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Génesis 21

Nacimiento de Isaac

1 Tal como elSeñorlo había dicho, se ocupó de Sara y cumplió con la promesa que le había hecho.

2 Sara quedó embarazada y le dio un hijo a Abraham en su vejez. Esto sucedió en el tiempo anunciado por Dios.

3 Al hijo que Sara le dio, Abraham le puso pornombreIsaac.

4 Cuando su hijo Isaac cumplió ocho días de nacido, Abraham lo circuncidó, tal como Dios le había ordenado.

5 Abraham tenía ya cien años cuando nació su hijo Isaac.

6 Sara dijo entonces: «Dios me ha hecho reír, y todos los que se enteren de que he tenido un hijo se reirán conmigo.

7 ¿Quién le hubiera dicho a Abraham que Sara amamantaría hijos? Sin embargo, le he dado un hijo en su vejez».

Expulsión de Agar e Ismael

8 El niño Isaac creció y fue destetado. Ese mismo día, Abraham hizo un gran banquete.

9 Pero Sara se dio cuenta de que el hijo que Agar la egipcia le había dado a Abraham se burlaba de su hijo Isaac.

10 Por eso le dijo a Abraham:

―¡Echa de aquí a esa esclava y a su hijo! El hijo de esa esclava jamás tendrá parte en la herencia con mi hijo Isaac.

11 Este asunto angustió mucho a Abraham porque se trataba de su propio hijo.

12 Pero Dios le dijo a Abraham: «No te angusties por el muchacho ni por la esclava. Hazle caso a Sara, porque tu descendencia se establecerá por medio de Isaac.

13 Pero también del hijo de la esclava haré una gran nación, porque es hijo tuyo».

14 Al día siguiente, Abraham se levantó de madrugada, tomó un pan y un odre de agua, y se los dio a Agar, poniéndoselos sobre el hombro. Luego le entregó a su hijo y la despidió. Agar partió y anduvo errante por el desierto de Berseba.

15 Cuando se acabó el agua del odre, puso al niño debajo de un arbusto

16 y fue a sentarse sola a cierta distancia,pues pensaba: «No quiero ver morir al niño». En cuanto ella se sentó, comenzó a llorar desconsoladamente.

17 Cuando Dios oyó al niño sollozar, el ángel de Dios llamó a Agar desde el cielo y le dijo: «¿Qué te pasa, Agar? No temas, pues Dios ha escuchado los sollozos del niño.

18 Levántate y tómalo de la mano, que yo haré de él una gran nación».

19 En ese momento Dios le abrió a Agar los ojos, y ella vio un pozo de agua. En seguida fue a llenar el odre y le dio de beber al niño.

20 Dios acompañó al niño, y este fue creciendo; vivió en el desierto y se convirtió en un experto arquero;

21 habitó en el desierto de Parán y su madre lo casó con una egipcia.

Pacto entre Abraham y Abimélec

22 En aquel tiempo, Abimélec, que estaba acompañado por Ficol, jefe de su ejército, le dijo a Abraham:

―Dios está contigo en todo lo que haces.

23 Júrame ahora, por Dios mismo, que no me tratarás a mí con falsedad, ni tampoco a mis hijos ni a mis descendientes. Júrame que a mí y al país que te ha recibido como extranjero nos tratarás con la misma lealtad con que yo te he tratado.

24 ―¡Lo juro! —respondió Abraham.

25 Luego Abraham se quejó ante Abimélec por causa de un pozo de agua del cual los siervos de Abimélec se habían apropiado.

26 Pero Abimélec dijo:

―No sé quién pudo haberlo hecho. Me acabo de enterar, pues tú no me lo habías dicho.

27 Entonces Abraham llevó ovejas y vacas, y se las dio a Abimélec, y los dos hicieron un pacto.

28 Pero Abraham apartó siete corderas del rebaño,

29 por lo que Abimélec le preguntó:

―¿Qué pasa? ¿Por qué has apartado estas siete corderas?

30 ―Acepta estas siete corderas —le contestó Abraham—. Ellas servirán de prueba de que yo cavé este pozo.

31 Por eso a aquel lugar le dieron el nombre de Berseba,porque allí los dos hicieron un juramento.

32 Después de haber hecho el pacto en Berseba, Abimélec y Ficol, el jefe de su ejército, volvieron al país de los filisteos.

33 Abraham plantó un tamarisco en Berseba, y en ese lugar invocó elnombredelSeñor, el Dios eterno.

34 Y se quedó en el país de los filisteos durante mucho tiempo.

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Génesis 22

Dios prueba a Abraham

1 Pasado cierto tiempo, Dios puso a prueba a Abraham y le dijo:

―¡Abraham!

―Aquí estoy —respondió.

2 Y Dios le ordenó:

―Toma a tu hijo, el único que tienes y al que tanto amas, y ve a la región de Moria. Una vez allí, ofrécelo comoholocaustoen el monte que yo te indicaré.

3 Abraham se levantó de madrugada y ensilló su asno. También cortó leña para el holocausto y, junto con dos de sus criados y su hijo Isaac, se encaminó hacia el lugar que Dios le había indicado.

4 Al tercer día, Abraham alzó los ojos y a lo lejos vio el lugar.

5 Entonces les dijo a sus criados:

―Quedaos aquí con el asno. El muchacho y yo seguiremos adelante para adorar a Dios, y luego regresaremos junto a vosotros.

6 Abraham tomó la leña del holocausto y la puso sobre Isaac, su hijo; él, por su parte, cargó con el fuego y el cuchillo. Y los dos siguieron caminando juntos.

7 Isaac le dijo a Abraham:

―¡Padre!

―Dime, hijo mío.

―Aquí tenemos el fuego y la leña —continuó Isaac—; pero ¿dónde está el cordero para el holocausto?

8 ―El cordero, hijo mío, lo proveerá Dios —le respondió Abraham.

Y siguieron caminando juntos.

9 Cuando llegaron al lugar señalado por Dios, Abraham construyó un altar y preparó la leña. Después ató a su hijo Isaac y lo puso sobre el altar, encima de la leña.

10 Entonces tomó el cuchillo para sacrificar a su hijo,

11 pero en ese momento el ángel delSeñorle gritó desde el cielo:

―¡Abraham! ¡Abraham!

―Aquí estoy —respondió.

12 ―No pongas tu mano sobre el muchacho, ni le hagas ningún daño —le dijo el ángel—. Ahora sé que temes a Dios, porque ni siquiera te has negado a darme a tu único hijo.

13 Abraham alzó la vista y, en un matorral, vio un carnero enredado por los cuernos. Fue entonces, tomó el carnero y lo ofreció como holocausto, en lugar de su hijo.

14 A ese sitio Abraham le puso pornombre: «ElSeñorprovee». Por eso hasta el día de hoy se dice: «En un monte provee elSeñor».

15 El ángel delSeñorllamó a Abraham por segunda vez desde el cielo,

16 y le dijo:

―Como has hecho esto, y no me has negado a tu único hijo, juro por mí mismo —afirma elSeñor—

17 que te bendeciré en gran manera, y que multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo y como la arena del mar. Además, tus descendientes conquistarán las ciudades de sus enemigos.

18 Puesto que me has obedecido, todas las naciones del mundo serán bendecidas por medio de tu descendencia.

19 Abraham regresó al lugar donde estaban sus criados, y juntos partieron hacia Berseba, donde Abraham se quedó a vivir.

Los hijos de Najor

20 Pasado cierto tiempo, Abraham recibió la noticia de que también Milca le había dado hijos a su hermano Najor.

21 Su hijo primogénito fue Uz; luego nacieron sus hermanos Buz y Quemuel. Este último fue el padre de Aram.

22 Después siguieron Quésed, Jazó, Pildás, Yidlaf y Betuel,

23 que fue el padre de Rebeca. Estos fueron los ocho hijos que Milca le dio a Najor, hermano de Abraham.

24 Najor también tuvo hijos con Reumá, su concubina. Ellos fueron Tébaj, Gaján, Tajás y Macá.

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Génesis 23

Muerte de Sara

1 Sara vivió ciento veintisiete años,

2 y murió en Quiriat Arbá, es decir, en la ciudad de Hebrón, en la tierra de Canaán. Abraham hizo duelo y lloró por ella.

3 Luego se retiró de donde estaba la difunta y fue a proponer a los hititas lo siguiente:

4 ―Entre vosotros yo soy un extranjero; no obstante, quiero pediros que me vendáis un sepulcro para enterrar a mi esposa.

5 Los hititas le respondieron:

6 ―Escúchanos, señor; tú eres un príncipe poderoso entre nosotros. Sepulta a tu esposa en el mejor de nuestros sepulcros. Ninguno de nosotros te negará su tumba para que puedas sepultar a tu esposa.

7 Abraham se levantó, hizo una reverencia ante los hititas del lugar

8 y les dijo:

―Si os parece bien que yo entierre aquí a mi difunta, os ruego que intercedáis ante Efrón hijo de Zojar

9 para que me venda la cueva de Macpela, que está en los linderos de su campo. Decidle que me la venda en su justo precio, y así tendré entre vosotros un sepulcro para mi familia.

10 Efrón el hitita, que estaba sentado allí entre su gente, le respondió a Abraham en presencia de todos ellos y de los que pasaban por lapuertade su ciudad:

11 ―No, señor mío, escúchame bien: yo te regalo el campo, y también la cueva que está en él. Los hijos de mi pueblo son testigos de que yo te los regalo. Entierra a tu esposa.

12 Una vez más, Abraham hizo una reverencia ante la gente de ese lugar,

13 y en presencia de los que allí estaban le dijo a Efrón:

―Escúchame, por favor. Yo insisto en pagarte el precio justo del campo. Acéptalo, y así yo podré enterrar allí a mi esposa.

14 Efrón le contestó a Abraham:

15 ―Señor mío, escúchame. El campo vale cuatrocientas monedasde plata. ¿Qué es eso entre nosotros? Vete tranquilo y entierra a tu esposa.

16 Abraham se puso de acuerdo con Efrón, y en presencia de los hititas le pagó lo convenido: cuatrocientas monedas de plata, moneda corriente entre los comerciantes.

17 Así fue como el campo de Efrón, que estaba en Macpela, cerca de Mamré, pasó a ser propiedad de Abraham, junto con la cueva y todos los árboles que estaban dentro de los límites del campo.

18 La transacción se hizo en presencia de los hititas y de los que pasaban por la puerta de su ciudad.

19 Luego Abraham sepultó a su esposa Sara en la cueva del campo de Macpela que está cerca de Mamré, es decir, en Hebrón, en la tierra de Canaán.

20 De esta manera, el campo y la cueva que estaba en él dejaron de ser de los hititas y pasaron a ser propiedad de Abraham para sepultura.

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Génesis 24

Isaac y Rebeca

1 Abraham era ya viejo y muy entrado en años, y elSeñorlo había bendecido en todo.

2 Un día, Abraham le dijo al criado más antiguo de su casa, que era quien le administraba todos sus bienes:

―Pon tu mano debajo de mi muslo,

3 y júrame por elSeñor, el Dios del cielo y de la tierra, que no tomarás de esta tierra de Canaán, donde yo habito, una mujer para mi hijo

4 Isaac, sino que irás a mi tierra, donde vive mi familia, y de allí le escogerás una esposa.

5 ―¿Qué pasa si la mujer no está dispuesta a venir conmigo a esta tierra? —respondió el criado—. ¿Debo entonces llevar a tu hijo hasta la tierra de donde viniste?

6 ―¡De ninguna manera debes llevar a mi hijo hasta allí! —le replicó Abraham—.

7 ElSeñor, el Dios del cielo, que me sacó de la casa de mi padre y de la tierra de mis familiares, y que bajo juramento me prometió dar esta tierra a mis descendientes, enviará su ángel delante de ti para que puedas traer de allí una mujer para mi hijo.

8 Si la mujer no está dispuesta a venir contigo, quedarás libre de este juramento; pero ¡en ningún caso llevarás a mi hijo hasta allí!

9 El criado puso la mano debajo del muslo de Abraham, su amo, y le juró que cumpliría con su encargo.

10 Luego tomó diez camellos de su amo, y toda clase de regalos, y partió hacia la ciudad de Najor en Aram Najarayin.

11 Allí hizo que los camellos se arrodillaran junto al pozo de agua que estaba en las afueras de la ciudad. Caía la tarde, que es cuando las mujeres salen a buscar agua.

12 Entonces comenzó a orar: «Señory Dios de mi amo Abraham, te ruego que hoy me vaya bien, y que demuestres el amor que le tienes a mi amo.

13 Aquí me tienes, a la espera junto a la fuente, mientras las jóvenes de esta ciudad vienen a sacar agua.

14 Permite que la joven a quien le diga: “Por favor, baja tu cántaro para que tome yo un poco de agua”, y que me conteste: “Toma tú, y además les daré agua a tus camellos”, sea la que tú has elegido para tu siervo Isaac. Así estaré seguro de que tú has demostrado el amor que le tienes a mi amo».

15 Aún no había terminado de orar cuando vio que se acercaba Rebeca, con su cántaro al hombro. Rebeca era hija de Betuel, que a su vez era hijo de Milca y Najor, el hermano de Abraham.

16 La joven era muy hermosa, y además virgen, pues no había tenido relaciones sexuales con ningún hombre. Bajó hacia la fuente y llenó su cántaro. Ya se preparaba para subir

17 cuando el criado corrió a su encuentro y le dijo:

―¿Podrías darme un poco de agua de tu cántaro?

18 ―Sírvete, señor mío —le respondió.

Y en seguida bajó el cántaro y, sosteniéndolo entre sus manos, le dio de beber.

19 Cuando ya el criado había bebido, ella le dijo:

―Voy también a sacar agua para que tus camellos beban todo lo que quieran.

20 De inmediato vació su cántaro en el bebedero, y volvió corriendo al pozo para buscar más agua, repitiendo la acción hasta que hubo suficiente agua para todos los camellos.

21 Mientras tanto, el criado de Abraham la observaba en silencio, para ver si elSeñorhabía coronado su viaje con éxito.

22 Cuando los camellos terminaron de beber, el criado tomó un anillo de oro que pesaba seis gramos y se lo puso a la joven en la nariz;también le colocó en los brazos dos pulseras de oro que pesaban más de cien gramos,y le preguntó:

23 ―¿Podrías tú decirme de quién eres hija, y si habrá lugar en la casa de tu padre para hospedarnos?

24 ―Soy hija de Betuel, el hijo de Milca y Najor —respondió ella,

25 a lo que agregó—: No solo tenemos lugar para vosotros, sino que también tenemos paja y forraje en abundancia para los camellos.

26 Entonces el criado de Abraham se arrodilló y adoró alSeñor

27 con estas palabras: «Bendito sea elSeñor, el Dios de mi amo Abraham, que no ha dejado de manifestarle su amor y fidelidad, y que a mí me ha guiado a la casa de sus parientes».

28 La joven corrió hasta la casa de su madre, y allí contó lo que le había sucedido.

29 Tenía Rebeca un hermano llamado Labán, que salió corriendo al encuentro del criado, quien seguía junto a la fuente.

30 Labán se había fijado en el anillo y las pulseras en los brazos de su hermana, y también la había escuchado contar lo que el criado le había dicho. Por eso salió en busca del criado, y lo encontró junto a la fuente, con sus camellos.

31 ―¡Ven, bendito delSeñor! —le dijo—. ¿Por qué te quedas afuera? ¡Ya he preparado la casa y un lugar para los camellos!

32 El criado entró en la casa. En seguida Labán desaparejó los camellos, les dio paja y forraje, y llevó agua para que el criado y sus acompañantes se lavaran los pies.

33 Cuando le sirvieron de comer, el criado dijo:

―No comeré hasta haberos dicho lo que tengo que decir.

―Habla con toda confianza —respondió Labán.

34 ―Yo soy criado de Abraham —comenzó él—.

35 ElSeñorha bendecido mucho a mi amo y lo ha prosperado. Le ha dado ovejas y ganado, oro y plata, siervos y siervas, camellos y asnos.

36 Sara, la esposa de mi amo, le dio en su vejez un hijo, al que mi amo le ha dejado todo lo que tiene.

37 Mi amo me hizo jurar, y me dijo: “No tomarás para mi hijo una mujer de entre las hijas de los cananeos, en cuyo país habito.

38 Al contrario, irás a la familia de mi padre, y le buscarás una esposa entre las mujeres de mis parientes”.

39 Yo le pregunté a mi amo: “¿Y si la mujer no acepta venir conmigo?”

40 Él me respondió: “ElSeñor, en cuya presencia he caminado, enviará su ángel contigo, y él hará prosperar tu viaje para que consigas para mi hijo una esposa que pertenezca a la familia de mi padre.

41 Solo quedarás libre del juramento si vas a ver a mi familia y ellos no te conceden a la joven”.

42 »Cuando hoy llegué a la fuente, dije: “Señory Dios de mi amo Abraham, si es tu voluntad, te ruego que hagas prosperar mi viaje.

43 Aquí me tienes, a la espera junto a la fuente. Si una joven sale a buscar agua, y yo le digo: ‘Por favor, déjame beber un poco de agua de tu cántaro’,

44 y ella me contesta: ‘Bebe tú, y también les daré agua a tus camellos’, que sea ella la mujer que tú,Señor, has escogido para el hijo de mi amo”.

45 »Todavía no había terminado yo de orar cuando vi que Rebeca se acercaba con un cántaro sobre el hombro. Bajó a la fuente para sacar agua, y yo le dije: “Por favor, dame de beber”.

46 En seguida bajó ella su cántaro y me dijo: “Bebe tú, y también les daré de beber a tus camellos”. Mientras yo bebía, ella les dio agua a los camellos.

47 Luego le pregunté: “¿De quién eres hija?” Y, cuando ella me respondió: “Soy hija de Betuel, el hijo de Najor y de Milca”, yo le puse un anillo en la nariz y pulseras en los brazos,

48 y me incliné para adorar alSeñor. Bendije alSeñor, el Dios de Abraham, que me guio por el camino correcto para llevarle al hijo de mi amo una parienta cercana suya.

49 Y ahora, si deseáis mostrarle lealtad y fidelidad a mi amo, decídmelo; y, si no, decídmelo también. Así yo sabré qué hacer».

50 Labán y Betuel respondieron:

―Sin duda todo esto proviene delSeñor, y nosotros no podemos decir ni que sí ni que no.

51 Aquí está Rebeca; tómala y llévatela para que sea la esposa del hijo de tu amo, tal como elSeñorlo ha dispuesto.

52 Al escuchar esto, el criado de Abraham se postró en tierra delante delSeñor.

53 Luego sacó joyas de oro y de plata, y vestidos, y se los dio a Rebeca. También entregó regalos a su hermano y a su madre.

54 Más tarde, él y sus acompañantes comieron y bebieron, y pasaron allí la noche.

A la mañana siguiente, cuando se levantaron, el criado de Abraham dijo:

―Dejadme ir a la casa de mi amo.

55 Pero el hermano y la madre de Rebeca le respondieron:

―Que se quede la joven con nosotros unos diez días, y luego podrás irte.

56 ―No me detengáis —repuso el criado—. ElSeñorha prosperado mi viaje, así que dejadme ir a la casa de mi amo.

57 ―Llamemos a la joven, a ver qué piensa ella —respondieron.

58 Así que llamaron a Rebeca y le preguntaron:

―¿Quieres irte con este hombre?

―Sí —respondió ella.

59 Entonces dejaron ir a su hermana Rebeca y a su nodriza con el criado de Abraham y sus acompañantes.

60 Y bendijeron a Rebeca con estas palabras:

«Hermana nuestra:

¡que seas madre de millares!

¡Que dominen tus descendientes

las ciudades de sus enemigos!»

61 Luego Rebeca y sus criadas se prepararon, montaron en los camellos y siguieron al criado de Abraham. Así fue como él tomó a Rebeca y se marchó de allí.

62 Ahora bien, Isaac había vuelto del pozo de Lajay Roí, porque vivía en la región del Néguev.

63 Una tarde, salió a dar un paseopor el campo. De pronto, al levantar la vista, vio que se acercaban unos camellos.

64 También Rebeca levantó la vista y, al ver a Isaac, se bajó del camello

65 y le preguntó al criado:

―¿Quién es ese hombre que viene por el campo a nuestro encuentro?

―Es mi amo —contestó el criado.

Entonces ella tomó el velo y se cubrió.

66 El criado le contó a Isaac todo lo que había hecho.

67 Luego Isaac llevó a Rebeca a la tienda de Sara, su madre, y la tomó por esposa. Isaac amó a Rebeca, y así se consoló de la muerte de su madre.

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Génesis 25

Muerte de Abraham

1 Abraham volvió a casarse, esta vez con una mujer llamada Cetura.

2 Los hijos que tuvo con ella fueron: Zimrán, Jocsán, Medán, Madián, Isbac y Súaj.

3 Jocsán fue el padre de Sabá y Dedán.

Los descendientes de Dedán fueron los asureos, los letuseos y los leumeos.

4 Los hijos de Madián fueron Efá, Éfer, Janoc, Abidá y Eldá. Todos estos fueron hijos de Cetura.

5 Abraham entregó todos sus bienes a Isaac.

6 A los hijos de sus concubinas les hizo regalos y, mientras él todavía estaba con vida, los separó de su hijo Isaac, enviándolos a las regiones orientales.

7 Abraham vivió ciento setenta y cinco años,

8 y murió en buena vejez, después de haber vivido muchos años, y fue a reunirse con sus antepasados.

9 Sus hijos Isaac e Ismael lo sepultaron en la cueva de Macpela, que está cerca de Mamré, es decir, en el campo del hitita Efrón hijo de Zojar.

10 Este era el campo que Abraham les había comprado a los hititas. Allí lo enterraron, junto a su esposa Sara.

11 Después de la muerte de Abraham, Dios bendijo a Isaac, hijo de Abraham, quien se quedó a vivir cerca del pozo de Lajay Roí.

Descendientes de Ismael

12 Esta es la descendencia de Ismael, el hijo que Abraham tuvo con Agar, la criada egipcia de Sara.

13 Estos son los nombres de los hijos de Ismael, comenzando por el primogénito: Nebayot, Cedar, Adbel, Mibsán,

14 Mismá, Dumá, Masá,

15 Hadar, Temá, Jetur, Nafis y Cedema.

16 Estos fueron los hijos de Ismael, y estos los nombres de los doce jefes de tribus, según sus propios territorios y campamentos.

17 Ismael vivió ciento treinta y siete años. Al morir, fue a reunirse con sus antepasados.

18 Sus descendientes se quedaron a vivir en la región que está entre Javilá y Sur, cerca de Egipto, en la ruta que conduce a Asiria. Allí se establecieron en franca oposición a todos sus hermanos.

Nacimiento de Jacob y de Esaú

19 Esta es la historia de Isaac, el hijo que tuvo Abraham.

20 Isaac tenía cuarenta años cuando se casó con Rebeca, que era hija de Betuel y hermana de Labán. Betuel y Labán eranarameosde Padán Aram.

21 Isaac oró alSeñoren favor de su esposa, porque era estéril. ElSeñoroyó su oración, y ella quedó embarazada.

22 Pero, como los niños luchaban dentro de su seno, ella se preguntó: «Si esto va a seguir así, ¿para qué sigo viviendo?» Entonces fue a consultar alSeñor,

23 y él le contestó:

«Dos naciones hay en tu seno;

dos pueblos se dividen desde tus entrañas.

Uno será más fuerte que el otro,

y el mayor servirá al menor».

24 Cuando le llegó el momento de dar a luz, resultó que en su seno había mellizos.

25 El primero en nacer era pelirrojo, y tenía todo el cuerpo cubierto de vello. A este lo llamaron Esaú.

26 Luego nació su hermano, agarrado con una mano del talón de Esaú. A este lo llamaron Jacob.Cuando nacieron los mellizos, Isaac tenía sesenta años.

27 Los niños crecieron. Esaú era un hombre de campo y se convirtió en un excelente cazador, mientras que Jacob era un hombre tranquilo que prefería quedarse en el campamento.

28 Isaac quería más a Esaú, porque le gustaba comer de lo que él cazaba; pero Rebeca quería más a Jacob.

29 Un día, cuando Jacob estaba preparando un guiso, Esaú llegó agotado del campo y le dijo:

30 ―Dame de comer de ese guiso rojizo, porque estoy muy cansado. (Por eso a Esaú se le llamó Edom).

31 ―Véndeme primero tus derechos de hijo mayor —le respondió Jacob.

32 ―Me estoy muriendo de hambre —contestó Esaú—, así que ¿de qué me sirven los derechos de primogénito?

33 ―Véndeme entonces los derechos bajo juramento —insistió Jacob.

Esaú se lo juró, y fue así como le vendió a Jacob sus derechos de primogénito.

34 Jacob, por su parte, le dio a Esaú pan y guiso de lentejas.

Después de comer y beber, Esaú se levantó y se fue. De esta manera menospreció sus derechos de hijo mayor.

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Génesis 26

Isaac y Abimélec

1 En ese tiempo hubo mucha hambre en aquella región, además de la que hubo en tiempos de Abraham. Por eso Isaac se fue a Guerar, donde se encontraba Abimélec, rey de los filisteos.

2 Allí elSeñorse le apareció y le dijo: «No vayas a Egipto. Quédate en la región de la que te he hablado.

3 Vive en ese lugar por un tiempo. Yo estaré contigo y te bendeciré, porque a ti y a tu descendencia os daré todas esas tierras. Así confirmaré el juramento que le hice a tu padre Abraham.

4 Multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo, y le daré todas esas tierras. Por medio de tu descendencia, todas las naciones de la tierra serán bendecidas,

5 porque Abraham me obedeció y cumplió mis preceptos y mis mandamientos, mis normas y mis enseñanzas».

6 Isaac se quedó en Guerar.

7 Y, cuando la gente del lugar le preguntaba a Isaac acerca de su esposa, él respondía que ella era su hermana. Tan bella era Rebeca que Isaac tenía miedo de decir que era su esposa, pues pensaba que por causa de ella podrían matarlo.

8 Algún tiempo después, mientras Abimélec, el rey de los filisteos, miraba por una ventana, vio a Isaac acariciando a su esposa Rebeca.

9 Entonces mandó llamar a Isaac y le dijo:

―¡Conque ella es tu esposa! ¿Por qué dijiste que era tu hermana?

―Yo pensé que por causa de ella podrían matarme —contestó Isaac.

10 ―¿Por qué nos hiciste esto? —replicó Abimélec—. Alguno de nosotros podría haberse acostado con tu esposa, ¡y tú nos habrías hecho a todos culpables de ese pecado!

11 Por eso Abimélec envió esta orden a todo el pueblo:

―Si alguien molesta a este hombre o a su esposa, será condenado a muerte.

12 Isaac sembró en aquella región, y ese año cosechó al ciento por uno, porque elSeñorlo había bendecido.

13 Así Isaac fue acumulando riquezas, hasta que llegó a ser muy rico.

14 Esto causó que los filisteos comenzaran a tenerle envidia, pues llegó a tener muchas ovejas, vacas y siervos.

15 Ahora bien, los filisteos habían cegado todos los pozos de agua que los siervos del padre de Isaac habían cavado.

16 Así que Abimélec le dijo a Isaac:

―Aléjate de nosotros, pues ya eres más poderoso que nosotros.

17 Isaac se fue de allí y acampó en el valle de Guerar, donde se quedó a vivir.

18 Abrió nuevamente los pozos de agua que habían sido cavados en tiempos de su padre Abraham, y que los filisteos habían tapado después de su muerte, y les puso los mismosnombresque su padre les había dado.

19 Cierta vez, cuando los siervos de Isaac estaban cavando en el valle, encontraron un manantial.

20 Pero los pastores de Guerar discutieron acaloradamente con los pastores de Isaac, alegando que el agua era de ellos. Por eso Isaac llamó a ese pozo Pleito,porque habían peleado con él.

21 Después sus siervos cavaron otro pozo, por el cual también se pelearon. Por eso Isaac lo llamó Enemistad.

22 Entonces Isaac se fue de allí y cavó otro pozo, pero esta vez no hubo ninguna disputa. A este pozo lo llamó Espacios libres,y dijo: «ElSeñornos ha dado espacio para que prosperemos en esta región».

23 De allí Isaac se dirigió a Berseba.

24 Esa noche se le apareció elSeñor, y le dijo:

«Yo soy el Dios de tu padre Abraham.

No temas, porque yo estoy contigo.

Por amor a mi siervo Abraham,

te bendeciré y multiplicaré tu descendencia».

25 Allí Isaac construyó un altar e invocó el nombre delSeñor. Acampó en ese lugar, y sus siervos cavaron un pozo.

26 Cierto día, Abimélec fue a ver a Isaac desde Guerar. Llegó acompañado de su consejero Ajuzat, y de Ficol, el jefe de su ejército.

27 Isaac les preguntó:

―Si tanto me odiáis que hasta me echasteis de vuestra tierra, ¿para qué venís a verme?

28 ―Nos hemos dado cuenta de que elSeñorestá contigo —respondieron—. Hemos pensado que tú y nosotros debiéramos hacer un pacto, respaldado por un juramento. Ese pacto será el siguiente:

29 Tú no nos harás ningún daño, ya que nosotros no te hemos perjudicado, sino que te hemos tratado bien y te hemos dejado ir enpaz. ¡Ahora el bendecido delSeñoreres tú!

30 Isaac les preparó un banquete, y comieron y bebieron.

31 A la mañana siguiente se levantaron muy temprano, e hicieron un compromiso mutuo. Luego Isaac los despidió, y ellos se fueron en calidad de amigos.

32 Aquel mismo día, los siervos de Isaac fueron y le informaron acerca de un pozo que habían cavado, y le dijeron:

―¡Hemos encontrado agua!

33 Isaac llamó a ese pozo Juramento.Por eso la ciudad se llama Bersebahasta el día de hoy.

Isaac bendice a Jacob

34 Esaú tenía cuarenta años de edad cuando se casó con Judit hija de Beerí, el hitita. También se casó con Basemat, hija de un hitita llamado Elón.

35 Estas dos mujeres les causaron mucha amargura a Isaac y a Rebeca.

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Génesis 27

1 Isaac había llegado a viejo y se había quedado ciego. Un día llamó a Esaú, su hijo mayor.

―¡Hijo mío! —le dijo.

―Aquí estoy —le contestó Esaú.

2 ―Como te darás cuenta, ya soy muy viejo y en cualquier momento puedo morirme.

3 Toma, pues, tus armas, tu arco y tus flechas, y ve al campo a cazarme algún animal.

4 Prepárame luego un buen guiso, como a mí me gusta, y tráemelo para que me lo coma. Entonces te bendeciré antes de que muera.

5 Como Rebeca había estado escuchando mientras Isaac le hablaba a su hijo Esaú, en cuanto este se fue al campo a cazar un animal para su padre,

6 ella le dijo a su hijo Jacob:

―Según acabo de escuchar, tu padre le ha pedido a tu hermano Esaú

7 que cace un animal y se lo traiga para hacerle un guiso como a él le gusta. También le ha prometido que antes de morirse lo va a bendecir, poniendo alSeñorcomo testigo.

8 Ahora bien, hijo mío, escúchame bien y haz lo que te mando.

9 Ve al rebaño y tráeme de allí dos de los mejores cabritos, para que yo le prepare a tu padre un guiso como a él le gusta.

10 Tú se lo llevarás para que se lo coma, y así él te dará su bendición antes de morirse.

11 Pero Jacob le dijo a su madre:

―Hay un problema: mi hermano Esaú es muy velludo, y yo soy lampiño.

12 Si mi padre me toca, se dará cuenta de que quiero engañarlo, y esto hará que me maldiga en vez de bendecirme.

13 ―Hijo mío, ¡que esa maldición caiga sobre mí! —le contestó su madre—. Tan solo haz lo que te pido, y ve a buscarme esos cabritos.

14 Jacob fue a buscar los cabritos, se los llevó a su madre, y ella preparó el guiso tal como le gustaba a su padre.

15 Luego sacó la mejor ropa de su hijo mayor Esaú, la cual tenía en casa, y con ella vistió a su hijo menor Jacob.

16 Con la piel de los cabritos le cubrió los brazos y la parte lampiña del cuello,

17 y le entregó a Jacob el guiso y el pan que había preparado.

18 Jacob se presentó ante su padre y le dijo:

―¡Padre!

―Dime, hijo mío, ¿quién eres tú? —preguntó Isaac.

19 ―Soy Esaú, tu primogénito —le contestó Jacob—. Ya hice todo lo que me pediste. Ven, por favor, y siéntate a comer de lo que he cazado; así podrás darme tu bendición.

20 Pero Isaac le preguntó a su hijo:

―¿Cómo fue que lo encontraste tan pronto, hijo mío?

―ElSeñortu Dios me ayudó —respondió Jacob.

21 Isaac le dijo:

―Acércate, hijo mío, para que pueda tocarte y saber si de veras eres o no mi hijo Esaú.

22 Jacob se acercó a su padre, quien al tocarlo dijo:

―La voz es la de Jacob, pero las manos son las de Esaú.

23 Así que no lo reconoció, porque sus manos eran velludas como las de Esaú. Ya se disponía a bendecirlo

24 cuando volvió a preguntarle:

―¿En serio eres mi hijo Esaú?

―Claro que sí —respondió Jacob.

25 Entonces su padre le dijo:

―Tráeme lo que has cazado, para que lo coma, y te daré mi bendición.

Jacob le sirvió, y su padre comió. También le llevó vino, y su padre lo bebió.

26 Luego le dijo su padre:

―Acércate ahora, hijo mío, y dame un beso.

27 Jacob se acercó y lo besó. Cuando Isaac olió su ropa, lo bendijo con estas palabras:

«El olor de mi hijo es como el de un campo

bendecido por elSeñor.

28 Que Dios te conceda el rocío del cielo;

que de la riqueza de la tierra

te dé trigo y vino en abundancia.

29 Que te sirvan los pueblos;

que ante ti se inclinen las naciones.

Que seas señor de tus hermanos;

que ante ti se inclinen los hijos de tu madre.

Maldito sea el que te maldiga,

y bendito el que te bendiga».

30 No bien había terminado Isaac de bendecir a Jacob, y este de salir de la presencia de su padre, cuando Esaú volvió de cazar.

31 También él preparó un guiso, se lo llevó a su padre y le dijo:

―Levántate, padre mío, y come de lo que ha cazado tu hijo. Luego podrás darme tu bendición.

32 Pero Isaac lo interrumpió:

―¿Quién eres tú?

―Soy Esaú, tu hijo primogénito —respondió.

33 Isaac comenzó a temblar y, muy sobresaltado, dijo:

―¿Quién fue el que ya me trajo lo que había cazado? Poco antes de que llegaras, yo me lo comí todo. Le di mi bendición, y bendecido quedará.

34 Al escuchar Esaú las palabras de su padre, lanzó un grito aterrador y, lleno de amargura, le dijo:

―¡Padre mío, te ruego que también a mí me bendigas!

35 Pero Isaac le respondió:

―Tu hermano vino y me engañó, y se llevó la bendición que a ti te correspondía.

36 ―¡Con toda razón le pusieron Jacob!—replicó Esaú—. Ya van dos veces que me engaña: primero me quita mis derechos de primogénito, y ahora se lleva mi bendición. ¿No te queda ninguna bendición para mí?

37 Isaac le respondió:

―Ya lo he puesto por señor tuyo: todos sus hermanos serán siervos suyos; lo he sustentado con trigo y con vino. ¿Qué puedo hacer ahora por ti, hijo mío?

38 Pero Esaú insistió:

―¿Acaso tienes una sola bendición, padre mío? ¡Bendíceme también a mí!

Y se echó a llorar.

39 Entonces su padre le dijo:

«Vivirás lejos de las riquezas de la tierra,

lejos del rocío que cae del cielo.

40 Gracias a tu espada,

vivirás y servirás a tu hermano.

Pero, cuando te impacientes,

te librarás de su opresión».

Jacob huye de Esaú

41 A partir de ese momento, Esaú guardó un profundo rencor hacia su hermano por causa de la bendición que le había dado su padre, y pensaba: «Ya falta poco para que hagamos duelo por mi padre; después de eso, mataré a mi hermano Jacob».

42 Cuando Rebeca se enteró de lo que estaba pensando Esaú, mandó llamar a Jacob, y le dijo:

―Mira, tu hermano Esaú está planeando matarte para vengarse de ti.

43 Por eso, hijo mío, obedéceme: Prepárate y huye en seguida a Jarán, a la casa de mi hermano Labán,

44 y quédate con él por un tiempo, hasta que se calme el enojo de tu hermano.

45 Cuando ya se haya tranquilizado, y olvide lo que le has hecho, yo enviaré a buscarte. ¿Por qué voy a perder a mis dos hijos en un solo día?

46 Luego Rebeca le dijo a Isaac:

―Estas mujeres hititas me tienen harta. Me han quitado las ganas de vivir. Si Jacob se llega a casar con una de las hititas que viven en este país, ¡más me valdría morir!

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Génesis 28

1 Isaac llamó a Jacob, lo bendijo y le ordenó:

―No te cases con ninguna mujer de aquí de Canaán.

2 Vete ahora mismo a Padán Aram,a la casa de Betuel, tu abuelo materno, y cásate allí con una de las hijas de tu tío Labán.

3 Que el DiosTodopoderosote bendiga, te haga fecundo y haga que salgan de ti numerosas naciones.

4 Que también te dé, a ti y a tu descendencia, la bendición de Abraham, para que puedas poseer esta tierra donde ahora vives como extranjero, esta tierra que Dios le prometió a Abraham.

5 Así envió Isaac a Jacob a Padán Aram, a la casa de Labán, quien era hijo de Betuel elarameoy hermano de Rebeca, la madre de Jacob y de Esaú.

6 Esaú supo que Isaac había bendecido a Jacob, y que lo había enviado a Padán Aram para casarse allí. También se enteró de que, al bendecirlo, le dio la orden de no casarse con ninguna cananea,

7 y de que Jacob había partido hacia Padán Aram en obediencia a su padre y a su madre.

8 Entonces Esaú se dio cuenta de la antipatía de su padre por las cananeas.

9 Por eso, aunque ya tenía otras esposas cananeas, Esaú fue hasta donde vivía Ismael hijo de Abraham y se casó con su hija Majalat, que era hermana de Nebayot.

El sueño de Jacob en Betel

10 Jacob partió de Berseba y se encaminó hacia Jarán.

11 Cuando llegó a cierto lugar, se detuvo para pasar la noche, porque ya estaba anocheciendo. Tomó una piedra, la usó como almohada, y se acostó a dormir en ese lugar.

12 Allí soñó que había una escalinata apoyada en la tierra, cuyo extremo superior llegaba hasta el cielo. Por ella subían y bajaban los ángeles de Dios.

13 En el sueño, elSeñorestaba de pie junto a él y le decía: «Yo soy elSeñor, el Dios de tu abuelo Abraham y de tu padre Isaac. A ti y a tu descendencia os daré la tierra sobre la que estás acostado.

14 Tu descendencia será tan numerosa como el polvo de la tierra. Te extenderás de norte a sur, y de oriente a occidente, y todas las familias de la tierra serán bendecidas por medio de ti y de tu descendencia.

15 Yo estoy contigo. Te protegeré por dondequiera que vayas, y te traeré de vuelta a esta tierra. No te abandonaré hasta cumplir con todo lo que te he prometido».

16 Al despertar Jacob de su sueño, pensó: «En realidad, elSeñorestá en este lugar, y yo no me había dado cuenta».

17 Y, con mucho temor, añadió: «¡Qué asombroso es este lugar! Es nada menos que la casa de Dios; ¡es la puerta del cielo!»

18 A la mañana siguiente, Jacob se levantó temprano, tomó la piedra que había usado como almohada, la erigió como unaestelay derramó aceite sobre ella.

19 En aquel lugar había una ciudad que se llamaba Luz, pero Jacob le cambió elnombrey le puso Betel.

20 Luego Jacob hizo esta promesa: «Si Dios me acompaña y me protege en este viaje que estoy haciendo, y si me da alimento y ropa para vestirme,

21 y si regreso sano y salvo a la casa de mi padre, entonces elSeñorserá mi Dios.

22 Y esta piedra que yo erigí como pilar será casa de Dios, y de todo lo que Dios me dé, le daré la décima parte».

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Génesis 29

Jacob llega a Padán Aram

1 Jacob continuó su viaje y llegó a la tierra de los orientales.

2 Al llegar vio un pozo en medio del campo, donde descansaban tres rebaños de ovejas, ya que estas bebían agua de allí. Sobre la boca del pozo había una piedra muy grande.

3 Por eso los pastores corrían la piedra solo cuando estaban juntos todos los rebaños, y después de abrevar a las ovejas volvían a colocarla en su lugar, sobre la boca del pozo.

4 Jacob les preguntó a los pastores:

―¿De dónde sois?

―Somos de Jarán —respondieron.

5 ―¿Conocéis a Labán, el hijo de Najor? —volvió a preguntar Jacob.

―Claro que sí —respondieron.

6 Jacob siguió preguntando:

―¿Se encuentra bien de salud?

―Sí, está bien —le contestaron—. A propósito, ahí viene su hija Raquel con las ovejas.

7 Entonces Jacob les dijo:

―Todavía estamos en pleno día, y es muy temprano para encerrar el rebaño. ¿Por qué no les dais de beber a las ovejas y las lleváis a pastar?

8 Y ellos respondieron:

―No podemos hacerlo hasta que se junten todos los rebaños y los pastores quiten la piedra que está sobre la boca del pozo. Solo entonces podremos dar de beber a las ovejas.

9 Todavía estaba Jacob hablando con ellos, cuando Raquel llegó con las ovejas de su padre, pues era ella quien las cuidaba.

10 En cuanto Jacob vio a Raquel, hija de su tío Labán, con las ovejas de este, se acercó y quitó la piedra que estaba sobre la boca del pozo y dio de beber a las ovejas.

11 Luego besó a Raquel, rompió en llanto

12 y le contó que era pariente de Labán, por ser hijo de su hermana Rebeca. Raquel salió entonces corriendo a contárselo a su padre.

13 Al oír Labán las noticias acerca de su sobrino Jacob, salió a recibirlo y, entre abrazos y besos, lo llevó a su casa. Allí Jacob le contó todo lo que había sucedido,

14 y Labán le dijo: «Realmente, tú eres de mi propia sangre».

Jacob se casa con Lea y Raquel

Jacob había estado ya un mes con Labán

15 cuando este le dijo:

―Por más que seas mi pariente, no vas a trabajar para mí gratis. Dime cuánto quieres ganar.

16 Labán tenía dos hijas. La mayor se llamaba Lea, y la menor, Raquel.

17 Lea tenía ojos apagados,mientras que Raquel era una mujer muy hermosa.

18 Como Jacob se había enamorado de Raquel, le dijo a su tío:

―Me ofrezco a trabajar para ti siete años, a cambio de Raquel, tu hija menor.

19 Labán le contestó:

―Es mejor que te la entregue a ti, y no a un extraño. Quédate conmigo.

20 Así que Jacob trabajó siete años para poder casarse con Raquel, pero como estaba muy enamorado de ella le pareció poco tiempo.

21 Entonces Jacob le dijo a Labán:

―Ya he cumplido con el tiempo pactado. Dame mi mujer para que me case con ella.

22 Labán reunió a toda la gente del lugar y ofreció una gran fiesta.

23 Pero, cuando llegó la noche, tomó a su hija Lea y se la entregó a Jacob, y Jacob se acostó con ella.

24 Además, como Lea tenía una criada que se llamaba Zilpá, Labán se la dio, para que la atendiera.

25 A la mañana siguiente, Jacob se dio cuenta de que había estado con Lea, y le preguntó a Labán:

―¿Qué me has hecho? ¿Acaso no trabajé contigo para casarme con Raquel? ¿Por qué me has engañado?

26 Labán le contestó:

―La costumbre en nuestro país es casar primero a la mayor y luego a la menor.

27 Por eso, cumple ahora con la semana nupcial de esta, y por siete años más de trabajo te daré la otra.

28 Así lo hizo Jacob y, cuando terminó la semana nupcial de la primera, Labán le entregó a Raquel por esposa.

29 También Raquel tenía una criada, llamada Bilhá, y Labán se la dio para que la atendiera.

30 Jacob entonces se acostó con Raquel, y la amó mucho más que a Lea, aunque tuvo que trabajar para Labán siete años más.

Los hijos de Jacob

31 Cuando elSeñorvio que Lea no era amada, le concedió hijos. Mientras tanto, Raquel permaneció estéril.

32 Lea quedó embarazada y dio a luz un hijo, al que llamó Rubén,diciendo: «ElSeñorha visto mi aflicción; ahora sí me amará mi esposo».

33 Lea volvió a quedar embarazada y dio a luz otro hijo, al que llamó Simeón,diciendo: «Llegó a oídos delSeñorque no soy amada, y por eso me dio también este hijo».

34 Luego quedó embarazada de nuevo y dio a luz un tercer hijo, al que llamó Leví,diciendo: «Ahora sí me amará mi esposo, porque le he dado tres hijos».

35 Lea volvió a quedar embarazada, y dio a luz un cuarto hijo, al que llamó Judádiciendo: «Esta vez alabaré alSeñor». Después de esto, dejó de dar a luz.

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Génesis 30

1 Cuando Raquel se dio cuenta de que no le podía dar hijos a Jacob, tuvo envidia de su hermana y le dijo a Jacob:

―¡Dame hijos! Si no me los das, ¡me muero!

2 Pero Jacob se enojó muchísimo con ella y le dijo:

―¿Acaso crees que soy Dios? ¡Es él quien te ha hecho estéril!

3 ―Aquí tienes a mi criada Bilhá —propuso Raquel—. Acuéstate con ella. Así ella dará a luz sobre mis rodillas, y por medio de ella también yo podré formar una familia.

4 Entonces Raquel le dio a Jacob por mujer a su criada Bilhá, y Jacob se acostó con ella.

5 Bilhá quedó embarazada y le dio un hijo a Jacob.

6 Y Raquel exclamó: «¡Dios me ha hecho justicia! ¡Escuchó mi plegaria y me ha dado un hijo!» Por eso Raquel le puso pornombreDan.

7 Después Bilhá, la criada de Raquel, quedó embarazada otra vez y dio a luz un segundo hijo de Jacob.

8 Y Raquel dijo: «He tenido una lucha muy grande con mi hermana, pero he vencido». Por eso Raquel lo llamó Neftalí.

9 Lea, al ver que ya no podía tener hijos, tomó a su criada Zilpá y se la entregó a Jacob por mujer,

10 y esta le dio a Jacob un hijo.

11 Entonces Lea exclamó: «¡Qué suerte!» Por eso lo llamó Gad.

12 Zilpá, la criada de Lea, le dio un segundo hijo a Jacob.

13 Lea volvió a exclamar: «¡Qué feliz soy! Las mujeres me dirán que soy feliz». Por eso lo llamó Aser.

14 Durante los días de la cosecha de trigo, Rubén salió al campo. Allí encontró unas frutas llamadas mandrágoras, y se las llevó a Lea, su madre. Entonces Raquel le dijo a Lea:

―Por favor, dame algunas mandrágoras de las que te trajo tu hijo.

15 Pero Lea le contestó:

―¿Te parece poco el haberme quitado a mi marido, que ahora quieres también quitarme las mandrágoras de mi hijo?

―Bueno —contestó Raquel—, te propongo que, a cambio de las mandrágoras de tu hijo, Jacob duerma contigo esta noche.

16 Al anochecer, cuando Jacob volvía del campo, Lea salió a su encuentro y le dijo:

―Hoy te acostarás conmigo, porque te he alquilado a cambio de las mandrágoras de mi hijo.

Y Jacob durmió con ella esa noche.

17 Dios escuchó a Lea, y ella quedó embarazada y le dio a Jacob un quinto hijo.

18 Entonces dijo Lea: «Dios me ha recompensado, porque yo le entregué mi criada a mi esposo». Por eso lo llamó Isacar.

19 Lea quedó embarazada de nuevo, y le dio a Jacob un sexto hijo.

20 «Dios me ha favorecido con un buen regalo —dijo Lea—. Esta vez mi esposo se quedará conmigo,porque le he dado seis hijos». Por eso lo llamó Zabulón.

21 Luego Lea dio a luz una hija, a la cual llamó Dina.

22 Pero Dios también se acordó de Raquel; la escuchó y le quitó la esterilidad.

23 Fue así como ella quedó embarazada y dio a luz un hijo. Entonces exclamó: «Dios ha borrado mi desgracia».

24 Por eso lo llamó José, y dijo: «Quiera elSeñordarme otro hijo».

Jacob se enriquece

25 Después de que Raquel dio a luz a José, Jacob le dijo a Labán:

―Déjame regresar a mi hogar y a mi propia tierra.

26 Dame las mujeres por las que te he servido, y mis hijos, y déjame ir. Tú bien sabes cómo he trabajado para ti.

27 Pero Labán le contestó:

―Por favor, quédate. He sabido por adivinación que, gracias a ti, elSeñorme ha bendecido.

28 Y le propuso:

―Fija tú mismo el salario que quieras ganar, y yo te lo pagaré.

29 Jacob le respondió:

―Tú bien sabes cómo he trabajado, y cómo gracias a mis desvelos han mejorado tus animales.

30 Lo que tenías antes de mi venida, que era muy poco, se ha multiplicado enormemente. Gracias a mí, elSeñorte ha bendecido. Ahora quiero hacer algo por mi propia familia.

31 ―¿Cuánto quieres que te pague? —preguntó Labán.

―No tienes que pagarme nada —respondió Jacob—. Si aceptas lo que estoy por proponerte, seguiré cuidando tus ovejas.

32 Hoy, cuando pase yo con todo tu rebaño, tú irás apartando toda oveja manchada o moteada, y todos los corderos negros, y todos los cabritos manchados o moteados. Ellos serán mi salario.

33 Así, el día de mañana, cuando vengas a controlar lo que he ganado, mi honradez responderá por mí: si encuentras alguna oveja o cabrito que no sea manchado o moteado, o algún cordero que no sea negro, será que te lo he robado.

34 ―Está bien —acordó Labán—, acepto tu propuesta.

35 Ese mismo día Labán apartó todos los chivos rayados y moteados, todas las cabras manchadas y moteadas, todas las que tenían alguna mancha blanca y todos los corderos negros, y los puso al cuidado de sus hijos.

36 Después de eso, puso una distancia de tres días de viaje entre él y Jacob. Mientras tanto, Jacob seguía cuidando las otras ovejas de Labán.

37 Jacob cortó ramas verdes de álamo, de almendro y de plátano, y las peló de tal manera que quedaran franjas blancas al descubierto.

38 Luego tomó las ramas que había pelado y las puso en todos los abrevaderos para que el rebaño las tuviera enfrente cuando se acercara a beber agua. Cuando las ovejas estaban en celo y llegaban a los abrevaderos,

39 los machos se unían con las hembras frente a las ramas, y así tenían crías rayadas, moteadas o manchadas.

40 Entonces Jacob apartaba estos corderos y los ponía frente a los animales rayados y negros del rebaño de Labán. De esta manera logró crear su propio rebaño, diferente al de Labán.

41 Además, cuando las hembras más robustas estaban en celo, Jacob colocaba las ramas en los bebederos, frente a los animales, para que se unieran mirando hacia las ramas.

42 Pero, cuando llegaban los animales más débiles, no colocaba las ramas. Así los animales débiles eran para Labán y los robustos eran para Jacob.

43 De esta manera Jacob prosperó muchísimo y llegó a tener muchos rebaños, criados y criadas, camellos y asnos.