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Marcos 11

La entrada triunfal

1 Cuando se acercaban a Jerusalén y llegaron a Betfagué y a Betania, junto al monte de los Olivos, Jesús envió a dos de sus discípulos

2 con este encargo: «Id a la aldea que tenéis enfrente. Tan pronto como entréis en ella, encontraréis atado un burrito, en el que nunca se ha montado nadie. Desatadlo y traedlo acá.

3 Y, si alguien os dice: “¿Por qué hacéis eso?”, decidle: “El Señor lo necesita, y en seguida lo devolverá”».

4 Fueron, encontraron un burrito afuera en la calle, atado a un portón, y lo desataron.

5 Entonces algunos de los que estaban allí les preguntaron: «¿Qué hacéis desatando el burrito?»

6 Ellos contestaron como Jesús les había dicho, y les dejaron desatarlo.

7 Llevaron, pues, el burrito a Jesús. Luego pusieron encima sus mantos, y él se montó.

8 Muchos tendieron sus mantos sobre el camino; otros usaron ramas que habían cortado en los campos.

9 Tanto los que iban delante como los que iban detrás gritaban:

―¡Hosanna!

―¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!

10 ―¡Bendito el reino venidero de nuestro padre David!

―¡Hosanna en las alturas!

11 Jesús entró en Jerusalén y fue altemplo. Después de observarlo todo, como ya era tarde, salió para Betania con los doce.

Jesús purifica el templo

12 Al día siguiente, cuando salían de Betania, Jesús tuvo hambre.

13 Viendo a lo lejos una higuera que tenía hojas, fue a ver si hallaba algún fruto. Cuando llegó a ella solo encontró hojas, porque no era tiempo de higos.

14 «¡Nadie vuelva jamás a comer fruto de ti!», le dijo a la higuera. Y lo oyeron sus discípulos.

15 Llegaron, pues, a Jerusalén. Jesús entró en eltemploy comenzó a echar de allí a los que compraban y vendían. Volcó las mesas de los que cambiaban dinero y los puestos de los que vendían palomas,

16 y no permitía que nadie atravesara el templo llevando mercancías.

17 También les enseñaba con estas palabras: «¿No está escrito:

»“Mi casa será llamada

casa de oración para todas lasnaciones”?

Pero vosotros la habéis convertido en “cueva de ladrones”».

18 Los jefes de los sacerdotes y losmaestros de la leylo oyeron y comenzaron a buscar la manera de matarlo, pues le temían, ya que toda la gente se maravillaba de sus enseñanzas.

19 Cuando cayó la tarde, salieronde la ciudad.

La higuera seca

20 Por la mañana, al pasar junto a la higuera, vieron que se había secado de raíz.

21 Pedro, acordándose, le dijo a Jesús:

―¡Rabí, mira, se ha secado la higuera que maldijiste!

22 ―Tened fe en Dios —respondió Jesús—.

23 Os aseguroque, si alguno le dice a este monte: “Quítate de ahí y tírate al mar”, creyendo, sin albergar la menor duda de que lo que dice sucederá, lo obtendrá.

24 Por eso os digo: Creed que ya habéis recibido todo lo que estéis pidiendo en oración, y lo obtendréis.

25 Y cuando estéis orando, si tenéis algo contra alguien, perdonadlo, para que también vuestro Padre que está en el cielo os perdone a vosotros vuestros pecados.

La autoridad de Jesús puesta en duda

27 Llegaron de nuevo a Jerusalén, y mientras Jesús andaba por eltemplo, se le acercaron los jefes de los sacerdotes, losmaestros de la leyy losancianos.

28 ―¿Con qué autoridad haces esto? —lo interrogaron—. ¿Quién te dio autoridad para actuar así?

29 ―Yo voy a haceros una pregunta a vosotros —replicó él—. Contestádmela, y os diré con qué autoridad hago esto:

30 El bautismo de Juan, ¿procedía del cielo o de la tierra?Respondedme.

31 Ellos se pusieron a discutir entre sí: «Si respondemos: “Del cielo”, nos dirá: “Entonces, ¿por qué no le creísteis?”

32 Pero, si decimos: “De la tierra”…» Es que temían al pueblo, porque todos consideraban que Juan era realmente un profeta.

33 Así que respondieron a Jesús:

―No lo sabemos.

―Pues yo tampoco os voy a decir con qué autoridad hago esto.

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Marcos 12

Parábola de los labradores malvados

1 Entonces comenzó Jesús a hablarles en parábolas: «Un hombre plantó un viñedo. Lo cercó, cavó un lagar y construyó una torre de vigilancia. Luego arrendó el viñedo a unos labradores y se fue de viaje.

2 Llegada la cosecha, mandó unsiervoa los labradores para recibir de ellos una parte del fruto.

3 Pero ellos lo agarraron, lo golpearon y lo despidieron con las manos vacías.

4 Entonces les mandó otro siervo; a este le rompieron la cabeza y lo humillaron.

5 Mandó a otro, y a este lo mataron. Mandó a otros muchos; a unos los golpearon; a otros los mataron.

6 »Le quedaba todavía uno, su hijo amado. Por último, lo mandó a él, pensando: “¡A mi hijo sí que lo respetarán!”

7 Pero aquellos labradores se dijeron unos a otros: “Este es el heredero. Matémoslo, y la herencia será nuestra”.

8 Así que le echaron mano y lo mataron, y lo arrojaron fuera del viñedo.

9 »¿Qué hará el dueño? Volverá, acabará con los labradores, y dará el viñedo a otros.

10 ¿No habéis leído esta Escritura:

»“La piedra que desecharon los constructores

ha llegado a ser la piedra angular;

11 esto es obra del Señor,

y nos deja maravillados”?»

12 Cayendo en la cuenta de que la parábola iba dirigida contra ellos, buscaban la manera de arrestarlo. Pero temían a la multitud; así que lo dejaron y se fueron.

El pago de impuestos al césar

13 Luego enviaron a Jesús algunos de losfariseosy de los herodianos para tenderle una trampa con sus mismas palabras.

14 Al llegar le dijeron:

―Maestro, sabemos que eres un hombre íntegro. No te dejas influir por nadie, porque no te fijas en las apariencias, sino que de verdad enseñas el camino de Dios. ¿Está permitido pagar impuestos alcésaro no?

15 ¿Debemos pagar o no?

Pero Jesús, sabiendo que fingían, les replicó:

―¿Por qué me tendéistrampas? Traedme una moneda romanapara verla.

16 Le llevaron la moneda, y él les preguntó:

―¿De quién son esta imagen y esta inscripción?

―Del césar —contestaron.

17 ―Dadle, pues, al césar lo que es del césar, y a Dios lo que es de Dios.

Y se quedaron admirados de él.

El matrimonio en la resurrección

18 Entonces los saduceos, que dicen que no hay resurrección, fueron a verlo y le plantearon un problema:

19 ―Maestro, Moisés nos enseñó en sus escritos que, si un hombre muere y deja a la viuda sin hijos, el hermano de ese hombre tiene que casarse con la viuda para que su hermano tenga descendencia.

20 Ahora bien, había siete hermanos. El primero se casó y murió sin dejar descendencia.

21 El segundo se casó con la viuda, pero también murió sin dejar descendencia. Lo mismo le pasó al tercero.

22 En fin, ninguno de los siete dejó descendencia. Por último, murió también la mujer.

23 Cuando resuciten, ¿de cuál de ellos será esposa esta mujer, ya que los siete estuvieron casados con ella?

24 ―¿Acaso no andáis desencaminados? —les replicó Jesús—. ¡Es que desconocéis las Escrituras y el poder de Dios!

25 Cuando resuciten los muertos, no se casarán ni serán dados en casamiento, sino que serán como los ángeles que están en el cielo.

26 Pero, en cuanto a que los muertos resucitan, ¿no habéis leído en el libro de Moisés, en el pasaje sobre la zarza, cómo Dios le dijo: “Yo soy el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob”?

27 Él no es Dios de muertos, sino de vivos. ¡Andáis muy desencaminados!

El mandamiento más importante

28 Uno de losmaestros de la leyse acercó y los oyó discutiendo. Al ver lo bien que Jesús les había contestado, le preguntó:

―De todos los mandamientos, ¿cuál es el más importante?

29 ―El más importante es: “Oye, Israel. El Señor nuestro Dios es el único Señor—contestó Jesús—.

30 Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas”.

31 El segundo es: “Ama a tu prójimo como a ti mismo”.No hay otro mandamiento más importante que estos.

32 ―Bien dicho, Maestro —respondió el hombre—. Tienes razón al decir que Dios es uno solo y que no hay otro fuera de él.

33 Amarlo con todo el corazón, con todo el entendimiento y con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a uno mismo, es más importante que todos los holocaustos y sacrificios.

34 Al ver Jesús que había respondido con inteligencia, le dijo:

―No estás lejos del reino de Dios.

Y desde entonces nadie se atrevió a hacerle más preguntas.

¿De quién es hijo el Cristo?

35 Mientras enseñaba en eltemplo, Jesús les propuso:

―¿Cómo es que losmaestros de la leydicen que elCristoes hijo de David?

36 David mismo, hablando por el Espíritu Santo, declaró:

»“Dijo el Señor a mi Señor:

‘Siéntate a miderecha,

hasta que ponga a tus enemigos

debajo de tus pies’ ”.

37 Si David mismo lo llama “Señor”, ¿cómo puede ser su hijo?»

La muchedumbre lo escuchaba con agrado.

38 Como parte de su enseñanza, Jesús decía:

―Guardaos de losmaestros de la ley. Les gusta pasearse con ropas ostentosas y que los saluden en las plazas,

39 ocupar los primeros asientos en las sinagogas y los lugares de honor en los banquetes.

40 Se apoderan de los bienes de las viudas y a la vez hacen largas plegarias para impresionar a los demás. Estos recibirán peor castigo.

La ofrenda de la viuda

41 Jesús se sentó frente al lugar donde se depositaban las ofrendas, y estuvo observando cómo la gente echaba sus monedas en el cepillo deltemplo. Muchos ricos echaban grandes cantidades.

42 Pero una viuda pobre llegó y echó dos moneditas de muy poco valor.

43 Jesús llamó a sus discípulos y les dijo: «Os aseguro que esta viuda pobre ha echado en el tesoro más que todos los demás.

44 Estos dieron de lo que les sobraba; pero ella, de su pobreza, echó todo lo que tenía, todo su sustento».

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Marcos 13

Señales del fin del mundo

1 Cuando salía Jesús deltemplo, le dijo uno de sus discípulos:

―¡Mira, Maestro! ¡Qué piedras! ¡Qué edificios!

2 ―¿Ves todos estos grandiosos edificios? —contestó Jesús—. No quedará piedra sobre piedra; todo será derribado.

3 Más tarde estaba Jesús sentado en el monte de los Olivos, frente al templo. Y Pedro,Jacobo, Juan y Andrés le preguntaron en privado:

4 ―Dinos, ¿cuándo sucederá eso? ¿Y cuál será la señal de que todo está a punto de cumplirse?

5 ―Tened cuidado de que nadie os engañe —comenzó Jesús a advertirles—.

6 Vendrán muchos que, usando mi nombre, dirán: “Yo soy”, y engañarán a muchos.

7 Cuando escuchéis de guerras y de rumores de guerras, no os alarméis. Es necesario que eso suceda, pero no será todavía el fin.

8 Se levantará nación contra nación y reino contra reino. Habrá terremotos por todas partes; también habrá hambre. Esto será solo el comienzo de los dolores.

9 »Pero vosotros cuidaos. Os entregarán a los tribunales y os azotarán en las sinagogas. Por mi causa compareceréis ante gobernadores y reyes para dar testimonio ante ellos.

10 Pero primero tendrá que predicarse elevangelioa todas lasnaciones.

11 Y, cuando os arresten y os sometan a juicio, no os preocupéis de antemano por lo que vais a decir. Declarad solo lo que se os revele en ese momento, porque no seréis vosotros los que habléis, sino el Espíritu Santo.

12 »El hermano entregará a la muerte al hermano, y el padre al hijo. Los hijos se rebelarán contra sus padres y les darán muerte.

13 Todo el mundo os odiará por causa de mi nombre, pero el que se mantenga firme hasta el fin será salvo.

14 »Ahora bien, cuando veáis “el horrible sacrilegio”donde no debe estar (el que lee, que lo entienda), entonces los que estén en Judea huyan a las montañas.

15 El que esté en la azotea no baje ni entre en casa para llevarse nada.

16 Y el que esté en el campo no regrese para buscar su capa.

17 ¡Ay de las que estén embarazadas o amamantando en aquellos días!

18 Orad para que esto no suceda en invierno,

19 porque serán días de tribulación como no la ha habido desde el principio, cuando Dios creó el mundo,ni la habrá jamás.

20 Si el Señor no hubiera acortado esos días, nadie sobreviviría. Pero, por causa de los que él ha elegido, los ha acortado.

21 Entonces, si alguien os dice: “¡Mirad, aquí está elCristo!” o “¡Mirad, allí está!”, no lo creáis.

22 Porque surgirán falsos Cristos y falsos profetas que harán señales y milagros para engañar, de ser posible, aun a los elegidos.

23 Así que tened cuidado; os he prevenido de todo.

24 »Pero en aquellos días, después de esa tribulación,

»“se oscurecerá el sol

y no brillará más la luna;

25 las estrellas caerán del cielo

y los cuerpos celestes serán sacudidos”.

26 »Verán entonces al Hijo del hombre venir en las nubes con gran poder y gloria.

27 Y él enviará a sus ángeles para reunir de los cuatro vientos a los elegidos, desde los confines de la tierra hasta los confines del cielo.

28 »Aprended de la higuera esta lección: Tan pronto como se ponen tiernas sus ramas y brotan sus hojas, sabéis que el verano está cerca.

29 Igualmente, cuando veáis que suceden estas cosas, sabed que el tiempo está cerca, a las puertas.

30 Os aseguro que no pasará esta generación hasta que todas estas cosas sucedan.

31 El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras jamás pasarán.

Se desconocen el día y la hora

32 »Pero, en cuanto al día y la hora, nadie lo sabe, ni siquiera los ángeles en el cielo, ni el Hijo, sino solo el Padre.

33 ¡Estad alerta! ¡Vigilad!Porque no sabéis cuándo llegará ese momento.

34 Es como cuando un hombre sale de viaje y deja su casa al cuidado de sus siervos, cada uno con su tarea, y le manda al portero que vigile.

35 »Por lo tanto, estad despiertos, porque no sabéis cuándo volverá el dueño de la casa, si al atardecer, o a la medianoche, o al canto del gallo, o al amanecer;

36 no sea que venga de repente y os encuentre dormidos.

37 Lo que os digo a vosotros, se lo digo a todos: ¡Estad despiertos!»

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Marcos 14

Una mujer unge a Jesús en Betania

1 Faltaban solo dos días para la Pascua y para la fiesta de los Panes sin levadura. Los jefes de los sacerdotes y losmaestros de la leybuscaban con artimañas cómo arrestar a Jesús para matarlo.

2 Por eso decían: «No durante la fiesta, no sea que se amotine el pueblo».

3 En Betania, mientras estaba élsentadoa la mesa en casa de Simón, llamado el Leproso, llegó una mujer con un frasco de alabastro lleno de un perfume muy costoso, hecho de nardo puro. Rompió el frasco y derramó el perfume sobre la cabeza de Jesús.

4 Algunos de los presentes comentaban indignados:

―¿Para qué este desperdicio de perfume?

5 Podía haberse vendido por muchísimo dineropara dárselo a los pobres.

Y la reprendían con severidad.

6 ―Dejadla en paz —dijo Jesús—. ¿Por qué la molestáis? Ella ha hecho una obra buena conmigo.

7 A los pobres siempre los tendréis con vosotros, y podréis ayudarlos cuando queráis; pero a mí no me vais a tener siempre.

8 Ella hizo lo que pudo. Ungió mi cuerpo de antemano, preparándolo para la sepultura.

9 Os aseguro que en cualquier parte del mundo donde se predique elevangelio, se contará también, en memoria de esta mujer, lo que ella hizo.

10 Judas Iscariote, uno de los doce, fue a los jefes de los sacerdotes para entregarles a Jesús.

11 Ellos se alegraron al oírlo, y prometieron darle dinero. Así que él buscaba la ocasión propicia para entregarlo.

La Cena del Señor

12 El primer día de la fiesta de los Panes sin levadura, cuando se acostumbraba sacrificar el cordero de la Pascua, los discípulos le preguntaron a Jesús:

―¿Dónde quieres que vayamos a hacer los preparativos para que comas la Pascua?

13 Él envió a dos de sus discípulos con este encargo:

―Id a la ciudad y os saldrá al encuentro un hombre que lleva un cántaro de agua. Seguidlo,

14 y allí donde entre decidle al dueño: “El Maestro pregunta: ¿Dónde está la sala en la que pueda comer la Pascua con mis discípulos?”

15 Él os mostrará en la planta superior una sala amplia, amueblada y arreglada. Preparad allí nuestra cena.

16 Los discípulos salieron, entraron en la ciudad y encontraron todo tal y como les había dicho Jesús. Así que prepararon la Pascua.

17 Al anochecer llegó Jesús con los doce.

18 Mientras estabansentadosa la mesa comiendo, dijo:

―Os aseguro que uno de vosotros, que está comiendo conmigo, me va a traicionar.

19 Ellos se pusieron tristes, y uno tras otro empezaron a preguntarle:

―¿Acaso seré yo?

20 ―Es uno de los doce —contestó—, uno que moja el pan conmigo en el plato.

21 A la verdad, el Hijo del hombre se irá tal como está escrito de él, pero ¡ay de aquel que lo traiciona! Más le valdría a ese hombre no haber nacido.

22 Mientras comían, Jesús tomó pan y lo bendijo. Luego lo partió y se lo dio, diciéndoles:

―Tomad; esto es mi cuerpo.

23 Después tomó una copa, dio gracias y se la dio, y todos bebieron de ella.

24 ―Esto es mi sangre del pacto,que es derramada por muchos —les dijo—.

25 Os aseguro que no volveré a beber del fruto de la vid hasta aquel día en que beba el vino nuevo en el reino de Dios.

26 Después de cantar los salmos, salieron al monte de los Olivos.

Jesús predice la negación de Pedro

27 ―Todos vosotros me abandonaréis —les dijo Jesús—, porque está escrito:

»“Heriré al pastor,

y se dispersarán las ovejas”.

28 Pero, cuando resucite, iré delante de vosotros a Galilea».

29 ―Aunque todos te abandonen, yo no —declaró Pedro.

30 ―Te aseguro —le contestó Jesús— que hoy, esta misma noche, antes de que el gallo cante por segunda vez,me negarás tres veces.

31 ―Aunque tenga que morir contigo —insistió Pedro con vehemencia—, jamás te negaré.

Y los demás dijeron lo mismo.

Getsemaní

32 Fueron a un lugar llamado Getsemaní, y Jesús dijo a sus discípulos: «Sentaos aquí mientras yo oro».

33 Se llevó a Pedro, aJacoboy a Juan, y comenzó a sentir temor y tristeza.

34 «Es tal la angustia que me invade que me siento morir —les dijo—. Quedaos aquí y velad».

35 Yendo un poco más allá, se postró en tierra y empezó a orar que, de ser posible, no tuviera él que pasar por aquella hora.

36 Decía: «Abba, Padre, todo es posible para ti. No me hagas beber este trago amargo,pero no sea lo que yo quiero, sino lo que quieres tú».

37 Luego volvió a sus discípulos y los encontró dormidos. «Simón —le dijo a Pedro—, ¿estás dormido? ¿No pudiste mantenerte despierto ni una hora?

38 Velad y orad para que no caigáis ententación. El espíritu está dispuesto, pero el cuerpoes débil».

39 Una vez más se retiró e hizo la misma oración.

40 Cuando volvió, los encontró dormidos otra vez, porque se les cerraban los ojos de sueño. No sabían qué decirle.

41 Al volver por tercera vez, les dijo: «¿Seguís durmiendo y descansando? ¡Se acabó! Ha llegado la hora. Mirad, el Hijo del hombre va a ser entregado en manos depecadores.

42 ¡Levantaos! ¡Vámonos! ¡Ahí viene el que me traiciona!»

Arresto de Jesús

43 Todavía estaba hablando Jesús cuando de repente llegó Judas, uno de los doce. Lo acompañaba una turba armada con espadas y palos, enviada por los jefes de los sacerdotes, losmaestros de la leyy losancianos.

44 El traidor les había dado esta contraseña: «Al que yo dé un beso, ese es; arrestadlo y lleváoslo bien asegurado».

45 Tan pronto como llegó, Judas se acercó a Jesús.

―¡Rabí! —le dijo, y lo besó.

46 Entonces los hombres prendieron a Jesús.

47 Pero uno de los que estaban ahí desenfundó la espada e hirió al siervo del sumo sacerdote, cortándole una oreja.

48 ―¿Acaso soy un bandido—dijo Jesús—, para que vengáis con espadas y palos a arrestarme?

49 Día tras día estaba con vosotros, enseñando en eltemplo, y no me prendisteis. Pero es preciso que se cumplan las Escrituras.

50 Entonces todos lo abandonaron y huyeron.

51 Cierto joven que se cubría con solo una sábana iba siguiendo a Jesús. Lo detuvieron,

52 pero él soltó la sábana y escapó desnudo.

Jesús ante el Consejo

53 Llevaron a Jesús ante el sumo sacerdote y se reunieron allí todos los jefes de los sacerdotes, losancianosy losmaestros de la ley.

54 Pedro lo siguió de lejos hasta dentro del patio del sumo sacerdote. Allí se sentó con los guardias, y se calentaba junto al fuego.

55 Los jefes de los sacerdotes y elConsejoen pleno buscaban alguna prueba contra Jesús para poder condenarlo a muerte, pero no la encontraban.

56 Muchos testificaban falsamente contra él, pero sus declaraciones no coincidían.

57 Entonces unos decidieron dar este falso testimonio contra él:

58 ―Nosotros le oímos decir: “Destruiré estetemplohecho por hombres y en tres días construiré otro, no hecho por hombres”.

59 Pero ni aun así concordaban sus declaraciones.

60 Poniéndose de pie en medio, el sumo sacerdote interrogó a Jesús:

―¿No tienes nada que contestar? ¿Qué significan estas denuncias en tu contra?

61 Pero Jesús se quedó callado y no contestó nada.

―¿Eres elCristo, el Hijo del Bendito? —le preguntó de nuevo el sumo sacerdote.

62 ―Sí, yo soy —dijo Jesús—. Y veréis al Hijo del hombre sentado a laderechadel Todopoderoso, y viniendo en las nubes del cielo.

63 ―¿Para qué necesitamos más testigos? —dijo el sumo sacerdote, rasgándose las vestiduras—.

64 ¡Habéis oído lablasfemia! ¿Qué os parece?

Todos ellos lo condenaron como digno de muerte.

65 Algunos comenzaron a escupirle; le vendaron los ojos y le daban puñetazos.

―¡Profetiza! —le gritaban.

Los guardias también le daban bofetadas.

Pedro niega a Jesús

66 Mientras Pedro estaba abajo en el patio, pasó una de las criadas del sumo sacerdote.

67 Cuando vio a Pedro calentándose, se fijó en él.

―Tú también estabas con ese nazareno, con Jesús —le dijo ella.

68 Pero él lo negó:

―No lo conozco. Ni siquiera sé de qué estás hablando.

Y salió afuera, a la entrada.

69 Cuando la criada lo vio allí, dijo de nuevo a los presentes:

―Este es uno de ellos.

70 Él lo volvió a negar.

Poco después, los que estaban allí le dijeron a Pedro:

―Seguro que tú eres uno de ellos, pues eres galileo.

71 Él comenzó a echar maldiciones.

―¡No conozco a ese hombre del que habláis! —les juró.

72 Al instante, un gallo cantó por segunda vez.Pedro se acordó de lo que Jesús le había dicho: «Antes de que el gallo cante por segunda vez,me negarás tres veces». Y se echó a llorar.

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Marcos 15

Jesús ante Pilato

1 Tan pronto como amaneció, los jefes de los sacerdotes, con losancianos, losmaestros de la leyy elConsejoen pleno, llegaron a una decisión. Ataron a Jesús, se lo llevaron y lo entregaron a Pilato.

2 ―¿Eres tú el rey de los judíos? —le preguntó Pilato.

―Tú mismo lo dices —respondió.

3 Los jefes de los sacerdotes se pusieron a acusarlo de muchas cosas.

4 ―¿No vas a contestar? —le preguntó de nuevo Pilato—. Mira de cuántas cosas te están acusando.

5 Pero Jesús ni aun con eso contestó nada, de modo que Pilato se quedó asombrado.

6 Ahora bien, durante la fiesta él acostumbraba soltarles un preso, el que la gente pidiera.

7 Y resulta que un hombre llamado Barrabás estaba encarcelado con los rebeldes condenados por haber cometido homicidio en una insurrección.

8 Subió la multitud y pidió a Pilato que le concediera lo que acostumbraba.

9 ―¿Queréis que os suelte al rey de los judíos? —replicó Pilato,

10 porque se daba cuenta de que los jefes de los sacerdotes habían entregado a Jesús por envidia.

11 Pero los jefes de los sacerdotes incitaron a la multitud para que Pilato les soltara más bien a Barrabás.

12 ―¿Y qué voy a hacer con el que llamáis el rey de los judíos? —les preguntó Pilato.

13 ―¡Crucifícalo! —gritaron.

14 ―¿Por qué? ¿Qué crimen ha cometido?

Pero ellos gritaron aún más fuerte:

―¡Crucifícalo!

15 Como quería satisfacer a la multitud, Pilato les soltó a Barrabás; a Jesús lo mandó azotar, y lo entregó para que lo crucificaran.

Los soldados se burlan de Jesús

16 Los soldados llevaron a Jesús al interior del palacio (es decir, al pretorio) y reunieron a toda la tropa.

17 Le pusieron un manto de color púrpura; luego trenzaron una corona de espinas y se la colocaron.

18 ―¡Salve, rey de los judíos! —lo aclamaban.

19 Lo golpeaban en la cabeza con una caña y le escupían. Doblando la rodilla, le rendían homenaje.

20 Después de burlarse de él, le quitaron el manto y le pusieron su propia ropa. Por fin, lo sacaron para crucificarlo.

La crucifixión

21 A uno que pasaba por allí de vuelta del campo, un tal Simón de Cirene, padre de Alejandro y de Rufo, lo obligaron a llevar la cruz.

22 Condujeron a Jesús al lugar llamado Gólgota (que significa: Lugar de la Calavera).

23 Le ofrecieron vino mezclado con mirra, pero no lo tomó.

24 Y lo crucificaron. Repartieron su ropa, echando suertes para ver qué le tocaría a cada uno.

25 Eran las nueve de la mañanacuando lo crucificaron.

26 Un letrero tenía escrita la causa de su condena: «El Rey de los judíos».

27 Con él crucificaron a dos bandidos,uno a su derecha y otro a su izquierda.

29 Los que pasaban meneaban la cabeza yblasfemabancontra él.

―¡Eh! Tú que destruyes eltemploy en tres días lo reconstruyes —decían—,

30 ¡baja de la cruz y sálvate a ti mismo!

31 De la misma manera se burlaban de él los jefes de los sacerdotes junto con los maestros de la ley.

―Salvó a otros —decían—, ¡pero no puede salvarse a sí mismo!

32 Que baje ahora de la cruz eseCristo, el rey de Israel, para que veamos y creamos.

También lo insultaban los que estaban crucificados con él.

Muerte de Jesús

33 Desde el mediodía y hasta la media tarde quedó toda la tierra en oscuridad.

34 A las tres de la tarde,Jesús gritó con fuerza:

―Eloi, Eloi, ¿lama sabactani?(que significa: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?”).

35 Cuando lo oyeron, algunos de los que estaban cerca dijeron:

―Escuchad, está llamando a Elías.

36 Un hombre corrió, empapó una esponja en vinagre, la puso en una caña y se la ofreció a Jesús para que bebiera.

―Dejadlo, a ver si viene Elías a bajarlo —dijo.

37 Entonces Jesús, lanzando un fuerte grito, expiró.

38 La cortina delsantuariodel templo se rasgó en dos, de arriba abajo.

39 Y el centurión, que estaba frente a Jesús, al oír el grito yver cómo murió, dijo:

―¡Verdaderamente este hombre era el Hijode Dios!

40 Algunas mujeres miraban desde lejos. Entre ellas estaban María Magdalena, María la madre deJacoboel menor y de José, y Salomé.

41 Estas mujeres lo habían seguido y atendido cuando estaba en Galilea. Además había allí muchas otras que habían subido con él a Jerusalén.

Sepultura de Jesús

42 Era el día de preparación (es decir, la víspera delsábado). Así que al atardecer,

43 José de Arimatea, miembro distinguido delConsejo, y que también esperaba el reino de Dios, se atrevió a presentarse ante Pilato para pedirle el cuerpo de Jesús.

44 Pilato, sorprendido de que ya hubiera muerto, llamó al centurión y le preguntó si hacía mucho quehabía muerto.

45 Una vez informado por el centurión, le entregó el cuerpo a José.

46 Entonces José bajó el cuerpo, lo envolvió en una sábana que había comprado y lo puso en un sepulcro cavado en la roca. Luego hizo rodar una piedra a la entrada del sepulcro.

47 María Magdalena y María la madre de José vieron dónde lo pusieron.

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Marcos 16

La resurrección

1 Cuando pasó elsábado, María Magdalena, María la madre deJacobo, y Salomé compraron especias aromáticas para ir a ungir el cuerpo de Jesús.

2 Muy de mañana el primer día de la semana, apenas salido el sol, se dirigieron al sepulcro.

3 Iban diciéndose unas a otras: «¿Quién nos quitará la piedra de la entrada del sepulcro?»

4 Pues la piedra era muy grande.

Pero, al fijarse bien, se dieron cuenta de que estaba corrida.

5 Al entrar en el sepulcro vieron a un joven vestido con un manto blanco, sentado a la derecha, y se asustaron.

6 ―No os asustéis —les dijo—. Buscáis a Jesús el nazareno, el que fue crucificado. ¡Ha resucitado! No está aquí. Mirad el lugar donde lo pusieron.

7 Pero id a decirles a los discípulos y a Pedro: “Él va delante de vosotros a Galilea. Allí lo veréis, tal como os dijo”.

8 Temblorosas y desconcertadas, las mujeres salieron huyendo del sepulcro. No dijeron nada a nadie, porque tenían miedo.

Apariciones y ascensión de Jesús

9 Cuando Jesús resucitó en la madrugada del primer día de la semana, se apareció primero a María Magdalena, de la que había expulsado siete demonios.

10 Ella fue y avisó a los que habían estado con él, que estaban lamentándose y llorando.

11 Pero ellos, al oír que Jesús estaba vivo y que ella lo había visto, no le creyeron.

12 Después se apareció Jesús en otra forma a dos de ellos que iban de camino al campo.

13 Estos volvieron y avisaron a los demás, pero no les creyeron a ellos tampoco.

14 Por último se apareció Jesús a los once mientras comían; los reprendió por su falta de fe y por su obstinación en no creer a los que lo habían vistoresucitado.

15 Les dijo: «Id por todo el mundo y anunciad las buenasnuevasa toda criatura.

16 El que crea y sea bautizado será salvo, pero el que no crea será condenado.

17 Estas señales acompañarán a los que crean: en mi nombre expulsarán demonios; hablarán en nuevas lenguas;

18 tomarán en sus manos serpientes; y, cuando beban algo venenoso, no les hará daño alguno; pondrán las manos sobre los enfermos, y estos recobrarán la salud».

19 Después de hablar con ellos, el Señor Jesús fue llevado al cielo y se sentó a laderechade Dios.

20 Los discípulos salieron y predicaron por todas partes, y el Señor los ayudaba en la obra y confirmaba su palabra con las señales que la acompañaban.