A lo mejor nos indica el camino que debemos seguir.

7 ―Pero, si vamos, ¿qué le podemos llevar? —preguntó Saúl—. En las alforjas no nos queda nada de comer, ni tenemos ningún regalo que ofrecerle al hombre de Dios. ¡Qué tenemos!

8 ―Aquí tengo casi tres gramosde plata —respondió el criado—. Se los puedo dar al hombre de Dios para que nos indique el camino.

9 (Antiguamente, cuando alguien en Israel iba a consultar a Dios, solía decir: «Vamos a ver al vidente», porque así se le llamaba entonces al que ahora se le llama profeta).

10 ―Muy bien —dijo Saúl—, vamos.

Dicho esto, se dirigieron al pueblo donde vivía el hombre de Dios.

11 Subían por la cuesta de la ciudad cuando se encontraron con unas jóvenes que iban a sacar agua. Les preguntaron:

―¿Se encuentra por aquí el vidente?

12 ―Sí, está más adelante —contestaron ellas—. Daos prisa, que acaba de llegar a la ciudad, y el pueblo va a ofrecer un sacrificio en el santuario del cerro.

13 Cuando entréis en la ciudad lo encontraréis, si llegáis antes de que suba al santuario para comer. La gente no empezará a comer hasta que él llegue, pues primero tiene que bendecir el sacrificio, y luego los invitados comerán. Así que id de inmediato, que hoy mismo lo vais a encontrar.

14 Saúl y su criado se dirigieron entonces a la ciudad. Iban entrando cuando Samuel se encontró con ellos, camino al santuario del cerro.

15 Un día antes de que Saúl llegara, elSeñorle había hecho esta revelación a Samuel:

16 «Mañana, a esta hora, te voy a enviar un hombre de la tierra de Benjamín. Lo ungirás como gobernante de mi pueblo Israel, para que lo libre del poder de los filisteos. Me he compadecido de mi pueblo, pues sus gritos de angustia han llegado hasta mí».

17 Cuando Samuel vio a Saúl, elSeñorle dijo: «Ahí tienes al hombre de quien te hablé; él gobernará a mi pueblo».

18 Al llegar a lapuertade la ciudad, Saúl se acercó a Samuel y le preguntó:

―¿Podrías tú indicarme dónde está la casa del vidente?

19 ―Yo soy el vidente —respondió Samuel—. Acompáñame al santuario del cerro, que hoy comeréis conmigo. Ya mañana, cuando te deje partir, responderé a todas tus inquietudes.

20 En cuanto a las burras que se te perdieron hace tres días, no te preocupes, que ya las encontraron.

Y agregó:

―Lo que Israel más desea, ¿no tiene que ver contigo y con toda la familia de tu padre?

21 ―¿Por qué me dices eso? —respondió Saúl—. ¿No soy yo de la tribu de Benjamín, que es la más pequeña de Israel? ¿Y no es mi familia la más insignificante de la tribu de Benjamín?

22 No obstante, Samuel tomó a Saúl y a su criado, los llevó al salón y les dio un lugar especial entre los invitados, que eran unos treinta.

23 Luego Samuel le dijo al cocinero:

―Trae la ración de carne que te pedí que apartaras, y que yo mismo te entregué.

24 El cocinero sacó un pernil entero, y se lo sirvió a Saúl. Entonces Samuel dijo:

―Ahí tienes lo que estaba reservado para ti. Come, pues antes de invitar a los otros, tu ración ya había sido apartada para esta ocasión.

Así fue como Saúl comió aquel día con Samuel.

25 Luego bajaron del santuario a la ciudad, y Samuel conversó con Saúl en la azotea de su casa.

26 Al amanecer, a la hora de levantarse, Samuel habló con Saúl en ese mismo lugar:

―¡Levántate! —le dijo—; ya debes partir.

Saúl se levantó, y salieron de la casa juntos.

27 Mientras se dirigían a las afueras de la ciudad, Samuel le dijo a Saúl:

―Dile al criado que se adelante, pero tú quédate un momento, que te voy a dar un mensaje de parte de Dios.

El criado se adelantó.

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1 Samuel

1 Samuel 10

1 Entonces Samuel tomó un frasco de aceite y lo derramó sobre la cabeza de Saúl. Luego lo besó y le dijo:

―¡Es elSeñorquien te ha ungido para que gobiernes a su pueblo!

2 Hoy mismo, cuando te alejes de mí y llegues a Selsa, en el territorio de Benjamín, cerca de la tumba de Raquel verás a dos hombres. Ellos te dirán: “Ya encontramos las burras que andabas buscando. Pero tu padre ya no piensa en las burras, sino que ahora está preocupado por vosotros y se pregunta: ‘¿Qué puedo hacer para encontrar a mi hijo?’ ”

3 »Más adelante, cuando llegues a la encina de Tabor, te encontrarás con tres hombres que se dirigen a Betel para adorar a Dios. Uno de ellos lleva tres cabritos; otro, tres panes; y el otro, un odre de vino.

4 Después de saludarte, te entregarán dos panes. Acéptalos.

5 »De ahí llegarás a Guibeá de Dios, donde hay una guarnición filistea. Al entrar en la ciudad te encontrarás con un grupo de profetas que bajan del santuario en el cerro. Vendrán profetizando, precedidos por músicos que tocan liras, panderetas, flautas y arpas.

6 Entonces el Espíritu delSeñorvendrá sobre ti con poder, y tú profetizarás con ellos y serás una nueva persona.

7 Cuando se cumplan estas señales que has recibido, podrás hacer todo lo que esté a tu alcance, pues Dios estará contigo.

8 »Baja luego a Guilgal antes que yo. Allí me reuniré contigo para ofrecerholocaustosy sacrificios decomunióny, cuando llegue, te diré lo que tienes que hacer. Pero tú debes esperarme siete días».

Saúl es proclamado rey

9 Cuando Saúl se dio la vuelta para alejarse de Samuel, Dios le cambió elcorazón, y ese mismo día se cumplieron todas esas señales.

10 En efecto, al llegar Saúl y su criado a Guibeá, un grupo de profetas les salió al encuentro. Entonces el Espíritu de Dios vino con poder sobre Saúl, quien cayó en trance profético junto con ellos.

11 Los que desde antes lo conocían, al verlo profetizar junto con los profetas, se preguntaban unos a otros:

―¿Qué le pasa a Saúl hijo de Quis? ¿Acaso él también es uno de los profetas?

12 Alguien que vivía allí replicó:

―¿Y quién es el responsablede ellos?

De ahí viene el dicho: «¿Acaso también Saúl es uno de los profetas?»

13 Cuando Saúl acabó de profetizar, subió al santuario del cerro.

14 Su tío les preguntó a él y a su criado:

―¿Y dónde estabais vosotros?

―Andábamos buscando las burras —respondió Saúl—; pero, como no dábamos con ellas, fuimos a ver a Samuel.

15 ―Cuéntame lo que os dijo Samuel —pidió el tío de Saúl.

16 ―Nos aseguró que ya habían encontrado las burras.

Sin embargo, Saúl no le contó a su tío lo que Samuel le había dicho acerca del reino.

17 Después de esto, Samuel convocó al pueblo de Israel para que se presentara ante elSeñoren Mizpa.

18 Allí les dijo a los israelitas:

«Así dice elSeñor, Dios de Israel: “Yo saqué a Israel de Egipto. Yo os libré a vosotros del poder de los egipcios y de todos los reinos que os oprimían”.

19 Ahora, sin embargo, vosotros habéis rechazado a vuestro Dios, quien os libra de todas las calamidades y aflicciones. Habéis dicho: “¡No! ¡Danos un rey que nos gobierne!” Por tanto, presentaos ahora ante elSeñorpor tribus y por familias».

20 Dicho esto, Samuel hizo que se acercaran todas las tribus de Israel y, al echar la suerte, fue escogida la tribu de Benjamín.

21 Luego mandó que se acercara la tribu de Benjamín, familia por familia, y la suerte cayó sobre la familia de Matri, y finalmente sobre Saúl hijo de Quis. Entonces fueron a buscar a Saúl, pero no lo encontraron,

22 de modo que volvieron a consultar alSeñor:

―¿Ha venido aquí ese hombre?

―Sí —respondió elSeñor—, pero se ha escondido entre el equipaje.

23 Fueron corriendo y lo sacaron de allí. Y, cuando Saúl se puso en medio de la gente, vieron que era tan alto que nadie le llegaba al hombro.

24 Dijo entonces Samuel a todo el pueblo:

―¡Mirad al hombre que elSeñorha escogido! ¡No hay nadie como él en todo el pueblo!

―¡Viva el rey! —exclamaron todos.

25 A continuación, Samuel le explicó al pueblo las leyes del reino y las escribió en un libro que depositó ante elSeñor. Luego mandó que todos regresaran a sus casas.

26 También Saúl se fue a su casa en Guibeá, acompañado por un grupo de hombres ilustres, a quienes elSeñorles había movido el corazón.

27 Pero algunos insolentes protestaron: «¿Y este es el que nos va a salvar?» Y fue tanto su desprecio por Saúl que ni le ofrecieron regalos. Saúl, por su parte, no les hizo caso.