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Romanos 1

1 Pablo,siervodeCristoJesús, llamado a ser apóstol, apartado para anunciar elevangeliode Dios,

2 que por medio de sus profetas ya había prometido en las sagradas Escrituras.

3 Este evangelio habla de su Hijo, que según lanaturaleza humanaera descendiente de David,

4 pero que según el Espíritu desantidadfue designadocon poder Hijo de Dios por la resurrección. Él es Jesucristo nuestro Señor.

5 Por medio de él, y en honor a su nombre, recibimos el don apostólico para persuadir a todas lasnacionesque obedezcan a la fe.

6 Entre ellas estáis incluidos también vosotros, a quienes Jesucristo ha llamado.

7 Os escribo a todos vosotros, los amados de Dios que estáis en Roma, que habéis sido llamados a sersantos.

Que Dios nuestro Padre y el Señor Jesucristo os concedan gracia y paz.

Pablo anhela visitar Roma

8 En primer lugar, doy gracias a mi Dios por medio de Jesucristo por todos vosotros, pues en el mundo entero se habla bien de vuestra fe.

9 Dios, a quien sirvo de corazón predicando elevangeliode su Hijo, me es testigo de que os recuerdo sin cesar.

10 Siempre pido en mis oraciones que, si es la voluntad de Dios, por fin se me abra ahora el camino para ir a visitaros.

11 Tengo muchos deseos de veros para impartiros algún don espiritual que os fortalezca;

12 mejor dicho, para que unos a otros nos animemos con la fe que compartimos.

13 Quiero que sepáis, hermanos, que, aunque hasta ahora no he podido visitaros, muchas veces me he propuesto hacerlo, para recoger algún fruto entre vosotros, tal como lo he recogido entre las otras naciones.

14 Estoy en deuda con todos, sean cultos o incultos,instruidos o ignorantes.

15 De ahí mi gran anhelo de predicaros el evangelio también a vosotros que estáis en Roma.

16 Verdaderamente, no me avergüenzo del evangelio, pues es poder de Dios para la salvación de todos los que creen: de los judíos primeramente, pero también de losgentiles.

17 De hecho, en el evangelio se revela la justicia que proviene de Dios, la cual es por fe de principio a fin,tal como está escrito: «El justo vivirá por la fe».

La ira de Dios contra la humanidad

18 Ciertamente, la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de losseres humanos, que con su maldad obstruyen la verdad.

19 Me explico: lo que se puede conocer acerca de Dios es evidente para ellos, pues él mismo se lo ha revelado.

20 Porque desde la creación del mundo las cualidades invisibles de Dios, es decir, su eterno poder y su naturaleza divina, se perciben claramente a través de lo que él creó, de modo que nadie tiene excusa.

21 A pesar de haber conocido a Dios, no lo glorificaron como a Dios ni le dieron gracias, sino que se extraviaron en sus inútiles razonamientos, y se les oscureció su insensato corazón.

22 Aunque afirmaban ser sabios, se volvieron necios

23 y cambiaron la gloria del Dios inmortal por imágenes que eran réplicas del hombre mortal, de las aves, de los cuadrúpedos y de los reptiles.

24 Por eso Dios los entregó a los malos deseos de sus corazones, que conducen a la impureza sexual, de modo que degradaron sus cuerpos los unos con los otros.

25 Cambiaron la verdad de Dios por la mentira, adorando y sirviendo a los seres creados antes que al Creador, quien es bendito por siempre. Amén.

26 Por tanto, Dios los entregó a pasiones vergonzosas. En efecto, las mujeres cambiaron las relaciones naturales por las que van contra la naturaleza.

27 Así mismo los hombres dejaron las relaciones naturales con la mujer y se encendieron en pasiones lujuriosas los unos con los otros. Hombres con hombres cometieron actos indecentes, y en sí mismos recibieron el castigo que merecía su perversión.

28 Además, como estimaron que no valía la pena tomar en cuenta el conocimiento de Dios, él a su vez los entregó a la depravación mental, para que hicieran lo que no debían hacer.

29 Se han llenado de toda clase de maldad, perversidad, avaricia y depravación. Están llenos de envidia, homicidios, disensiones, engaño y malicia. Son chismosos,

30 calumniadores, enemigos de Dios, insolentes, soberbios y arrogantes; inventores de maldades; se rebelan contra sus padres;

31 son insensatos, desleales, insensibles, despiadados.

32 Saben bien que, según el justo decreto de Dios, quienes practican tales cosas merecen la muerte; sin embargo, no solo siguen practicándolas, sino que incluso aprueban a quienes las practican.

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Romanos 2

El justo juicio de Dios

1 Por tanto, no tienes excusa tú, quienquiera que seas, cuando juzgas a los demás, pues al juzgar a otros te condenas a ti mismo, ya que practicas las mismas cosas.

2 Ahora bien, sabemos que el juicio de Dios contra los que practican tales cosas se basa en la verdad.

3 ¿Piensas entonces que vas a escapar del juicio de Dios, tú que juzgas a otros y sin embargo haces lo mismo que ellos?

4 ¿No ves que desprecias las riquezas de la bondad de Dios, de su tolerancia y de su paciencia, al no reconocer que su bondad quiere llevarte alarrepentimiento?

5 Pero por tu obstinación y por tu corazón empedernido sigues acumulando castigo contra ti mismo para el día de la ira, cuando Dios revelará su justo juicio.

6 Porque Dios «pagará a cada uno según lo que merezcan sus obras».

7 Él dará vida eterna a los que, perseverando en las buenas obras, buscan gloria, honor e inmortalidad.

8 Pero los que por egoísmo rechazan la verdad para aferrarse a la maldad recibirán el gran castigo de Dios.

9 Habrá sufrimiento y angustia para todos los que hacen el mal, los judíos primeramente, y también losgentiles;

10 pero gloria, honor y paz para todos los que hacen el bien, los judíos primeramente, y también los gentiles.

11 Porque Dios no tiene favoritismos.

12 Todos los que han pecado sin conocer la ley también perecerán sin la ley; y todos los que han pecado conociendo la ley por la ley serán juzgados.

13 Porque Dios no considera justos a los que oyen la ley, sino a los que la cumplen.

14 De hecho, cuando los gentiles, que no tienen la ley, cumplen por naturaleza lo que la ley exige,ellos son ley para sí mismos, aunque no tengan la ley.

15 Estos muestran que llevan escrito en el corazón lo que la ley exige, como lo atestigua su conciencia, pues sus propios pensamientos algunas veces los acusan y otras veces los excusan.

16 Así sucederá el día en que, por medio de Jesucristo, Dios juzgará los secretos de toda persona, como lo declara mievangelio.

Los judíos y la ley

17 Ahora bien, tú que llevas el nombre de judío; que dependes de la ley y tejactasde tu relación con Dios;

18 que conoces su voluntad y sabes discernir lo que es mejor porque eres instruido por la ley;

19 que estás convencido de ser guía de los ciegos y luz de los que están en la oscuridad,

20 instructor de los ignorantes, maestro de los sencillos, pues tienes en la ley la esencia misma del conocimiento y de la verdad;

21 en fin, tú que enseñas a otros, ¿no te enseñas a ti mismo? Tú que predicas contra el robo, ¿robas?

22 Tú que dices que no se debe cometer adulterio, ¿adulteras? Tú que aborreces a los ídolos, ¿robas de sus templos?

23 Tú que te jactas de la ley, ¿deshonras a Dios quebrantando la ley?

24 Así está escrito: «Por vuestra causa seblasfemael nombre de Dios entre losgentiles».

25 La circuncisión tiene valor si observas la ley; pero, si la quebrantas, vienes a ser como unincircunciso.

26 Por lo tanto, si los gentiles cumplenlos requisitos de la ley, ¿no se les considerará como si estuvieran circuncidados?

27 El que no está físicamente circuncidado, pero obedece la ley, te condenará a ti que, a pesar de tener el mandamiento escritoy la circuncisión, quebrantas la ley.

28 Lo exterior no hace a nadie judío, ni consiste la circuncisión en una señal en el cuerpo.

29 El verdadero judío lo es interiormente; y la circuncisión es la del corazón, la que realiza el Espíritu, no el mandamiento escrito. Al que es judío así, lo alaba Dios y no la gente.

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Romanos 3

Fidelidad de Dios

1 Entonces, ¿qué se gana con ser judío, o qué valor tiene la circuncisión?

2 Mucho, desde cualquier punto de vista. En primer lugar, a los judíos se les confiaron las palabras mismas de Dios.

3 Pero entonces, si a algunos les faltó la fe, ¿acaso su falta de fe anula lafidelidadde Dios?

4 ¡De ninguna manera! Dios es siempre veraz, aunque el hombre sea mentiroso. Así está escrito:

«Por eso, eres justo en tu sentencia,

y triunfarás cuando te juzguen».

5 Pero, si nuestra injusticia pone de relieve la justicia de Dios, ¿qué diremos? ¿Que Dios es injusto al descargar sobre nosotros su ira? (Hablo en términos humanos).

6 ¡De ninguna manera! Si así fuera, ¿cómo podría Dios juzgar al mundo?

7 Alguien podría objetar: «Si mi mentira destaca la verdad de Dios y así aumenta su gloria, ¿por qué todavía se me juzga como pecador?

8 ¿Por qué no decir: Hagamos lo malo para que venga lo bueno?» Así nos calumnian algunos, asegurando que eso es lo que enseñamos. ¡Pero bien merecida se tienen la condenación!

No hay un solo justo

9 ¿A qué conclusión llegamos? ¿Acaso los judíos somos mejores? ¡De ninguna manera! Ya hemos demostrado que tanto los judíos como losgentilesestán bajo el pecado.

10 Así está escrito:

«No hay un solo justo, ni siquiera uno;

11 no hay nadie que entienda,

nadie que busque a Dios.

12 Todos se han descarriado,

a una se han corrompido.

No hay nadie que haga lo bueno;

¡no hay uno solo!»

13 «Su garganta es un sepulcro abierto;

con su lengua profieren engaños».

«¡Veneno de víbora hay en sus labios!»

14 «Llena está su boca de maldiciones y de amargura».

15 «Veloces son sus pies para ir a derramar sangre;

16 dejan ruina y miseria en sus caminos,

17 y no conocen la senda de la paz».

18 «No hay temor de Dios delante de sus ojos».

19 Ahora bien, sabemos que todo lo que dice la ley, lo dice a quienes están sujetos a ella, para que todo el mundo se calle y quede convicto delante de Dios.

20 Por tanto, nadie serájustificadoen presencia de Dios por hacer las obras que exige la ley; más bien, mediante la ley cobramos conciencia del pecado.

La justicia mediante la fe

21 Pero ahora, sin la mediación de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios, de la que dan testimonio la ley y los profetas.

22 Esta justicia de Dios llega, mediante lafeen Jesucristo, a todos los que creen. De hecho, no hay distinción,

23 pues todos han pecado y están privados de la gloria de Dios,

24 pero por su gracia sonjustificadosgratuitamente mediante la redención que Cristo Jesús efectuó.

25 Dios lo ofreció como un sacrificio deexpiaciónque se recibe por la fe en su sangre, para demostrar así su justicia. Anteriormente, en su paciencia, Dios había pasado por alto los pecados;

26 pero en el tiempo presente ha ofrecido a Jesucristo para manifestar su justicia. De este modo, Dios es justo y, a la vez, el que justifica a los que tienen fe en Jesús.

27 ¿Dónde, pues, está lajactancia? Queda excluida. ¿Por cuál principio? ¿Por el de la observancia de la ley? No, sino por el de la fe.

28 Porque sostenemos que todos somos justificados por la fe, y no por las obras que la ley exige.

29 ¿Es acaso Dios solo Dios de los judíos? ¿No lo es también de losgentiles? Sí, también es Dios de los gentiles,

30 pues no hay más que un solo Dios. Él justificará por la fe a los que están circuncidados y, mediante esa misma fe, a los que no lo están.

31 ¿Quiere decir que anulamos la ley con la fe? ¡De ninguna manera! Más bien, confirmamos la ley.

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Romanos 4

Abraham, justificado por la fe

1 Entonces, ¿qué diremos en el caso de nuestro antepasado Abraham?

2 En realidad, si Abraham hubiera sidojustificadopor las obras, habría tenido de quéjactarse, pero no delante de Dios.

3 Pues ¿qué dice la Escritura? «Le creyó Abraham a Dios, y esto se le tomó en cuenta como justicia».

4 Ahora bien, cuando alguien trabaja, no se le toma en cuenta el salario como un favor, sino como una deuda.

5 Sin embargo, al que no trabaja, sino que cree en el que justifica al malvado, se le toma en cuenta la fe como justicia.

6 David dice lo mismo cuando habla de la dicha de aquel a quien Dios le atribuye justicia sin la mediación de las obras:

7 «¡Dichososaquellos

a quienes se les perdonan las transgresiones

y se les cubren los pecados!

8 ¡Dichoso aquel

cuyo pecado el Señor no tomará en cuenta!»

9 ¿Acaso se ha reservado esta dicha solo para los que están circuncidados? ¿Acaso no es también para losgentiles?Hemos dicho que a Abraham se le tomó en cuenta la fe como justicia.

10 ¿Bajo qué circunstancias sucedió esto? ¿Fue antes o después de ser circuncidado? ¡Antes, y no después!

11 Es más, cuando todavía no estaba circuncidado, recibió la señal de la circuncisión como sello de la justicia que se le había tomado en cuenta por la fe. Por tanto, Abraham es padre de todos los que creen, aunque no hayan sido circuncidados, y a estos se les toma en cuenta su fe como justicia.

12 Y también es padre de aquellos que, además de haber sido circuncidados, siguen las huellas de nuestro padre Abraham, quien creyó cuando todavía era incircunciso.

13 En efecto, no fue mediante la ley como Abraham y su descendencia recibieron la promesa de que él sería heredero del mundo, sino mediante la fe, la cual se le tomó en cuenta como justicia.

14 Porque, si los que viven por la ley fueran los herederos, entonces la fe no tendría ya ningún valor y la promesa no serviría de nada.

15 La ley, en efecto, acarrea castigo. Pero donde no hay ley, tampoco hay transgresión.

16 Por eso la promesa viene por la fe, a fin de que por la gracia quede garantizada para toda la descendencia de Abraham; esta promesa no es solo para los que son de la ley, sino para los que son también de la fe de Abraham, que es nuestro padre en común

17 delante de Dios, tal como está escrito: «Te he confirmado como padre de muchas naciones».Así que Abraham creyó en el Dios que da vida a los muertos y que llama las cosas que no existen como si ya existieran.

18 Contra toda esperanza, Abraham creyó y esperó, y de este modo llegó a ser padre de muchas naciones, tal como se le había dicho: «¡Así de numerosa será tu descendencia!»

19 Su fe no flaqueó, aunque reconocía que su cuerpo estaba como muerto, pues ya tenía unos cien años, y que también estaba muerta la matriz de Sara.

20 Ante la promesa de Dios no vaciló como un incrédulo, sino que se reafirmó en su fe y dio gloria a Dios,

21 plenamente convencido de que Dios tenía poder para cumplir lo que había prometido.

22 Por eso se le tomó en cuenta su fe como justicia.

23 Y esto de que «se le tomó en cuenta» no se escribió solo para Abraham,

24 sino también para nosotros. Dios tomará en cuenta nuestra fe como justicia, pues creemos en aquel quelevantó de entre los muertosa Jesús nuestro Señor.

25 Él fue entregado a la muerte por nuestros pecados, y resucitó para nuestra justificación.

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Romanos 5

Paz y alegría

1 En consecuencia, ya que hemos sidojustificadosmediante la fe, tenemospaz con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo.

2 También por medio de él, y mediante la fe, tenemos acceso a esta gracia en la cual nos mantenemos firmes. Así que nosregocijamosen la esperanza de alcanzar la gloria de Dios.

3 Y no solo en esto, sino también en nuestros sufrimientos, porque sabemos que el sufrimiento produce perseverancia;

4 la perseverancia, entereza de carácter; la entereza de carácter, esperanza.

5 Y esta esperanza no nos defrauda, porque Dios ha derramado su amor en nuestro corazón por el Espíritu Santo que nos ha dado.

6 En verdad, como éramos incapaces de salvarnos,en el tiempo señalado Cristo murió por los malvados.

7 Difícilmente habrá quien muera por un justo, aunque tal vez haya quien se atreva a morir por una persona buena.

8 Pero Dios demuestra su amor por nosotros en esto: en que, cuando todavía éramos pecadores, Cristo murió por nosotros.

9 Y ahora que hemos sido justificados por su sangre, ¡con cuánta más razón, por medio de él, seremos salvados del castigo de Dios!

10 Porque si, cuando éramos enemigos de Dios, fuimos reconciliados con él mediante la muerte de su Hijo, ¡con cuánta más razón, habiendo sido reconciliados, seremos salvados por su vida!

11 Y no solo esto, sino que también nos regocijamos en Dios por nuestro Señor Jesucristo, pues gracias a él ya hemos recibido la reconciliación.

De Adán, la muerte; de Cristo, la vida

12 Por medio de un solo hombre, el pecado entró en el mundo, y por medio del pecado entró la muerte; fue así como la muerte pasó a toda lahumanidad, porque todos pecaron.

13 Antes de promulgarse la ley, ya existía el pecado en el mundo. Es cierto que el pecado no se toma en cuenta cuando no hay ley;

14 sin embargo, desde Adán hasta Moisés la muerte reinó, incluso sobre los que no pecaron quebrantando un mandato, como lo hizo Adán, quien es figura de aquel que había de venir.

15 Pero la transgresión de Adán no puede compararse con la gracia de Dios. Pues, si por la transgresión de un solo hombre murieron todos, ¡cuánto más el don que vino por la gracia de un solo hombre, Jesucristo, abundó para todos!

16 Tampoco se puede comparar la dádiva de Dios con las consecuencias del pecado de Adán. El juicio que lleva a la condenación fue resultado de un solo pecado, pero la dádiva que lleva a lajustificacióntiene que ver conuna multitud de transgresiones.

17 Pues, si por la transgresión de un solo hombre reinó la muerte, con mayor razón los que reciben en abundancia la gracia y el don de la justicia reinarán en vida por medio de un solo hombre, Jesucristo.

18 Por tanto, así como una sola transgresión causó la condenación de todos, también un solo acto de justicia produjo la justificación que da vida a todos.

19 Porque así como por la desobediencia de uno solo muchos fueron constituidos pecadores, también por la obediencia de uno solo muchos serán constituidos justos.

20 En lo que atañe a la ley, esta intervino para que aumentara la transgresión. Pero, allí donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia,

21 a fin de que, así como reinó el pecado en la muerte, reine también la gracia que nos trae justificación y vida eterna por medio de Jesucristo nuestro Señor.

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Romanos 6

Muertos al pecado, vivos en Cristo

1 ¿Qué concluiremos? ¿Vamos a persistir en el pecado para que la gracia abunde?

2 ¡De ninguna manera! Nosotros, que hemos muerto al pecado, ¿cómo podemos seguir viviendo en él?

3 ¿Acaso no sabéis que todos los que fuimos bautizados para unirnos con Cristo Jesús en realidad fuimos bautizados para participar en su muerte?

4 Por tanto, mediante el bautismo fuimos sepultados con él en su muerte, a fin de que, así como Cristoresucitópor el poderdel Padre, también nosotros llevemos una vida nueva.

5 En efecto, si hemos estado unidos con él en su muerte, sin duda también estaremos unidos con él en su resurrección.

6 Sabemos que nuestra vieja naturaleza fue crucificada con él para que nuestro cuerpo pecaminoso perdiera su poder, de modo que ya no siguiéramos siendo esclavos del pecado;

7 porque el que muere queda liberado del pecado.

8 Ahora bien, si hemos muerto con Cristo, confiamos que también viviremos con él.

9 Pues sabemos que Cristo, por haber sidolevantado de entre los muertos, ya no puede volver a morir; la muerte ya no tiene dominio sobre él.

10 En cuanto a su muerte, murió al pecado una vez y para siempre; en cuanto a su vida, vive para Dios.

11 De la misma manera, también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús.

12 Por lo tanto, no permitáis que el pecado reine en vuestro cuerpo mortal, ni obedezcáis a vuestros malos deseos.

13 No ofrezcáis los miembros de vuestro cuerpo al pecado como instrumentos de injusticia; al contrario, ofreceos más bien a Dios como quienes han vuelto de la muerte a la vida, presentando los miembros de vuestro cuerpo como instrumentos de justicia.

14 Así el pecado no tendrá dominio sobre vosotros, porque ya no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia.

Esclavos de la justicia

15 Entonces, ¿qué? ¿Vamos a pecar porque no estamos ya bajo la ley, sino bajo la gracia? ¡De ninguna manera!

16 ¿Acaso no sabéis que, cuando os entregáis a alguien para obedecerlo, soisesclavosde aquel a quien obedecéis? Claro que lo sois, ya sea del pecado que lleva a la muerte, o de la obediencia que lleva a la justicia.

17 Pero gracias a Dios que, aunque antes erais esclavos del pecado, ya os habéis sometido de corazón a la enseñanzaque os fue transmitida.

18 En efecto, habiendo sido liberados del pecado, ahora sois esclavos de la justicia.

19 Hablo en términos humanos, por las limitaciones de vuestranaturaleza humana. Antes ofrecíais los miembros de vuestro cuerpo para servir a la impureza, que lleva más y más a la maldad; ofrecedlos ahora para servir a la justicia que lleva a lasantidad.

20 Cuando vosotros erais esclavos del pecado, estabais libres del dominio de la justicia.

21 ¿Qué fruto cosechabais entonces? ¡Cosas que ahora os avergüenzan y que conducen a la muerte!

22 Pero ahora que habéis sido liberados del pecado y os habéis puesto al servicio de Dios, cosecháis la santidad que conduce a la vida eterna.

23 Porque la paga del pecado es muerte, mientras que la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús, nuestro Señor.

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Romanos 7

Analogía tomada del matrimonio

1 Hermanos, os hablo como a quienes conocen la ley. ¿Acaso no sabéis que uno está sujeto a la ley solamente en vida?

2 Por ejemplo, la casada está ligada por ley a su esposo solo mientras este vive; pero, si su esposo muere, ella queda libre de la ley que la unía a su esposo.

3 Por eso, si se casa con otro hombre mientras su esposo vive, se la considera adúltera. Pero, si muere su esposo, ella queda libre de esa ley, y no es adúltera aunque se case con otro hombre.

4 Así mismo, hermanos míos, vosotros moristeis a la ley mediante el cuerpo crucificado de Cristo, a fin de pertenecer al que fuelevantado de entre los muertos. De este modo daremos fruto para Dios.

5 Porque, cuando nuestranaturaleza pecaminosaaún nos dominaba,las malas pasiones que la ley nos despertaba actuaban en los miembros de nuestro cuerpo, y dábamos fruto para muerte.

6 Pero ahora, al morir a lo que nos tenía subyugados, hemos quedado libres de la ley, a fin de servir a Dios con el nuevo poder que nos da el Espíritu, y no por medio del antiguo mandamiento escrito.

Conflicto con el pecado

7 ¿Qué concluiremos? ¿Que la ley es pecado? ¡De ninguna manera! Sin embargo, si no fuera por la ley, no me habría dado cuenta de lo que es el pecado. Por ejemplo, nunca habría sabido yo lo que es codiciar si la ley no hubiera dicho: «No codicies».

8 Pero el pecado, aprovechando la oportunidad que le proporcionó el mandamiento, despertó en mí toda clase de codicia. Porque aparte de la ley el pecado está muerto.

9 En otro tiempo yo tenía vida aparte de la ley; pero, cuando vino el mandamiento, cobró vida el pecado y yo morí.

10 Se me hizo evidente que el mismo mandamiento que debía haberme dado vida me llevó a la muerte;

11 porque el pecado se aprovechó del mandamiento, me engañó, y por medio de él me mató.

12 Concluimos, pues, que la ley es santa, y que el mandamiento es santo, justo y bueno.

13 Pero entonces, ¿lo que es bueno se convirtió en muerte para mí? ¡De ninguna manera! Más bien fue el pecado lo que, valiéndose de lo bueno, me produjo la muerte; ocurrió así para que el pecado se manifestara claramente, o sea, para que mediante el mandamiento se demostrara lo extremadamente malo que es el pecado.

14 Sabemos, en efecto, que la ley es espiritual. Pero yo soy meramentehumano, y estoy vendido como esclavo al pecado.

15 No entiendo lo que me pasa, pues no hago lo que quiero, sino lo que aborrezco.

16 Ahora bien, si hago lo que no quiero, estoy de acuerdo en que la ley es buena;

17 pero, en ese caso, ya no soy yo quien lo lleva a cabo, sino el pecado que habita en mí.

18 Yo sé que en mí, es decir, en minaturaleza pecaminosa, nada bueno habita. Aunque deseo hacer lo bueno, no soy capaz de hacerlo.

19 De hecho, no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero.

20 Y, si hago lo que no quiero, ya no soy yo quien lo hace, sino el pecado que habita en mí.

21 Así que descubro esta ley: que, cuando quiero hacer el bien, me acompaña el mal.

22 Porque en lo íntimo de mi ser me deleito en la ley de Dios;

23 pero me doy cuenta de que en los miembros de mi cuerpo hay otra ley, que es la ley del pecado. Esta ley lucha contra la ley de mi mente, y me tiene cautivo.

24 ¡Soy un pobre miserable! ¿Quién me librará de este cuerpo mortal?

25 ¡Gracias a Dios por medio de Jesucristo nuestro Señor!

En conclusión, con la mente yo mismo me someto a la ley de Dios, pero minaturaleza pecaminosaestá sujeta a la ley del pecado.

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Romanos 8

Vida mediante el Espíritu

1 Por lo tanto, ya no hay ninguna condenación para los que están unidos a Cristo Jesús,

2 pues por medio de él la ley del Espíritu de vida meha liberado de la ley del pecado y de la muerte.

3 En efecto, la ley no pudo liberarnos porque lanaturaleza pecaminosaanuló su poder; por eso Dios envió a su propio Hijo en condición semejante a nuestra condición de pecadores,para que se ofreciera en sacrificio por el pecado. Así condenó Dios al pecado en la naturaleza humana,

4 a fin de que las justas demandas de la ley se cumplieran en nosotros, que no vivimos según la naturaleza pecaminosa, sino según el Espíritu.

5 Los que viven conforme a la naturaleza pecaminosa fijan la mente en los deseos de tal naturaleza; en cambio, los que viven conforme al Espíritu fijan la mente en los deseos del Espíritu.

6 La mentalidad pecaminosa es muerte, mientras que la mentalidad que proviene del Espíritu es vida y paz.

7 La mentalidad pecaminosa es enemiga de Dios, pues no se somete a la ley de Dios, ni es capaz de hacerlo.

8 Los que viven según la naturaleza pecaminosa no pueden agradar a Dios.

9 Sin embargo, vosotros no vivís según la naturaleza pecaminosa, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios vive en vosotros. Y, si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de Cristo.

10 Pero, si Cristo está en vosotros, el cuerpo está muerto a causa del pecado, pero el Espíritu que está en vosotros es vidaa causa de la justicia.

11 Y, si el Espíritu de aquel quelevantó a Jesús de entre los muertosvive en vosotros, el mismo que levantó a Cristo de entre los muertos también dará vida a vuestros cuerpos mortales por medio de su Espíritu, que vive en vosotros.

12 Por tanto, hermanos, tenemos una obligación, pero no es la de vivir conforme a la naturaleza pecaminosa.

13 Porque, si vivís conforme a ella, moriréis; pero, si por medio del Espíritu dais muerte a los malos hábitos del cuerpo, viviréis.

14 Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios son hijos de Dios.

15 Y vosotros no recibisteis un espíritu que de nuevo os esclavice al miedo, sino el Espíritu que os adopta como hijos y os permite clamar: «¡Abba!¡Padre!»

16 El Espíritu mismo le asegura a nuestro espíritu que somos hijos de Dios.

17 Y, si somos hijos, somos herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, pues, si ahora sufrimos con él, también tendremos parte con él en su gloria.

La gloria futura

18 De hecho, considero que en nada se comparan los sufrimientos actuales con la gloria que habrá de revelarse en nosotros.

19 La creación aguarda con ansiedad la revelación de los hijos de Dios,

20 porque fue sometida a la frustración. Esto no sucedió por su propia voluntad, sino por la del que así lo dispuso. Pero queda la firme esperanza

21 de que la creación misma ha de ser liberada de la corrupción que la esclaviza, para alcanzar así la gloriosa libertad de los hijos de Dios.

22 Sabemos que toda la creación todavía gime a una, como si tuviera dolores de parto.

23 Y no solo ella, sino también nosotros mismos, que tenemos lasprimiciasdel Espíritu, gemimos interiormente, mientras aguardamos nuestra adopción como hijos, es decir, la redención de nuestro cuerpo.

24 Porque en esa esperanza fuimos salvados. Pero la esperanza que se ve ya no es esperanza. ¿Quién espera lo que ya tiene?

25 Pero, si esperamos lo que todavía no tenemos, en la espera mostramos nuestra constancia.

26 Así mismo, en nuestra debilidad el Espíritu acude a ayudarnos. No sabemos qué pedir, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos que no pueden expresarse con palabras.

27 Y Dios, que examina los corazones, sabe cuál es la intención del Espíritu, porque el Espíritu intercede por loscreyentesconforme a la voluntad de Dios.

Más que vencedores

28 Ahora bien, sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman,los que han sido llamados de acuerdo con su propósito.

29 Porque a los que Dios conoció de antemano, también los predestinó a ser transformados según la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos.

30 A los que predestinó, también los llamó; a los que llamó, también losjustificó; y a los que justificó, también los glorificó.

31 ¿Qué diremos frente a esto? Si Dios está de nuestra parte, ¿quién puede estar en contra nuestra?

32 El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no habrá de darnos generosamente, junto con él, todas las cosas?

33 ¿Quién acusará a los que Dios ha escogido? Dios es el que justifica.

34 ¿Quién condenará? Cristo Jesús es el que murió, e inclusoresucitó, y está a laderechade Dios e intercede por nosotros.

35 ¿Quién nos apartará del amor de Cristo? ¿La tribulación, o la angustia, la persecución, el hambre, la indigencia, el peligro, o la violencia?

36 Así está escrito:

«Por tu causa siempre nos llevan a la muerte;

¡nos tratan como a ovejas para el matadero!»

37 Sin embargo, en todo esto somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.

38 Pues estoy convencido de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los demonios,ni lo presente ni lo por venir, ni los poderes,

39 ni lo alto ni lo profundo, ni cosa alguna en toda la creación podrá apartarnos del amor que Dios nos ha manifestado en Cristo Jesús nuestro Señor.

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Romanos 9

La elección soberana de Dios

1 Digo la verdad en Cristo; no miento. Mi conciencia me lo confirma en el Espíritu Santo.

2 Me invade una gran tristeza y me embarga un continuo dolor.

3 Desearía yo mismo ser maldecido y separado de Cristo por el bien de mis hermanos, los de mi propia raza,

4 el pueblo de Israel. De ellos son la adopción como hijos, la gloria divina, los pactos, la ley, el privilegio de adorar a Dios y el de contar con sus promesas.

5 De ellos son los patriarcas, y de ellos, según lanaturaleza humana, nació Cristo, quien es Dios sobre todas las cosas. ¡Alabado sea por siempre!Amén.

6 Ahora bien, no digamos que la Palabra de Dios ha fracasado. Lo que sucede es que no todos los que descienden de Israel son Israel.

7 Tampoco por ser descendientes de Abraham son todos hijos suyos. Al contrario: «Tu descendencia se establecerá por medio de Isaac».

8 En otras palabras, los hijos de Dios no son los descendientesnaturales; más bien, se considera descendencia de Abraham a los hijos de la promesa.

9 Y la promesa es esta: «Dentro de un año vendré, y para entonces Sara tendrá un hijo».

10 No solo eso. También sucedió que los hijos de Rebeca tuvieron un mismo padre, que fue nuestro antepasado Isaac.

11 Sin embargo, antes de que los mellizos nacieran, o hicieran algo bueno o malo, y para confirmar el propósito de la elección divina,

12 no a base de las obras, sino al llamado de Dios, se le dijo a ella: «El mayor servirá al menor».

13 Y así está escrito: «Amé a Jacob, pero aborrecí a Esaú».

14 ¿Qué concluiremos? ¿Acaso es Dios injusto? ¡De ninguna manera!

15 Es un hecho que a Moisés le dice:

«Tendré clemencia de quien yo quiera tenerla,

y seré compasivo con quien yo quiera serlo».

16 Por lo tanto, la elección no depende del deseo ni del esfuerzo humano, sino de la misericordia de Dios.

17 Porque la Escritura le dice al faraón: «Te he levantado precisamente para mostrar en ti mi poder, y para que mi nombre sea proclamado por toda la tierra».

18 Así que Dios tiene misericordia de quien él quiere tenerla, y endurece a quien él quiere endurecer.

19 Pero tú me dirás: «Entonces, ¿por qué todavía nos echa la culpa Dios? ¿Quién puede oponerse a su voluntad?»

20 Respondo: ¿Quién eres tú para pedirle cuentas a Dios? «¿Acaso le dirá la olla de barro al que la modeló: “¿Por qué me hiciste así?”?»

21 ¿No tiene derecho el alfarero de hacer del mismo barro unas vasijas para usos especiales y otras para fines ordinarios?

22 ¿Y qué si Dios, queriendo mostrar su ira y dar a conocer su poder, soportó con mucha paciencia a los que eran objeto de su castigoy estaban destinados a la destrucción?

23 ¿Qué si lo hizo para dar a conocer sus gloriosas riquezas a los que eran objeto de su misericordia, y a quienes de antemano preparó para esa gloria?

24 Esos somos nosotros, a quienes Dios llamó no solo de entre los judíos, sino también de entre losgentiles.

25 Así lo dice Dios en el libro de Oseas:

«Llamaré “mi pueblo” a los que no son mi pueblo;

y llamaré “mi amada” a la que no es mi amada»,

26 «Y sucederá que en el mismo lugar donde se os dijo:

“Vosotros no sois mi pueblo”,

seréis llamados “hijos del Dios viviente”».

27 Isaías, por su parte, proclama respecto de Israel:

«Aunque los israelitas sean tan numerosos

como la arena del mar,

solo el remanente será salvo;

28 porque plenamente y sin demora

el Señor cumplirá su sentencia en la tierra».

29 Así había dicho Isaías:

«Si el Señor Todopoderoso

no nos hubiera dejado descendientes,

seríamos ya como Sodoma,

nos pareceríamos a Gomorra».

Incredulidad de Israel

30 ¿Qué concluiremos? Pues que losgentiles, que no buscaban la justicia, la han alcanzado. Me refiero a la justicia que es por la fe.

31 En cambio Israel, que iba en busca de una ley que le diera justicia, no ha alcanzado esa justicia.

32 ¿Por qué no? Porque no la buscaron mediante la fe, sino mediante las obras, como si fuera posible alcanzarla así. Por eso tropezaron con la «piedra de tropiezo»,

33 como está escrito:

«Mirad que pongo en Sión una piedra de tropiezo

y una roca que hacecaer;

pero el que confíe en él no será defraudado».

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Romanos 10

1 Hermanos, el deseo de mi corazón, y mi oración a Dios por los israelitas, es que lleguen a ser salvos.

2 Puedo declarar en favor de ellos que muestran celo por Dios, pero su celo no se basa en el conocimiento.

3 No conociendo la justicia que proviene de Dios, y procurando establecer la suya propia, no se sometieron a la justicia de Dios.

4 De hecho, Cristo es el fin de la ley, para que todo el que cree reciba la justicia.

5 Así describe Moisés la justicia que se basa en la ley: «Quien practique estas cosas vivirá por ellas».

6 Pero la justicia que se basa en la fe afirma: «No digas en tu corazón: “¿Quién subirá al cielo?”(es decir, para hacer bajar a Cristo),

7 o “¿Quién bajará alabismo?”» (es decir, para hacer subir a Cristo de entre los muertos).

8 ¿Qué afirma entonces? «La palabra está cerca de ti; la tienes en la boca y en el corazón».Esta es la palabra de fe que predicamos:

9 que, si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor y crees en tu corazón que Dios lolevantó de entre los muertos, serás salvo.

10 Porque con el corazón se cree para serjustificado, pero con la boca se confiesa para ser salvo.

11 Así dice la Escritura: «Todo el que confíe en él no será jamás defraudado».

12 No hay diferencia entre judíos ygentiles, pues el mismo Señor es Señor de todos y bendice abundantemente a cuantos lo invocan,

13 porque «todo el que invoque el nombre del Señor será salvo».

14 Ahora bien, ¿cómo invocarán a aquel en quien no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán si no hay quien les predique?

15 ¿Y quién predicará sin ser enviado? Así está escrito: «¡Qué hermoso es recibir al mensajero que traebuenasnuevas!»

16 Sin embargo, no todos los israelitas aceptaron las buenas nuevas. Isaías dice: «Señor, ¿quién ha creído a nuestro mensaje?»

17 Así que la fe viene como resultado de oír el mensaje, y el mensaje que se oye es la palabra de Cristo.

18 Pero pregunto: ¿Acaso no oyeron? ¡Claro que sí!

«Por toda la tierra se difundió su voz,

¡sus palabras llegan hasta los confines del mundo!»

19 Pero insisto: ¿Acaso no entendió Israel? En primer lugar, Moisés dice:

«Yo haré que vosotros sintáis envidia de los que no son nación;

voy a irritaros con una nación insensata».

20 Luego Isaías se atreve a decir:

«Dejé que me hallaran los que no me buscaban;

me di a conocer a los que no preguntaban por mí».

21 En cambio, respecto de Israel, dice:

«Todo el día extendí mis manos

hacia un pueblo desobediente y rebelde».