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Isaías 31

Ay de los que confían en Egipto

1 ¡Ay de los que descienden a Egipto en busca de ayuda,

de los que se apoyan en la caballería,

de los que confían en la multitud de sus carros de guerra

y en la gran fuerza de sus jinetes,

pero no tienen en cuenta alSantode Israel,

ni buscan alSeñor!

2 Sin embargo, elSeñores también sabio,

y traerá calamidad,

y no se retractará de sus palabras.

Se levantará contra la dinastía de los malvados,

contra los que ayudan a los malhechores.

3 Los egipcios, en cambio, sonhombresy no dioses;

sus caballos son carne y no espíritu.

Cuando elSeñorextienda su mano,

tropezará el que presta ayuda

y caerá el que la recibe.

¡Todos juntos perecerán!

4 Porque así me dice elSeñor:

«Como león que gruñe sobre la presa

cuando contra él se reúne

toda una cuadrilla de pastores;

como cachorro de león

que no se asusta por sus gritos

ni se inquieta por su tumulto,

así también elSeñorTodopoderoso

descenderá para combatir

sobre el monteSión, sobre su cumbre.

5 Como aves que revolotean sobre el nido,

así también elSeñorTodopoderoso

protegerá a Jerusalén;

la protegerá y la librará,

la defenderá y la rescatará».

6 Israelitas, ¡volveos a aquel contra quien os habéis rebelado tan abiertamente!

7 Porque en aquel día cada uno de vosotros rechazará los ídolos de plata y oro que vuestras propias manos pecadoras fabricaron.

8 «Asiria caerá a espada, pero no de hombre;

una espada, pero no de hombre, la consumirá.

Huirá para escapar de la espada,

y sus jóvenes serán sometidos a trabajos forzados.

9 A causa del terror caerá su fortaleza;

¡sus jefes dejarán abandonada su bandera!»

Lo afirma elSeñor,

cuyo fuego está en Sión,

y cuyo horno está en Jerusalén.

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Isaías 32

El reino de justicia

1 Mirad, un rey reinará con rectitud

y los gobernantes gobernarán con justicia.

2 Cada uno será como un refugio contra el viento,

como un resguardo contra la tormenta;

como arroyos de agua en tierra seca,

como la sombra de un peñasco en el desierto.

3 No se nublarán los ojos de los que ven;

prestarán atención los oídos de los que oyen.

4 Lamenteimpulsiva comprenderá y entenderá,

la lengua tartamuda hablará con fluidez y claridad.

5 Ya no se llamará noble al necio

ni será respetado el canalla.

6 Porque el necio profierenecedades,

y su mente maquina iniquidad;

practica la impiedad,

y habla falsedades contra elSeñor;

deja con hambre al hambriento,

y le niega el agua al sediento.

7 El canalla recurre a artimañas malignas,

y trama designios infames;

destruye a los pobres con mentiras,

aunque el necesitado reclama justicia.

8 El noble, por el contrario,

concibe nobles planes,

y en sus nobles acciones se afirma.

Las mujeres de Jerusalén

9 Mujeres despreocupadas,

¡levantaos y escuchadme!

Hijas que os sentís tan confiadas,

¡prestad atención a lo que voy a deciros!

10 Vosotras, que os sentís tan confiadas,

en poco más de un año temblaréis;

porque fallará la vendimia,

y no llegará la cosecha.

11 Mujeres despreocupadas, ¡estremeceos!

Vosotras, que os sentís tan confiadas,

¡poneos a temblar!

Desvestíos, desnudaos;

poneos ropa de luto.

12 Golpeaos el pecho,

por los campos agradables,

por los viñedos fértiles,

13 por el suelo de mi pueblo

cubierto de espinos y de zarzas,

por todas las casas donde hay alegría

y por esta ciudad donde hay diversión.

14 La fortaleza será abandonada,

y desamparada la ciudad populosa;

para siempre convertidas en cuevas

quedarán la ciudadela y la atalaya;

convertidas en deleite de asnos,

en pastizal de rebaños,

15 hasta que desde lo alto

el Espíritu sea derramado sobre nosotros.

Entonces el desierto se volverá un campo fértil,

y el campo fértil se convertirá en bosque.

16 La justicia morará en el desierto,

y en el campo fértil habitará la rectitud.

17 El producto de la justicia será lapaz;

tranquilidad y seguridad perpetuas serán su fruto.

18 Mi pueblo habitará en un lugar de paz,

en moradas seguras,

en serenos lugares de reposo.

19 Aunque el granizo arrase el bosque

y la ciudad sea completamente allanada,

20 ¡dichososvosotros,

los que sembráis junto al agua,

y dejáis sueltos al buey y al asno!

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Isaías 33

Angustia y auxilio

1 ¡Ay de ti, destructor, que no has sido destruido!

¡Ay de ti, traidor, que no has sido traicionado!

Cuando dejes de destruir, te destruirán;

cuando dejes de traicionar, te traicionarán.

2 Señor, ten compasión de nosotros;

pues en ti esperamos.

Sé nuestra fortalezacada mañana,

nuestrasalvaciónen tiempo de angustia.

3 Al estruendo de tu voz, huyen los pueblos;

cuando te levantas, se dispersan las naciones.

4 Vuestros despojos se recogen

como si fueran devorados por orugas;

sobre ellos se lanza el enemigo

como una nube de langostas.

5 Exaltado es elSeñorporque mora en las alturas,

y llena aSiónde justicia y rectitud.

6 Él será la seguridad de tus tiempos,

te dará en abundancia salvación, sabiduría y conocimiento;

el temor delSeñorserá tu tesoro.

7 ¡Mirad cómo gritan sus valientes en las calles!

¡amargamente lloran los mensajeros depaz!

8 Los caminos están desolados,

nadie transita por los senderos.

Elpactose ha quebrantado,

se desprecia a los testigos,

¡a nadie se respeta!

9 La tierra está de luto y languidece;

el Líbano se avergüenza y se marchita;

Sarón es como un desierto;

Basán y el Carmelo pierden su follaje.

10 «Ahora me levantaré —dice elSeñor—.

Ahora seré exaltado,

ahora seré ensalzado.

11 Vosotros concebís cizaña

y dais a luz paja;

¡pero el fuego de mi aliento os consumirá!

12 Los pueblos serán calcinados,

como espinos cortados arderán en el fuego».

13 Vosotros, que estáis lejos,

oíd lo que he hecho;

y vosotros, que estáis cerca,

reconoced mi poder.

14 Los pecadores están aterrados en Sión;

el temblor atrapa a los impíos:

«¿Quién de nosotros puede habitar

en el fuego consumidor?

¿Quién de nosotros puede habitar

en la hoguera eterna?»

15 Solo el que procede con justicia

y habla con rectitud,

el que rechaza la ganancia de la extorsión

y se sacude las manos para no aceptar soborno,

el que no presta oído a las conjuras de asesinato

y cierra los ojos para no contemplar el mal.

16 Este tal morará en las alturas;

tendrá como refugio una fortaleza de rocas,

se le proveerá de pan,

y no le faltará el agua.

17 Tus ojos verán al rey en su esplendor

y contemplarán una tierra que se extiende hasta muy lejos.

18 Dentro de ti meditarás acerca del terror, y dirás:

«¿Dónde está el contable?

¿Dónde el recaudador de impuestos?

¿Dónde el que lleva el registro de las torres?»

19 No verás más a ese pueblo insolente,

a ese pueblo de idioma confuso,

de lengua extraña e incomprensible.

20 Mira a Sión, la ciudad de nuestras fiestas;

tus ojos verán a Jerusalén,

morada apacible, campamento bien plantado;

sus estacas jamás se arrancarán,

ni se romperá ninguna de sus sogas.

21 Allí elSeñornos mostrará su poder.

Será como un lugar de anchos ríos y canales.

Ningún barco de remos surcará sus aguas,

ni barcos poderosos navegarán por ellas.

22 Porque elSeñores nuestro guía;

elSeñores nuestro gobernante.

ElSeñores nuestro rey:

¡Él nos salvará!

23 Tus cuerdas se han aflojado:

No sostienen el mástil con firmeza

ni se despliegan las velas.

Abundante botín habrá de repartirse,

y aun los cojos se dedicarán al saqueo.

24 Ningún habitante dirá: «Estoy enfermo»;

y se perdonará la iniquidad del pueblo que allí habita.

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Isaías 34

Juicio contra las naciones

1 Naciones, ¡acercaos a escuchar!

Pueblos, ¡prestad atención!

¡Que lo oiga la tierra, y todo lo que hay en ella;

el mundo, y todo lo que él produce!

2 ElSeñorestá enojado con todas las naciones,

airado con todos sus ejércitos.

Él los hadestruidopor completo,

los ha entregado a la matanza.

3 Serán arrojados sus muertos,

hedor despedirán sus cadáveres,

su sangre derretirá las montañas.

4 Se desintegrarán todos los astros del cielo

y se enrollará el cielo como un pergamino;

toda la multitud de astros perderá su brillo,

como lo pierde la hoja marchita de la vid,

o los higos secos de la higuera.

5 Mi espada se ha embriagado en el cielo;

mirad cómo desciende en juicio sobre Edom,

pueblo que he condenado a la destrucción total.

6 La espada delSeñorestá bañada en sangre,

en la sangre de cabras y corderos;

cubierta está de grasa,

de la grasa de los riñones de carneros.

Porque elSeñorcelebra un sacrificio en Bosra

y una gran matanza en tierra de Edom.

7 Y con ellos caerán los búfalos,

los terneros y los toros.

Su tierra quedará empapada en sangre,

y su polvo se llenará de grasa.

8 Porque elSeñorcelebra un día de venganza,

un año de desagravio

para defender la causa deSión.

9 Los arroyos de Edom se volverán ríos de brea,

su polvo se convertirá en azufre

y ardiente brea se volverá su tierra.

10 Ni de día ni de noche se extinguirá,

y su humo subirá por siempre.

Quedará desolada por todas las generaciones;

nunca más transitará nadie por ella.

11 Se adueñarán de ella el pelícano y el erizo;

anidarán allí el búho y el cuervo.

Dios extenderá sobre Edom

el cordel del caos

y la plomada de la desolación.

12 Sus nobles no tendrán allí

nada que pueda llamarse reino;

todos sus príncipes desaparecerán.

13 Los espinos invadirán sus palacios;

las ortigas y las zarzas, sus fortalezas.

Se volverá guarida de chacales

y nido de avestruces.

14 Las fieras del desierto se juntarán con las hienas,

y las cabras monteses se llamarán unas a otras;

allí también reposarán las aves nocturnas

y encontrarán un lugar de descanso.

15 Allí el búho anidará y pondrá sus huevos;

bajo sus alas incubará y cuidará a sus crías.

También allí se reunirán los buitres,

cada cual con su pareja.

16 Consultad el libro delSeñory leed:

Ninguno de estos animales faltará;

cada cual tendrá su pareja.

ElSeñormismo ha dado la orden,

y su Espíritu los ha de reunir.

17 Él les ha asignado sus lugares;

su mano les señaló su territorio.

Ellos los poseerán para siempre,

y morarán allí por todas las generaciones.

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Isaías 35

La alegría de los redimidos

1 Se alegrarán el desierto y el sequedal;

se regocijará el desierto

y florecerá como el azafrán.

2 Florecerá y se regocijará:

¡gritará de alegría!

Se le dará la gloria del Líbano,

y el esplendor del Carmelo y de Sarón.

Ellos verán la gloria delSeñor,

el esplendor de nuestro Dios.

3 Fortaleced las manos débiles,

afirmad las rodillas temblorosas;

4 decid a los decorazóntemeroso:

«Sed fuertes, no tengáis miedo.

Vuestro Dios vendrá,

vendrá con venganza;

con retribución divina

vendrá a salvaros».

5 Se abrirán entonces los ojos de los ciegos

y se destaparán los oídos de los sordos;

6 saltará el cojo como un ciervo,

y gritará de alegría la lengua del mudo.

Porque aguas brotarán en el desierto,

y torrentes en el sequedal.

7 La arena ardiente se convertirá en estanque,

la tierra sedienta, en manantiales burbujeantes.

Las guaridas donde se tendían los chacales

serán morada de juncos y papiros.

8 Habrá allí una calzada

que será llamadaCaminodesantidad.

No viajarán por ella losimpuros,

ni transitarán por ella los necios;

será solo para los que siguen el camino.

9 No habrá allí ningún león,

ni bestia feroz que por él pase;

¡Allí no se los encontrará!

¡Por allí pasarán solamente los redimidos!

10 Y volverán los rescatados por elSeñor,

y entrarán enSióncon cantos de alegría,

coronados de una alegría eterna.

Los alcanzarán la alegría y el regocijo,

y se alejarán la tristeza y el gemido.

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Isaías 36

Senaquerib amenaza a Jerusalén

1 En el año catorce del reinado de Ezequías, Senaquerib, rey de Asiria, atacó y tomó todas las ciudades fortificadas de Judá.

2 Desde Laquis, el rey de Asiria envió a su comandante en jefe,al frente de un gran ejército, para hablar con el rey Ezequías en Jerusalén. Cuando el comandante se detuvo en el acueducto del estanque superior, en el camino que lleva al Campo del Lavandero,

3 salió a recibirlo Eliaquín hijo de Jilquías, que era el administrador del palacio, junto con el cronista Sebna y el secretario Joa hijo de Asaf.

4 El comandante en jefe les dijo:

―Decid a Ezequías que así dice el gran rey, el rey de Asiria: “¿En qué se basa tu confianza?

5 Tú dicesque tienes estrategia y fuerza militar, pero estas no son más que palabras sin fundamento. ¿En quién confías, que te rebelas contra mí?

6 Mira, tú confías en Egipto, ¡ese bastón de caña astillada, que traspasa la mano y hiere al que se apoya en él! Porque eso es el faraón, el rey de Egipto, para todos los que en él confían.

7 Y, si tú me dices: ‘Nosotros confiamos en elSeñor, nuestro Dios’, ¿no se trata acaso, Ezequías, del Dios cuyos altares ysantuarios paganostú mismo quitaste, diciendo a Judá y a Jerusalén: ‘Debéis adorar solamente ante este altar’?”

8 »Ahora bien, Ezequías, haz este trato con mi señor, el rey de Asiria: Yo te doy dos mil caballos si tú consigues otros tantos jinetes para montarlos.

9 ¿Cómo podrás rechazar el ataque de uno solo de los funcionarios más insignificantes de mi señor, si confías en obtener de Egipto carros de combate y jinetes?

10 ¿Acaso he venido a atacar y a destruir esta tierra sin el apoyo delSeñor? ¡Si fue él mismo quien me ordenó: “Marcha contra este país y destrúyelo”!»

11 Eliaquín, Sebna y Joa le dijeron al comandante en jefe:

―Por favor, habla a tus siervos en arameo, ya que lo entendemos. No nos hables en hebreo, que el pueblo que está sobre el muro nos escucha.

12 Pero el comandante en jefe respondió:

―¿Acaso mi señor me envió a deciros estas cosas solo a ti y a tu señor, y no a los que están sentados en el muro? ¡Si tanto ellos como vosotros tendréis que comer vuestro excremento y beber vuestra orina!

13 Dicho esto, el comandante en jefe se puso de pie y a voz alta gritó en hebreo:

―¡Oíd las palabras del gran rey, el rey de Asiria!

14 Así dice el rey: “No os dejéis engañar por Ezequías. ¡Él no puede libraros!

15 No dejéis que Ezequías os persuada a confiar en elSeñor, diciendo: ‘Sin duda elSeñornos librará; ¡esta ciudad no caerá en manos del rey de Asiria!’ ”

16 »No hagáis caso a Ezequías. Así dice el rey de Asiria: “Haced las paces conmigo, y rendíos. De este modo cada uno podrá comer de su vid y de su higuera, y beber agua de su propio pozo,

17 hasta que yo venga y os lleve a un país como el vuestro, país de grano y de mosto, de pan y de viñedos”.

18 »No os dejéis seducir por Ezequías cuando dice: “ElSeñornos librará”. ¿Acaso alguno de los dioses de las naciones pudo librar a su país de las manos del rey de Asiria?

19 ¿Dónde están los dioses de Jamat y de Arfad? ¿Dónde están los dioses de Sefarvayin? ¿Acaso libraron a Samaria de mis manos?

20 ¿Cuál de todos los dioses de estos países ha podido salvar de mis manos a su país? ¿Cómo entonces podrá elSeñorlibrar de mis manos a Jerusalén?»

21 Pero el pueblo permaneció en silencio y no respondió ni una sola palabra, porque el rey había ordenado: «No le respondáis».

22 Entonces Eliaquín hijo de Jilquías, administrador del palacio, el cronista Sebna y el secretario Joa hijo de Asaf, con las vestiduras rasgadas en señal de duelo, fueron a ver a Ezequías y le contaron lo que había dicho el comandante en jefe.

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Isaías 37

Se profetiza la liberación de Jerusalén

1 Cuando el rey Ezequías escuchó esto, se rasgó las vestiduras, se vistió de luto y fue al templo delSeñor.

2 Además, envió a Eliaquín, administrador del palacio, al cronista Sebna y a los sacerdotes más ancianos, todos vestidos de luto, para hablar con el profeta Isaías hijo de Amoz.

3 Y le dijeron: «Así dice Ezequías: “Hoy es un día de angustia, castigo y deshonra, como cuando los hijos están a punto de nacer y no se tienen fuerzas para darlos a luz.

4 Tal vez elSeñortu Dios oiga las palabras del comandante en jefe, a quien su señor, el rey de Asiria, envió para insultar al Dios viviente. ¡Que elSeñortu Dios lo castigue por las palabras que ha oído! Eleva, pues, una oración por el remanente del pueblo que aún sobrevive”».

5 Cuando los funcionarios del rey Ezequías fueron a ver a Isaías,

6 este les dijo: «Decid a vuestro señor que así dice elSeñor: “No temas por las blasfemias que has oído, y que han pronunciado contra mí los siervos del rey de Asiria.

7 ¡Mira! Voy a poner un espíritu en él, de manera que cuando oiga cierto rumor regrese a su propio país. ¡Allí haré que lo maten a filo de espada!”»

8 Cuando el comandante en jefe se enteró de que el rey de Asiria había salido de Laquis, se retiró y encontró al rey luchando contra Libná.

9 Luego Senaquerib recibió el informe de que Tiracá, rey deCus, había salido para luchar contra él. Al enterarse de esto, envió mensajeros a Ezequías

10 para que le dijeran: «Tú, Ezequías, rey de Judá: No dejes que tu Dios, en quien confías, te engañe cuando dice: “No caerá Jerusalén en manos del rey de Asiria”.

11 Sin duda te habrás enterado de lo que han hecho los reyes de Asiria en todos los países,destruyéndolospor completo. ¿Y acaso vas tú a librarte?

12 ¿Libraron sus dioses a las naciones que mis antepasados han destruido: Gozán, Jarán, Résef y la gente de Edén que vivía en Telasar?

13 ¿Dónde están el rey de Jamat, el rey de Arfad, el rey de la ciudad de Sefarvayin, o de Hená o Ivá?»

Oración de Ezequías

14 Ezequías tomó la carta de mano de los mensajeros, y la leyó. Luego subió al templo delSeñor, la desplegó delante delSeñor,

15 y oró así:

16 «SeñorTodopoderoso, Dios de Israel, entronizado sobre losquerubines: solo tú eres el Dios de todos los reinos de la tierra. Tú has hecho los cielos y la tierra.

17 Presta atención,Señor, y escucha; abre tus ojos,Señor, y mira; escucha todas las palabras que Senaquerib ha mandado a decir para insultar al Dios viviente.

18 »Es verdad,Señor, que los reyes asirios han asolado todas estas naciones y sus tierras.

19 Han arrojado al fuego sus dioses, y los han destruido, porque no eran dioses, sino solo madera y piedra, obra de manoshumanas.

20 Ahora, pues,Señory Dios nuestro, sálvanos de su mano, para que todos los reinos de la tierra sepan que solo tú,Señor, eres Dios».

Muerte de Senaquerib

21 Entonces Isaías hijo de Amoz envió este mensaje a Ezequías: «Así dice elSeñor, Dios de Israel: “Por cuanto me has rogado respecto a Senaquerib, rey de Asiria,

22 esta es la palabra que yo, elSeñor, he pronunciado contra él:

»”La virginal hija deSión

te desprecia y se burla de ti.

La hija de Jerusalén

menea la cabeza al verte huir.

23 ¿A quién has insultado?

¿Contra quién has blasfemado?

¿Contra quién has alzado la voz

y levantado los ojos con orgullo?

¡Contra elSantode Israel!

24 Has enviado a tus siervos

a insultar al Señor, diciendo:

‘Con mis numerosos carros de combate

escalé las cumbres de las montañas,

¡las laderas del Líbano!

Talé sus cedros más altos,

sus cipreses más selectos.

Alcancé sus cumbres más lejanas,

y sus bosques más frondosos.

25 Cavé pozos en tierras extranjeras,

y en esas aguas apagué mi sed.

Con las plantas de mis pies

sequé todos los ríos de Egipto’.

26 »”¿No te has dado cuenta?

¡Hace mucho tiempo que lo he preparado!

Desde tiempo atrás lo vengo planeando,

y ahora lo he llevado a cabo;

por eso tú has dejado en ruinas

a las ciudades fortificadas.

27 Sus habitantes, impotentes,

están desalentados y avergonzados.

Son como plantas en el campo,

como tiernos pastos verdes,

como hierba que brota sobre el techo

y que se quemaantes de crecer.

28 »”Yo sé bien cuándo te sientas,

cuándo sales, cuándo entras,

y cuánto ruges contra mí.

29 Porque has rugido contra mí

y tu insolencia ha llegado a mis oídos,

te pondré una argolla en la nariz

y un freno en la boca,

y por el mismo camino por donde viniste

te haré regresar.

30 »”Esta será la señal para ti, Ezequías:

»”Este año comeréis lo que crezca por sí solo,

y el segundo año lo que de allí brote.

Pero al tercer año sembraréis y cosecharéis,

plantaréis viñas y comeréis su fruto.

31 Una vez más los sobrevivientes de la tribu de Judá

echarán raíces abajo, y arriba darán fruto.

32 Porque de Jerusalén saldrá un remanente,

del monte Sión un grupo de sobrevivientes.

Esto lo hará mi celo,

celo delSeñorTodopoderoso.

33 »”Yo, elSeñor, declaro esto acerca del rey de Asiria:

»”No entrará en esta ciudad,

ni lanzará contra ella una sola flecha.

No se enfrentará a ella con escudos,

ni construirá contra ella una rampa de asalto.

34 Volverá por el mismo camino que vino;

¡en esta ciudad no entrará!

Yo, elSeñor, lo afirmo.

35 Por mi causa, y por consideración a David mi siervo,

defenderé esta ciudad y la salvaré”».

36 Entonces el ángel delSeñorsalió y mató a ciento ochenta y cinco mil hombres del campamento asirio. A la mañana siguiente, cuando los demás se levantaron, ¡allí estaban tendidos todos los cadáveres!

37 Así que Senaquerib, rey de Asiria, levantó el campamento y se retiró. Volvió a Nínive y permaneció allí.

38 Pero un día, mientras adoraba en el templo de su dios Nisroc, sus hijos Adramélec y Sarézer lo mataron a espada y escaparon a la tierra de Ararat. Y su hijo Esarjadón lo sucedió en el trono.

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Isaías 38

Enfermedad de Ezequías

1 Por aquellos días, Ezequías enfermó gravemente y estuvo a punto de morir. El profeta Isaías hijo de Amoz fue a verlo y le dijo: «Así dice elSeñor: “Pon tu casa en orden, porque vas a morir; no te recuperarás”».

2 Ezequías volvió el rostro hacia la pared y le rogó alSeñor:

3 «Recuerda,Señor, que yo me he conducido delante de ti con lealtad y con uncorazóníntegro, y que he hecho lo que te agrada». Y Ezequías lloró amargamente.

4 Entonces la palabra delSeñorvino a Isaías:

5 «Ve y dile a Ezequías que así dice elSeñor, Dios de su antepasado David: “He escuchado tu oración y he visto tus lágrimas; voy a darte quince años más de vida.

6 Y a ti y a esta ciudad os libraré de caer en manos del rey de Asiria. Yo defenderé esta ciudad.

7 Y esta es la señal que te daré para confirmar lo que te he prometido:

8 Haré que en la escalera de Acaz la sombra del sol retroceda las diez gradas que ya ha bajado”». ¡Y la luz del sol retrocedió las diez gradas que ya había bajado!

Escrito de Ezequías

9 Después de su enfermedad y recuperación, Ezequías, rey de Judá, escribió:

10 «Yo decía: “¿Debo, en la plenitud de mi vida,

pasar por las puertas delsepulcro

y ser privado del resto de mis días?”

11 Yo decía: “Ya no veré más alSeñor

en esta tierra de los vivientes;

ya no contemplaré más a losseres humanos,

a los que habitan este mundo”.

12 Me quitaron mi casa, me la arrebataron,

como si fuera la tienda de un pastor.

Como un tejedor, enrollé mi vida,

y él me la arrancó del telar.

¡De la noche a la mañana acabó conmigo!

13 Pacientemente esperé hasta la aurora,

pero él, como león, me quebró todos los huesos.

¡De la noche a la mañana acabó conmigo!

14 Chillé como golondrina, como grulla;

¡me quejé como paloma!

Mis ojos se cansaron de mirar al cielo.

¡Angustiado estoy, Señor!

¡Acude en mi ayuda!

15 »Pero ¿qué puedo decir?

Él mismo me lo anunció, y así lo ha hecho.

La amargura de mialma

me ha quitado el sueño.

16 Señor, por tales cosas viven loshombres,

y también mi espíritu encuentra vida en ellas.

Tú me devolviste la salud

y me diste vida.

17 Sin duda, fue para mi bien

pasar por tal angustia.

Con tu amor me guardaste

de la fosa destructora,

y les diste la espalda a mis pecados.

18 El sepulcro nada te agradece;

la muerte no te alaba.

Los que descienden a la fosa

nada esperan de tu fidelidad.

19 Los que viven, y solo los que viven,

son los que te alaban,

como hoy te alabo yo.

Todo padre hablará a sus hijos

acerca de tu fidelidad.

20 »ElSeñorme salvará,

y en el templo delSeñor

todos los días de nuestra vida

cantaremos con instrumentos de cuerda».

21 Isaías había dicho: «Preparad una pasta de higos, aplicádsela en la llaga, y él se recuperará».

22 Y Ezequías había preguntado: «¿Qué señal recibiré de que se me permitirá subir al templo delSeñor?»

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Isaías 39

Mensajeros de Babilonia

1 En aquel tiempo Merodac Baladán hijo de Baladán, rey de Babilonia, envió cartas y un regalo a Ezequías, porque supo que había estado enfermo y que se había recuperado.

2 Ezequías se alegró al recibir esto, y mostró a los mensajeros todos sus tesoros: la plata, el oro, las especias, el aceite fino, todo su arsenal y todo lo que había en ellos. No hubo nada en su palacio ni en todo su reino que Ezequías no les mostrara.

3 Entonces el profeta Isaías fue a ver al rey Ezequías y le preguntó:

―¿Qué querían esos hombres? ¿De dónde vinieron?

―De un país lejano —respondió Ezequías—. Vinieron a verme desde Babilonia.

4 ―¿Y qué vieron en tu palacio? —preguntó el profeta.

―Vieron todo lo que hay en él —contestó Ezequías—. No hay nada en mis tesoros que yo no les haya mostrado.

5 Entonces Isaías le dijo:

―Oye la palabra delSeñorTodopoderoso:

6 “Sin duda vendrán días en que todo lo que hay en tu palacio, y todo lo que tus antepasados atesoraron hasta el día de hoy, será llevado a Babilonia. No quedará nada —dice elSeñor—.

7 Y algunos de tus hijos y de tus descendientes serán llevados para servir comoeunucosen el palacio del rey de Babilonia”.

8 ―El mensaje delSeñorque tú me has traído es bueno —respondió Ezequías.

Y es que pensaba: «Al menos, mientras yo viva habrápazy seguridad».

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Isaías 40

Consuelo para el pueblo de Dios

1 ¡Consolad, consolad a mi pueblo!

—dice vuestro Dios—.

2 Hablad con cariño a Jerusalén,

y anunciadle

que ya ha cumplido su tiempo de servicio,

que ya ha pagado por su iniquidad,

que ya ha recibido de la mano delSeñor

el doble por todos sus pecados.

3 Una voz proclama:

«Preparad en el desierto

un camino para elSeñor;

enderezad en la estepa

un sendero para nuestro Dios.

4 Que se levanten todos los valles,

y se allanen todos los montes y colinas;

que el terreno escabroso se nivele

y se alisen las quebradas.

5 Entonces se revelará la gloria delSeñor,

y la verá toda la humanidad.

ElSeñormismo lo ha dicho».

6 Una voz dice: «Proclama».

«¿Y qué voy a proclamar?», respondo yo.

«Que todomortales como la hierba,

y toda su gloria como la flor del campo.

7 La hierba se seca y la flor se marchita,

porque el aliento delSeñorsopla sobre ellas.

Sin duda, el pueblo es hierba.

8 La hierba se seca y la flor se marchita,

pero la palabra de nuestro Dios

permanece para siempre».

9 Sión, portadora de buenas noticias,

¡súbete a una alta montaña!

Jerusalén, portadora de buenas noticias,

¡alza con fuerza tu voz!

Álzala, no temas;

di a las ciudades de Judá:

«¡Aquí está vuestro Dios!»

10 Mirad, elSeñoromnipotente llega con poder,

y con su brazo gobierna.

Su galardón lo acompaña;

su recompensa lo precede.

11 Como unpastorque cuida su rebaño,

recoge los corderos en sus brazos;

los lleva junto a su pecho,

y guía con cuidado a las recién paridas.

12 ¿Quién ha medido las aguas con la palma de su mano,

y abarcado entre sus dedos la extensión de los cielos?

¿Quién metió en una medida el polvo de la tierra?

¿Quién pesó en una balanza las montañas y los cerros?

13 ¿Quién puede medir el alcance del espíritu delSeñor,

o quién puede servirle de consejero?

14 ¿A quién consultó elSeñorpara ilustrarse,

y quién le enseñó elcaminode la justicia?

¿Quién le impartióconocimiento

o le hizo conocer la senda de la inteligencia?

15 A los ojos de Dios, las naciones son

como una gota de agua en un balde,

como una mota de polvo en una balanza.

ElSeñorpesa las islas

como si fueran polvo fino.

16 El Líbano no alcanza para el fuego de su altar,

ni todos sus animales para losholocaustos.

17 Todas las naciones no son nada en su presencia;

no tienen para él valor alguno.

18 ¿Con quién compararéis a Dios?

¿Con qué imagen lo representaréis?

19 Al ídolo, un escultor lo funde;

un joyero lo enchapa en oro

y le labra cadenas de plata.

20 El que es muy pobre para ofrendar

escoge madera que no se pudra,

y busca un hábil artesano

para erigir un ídolo que no se caiga.

21 ¿Acaso vosotros no lo sabíais?

¿No os habíais enterado?

¿No se os dijo desde el principio?

¿No lo entendisteis desde la fundación del mundo?

22 Él reina sobre la bóveda de la tierra,

cuyos habitantes son como langostas.

Él extiende los cielos como un toldo,

y los despliega como una tienda para ser habitada.

23 Él anula a los poderosos,

y a nada reduce a los gobernantes de este mundo.

24 Escasamente han sido plantados,

apenas han sido sembrados,

apenas echan raíces en la tierra,

cuando él sopla sobre ellos y se marchitan;

¡y el huracán los arrasa como paja!

25 «¿Con quién, entonces, me compararéis?

¿Quién es como yo?», dice elSanto.

26 Alzad los ojos y mirad a los cielos:

¿Quién ha creado todo esto?

El que ordena la multitud de estrellas una por una,

y llama a cada una por sunombre.

¡Es tan grande su poder, y tan poderosa su fuerza,

que no falta ninguna de ellas!

27 ¿Por qué murmuras, Jacob?

¿Por qué refunfuñas, Israel:

«Mi camino está escondido delSeñor;

mi Dios ignora mi derecho»?

28 ¿Acaso no lo sabes?

¿Acaso no te has enterado?

ElSeñores el Dios eterno,

creador de los confines de la tierra.

No se cansa ni se fatiga,

y su inteligencia es insondable.

29 Él fortalece al cansado

y acrecienta las fuerzas del débil.

30 Aun los jóvenes se cansan, se fatigan,

y los muchachos tropiezan y caen;

31 pero los que confían en elSeñor

renovarán sus fuerzas;

volarán como las águilas:

correrán y no se fatigarán,

caminarán y no se cansarán.