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Mateo 1

Genealogía de Jesucristo

1 Tabla genealógica deJesucristo, hijo de David, hijo de Abraham:

2 Abraham fue el padre deIsaac;

Isaac, padre de Jacob;

Jacob, padre de Judá y de sus hermanos;

3 Judá, padre de Fares y de Zera, cuya madre fue Tamar;

Fares, padre de Jezrón;

Jezrón, padre de Aram;

4 Aram, padre de Aminadab;

Aminadab, padre de Naasón;

Naasón, padre de Salmón;

5 Salmón, padre de Booz, cuya madre fue Rajab;

Booz, padre de Obed, cuya madre fue Rut;

Obed, padre de Isaí;

6 e Isaí, padre del rey David.

David fue el padre de Salomón, cuya madre había sido la esposa de Urías;

7 Salomón, padre de Roboán;

Roboán, padre de Abías;

Abías, padre de Asá;

8 Asá, padre de Josafat;

Josafat, padre de Jorán;

Jorán, padre de Uzías;

9 Uzías, padre de Jotán;

Jotán, padre de Acaz;

Acaz, padre de Ezequías;

10 Ezequías, padre de Manasés;

Manasés, padre de Amón;

Amón, padre de Josías;

11 y Josías, padre de Jeconíasy de sus hermanos en tiempos de la deportación a Babilonia.

12 Después de la deportación a Babilonia,

Jeconías fue el padre de Salatiel;

Salatiel, padre de Zorobabel;

13 Zorobabel, padre de Abiud;

Abiud, padre de Eliaquín;

Eliaquín, padre de Azor;

14 Azor, padre de Sadoc;

Sadoc, padre de Aquín;

Aquín, padre de Eliud;

15 Eliud, padre de Eleazar;

Eleazar, padre de Matán;

Matán, padre de Jacob;

16 y Jacob, padre de José, que fue el esposo de María, de la cual nació Jesús, llamado elCristo.

17 Así que hubo en total catorce generaciones desde Abraham hasta David, catorce desde David hasta la deportación a Babilonia y catorce desde la deportación hasta el Cristo.

Nacimiento de Jesucristo

18 El nacimiento de Jesús, elCristo, fue así: su madre, María, estaba comprometida para casarse con José, pero, antes de unirse a él, resultó que estaba encinta por obra del Espíritu Santo.

19 Como José, su esposo, era un hombre justo y no quería exponerla a vergüenza pública, resolvió divorciarse de ella en secreto.

20 Pero, cuando él estaba considerando hacerlo, se le apareció en sueños un ángel del Señor y le dijo: «José, hijo de David, no temas recibir a María por esposa, porque ella ha concebido por obra del Espíritu Santo.

21 Dará a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús,porque él salvará a su pueblo de sus pecados».

22 Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que el Señor había dicho por medio del profeta:

23 «La virgen concebirá y dará a luz un hijo, y lo llamarán Emanuel»(que significa «Dios con nosotros»).

24 Cuando José se despertó, hizo lo que el ángel del Señor le había mandado y recibió a María por esposa.

25 Pero no tuvo relaciones conyugales con ella hasta que dio a luz un hijo,a quien le puso por nombre Jesús.

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Mateo 2

Visita de los sabios

1 Después de nacer Jesús en Belén de Judea en tiempos del rey Herodes, he aquí llegaron a Jerusalén unos sabiosprocedentes del Oriente.

2 ―¿Dónde está el que ha nacido rey de los judíos? —preguntaron—. Vimos salirsu estrella y hemos venido a adorarlo.

3 Cuando lo oyó el rey Herodes, se turbó, y toda Jerusalén con él.

4 Así que convocó de entre el pueblo a todos los jefes de los sacerdotes ymaestros de la ley, y les preguntó dónde había de nacer elCristo.

5 ―En Belén de Judea —le respondieron—, porque esto es lo que ha escrito el profeta:

6 »“Pero tú, Belén, en la tierra de Judá,

de ninguna manera eres la menor entre los principales de Judá;

porque de ti saldrá un príncipe

que será el pastor de mi pueblo Israel”».

7 Luego Herodes llamó en secreto a los sabios y se enteró por ellos del tiempo exacto en que había aparecido la estrella.

8 Les envió a Belén y les dijo:

―Id e informaros bien acerca de ese niño y, tan pronto como le encontréis, informadme a mí para que también vaya yo y le adore.

9 Después de oír al rey, siguieron su camino, y sucedió que la estrella que habían visto salir iba delante de ellos hasta que se detuvo sobre el lugar donde estaba el niño.

10 Al ver la estrella, se llenaron de alegría.

11 Cuando llegaron a la casa, vieron al niño con María, su madre; y, postrándose, le adoraron. Abrieron sus cofres y le presentaron como regalos oro, incienso y mirra.

12 Entonces, advertidos en sueños de que no volvieran a Herodes, regresaron a su tierra por otro camino.

La huida a Egipto

13 Cuando ya se habían ido, he aquí un ángel del Señor se le apareció en sueños a José y le dijo: «Levántate, toma al niño y a su madre, y huye a Egipto. Quédate allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo».

14 Así que se levantó cuando todavía era de noche, tomó al niño y a su madre, y partió para Egipto,

15 donde permaneció hasta la muerte de Herodes. De este modo se cumplió lo que el Señor había dicho por medio del profeta: «De Egipto llamé a mi hijo».

16 Cuando Herodes se dio cuenta de que los sabios se habían burlado de él, se enfureció y mandó matar a todos los niños menores de dos años en Belén y en sus alrededores, de acuerdo con el tiempo que había averiguado de los sabios.

17 Entonces se cumplió lo dicho por el profeta Jeremías:

18 «Se oye un grito en Ramá,

llanto y gran lamentación;

es Raquel, que llora por sus hijos

y no quiere ser consolada;

¡sus hijos ya no existen!»

El regreso a Nazaret

19 Después de la muerte de Herodes, he aquí un ángel del Señor se le apareció en sueños a José en Egipto

20 y le dijo: «Levántate, toma al niño y a su madre, y vete a la tierra de Israel, porque ya murieron los que amenazaban con quitarle lavidaal niño».

21 Así que se levantó José, tomó al niño y a su madre, y regresó a la tierra de Israel.

22 Pero, al oír que Arquelao reinaba en Judea en lugar de su padre Herodes, tuvo miedo de ir allá. Advertido por Dios en sueños, se retiró a la región de Galilea,

23 y fue a vivir en un pueblo llamado Nazaret. Con esto se cumplió lo dicho por los profetas: «Será llamado nazareno».

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Mateo 3

Juan el Bautista prepara el camino

1 En aquellos días se presentó Juan el Bautista predicando en el desierto de Judea

2 y decía: «Arrepentíos, porque el reino de los cielos está cerca».

3 Juan era aquel de quien había escrito el profeta Isaías:

«Voz de uno que grita en el desierto:

“Preparad el camino para el Señor,

haced derechas sus sendas”».

4 Juan estaba vestido con ropa hecha de pelo de camello. Llevaba puesto un cinturón de cuero y se alimentaba de langostas y miel silvestre.

5 Acudía a él la gente de Jerusalén, de toda Judea y de toda la región del Jordán.

6 Cuando confesaban sus pecados, él los bautizaba en el río Jordán.

7 Pero, al ver que muchos fariseos y saduceos llegaban adonde él estaba bautizando, les advirtió: «¡Camada de víboras! ¿Quién os dijo que podríais escapar del castigo que se acerca?

8 Producid frutos que demuestren arrepentimiento.

9 No penséis que podréis alegar: “Tenemos a Abraham por padre”. Porque os digo que aun de estas piedras Dios es capaz de darle hijos a Abraham.

10 El hacha ya está puesta a la raíz de los árboles, y todo árbol que no produzca buen fruto será cortado y arrojado al fuego.

11 »Yo os bautizo conagua para arrepentimiento. Pero el que viene después de mí es más poderoso que yo, y ni siquiera merezco llevarle las sandalias. Él os bautizará con el Espíritu Santo y con fuego.

12 Tiene el aventador en la mano y limpiará su era, recogiendo el trigo en su granero; la paja, en cambio, la quemará con fuego que nunca se apagará».

Bautismo de Jesús

13 Entonces Jesús fue de Galilea al Jordán para que Juan le bautizara.

14 Pero Juan trató de disuadirlo.

―Yo soy el que necesita ser bautizado por ti, ¿y tú vienes a mí? —objetó.

15 ―Hagámoslo como te digo, pues nos conviene cumplir con lo que es justo —le contestó Jesús.

Entonces Juan consintió.

16 Tan pronto como Jesús fue bautizado, subió del agua. En ese momento se abrió el cielo, y él vio al Espíritu de Dios bajar como una paloma y posarse sobre él.

17 Y, he aquí, una voz del cielo decía: «Este es mi Hijo amado; estoy muy complacido con él».

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Mateo 4

Tentación de Jesús

1 Luego el Espíritu llevó a Jesús al desierto para que el diablo lo sometiera atentación.

2 Después de ayunar cuarenta días y cuarenta noches, tuvo hambre.

3 El tentador se le acercó y le propuso:

―Si eres el Hijo de Dios, ordena a estas piedras que se conviertan en pan.

4 Jesús le respondió:

―Escrito está: “No solo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”.

5 Luego el diablo lo llevó a la ciudad santa e hizo que se pusiera de pie sobre la parte más alta deltemplo, y le dijo:

6 ―Si eres el Hijo de Dios, tírate abajo. Porque escrito está:

»“Ordenará que sus ángeles

te sostengan en sus manos,

para que no tropieces con piedra alguna”».

7 ―También está escrito: “No pongas a prueba al Señor tu Dios”—le contestó Jesús.

8 De nuevo lo tentó el diablo, llevándolo a una montaña muy alta, y le mostró todos los reinos del mundo y su esplendor.

9 ―Todo esto te daré si te postras y me adoras.

10 ―¡Vete, Satanás! —le dijo Jesús—. Porque escrito está: “Adora al Señor tu Dios y sírvele solamente a él”.

11 Entonces el diablo lo dejó, y unos ángeles acudieron a servirle.

Jesús comienza a predicar

12 Cuando Jesús oyó que habían encarcelado a Juan, regresó a Galilea.

13 Partió de Nazaret y se fue a vivir a Capernaún, que está junto al lago en la región de Zabulón y de Neftalí,

14 para cumplir lo dicho por el profeta Isaías:

15 «Tierra de Zabulón y tierra de Neftalí,

camino del mar, al otro lado del Jordán,

Galilea de losgentiles;

16 el pueblo que habitaba en la oscuridad

ha visto una gran luz;

sobre los que vivían en densas tinieblas

la luz ha resplandecido».

17 Desde entonces comenzó Jesús a predicar: «Arrepentíos, porque el reino de los cielos está cerca».

Llamamiento de los primeros discípulos

18 Mientras caminaba junto al mar de Galilea, Jesús vio a dos hermanos: uno era Simón, llamado Pedro, y el otro, Andrés. Estaban echando la red al lago, pues eran pescadores.

19 «Venid, seguidme —les dijo Jesús—, y os haré pescadores de hombres».

20 Al instante dejaron las redes y lo siguieron.

21 Más adelante vio a otros dos hermanos:Jacoboy Juan, hijos de Zebedeo, que estaban con su padre en una barca remendando las redes. Jesús los llamó,

22 y dejaron en seguida la barca y a su padre, y lo siguieron.

Jesús sana a los enfermos

23 Jesús recorría toda Galilea, enseñando en las sinagogas, anunciando las buenasnuevasdel reino, y sanando toda enfermedad y dolencia entre la gente.

24 Su fama se extendió por toda Siria, y le llevaban todos los que padecían de diversas enfermedades, los que sufrían de dolores graves, los endemoniados, los epilépticos y los paralíticos, y él los sanaba.

25 Lo seguían grandes multitudes de Galilea,Decápolis, Jerusalén, Judea y de la región al otro lado del Jordán.

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Mateo 5

Las bienaventuranzas

1 Cuando vio a las multitudes, subió a la ladera de una montaña y se sentó. Sus discípulos se le acercaron,

2 y, tomando él la palabra, comenzó a enseñarles diciendo:

3 «Dichososlos pobres en espíritu,

porque el reino de los cielos les pertenece.

4 Dichosos los que lloran,

porque serán consolados.

5 Dichosos los humildes,

porque recibirán la tierra como herencia.

6 Dichosos los que tienen hambre y sed de justicia,

porque serán saciados.

7 Dichosos los compasivos,

porque serán tratados con compasión.

8 Dichosos los de corazón limpio,

porque ellos verán a Dios.

9 Dichosos los que trabajan por la paz,

porque serán llamados hijos de Dios.

10 Dichosos los perseguidos por causa de la justicia,

porque el reino de los cielos les pertenece.

11 »Dichosos seréis cuando por mi causa la gente os insulte, os persiga y levante contra vosotros toda clase de calumnias.

12 Alegraos y llenaos de júbilo, porque os espera una gran recompensa en el cielo. Así también persiguieron a los profetas que os precedieron.

La sal y la luz

13 »Vosotros sois la sal de la tierra. Pero, si la sal se vuelve insípida, ¿cómo recobrará su sabor? Ya no sirve para nada, sino para que la gente la deseche y la pisotee.

14 »Vosotros sois la luz del mundo. Una ciudad en lo alto de una colina no puede esconderse.

15 Ni se enciende una lámpara para cubrirla con un cajón. Por el contrario, se pone en la repisa para que alumbre a todos los que están en la casa.

16 Así brille vuestra luz delante de todos, para que ellos puedan ver vuestras buenas obras y alaben a vuestro Padre que está en el cielo.

El cumplimiento de la ley

17 »No penséis que he venido a anular la ley o los profetas; no he venido a anularlos, sino a darles cumplimiento.

18 Os aseguro que, mientras existan el cielo y la tierra, ni una letra ni una tilde de la ley desaparecerán hasta que todo se haya cumplido.

19 Todo el que infrinja uno solo de estos mandamientos, por pequeño que sea, y enseñe a otros a hacer lo mismo, será considerado el más pequeño en el reino de los cielos; pero el que los practique y enseñe será considerado grande en el reino de los cielos.

20 Porque os digo que no entraréis en el reino de los cielos a menos que vuestra justicia supere a la de los fariseos y de losmaestros de la ley.

El homicidio

21 »Habéis oído que se dijo a los antepasados: “No mates,y todo el que mate quedará sujeto al juicio del tribunal”.

22 Pero yo os digo que todo el que se enojecon su hermano quedará sujeto al juicio del tribunal. Es más, cualquiera que insultea su hermano quedará sujeto al juicio delConsejo. Y cualquiera que lo maldigaquedará sujeto al fuego del infierno.

23 »Por lo tanto, si estás presentando tu ofrenda en el altar y allí recuerdas que tu hermano tiene algo contra ti,

24 deja tu ofrenda allí delante del altar. Ve primero y reconcíliate con tu hermano; luego vuelve y presenta tu ofrenda.

25 »Si tu adversario te va a denunciar, llega a un acuerdo con él lo más pronto posible. Hazlo mientras estéis de camino al juzgado, no sea que te entregue al juez, y el juez al guardia, y te echen en la cárcel.

26 Te aseguro que no saldrás de allí hasta que pagues el último céntimo.

El adulterio

27 »Habéis oído que se dijo: “No cometas adulterio”.

28 Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer y la codicia ya ha cometido adulterio con ella en el corazón.

29 Por tanto, si tu ojo derecho te hacepecan, sácatelo y tíralo. Más te vale perder una sola parte de tu cuerpo, y no que todo él sea arrojado al infierno.

30 Y, si tu mano derecha te hace pecar, córtatela y arrójala. Más te vale perder una sola parte de tu cuerpo, y no que todo él vaya al infierno.

El divorcio

31 »Se ha dicho: “El que repudia a su esposa debe darle un certificado de divorcio”.

32 Pero yo os digo que, excepto en caso de infidelidad conyugal, todo el que se divorcia de su esposa la induce a cometer adulterio, y el que se casa con la divorciada comete adulterio también.

Los juramentos

33 »También habéis oído que se dijo a los antepasados: “No faltes a tu juramento, sino cumple con tus promesas al Señor”.

34 Pero yo os digo: No juréis de ningún modo: ni por el cielo, porque es el trono de Dios;

35 ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies; ni por Jerusalén, porque es la ciudad del gran Rey.

36 Tampoco jures por tu cabeza, porque no puedes hacer que ni uno solo de tus cabellos se vuelva blanco o negro.

37 Cuando digáis “sí”, que sea realmente sí; y, cuando digáis “no”, que sea no. Cualquier cosa de más proviene del maligno.

Ojo por ojo

38 »Habéis oído que se dijo: “Ojo por ojo y diente por diente”.

39 Pero yo os digo: No resistáis al que os haga mal. Si alguien te da una bofetada en la mejilla derecha, vuélvele también la otra.

40 Si alguien te pone pleito para quitarte lacamisa, déjale también la capa.

41 Si alguien te obliga a llevarle la carga un kilómetro, llévasela dos.

42 Al que te pida, dale; y al que quiera tomar de ti prestado, no le vuelvas la espalda.

El amor a los enemigos

43 »Habéis oído que se dijo: “Ama a tu prójimoy odia a tu enemigo”.

44 Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos y orad por quienes os persiguen,

45 para que seáis hijos de vuestro Padre que está en el cielo. Él hace que salga el sol sobre malos y buenos, y que llueva sobre justos e injustos.

46 Si amáis solamente a quienes os aman, ¿qué recompensa recibiréis? ¿Acaso no hacen eso hasta losrecaudadores de impuestos?

47 Y, si solamente saludáis a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de más? ¿Acaso no hacen esto hasta losgentiles?

48 Por tanto, sedperfectos, así como vuestro Padre celestial es perfecto.

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Mateo 6

El dar a los necesitados

1 »Cuidaos de no hacer vuestras obras de justicia delante de la gente para llamar la atención. Si actuáis así, vuestro Padre que está en el cielo no os dará ninguna recompensa.

2 »Por eso, cuando des a los necesitados, no lo anuncies al son de trompeta, como lo hacen loshipócritasen las sinagogas y en las calles para que la gente les rinda homenaje. Os aseguro que ellos ya han recibido toda su recompensa.

3 Más bien, cuando des a los necesitados, que no se entere tu mano izquierda de lo que hace la derecha,

4 para que tu limosna sea en secreto. Así tu Padre, que ve lo que se hace en secreto, te recompensará.

La oración

5 »Cuando oréis, no seáis como loshipócritas, porque a ellos les encanta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas para que la gente los vea. Os aseguro que ya han obtenido toda su recompensa.

6 Pero tú, cuando te pongas a orar, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu Padre, que está en lo secreto. Así tu Padre, que ve lo que se hace en secreto, te recompensará.

7 Y al orar, no habléis solo por hablar como hacen losgentiles, porque ellos se imaginan que serán escuchados por sus muchas palabras.

8 No seáis como ellos, porque vuestro Padre sabe lo necesitáis antes de que se lo pidáis.

9 »Vosotros, pues, orad así:

»“Padre nuestro que estás en el cielo,

santificadosea tu nombre,

10 venga tu reino,

hágase tu voluntad

en la tierra como en el cielo.

11 Danos hoy nuestro pan cotidiano.

12 Perdónanos nuestras deudas,

como también nosotros hemos perdonado a nuestros deudores.

13 Y no nos dejes caer ententación,

sino líbranos del maligno”.

14 »Porque, si perdonáis a otros sus ofensas, también os perdonará a vosotros vuestro Padre celestial.

15 Pero, si no perdonáis a otros sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará a vosotros las vuestras.

El ayuno

16 »Cuando ayunéis, no pongáis cara triste como hacen loshipócritas, que demudan sus rostros para mostrar que están ayunando. Os aseguro que estos ya han obtenido toda su recompensa.

17 Pero tú, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara

18 para que no sea evidente ante los demás que estás ayunando, sino solo ante tu Padre, que está en lo secreto; y tu Padre, que ve lo que se hace en secreto, te recompensará.

Tesoros en el cielo

19 »No acumuléis para vosotros tesoros en la tierra, donde la polilla y el óxido destruyen, y donde los ladrones se meten a robar.

20 Más bien, acumulad tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el óxido carcomen, ni los ladrones se meten a robar.

21 Porque donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón.

22 »El ojo es la lámpara del cuerpo. Por tanto, si tu visión es clara, todo tu ser disfrutará de la luz.

23 Pero, si tu visión está nublada, todo tu ser estará en oscuridad. Si la luz que hay en ti es oscuridad, ¡qué densa será esa oscuridad!

24 »Nadie puede servir a dos señores, pues menospreciará a uno y amará al otro, o querrá mucho a uno y despreciará al otro. No se puede servir a la vez a Dios y a las riquezas.

De nada sirve preocuparse

25 »Por eso os digo: No os preocupéis por vuestravida, qué comeréis o beberéis; ni por vuestro cuerpo, cómo os vestiréis. ¿No tiene la vida más valor que la comida, y el cuerpo más que la ropa?

26 Fijaos en las aves del cielo: no siembran ni cosechan ni almacenan en graneros; sin embargo, el Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas?

27 ¿Quién de vosotros, por mucho que se preocupe, puede añadir una sola hora al curso de su vida?

28 »¿Y por qué os preocupáis por el vestido? Observad cómo crecen los lirios del campo. No trabajan ni hilan;

29 sin embargo, os digo que ni siquiera Salomón, con todo su esplendor, se vestía como uno de ellos.

30 Si así viste Dios a la hierba que hoy está en el campo y mañana es arrojada al horno, ¿no hará mucho más por vosotros, gente de poca fe?

31 Así que no os preocupéis diciendo: “¿Qué comeremos?” o “¿Qué beberemos?” o “¿Con qué nos vestiremos?”

32 Lospaganosandan tras todas estas cosas, pero el Padre celestial sabe que necesitáis de todo esto.

33 Más bien, buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.

34 Por lo tanto, no os angustiéis por el mañana, el cual tendrá sus propios afanes. Cada día tiene ya sus problemas.

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Mateo 7

El juzgar a los demás

1 »No juzgéis a nadie, para que nadie os juzgue a vosotros.

2 Porque así como juzguéis se os juzgará, y con la medida que midáis a otros se os medirá.

3 »¿Por qué te fijas en la astilla que tiene tu hermano en el ojo, y no le das importancia a la viga que está en el tuyo?

4 ¿Cómo puedes decirle a tu hermano: “Déjame sacarte la astilla del ojo”, cuando tienes una viga en el tuyo?

5 ¡Hipócrita!, saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás con claridad para sacar la astilla del ojo de tu hermano.

6 »No deis lo sagrado a losperros, no sea que se vuelvan contra vosotros y os despedacen; ni echéis vuestras perlas a los cerdos, no sea que las pisoteen.

Pedid, buscad, llamad

7 »Pedid, y se os dará; buscad, y encontraréis; llamad, y se os abrirá.

8 Porque todo el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le abre.

9 »¿Quién de vosotros, si su hijo le pide pan, le da una piedra?

10 ¿O si le pide un pescado, le da una serpiente?

11 Pues si vosotros, aun siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más vuestro Padre que está en el cielo dará cosas buenas a los que le pidan!

12 Así que en todo tratad a los demás tal y como queréis que ellos os traten a vosotros. De hecho, esto es la ley y los profetas.

La puerta estrecha y la puerta ancha

13 »Entrad por la puerta estrecha. Porque es ancha la puerta y espacioso el camino que conduce a la destrucción, y muchos entran por ella.

14 Pero estrecha es la puerta y angosto el camino que conduce a la vida, y son pocos los que la encuentran.

El árbol y sus frutos

15 »Cuidaos de los falsos profetas. Vienen a vosotros disfrazados de ovejas, pero por dentro son lobos feroces.

16 Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos o higos de los cardos?

17 Del mismo modo, todo árbol bueno da fruto bueno, pero el árbol malo da fruto malo.

18 Un árbol bueno no puede dar fruto malo, y un árbol malo no puede dar fruto bueno.

19 Todo árbol que no da buen fruto se corta y se arroja al fuego.

20 Así que por sus frutos los conoceréis.

21 »No todo el que me dice: “Señor, Señor”, entrará en el reino de los cielos, sino solo el que hace la voluntad de mi Padre que está en el cielo.

22 Muchos me dirán en aquel día: “Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre expulsamos demonios e hicimos muchos milagros?”

23 Entonces les diré claramente: “Jamás os conocí. ¡Alejaos de mí, hacedores de maldad!”

El prudente y el insensato

24 »Por tanto, todo el que me oye estas palabras y las pone en práctica es como un hombre prudente que construyó su casa sobre la roca.

25 Vinieron las lluvias, crecieron los ríos, y soplaron los vientos y azotaron aquella casa; con todo, la casa no se derrumbó porque estaba cimentada sobre la roca.

26 Pero todo el que me oye estas palabras y no las pone en práctica es como un hombre insensato que construyó su casa sobre la arena.

27 Vino la lluvia, crecieron los ríos, soplaron los vientos y azotaron aquella casa. Esta se derrumbó, y grande fue su ruina».

28 Cuando Jesús terminó de decir estas cosas, las multitudes se asombraron de su enseñanza,

29 porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como losmaestros de la ley.

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Mateo 8

Jesús sana a un leproso

1 Cuando Jesús bajó de la montaña, lo siguieron grandes multitudes.

2 Un hombre que teníaleprase le acercó y se arrodilló delante de él.

―Señor, si quieres, puedeslimpiarme—le dijo.

3 Jesús extendió la mano y tocó al hombre.

―Sí quiero —le dijo—. ¡Queda limpio!

Y al instante quedó sanode la lepra.

4 ―Mira, no se lo digas a nadie —le dijo Jesús—; solo ve, preséntate al sacerdote y lleva la ofrenda que ordenó Moisés, para que les sirva de testimonio.

La fe del centurión

5 Al entrar Jesús en Capernaún, se le acercó un centurión pidiendo ayuda.

6 ―Señor, mi siervo está postrado en casa con parálisis y sufre terriblemente.

7 ―Iré a sanarlo —respondió Jesús.

8 ―Señor, no merezco que entres bajo mi techo. Pero basta con que digas una sola palabra, y mi siervo quedará sano.

9 Porque yo mismo soy un hombre sujeto a órdenes superiores, y además tengo soldados bajo mi autoridad. Le digo a uno: “Ve”, y va, y al otro: “Ven”, y viene. Le digo a mi siervo: “Haz esto”, y lo hace.

10 Al oír esto, Jesús se asombró y dijo a quienes lo seguían:

―Os aseguro que no he encontrado en Israel a nadie que tenga tanta fe.

11 Os digo que muchos vendrán del oriente y del occidente, y participarán en el banquete con Abraham, Isaac y Jacob en el reino de los cielos.

12 Pero a los súbditos del reino se les echará afuera, a la oscuridad, donde habrá llanto y rechinar de dientes.

13 Luego Jesús le dijo al centurión:

―¡Ve! Todo se hará tal como creíste.

Y en esa misma hora aquel siervo quedó sano.

Jesús sana a muchos enfermos

14 Cuando Jesús entró en casa de Pedro, vio a la suegra de este en cama, con fiebre.

15 Le tocó la mano y la fiebre se le fue; y ella se levantó y comenzó a servirle.

16 Al atardecer, le llevaron muchos endemoniados, y con una sola palabra expulsó a los espíritus, y sanó a todos los enfermos.

17 Esto sucedió para que se cumpliera lo dicho por el profeta Isaías:

«Él cargó con nuestras enfermedades

y soportó nuestros dolores».

Lo que cuesta seguir a Jesús

18 Cuando Jesús vio a la multitud que lo rodeaba, dio orden de pasar al otro lado del lago.

19 Se le acercó unmaestro de la leyy le dijo:

―Maestro, te seguiré a dondequiera que vayas.

20 ―Las zorras tienen madrigueras y las aves tienen nidos —le respondió Jesús—, pero el Hijo del hombre no tiene dónde recostar la cabeza.

21 Otro discípulo le pidió:

―Señor, primero déjame ir a enterrar a mi padre.

22 ―Sígueme —le replicó Jesús—, y deja que los muertos entierren a sus muertos.

Jesús calma la tormenta

23 Luego subió a la barca y sus discípulos lo siguieron.

24 De repente, se levantó en el lago una tormenta tan fuerte que las olas inundaban la barca. Pero Jesús estaba dormido.

25 Los discípulos fueron a despertarlo.

―¡Señor —dijeron—, sálvanos, que nos vamos a ahogar!

26 ―Hombres de poca fe —les contestó—, ¿por qué tenéis tanto miedo?

Entonces se levantó y reprendió a los vientos y a las olas, y todo quedó completamente tranquilo.

27 Los discípulos no salían de su asombro, y decían: «¿Qué clase de hombre es este, que hasta los vientos y las olas le obedecen?»

Liberación de dos endemoniados

28 Cuando Jesús llegó al otro lado, a la región de los gadarenos,dos endemoniados le salieron al encuentro de entre los sepulcros. Eran tan violentos que nadie se atrevía a pasar por aquel camino.

29 De pronto le gritaron:

―¿Por qué te entrometes, Hijo de Dios? ¿Has venido aquí a atormentarnos antes del tiempo señalado?

30 A cierta distancia de ellos estaba paciendo una gran piara de cerdos.

31 Los demonios le rogaron a Jesús:

―Si nos expulsas, mándanos a la piara de cerdos.

32 ―Id —les dijo.

Así que salieron de los hombres y entraron en los cerdos, y toda la piara se precipitó al lago por el despeñadero y murió en el agua.

33 Los que cuidaban los cerdos salieron corriendo al pueblo y dieron aviso de todo, incluso de lo que les había sucedido a los endemoniados.

34 Entonces todos los del pueblo fueron al encuentro de Jesús. Y, cuando lo vieron, le suplicaron que se alejara de esa región.

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Mateo 9

Jesús sana a un paralítico

1 Subió Jesús a una barca, cruzó al otro lado y llegó a su propio pueblo.

2 Unos hombres le llevaron un paralítico, acostado en una camilla. Al ver Jesús la fe de ellos, le dijo al paralítico:

―¡Ánimo, hijo; tus pecados quedan perdonados!

3 Algunos de losmaestros de la leymurmuraron entre ellos: «¡Este hombreblasfema!»

4 Como Jesús conocía sus pensamientos, les dijo:

―¿Por qué dais lugar a tan malos pensamientos?

5 ¿Qué es más fácil, decir: “Tus pecados quedan perdonados”, o decir: “Levántate y anda”?

6 Pues para que sepáis que el Hijo del hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados —se dirigió entonces al paralítico—: Levántate, toma tu camilla y vete a tu casa.

7 Y el hombre se levantó y se fue a su casa.

8 Al ver esto, la multitud se llenó de temor y glorificó a Dios por haber dado tal autoridad a losmortales.

Llamamiento de Mateo

9 Al irse de allí, Jesús vio a un hombre llamado Mateo, sentado a la mesa de recaudación de impuestos. «Sígueme», le dijo. Mateo se levantó y lo siguió.

10 Mientras Jesús estaba comiendo en casa de Mateo, muchosrecaudadores de impuestosypecadoresllegaron y comieron con él y sus discípulos.

11 Cuando los fariseos vieron esto, preguntaron a sus discípulos:

―¿Por qué come vuestro maestro con recaudadores de impuestos y con pecadores?

12 Al oír esto, Jesús les contestó:

―No son los sanos los que necesitan médico, sino los enfermos.

13 Pero id y aprended qué significa esto: “Lo que quiero es misericordia y no sacrificios”.Porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores.

Le preguntan a Jesús sobre el ayuno

14 Un día se le acercaron los discípulos de Juan y le preguntaron:

―¿Cómo es que nosotros y los fariseos ayunamos, pero no así tus discípulos?

Jesús les contestó:

15 ―¿Acaso pueden estar de luto los invitados del novio mientras él está con ellos? Llegará el día en que se les quitará el novio; entonces sí ayunarán.

16 Nadie remienda un vestido viejo con un retazo de tela nueva, porque el remiendo fruncirá el vestido y la rotura se hará peor.

17 Ni tampoco se echa vino nuevo en odres viejos. De hacerlo así, se reventarán los odres, se derramará el vino y los odres se echarán a perder. Más bien, el vino nuevo se echa en odres nuevos, y así ambos se conservan.

Una niña muerta y una mujer enferma

18 Mientras él les decía esto, un dirigente judío llegó, se arrodilló delante de él y le dijo:

―Mi hija acaba de morir. Pero ven y pon tu mano sobre ella, y vivirá.

19 Jesús se levantó y fue con él, acompañado de sus discípulos.

20 En esto, una mujer que hacía doce años que padecía de hemorragias se le acercó por detrás y le tocó el borde del manto.

21 Pensaba: «Si al menos logro tocar su manto, quedarésana».

22 Jesús se dio la vuelta, la vio y le dijo:

―¡Ánimo, hija! Tu fe te ha sanado.

Y la mujer quedó sana en aquel momento.

23 Cuando Jesús entró en la casa del dirigente y vio a los flautistas y el alboroto de la gente,

24 les dijo:

―Retiraos. La niña no está muerta, sino dormida.

Entonces empezaron a burlarse de él.

25 Pero, cuando se les hizo salir, entró él, tomó de la mano a la niña, y esta se levantó.

26 La noticia se divulgó por toda aquella región.

Jesús sana a los ciegos y a los mudos

27 Al irse Jesús de allí, dos ciegos lo siguieron, gritándole:

―¡Ten compasión de nosotros, Hijo de David!

28 Cuando entró en la casa, se le acercaron los ciegos, y él les preguntó:

―¿Creéis que puedo sanaros?

―Sí, Señor —le respondieron.

29 Entonces les tocó los ojos y les dijo:

―Que se haga con vosotros conforme a vuestra fe.

30 Y recobraron la vista. Jesús les advirtió con firmeza:

―Aseguraos de que nadie se entere de esto.

31 Pero ellos salieron para divulgar por toda aquella región la noticia acerca de Jesús.

32 Mientras ellos salían, le llevaron un mudo endemoniado.

33 Así que Jesús expulsó al demonio, y el que había estado mudo habló. La multitud se maravillaba y decía: «Jamás se ha visto nada igual en Israel».

34 Pero los fariseos afirmaban: «Este expulsa a los demonios por medio del príncipe de los demonios».

Son pocos los obreros

35 Jesús recorría todos los pueblos y aldeas enseñando en las sinagogas, anunciando las buenasnuevasdel reino y sanando toda enfermedad y toda dolencia.

36 Al ver a las multitudes, tuvo compasión de ellas, porque estaban agobiadas y desamparadas, como ovejas sin pastor.

37 «La cosecha es abundante, pero son pocos los obreros —dijo a sus discípulos—.

38 Rogad, por tanto, al Señor de la cosecha que envíe obreros a su campo».

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Mateo 10

Jesús envía a los doce

1 Reunió a sus doce discípulos y les dio autoridad para expulsar a losespíritus malignosy sanar toda enfermedad y toda dolencia.

2 Estos son los nombres de los doce apóstoles: primero Simón, llamado Pedro, y su hermano Andrés;Jacoboy su hermano Juan, hijos de Zebedeo;

3 Felipe y Bartolomé; Tomás y Mateo, elrecaudador de impuestos; Jacobo, hijo de Alfeo, y Tadeo;

4 Simón el Zelote y Judas Iscariote, el que lo traicionó.

5 Jesús envió a estos doce con las siguientes instrucciones: «No vayáis entre losgentilesni entréis en ningún pueblo de los samaritanos.

6 Id más bien a las ovejas descarriadas del pueblo de Israel.

7 Dondequiera que vayáis, predicad este mensaje: “El reino de los cielos está cerca”.

8 Sanad a los enfermos, resucitad a los muertos,limpiadde su enfermedad a los que tienenlepra, expulsad a los demonios. Lo que habéis recibido gratis, dadlo gratuitamente.

9 No llevéis oro ni plata ni cobre en el cinturón,

10 ni bolsa para el camino, ni dos mudas de ropa, ni sandalias, ni bastón; porque el trabajador merece que se le dé su sustento.

11 »En cualquier pueblo o aldea donde entréis, buscad a alguien que merezca recibiros y quedaos en su casa hasta que os marchéis de ese lugar.

12 Al entrar, decid: “Paz a esta casa”.

13 Si el hogar se lo merece, que vuestra paz reine en él; y, si no, que la paz se vaya con vosotros.

14 Si alguno no os recibe bien ni escucha vuestras palabras, al salir de esa casa o de ese pueblo, sacudíos el polvo de los pies.

15 Os aseguro que en el día del juicio el castigo para Sodoma y Gomorra será más tolerable que para ese pueblo.

16 Os envío como ovejas en medio de lobos. Por tanto, sed astutos como serpientes y sencillos como palomas.

17 »Tened cuidado con la gente; os entregarán a los tribunales y os azotarán en las sinagogas.

18 Por mi causa os llevarán ante gobernadores y reyes para dar testimonio a ellos y a los gentiles.

19 Pero, cuando os arresten, no os preocupéis por lo que vais a decir o cómo vais a decirlo. En ese momento se os dará lo que habéis de decir,

20 porque no seréis vosotros los que habléis, sino que el Espíritu de vuestro Padre hablará por medio de vosotros.

21 »El hermano entregará a la muerte al hermano, y el padre al hijo. Los hijos se rebelarán contra sus padres y harán que los maten.

22 Por causa de mi nombre, todo el mundo os odiará, pero el que se mantenga firme hasta el fin será salvo.

23 Cuando os persigan en una ciudad, huid a otra. Os aseguro que no terminaréis de recorrer las ciudades de Israel antes de que venga el Hijo del hombre.

24 »El discípulo no es superior a su maestro, ni elsiervosuperior a su amo.

25 Basta con que el discípulo sea como su maestro, y el siervo como su amo. Si al jefe de la casa lo han llamadoBeelzebú, ¡cuánto más a los de su familia!

26 »Así que no les tengáis miedo; porque no hay nada encubierto que no llegue a revelarse, ni nada escondido que no llegue a conocerse.

27 Lo que os digo en la oscuridad, decidlo a plena luz; lo que se os susurra al oído, proclamadlo desde las azoteas.

28 No temáis a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma.Temed más bien al que puede destruir alma y cuerpo en el infierno.

29 ¿No se venden dos gorriones por una monedita?Sin embargo, ni uno de ellos caerá a tierra sin que lo permita el Padre;

30 y él tiene contados aun los cabellos de vuestra cabeza.

31 Así que no tengáis miedo; vosotros valéis más que muchos gorriones.

32 »A cualquiera que me reconozca delante de los demás, yo también lo reconoceré delante de mi Padre que está en el cielo.

33 Pero a cualquiera que me desconozca delante de los demás, yo también lo desconoceré delante de mi Padre que está en el cielo.

34 »No creáis que he venido a traer paz a la tierra. No vine a traer paz, sino espada.

35 Porque he venido a poner en conflicto

»“al hombre contra su padre,

a la hija contra su madre,

a la nuera contra su suegra;

36 los enemigos de cada cual

serán los de su propia familia”.

37 »El que quiere a su padre o a su madre más que a mí no es digno de mí; el que quiere a su hijo o a su hija más que a mí no es digno de mí;

38 y el que no toma su cruz y me sigue no es digno de mí.

39 El que se aferre a su propiavidala perderá, y el que renuncie asu propia vida por mi causa la encontrará.

40 »Quien os recibe a vosotros me recibe a mí; y quien me recibe a mí recibe al que me envió.

41 Cualquiera que recibe a un profeta por tratarse de un profeta recibirá recompensa de profeta; y el que recibe a un justo por tratarse de un justo recibirá recompensa de justo.

42 Y quien dé siquiera un vaso de agua fresca a uno de estos pequeños por tratarse de uno de mis discípulos, os aseguro que no perderá su recompensa».